«Recuerdo que en un "Cursillo de cristianidad" una cosa me quedó
muy grabada y fue que, durante la primera meditación, detrás del sacerdote que
hablaba, había un enorme Cristo crucificado. Era muy temprano y había
suficiente luz para verlo muy bien.»
Atención. El que va
diciendo que no existía el arte sacro hasta que llegó el con sus churros,
resulta que tuvo una gran revelación mirando un Cristo que estaba allí durante
la primera meditación (luego debió de irse a otro lado, el Cristo, digo).
«No recuerdo nada del discurso del sacerdote, pero recuerdo haber sentido
dentro de mí que algo me decía que solo mirando a Cristo crucificado... algo me
decía: "Esa es la verdad: amar así, esta es la única verdad". ¿Qué
quiero decirte con esto? Mirando a ese Cristo entendí que nunca habría podido
amarlo así. Solo Dios puede amar así. Después de mucho tiempo, esa reunión fue
una luz para mí que me invitaba a apoyarme en Él, en Aquel que me dice: "Yo
no puedo haber muerto en vano; mi muerte también te ha servido a ti. Mi muerte
también fue por ti. Me entregué a la muerte para mostrarte que te amo, que te
acepto como eres, que te amo. No tengo ningún disgusto de acercarme a ti, aunque
hayas sido un pecador, un egoísta, un lujurioso, un soberbio: toda la gente
siempre te han apartado. Yo te invito, Yo te quiero, te amo, no temo acercarme
a ti. Pero no es suficiente: me he hecho hombre y me convertí en esclavo, me convertí en pecador
por amor a ti, me he hecho
Yo mismo pecador, he sido considerado un pecador por otros; no tengas
miedo de sentirte pecador, te entiendo perfectamente: tienes miedo de los
demás, incluso cuando vas a confesar elaboras una historieta para justificarte,
tienes miedo de que no te entiendan, tienes miedo, tratas de disculparte de
alguna manera; te entiendo perfectamente". El Señor nos ha amado, nos ama
profundamente.»
Si además de soltar
herejías puedes hacer como que es Cristo mismo quien habla a través tuyo, ¿por
qué no hacerlo? El fin del control mental justifica cualquier medio.
«Volviendo a Jacob, quería deciros que en este escrutinio es Dios quien está
luchando contra vosotros, es Dios quien siempre ha luchado.»
Ejemplo del uso del
nombre de Dios en falso. Porque cuando el kikotista hurga en la intimidad de
una persona, allí no está Dios, al contrario, quien está frotándose las pezuñas
es el enemigo.
«La fe es un combate. Dios se involucra con nosotros en un combate que dura
por siempre, del cual el catecumenado es una etapa que quiere haceros ver cuál
es la proyección del camino del cristianismo. Este combate tiene como objetivo
crecer y destruir dentro de nosotros al hombre viejo y crear en nosotros una
nueva realidad. Es terriblemente monstruoso para mí encontrarme un cierto tipo
de cristianos que ya no esperan nada, que no tienen una tensión, una dinámica,
debido a la vida religiosa que han hecho o por lo que sea, no tienen una
dinámica de crecimiento: son cristianos y ya es suficiente.»
Monstruoso ser
cristiano, claro. No como los kikos, que jamás se convierten y jamás alcanzan
la meta.
«San Pablo habla, incluso a los cristianos, de llegar a la cabeza de gracia
en gracia. Debemos alcanzar una medida, una estatura de Cristo: esta estatura
en la que somos para el mundo sacramento de salvación. Porque el cristiano es en
función del mundo, no en función de salvar su alma, no en función de salvar su
vida: todo eso son historias.»
Ya sabes: lo de la
salvación son historietas, aquí lo único que cuenta es hacer lo que su
sensibilidad disponga.
«O nosotros salvamos
el mundo o aquí no se salva nadie»
Ejemplo de humildad
superlativa: la salvación la administra Kiko con sus manitas (recuérdense los 8
principios del Dr. Lifton, por favor)
«…porque Jesucristo ha venido a llevarse el mundo con él. Ha dejado a la
Iglesia como sal de la tierra y la envía con una misión profética para el
mundo. Esta misión profética lo es por la iluminación que la Iglesia debe
realizar en cada realidad que Dios está haciendo con cada hombre. Por eso el
Señor lo hace contigo. La diferencia entre tú y un pagano que no está en la
Iglesia es que tú tienes iluminada tu realidad. Tú sabes, tienes el don, el
Espíritu profético, conoces tu realidad mientras que el otro está ciego sobre
su realidad.»
