domingo, 23 de junio de 2019

Traditio symboli (XV)



Lo primero que la luz le hizo a San Pablo fue cegarlo, y permaneció tres días sin ver ni entender nada, ni comía ni dormía por nada. Esta es la primera experiencia para salir del fariseísmo y de la ley y comenzar a ser cristiano. San Pablo, que era un fariseo, hijo de fariseos, formado a los pies de Gamaliel y no sé cuántas cosas más, tuvo que ir como un tonto para ponerse a los pies de un hombre llamado Ananías, y comenzó su proceso de Bautismo.
Jesucristo dice (lo leímos ayer): "He venido como luz, para que los que creen que ven se queden ciegos".
Otra cita falsificada. La verdadera es: «Dijo Jesús: Para un juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados».
No pienses que es algo malo: ya ves que en San Pablo fue positivo. Si en esta convivencia, Jesucristo logra reducirnos, cegar a muchos aquí y dejarnos tres días sin saber nada, esto nos llevará a arrodillarnos como San Pablo, bajarnos del caballo y arrodillarnos ante un hombre que aparentemente era mucho menos importante que él.
Más trolas, porque en el relato de Hechos 9 no se dice que san Pablo fuese a arrodillarse ante Ananías, ni mucho menos que Saulo fuese más que nadie. Lo que cuenta la Biblia es que Ananías recibió del mismo Dios el encargo de ir adonde estaba Saulo… Es decir, no le hizo ninguna falta a Saulo aislarse en una konvivencia para que Dios actuase en su historia.
Os pregunto: ¿habéis experimentado verdaderamente que sois ciegos? ¿Alguien ha tenido la experiencia de la ceguera, de la desorientación, de no saber a dónde va? Si ya habéis tenido esta kenosis en la oscuridad, en las tinieblas... Vale, digo esto por un lado para ver a Dios como luz.
¡Qué “fisno” queda meter de vez en cuando un cultismo del griego que no pega con el resto de la frase! Total, como nadie se entera de qué va el rollo.
Otra de las manifestaciones con las que Dios ha querido comunicarse es el sonido, la voz. Israel percibió la voz de Dios; y para que se pudiera escuchar este sonido -porque aquí podemos hablar mucho, pero si tú no escuchas, si eres sordo, no oyes la voz; e incluso si Dios lanzase ondas de comunicación con la tierra, si no hubiera creado una antena receptora, no serviría de nada-, lo primero que hizo Dios fue preparar una antena receptora de su voz, en un lugar sin interferencias acústicas, que es el desierto. Allí preparó una base de comunicación y abrió una oreja; el oído no de una persona -que podría ser un visionario-, sino de un pueblo. Constituyó un pueblo, una central receptora de su voz, que es el pueblo de Israel, preparado desde Abraham, preparado por la esclavitud, por tantas cosas.
Si fuese así, a ese diosito le salió fatal la preparación, la antena, la central y la emisión. Porque más de 2000 años después, ese pueblo todavía no ha escuchado al Mesías.
Porque hay un problema, y es que Dios, después de ver las cosas que había creado maravillosamente, creó al hombre a su imagen. ¿Cuál es la imagen de Dios? La LIBERTAD. Este es el problema y la grandeza del hombre: ser libre.
¿Será por eso por lo que el CNC se afana tanto por robar lo que es propio del ser humano como imagen de Dios?
No es un autómata, una máquina que salió de las manos de Dios en una cadena de montaje como los automóviles. No somos robots: aquí somos trescientos, y en el mundo no sé cuántos, y todos tenemos ojos, oídos, narices, etc., y no hay nadie igual al otro, todos somos completamente diferentes. El maravilloso Creador que es Dios hizo a todos diferentes.
Por eso cuesta tanto fabricar fotocopiados kikos, por más que la kikotina ayude.
Y cada uno de nosotros tiene un secreto, un prodigio; lo más grande del ser humano, lo que lo hace más grande que todas las cosas es que está hecho a imagen de Dios, ¡LIBRE! Para que podamos oponernos, negarnos a este ser grandioso de Dios que es la Vida y hasta podamos dar muerte a la vida: el problema del pecado.
Por esto, los judíos dicen que cuando Dios creó este maravilloso mundo, al contemplar el plano (como los arquitectos que hacen un boceto o un modelo), dijo: "Hay una cosa que falta en esta obra: la estabilidad". Toda esta creación puede correr el riesgo de ser un cataclismo; por esta razón Dios, antes de nada, creó una cosa: la CONVERSIÓN, la posibilidad para el hombre -después de haber probado los caminos de su libertad- de realizar en sí y en libertad el plan de Dios. Por esto dice San Pablo, un judío bueno y bien formado, que antes de la creación del mundo existía Jesucristo. Y Jesucristo es el camino de la conversión, la realización del plan de Dios.
Menudo mejunje. Precisamente los judíos, que no se han convertido, relatando leyendas sobre la conversión. Y ello aderezado con un supuesto dicho paulino (¿lo leería en el capítulo 1 del Evangelio de Juan?) que los judíos niegan hasta el día de hoy.
Esto no se logra sin la libertad del hombre en ninguno de nosotros. Os digo todo esto porque esta mañana hablaremos de conversión, y la conversión no es una cosa oscura y tétrica, sino la posibilidad abierta ante nosotros, después de nuestra experiencia de infelicidad, de pecado, de tinieblas, de una realización de vida en libertad. Se nos abre ante nosotros la vida, que es Jesucristo, la resurrección de Jesucristo.
Volviendo a lo que decía antes, el sonido es tan importante en la comunicación de la vida que la madre, cuando da a luz a un hijo, debe transmitirle amor para que pueda seguir viviendo y la primera forma de comunicación con el otro es la palabra.
Menuda trola. ¿Acaso los hijos de madres mudas se mueren? ¿Acaso las caricias no son tanto o más eficaces que los sonidos? ¿Acaso los que nacen sordos no sobreviven?
 La primera comunicación, que va mucho más allá del acto sexual (que siempre permanece como algo externo), es la palabra, el sonido que penetra en lo profundo del corazón humano. El sonido, la palabra es la cálida comunicación del amor. La palabra es muy, muy importante. Y es una de las maneras en que Dios se manifestó a sí mismo: como Palabra, Palabra que es creativa, porque el amor crea. ¿Cuál es la esencia de la vida? Todos sabéis que es el amor.

1 comentario:

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