Error de la obediencia al “kikotista”

Uno de los antojos de Kiko que con más empecinamiento se afana por transmitir es el de la obediencia al “kikotista”. Fiel a su estilo, suele marear la perdiz y confundir la obediencia a Dios y a la Iglesia con el sometimiento a unos que sólo hablan en su propio nombre y sólo se representan a sí mismos porque nadie les ha nombrado representantes de nada:

Esto no es fe, tal vez sea superstición

«Estamos aquí para obedecer a la voluntad del Señor, del Altísimo, para hacer lo que Él quiera» (Inicio curso 2017-2018)

«¿Qué debo hacer para tener el Espíritu de Cristo?", ¡Obedecer! (...)

¿Cómo se hizo adulto (Cristo)? Obedeciendo a María y a José. De la misma forma hoy mucha gente que ha recibido el bautismo tiene una fe pequeña, una fe infantil. Esta fe tiene que crecer en un ambiente cómo la Familia de Nazaret, haciéndose adulta obedeciendo al párroco y a los catequistas, en obediencia al párroco y a los catequistas.» (JMJ 2002)

Este absurdo de que el crecimiento es fruto de la obediencia lo fue adecuando en años posteriores, para que quedase claro cual es la prioridad:

«¿Qué significa ser como la familia de Nazareth? Pues que tú no puedes crecer si no obedeces a José y a María. Un hijo para crecer tiene que obedecer. Si el padre le dice: "hijo mío haz esto", el niño va y lo hace. "Vete a la escuela", y el niño va. "Lávate", y se lava. En las parroquias, ¿dónde está la obediencia?» (Tostón Pascua 2014)

Porque si las parroquias no se le someten a su ombligo, entonces es un error permanecer en las parroquias, hay que dejarlo todo por la comunidad.

Y suele mencionar las funestas consecuencias de desobedecer y no someterse a lo que le surja de su ombligo:

No es fe, tal vez sea un club social

«Te gusta ser dios de ti mismo. No obedecer más a nadie. Pues sigue... te transformarás en tiniebla. ¡Vete!, déjanos en paz, que en vez de ser 50 en una comunidad seremos 30, que en vez de ser 30 somos 12.»

Pero la cosa va más allá. El celo por lograr la obediencia ovejuna de todos los neocatecumenales le lleva a hacer descubrimientos teológicos tan relevantes como que la fe se adquiere por puños y sin otra herramienta que la obediencia; obediencia que es debidamente contrastada por los garantes:

«Los encargados del catecumenado sabían que ese hombre había recibido la fe, porque empezaban a cambiar sus obras. Le ponían un padrino que tenía la misión de ver si realmente, obedeciendo, la fe iba creciendo en él» (conferencia, registrada en www.celam.org)

Otra palanca para conseguir la obediencia ciega es prometer que sólo así podrás librarte de tus sufrimientos:

«Para poder decirle a un japonés porqué se ha suicidado su mujer; para poder decirle a un hindú, a uno de Nueva York o a uno de Sanchinarro por qué sufren, porque sufre la gente y están a disgusto; por qué por mucho que se van con mujeres no son felices y decirles lo que les pasa, lo que les sucede: Nosotros sabemos lo que te sucede, somos profetas de tu historia, y verás que si nos obedeces, lo que te hemos profetizado se realiza. (...)

Tú obedece a tu marido y obedece a los catequistas. Porque el que no odia a su hijo o a su hija... Yo comprendo que tienes un afecto a tu hijo tan grande, comprendo que eres una sentimental. ¡Ay, mi hijo, mi hijo! Antes que eso tienes que tener respeto y obediencia a tu marido. ¿Habéis entendido esto?» (Inicio curso 2009-2010)

La fe no es sometimiento: Maldito el hombre que confía en el hombre

Sí, lo he entendido: para debilitar a un matrimonio nada más eficaz que poner a uno por encima de otro. Y si se debilita la piedra angular que sostiene la familia… es más fácil someterles a cambio de prometerles la reconstrucción de lo que no estaba roto antes de pasar por el CNC.

Y una vez vendido que sólo la conunidad sostiene tu tambaleante matrimonio, vienen las imposiciones:

«El que quiera obedecer que obedezca, y si no, que se vaya. (...)

«Así que este año vais a obedecer, y los jóvenes no se van a bailar con los amiguitos y las amiguitas después de que se han puesto de acuerdo en Facebook. Primero porque no van a tener Facebook, que vais a echar a la basura Facebook y el ordenador, si hace falta»(Propaganda Adviento 2010)

Y ¿qué pasa si pese a obedecer y obedecer una y otra vez, sigues sufriendo y tu matrimonio cada día va a peor?

«Yo no me tengo que justificar contigo. Vosotros siempre me habéis obedecido» (Tostón Cuaresma 2011)

Revisa bien porque indudablemente el fallo es tuyo, no del procedimiento. A lo mejor es que te falta desprendimiento…

«Y si digo que en la primera celebración de Cuaresma se hace una colecta penitencial, o sea, de desprendimiento de los bienes, pues hay que obedecer» (Tostón Cuaresma 2011)

…O a lo mejor no obedeces tanto como te crees…

«Gracias a Dios vosotros habéis sido salvados porque nos habéis obedecido a nosotros» (Inicio curso 2014-2015)

«Una cosa misteriosa y grandiosa es que Dios os haya dado catequistas o profetas. Vosotros siempre nos habéis obedecido, porque habéis visto que nuestra palabra, lo que Dios nos ha inspirado, Él siempre la ha llenado de contenido profético y la ha confirmado» (Tostón Adviento 2017)

Así que ya sabes: ellos son irreprochables e infalibles, de modo que si no se ha cumplido aquello con lo que te engatusaron es que quien ha fallado eres tú, porque…

«Si ellos custodian, obedecen al código de la Alianza que son los diez mandamientos Él les promete, bajo juramento, introducirlos en una tierra libre que mana leche y miel» (Tostón Pascua 2017)

Por eso, frente a tanta palabrería vana, lo mejor es escuchar la Palabra, la de verdad:

«Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame “Rabbí”.

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos.

Ni llaméis a nadie “Padre” vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo.

Ni tampoco os dejéis llamar “Responsables”, porque uno solo es vuestro Responsable: el Cristo.» (Mt 23,5-10)