Traducción: la
diferencia es que el kiko va a juzgar la realidad de cualquiera que se le ponga
delante, sin ninguna iluminación, porque el juicio nunca es iluminación.
«Donde quiera que veas la obra del Señor y conozcas el porqué profundo de
las cosas, la razón profunda de cada acontecimiento para poder interpretarlo
proféticamente, dar una interpretación real, auténtica y la única verdadera acerca
de la vida de los hermanos; el otro hombre, el hombre de la calle está ciego.
No ha cesado de condenarse, amargarse y odiarse.»
Me recuerda a un kiko
cualquiera: Soy lo pedor, un burgués, un soberbio, un adúltero, un violento, mi
mujer me destruye, mis hijos son insoportables… Y no voy a cambiar porque
diosito me quiere así (lo que viene bien para explotar el sentimiento de culpa).
«Frente a los acontecimientos que no sabe por qué le suceden, sigue
culpando siempre a los demás: el Estado, la política, la sociedad, el trabajo,
la esposa, los hijos; todos tienen la culpa. Siempre debe encontrar un chivo
expiatorio para poner contra el muro y fusilarlo para que todo cambie. Esto es
lo que piensa este hombre porque no tiene otra solución, porque está
absolutamente ciego a su propia realidad.»
Los kikos siempre usan
como chivo expiatorio a los judas, los rebotados y la persecución que solo
existe en sus cabecitas huecas. Porque están ciegos a su realidad.
«Pero el Señor te está formando ahora; Él
te enviará como sal y tú tienes una misión profética, como una misión
sacerdotal. Más
adelante veremos qué significa ser sacerdotes para el mundo. Para
esta misión profética el Señor debe iluminar tu realidad. Tienes
que ser profeta de ti mismo, debes saber por qué te suceden ciertas cosas y por
qué no te suceden otras y por qué te casaste con esa mujer que es así, o con
ese esposo, o porque tienes un hijo así; lo
debes saber.»
Y se vuelven lelos y
empiezan a buscar explicaciones a por qué el autobús se ha retrasado 3 minutos,
por qué se han quemado las lentejas, por qué ha llovido cuando la ropa estaba
tendida, por qué ha pisado una caca de perro… Como los supersticiosos que creen
que un gato negro da mala suerte.
«No es posible que digas: "Será casualidad...". No es verdad. Dios
no te ha llamado a esto, a ser un ladrillo, a una vida que no tiene sabor. Dios
te ha llamado a salvar al mundo con la Palabra de Dios que ya se está haciendo
carne en tu existencia, pero por esta razón el Señor debe prepararte, formarte,
y muchas cosas te sucederán en función del mundo. Ah! ¡Pero yo no quiero esto! Si
para que yo aprenda, para poder tener esta sabiduría, debo quedarme cojo, ¡no lo
quiero! El
hecho es que tienes que volverte cojo, de lo contrario nunca entenderás nada,
es el único modo para que comprendas que Dios existe verdaderamente y que tú realmente
no eres Dios, que tú no puedes apoyarte en ti mismo, para que aprendas a
apoyarte verdaderamente en este Dios a quien conoces de oídas, como dice Job. Job
es un hombre que ha sido destruido y que, al final, dice: "Señor, antes te
conocía de oídas, pero ahora te han visto mis ojos". Tú
tienes que conocerlo, tienes que verlo con tus propios ojos, tienes que
experimentarlo realmente, ver que realmente existe, tienes que experimentar lo
que significa apoyarte sobre la roca y pasar el río. Tienes
que experimentar como tú, antes, no podías pasar el Yaboq porque tenías miedo y
ahora, apoyándote en Jesucristo, casi sin esfuerzo, superado el primer momento
de angustia, de miedo, pasas y no mueres.»
El problema de los kikos
es que ellos no se apoyan en la roca, sino en la comunidad. Y por eso no
superan la angustia ni el miedo.
«Pasas a través del fuego y no te quemas, como los tres jóvenes en el horno,
y lo experimentarás.»