Tostón de inicio de curso 2023-24 (VIII)

 

Bueno. A partir de ahora, el rollete de Kiko se vuelve más confuso todavía, una sucesión de frases sin ilación con lo precedente ni con lo siguiente. Ved a qué me refiero:

«Hoy hay una campaña sobre el sexo, en todo el mundo, sobre estos niños y niñas: prostitución infantil, sexo, sexo. ¡Qué misericordioso ha sido el Señor con nosotros! Hermanos, os lo digo: Dios quiere que vayamos ahora a escrutar la Escritura».

Dios quiere que los elefantes tomen un baño

Una presunta campaña mundial sobre el sexo de la que solo Kiko tiene noticias; a continuación una referencia a la misericordia del Señor para con los neocatecumenales, que quizá sea que estén muy felices y satisfechos con esa campaña mundial sobre el sexo, y como colofón el uso de la bola de cristal para saber los planes de Dios para los presentes.

¿Coherencia? Ni está ni se la espera.

A vueltas con que Dios ha decidido que va siendo hora de que Kiko se calle y deje que los neocatecumenales se dediquen a hacer otra cosa, los anima con la ocurrencia de que esta vez sus oraciones no se van a quedar pegadas a las paredes, que él lo sabe porque nada se le escapa a su bola mágica, ni el estado de ánimo de Dios:

«Orar con la Escritura significa que vas de paso en paso y de repente, cuando menos lo esperas, en un paso, en una palabra, Dios te habla porque está contentísimo de que te hayas detenido y dialogado con él a través de la Escritura».

Y así se inculca el nocivo hábito de la bibliomancia, condenado en la Cristiandad.

Prosigue con el tópico del miedo a la muerte:

«Nosotros decimos que el hombre tiene miedo a la muerte porque se ha separado de Dios y tiene la muerte dentro».

Para descubrir que también los neocatecumenales lo padecen, es decir, se han separado de Dios y tienen la muerte dentro, que es la razón por la que han sido llamados -por un señor- a esta reunión, para sacarles la muerte de dentro y curarlos. Pero atención, aquí hace una advertencia:

«Mira a nuestro hermano mayor: Dios quiere hacernos como Él, parecernos a Él. Por eso no podemos convertirnos, ni tú ni yo, si no miramos a Cristo crucificado».

Tantos tantos años calentando metacrilato y todavía no se ha convertido nadie en el CNC porque se dedican a mirar campañas mundiales sobre el sexo en lugar de mirar a Cristo, que no se quedó en la cruz, sino que resucitó y subió al Cielo, a la derecha del Padre, pero a Kiko, que tiene tendencias morbosas, le va lo de dejar a Cristo en la cruz. Y también le va crucificar a los demás:

«Subir a la Cruz no es cosa horrible, lo hemos dicho muchas veces, es horrible el egoísmo del dinero, del vicio, del alcoholismo, de la lujuria, de la mentira: esto es horrible, no el hecho de que Dios te llame en Cristo a donarte a ti mismo por la salvación de los hombres, hasta el punto de aceptar castrarte, por así decirlo, ser casto por amor a los hombres, por el Reino de Dios. ¡Esto sí es grande!».

No sé si ha pretendido hacer una alusión al celibato, pero de ser así, ¡a qué grado llega su inmensa falta de discernimiento para confundirlo con una castración! 

Y es obvio que Dios no acompaña a quien tan profunda falta de discernimiento muestra, por eso no tiene nada de raro que acto seguido vuelva a confundir al prójimo más próximo con el enemigo… pero aún que insista en que quien se ha sentido dañado por otro (por eso lo tilda de enemigo), es quien tiene que pedir perdón.

Por tres veces lo repite:

«Esta mañana todos debemos mirar a Cristo crucificado y desear ser cristianos, cristianos. Empecemos a amar al enemigo, que es tu marido y pidamos perdón. Empecemos a amar al enemigo, que es tu esposa y pidámosle perdón. Empecemos a amar al hermano de la comunidad y a pedirle perdón».

Lo siguiente, sin la menor relación con lo precedente, es de traca:

«Y Dios hará el milagro de que nos persigan, nos crucifiquen y nos hagan parecernos a Su Hijo Crucificado para salvar a esta humanidad».

Ya lo creo que sería un milagro que los perseguidores se conviertan en perseguidos y que los que condenan a sus hermanos se transformen en imagen de Cristo.

Y otro cambio de tema:

«Me conmueve la grandiosidad que Dios ha hecho, que el hombre pueda ser capaz de matar a Dios, somos tan libres, de cometer un pecado infame, aterrador, maldito, como matar al mismo Dios en Cristo».

De nuevo no sé a qué se refiere, pero dudo que sea que ha descubierto que cada soldado israelí que mata a un terrorista de Hamás -o viceversa- ha matado a Dios en Cristo, más bien pienso que se refiere a que Cristo fue condenado a muerte… y francamente no es algo repetible, salvo para quienes viajan en el tiempo.

Y ya que está lanzado, Kiko no va a perder la ocasión de hacer lío:

«Matamos a Dios con el pecado original y cargamos con este pecado terrible, un pecado que habita en nuestra carne de soberbia, de orgullo: queremos que las cosas sean como yo quiero y no aceptamos humildemente que Dios dirija nuestra vida como Él quiera, con enfermedades, con la vejez, con falta de dinero...».

¡Cómo se pueden decir tantas barbaridades en tan poco espacio!

No, Kiko, no. El pecado original no mató a Dios, ni en Cristo ni fuera de Cristo, el pecado original trajo la muerte al ser humano, que es muy distinto. Y Dios no quiere las enfermedades, la vejez, la falta de dinero ni las alergias ni el acné ni las rozaduras de los zapatos; todo ello vino a consecuencia del pecado original, no por que sea la voluntad de Dios para fastidiar al ser humano por “haberle matado”.

En el CNC y en el Vaticano harían una obra de misericordia si jubilasen a Kiko.