martes, 29 de noviembre de 2022

Tostón en tiempo de Adviento 2022 (II)

 


Kiko invita a Mario a decir algo edificante. Pero no estaba el horno para bollos, porque lo que le sale a Mario, después de encomendarse a su señor, es:

«Terminada la convivencia de inicio de curso, me he encontrado algunos libros sobre el Anticristo. En la lectura que hemos proclamado 1 Jn 2, 15 – 3, 2, S. Juan habla del Anticristo, y dice que todo el que no reconoce a Jesucristo como Hijo de Dios es el Anticristo».

Es decir, de entrada Mario proclama que todos los queridos judíos son el Anticristo, y se queda tan pancho.

Y también dice, citando a San Juan:

«Al mismo tiempo San Juan afirma: “Vosotros habéis recibido la unción del Espíritu Santo, (Sfraghis – el Sello) y todos poseéis la ciencia de Dios” (2,20), y al final de la carta añade: “la unción que habéis recibido de Él, permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe” (2, 7)».

Lo primero que se deduce de la cita, es que Mario no emplea la obligatoria biblia de Jerusalén, porque en ella el versículo 2,20 está traducido de la siguiente manera: «En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo y todos vosotros lo sabéis». Hay que irse a la versión de Reina-Valera o alguna así para encontrar una traducción que diga «Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas».

Lo siguiente es que Mario confunde el final del capítulo con el final de la carta. Casi seguro que se trata de un lapsus linguae por hablar en un idioma que no es el suyo.

Lo tercero y muy obvio es que el versículo 2,7 jamás iría después del 2,20. Se trata de otro error, uno más, pues al que hace referencia es al versículo 2,27 que dice: «Y en cuanto a vosotros, la unción que de Él habéis recibido permanece en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe».

Para acabar, algo evidente para quién no tenga la mente atrofiada es que lo que proclama San Juan es que los ungidos no necesitan kikotistas que les “enseñen” y “guíen” durante toda su vida. En consecuencia, o bien los neocatecúmenos no han sido ungidos con el Espíritu Santo o bien han rechazado al Espíritu y lo han sustituido por un buey que fuma hierbas, como decía Malinche.

Empiezo a plantearme que Pezzi es un judas camuflado.

Acto seguido, Mario trata de explicar el sentido del Adviento según los tiempos litúrgicos de la Iglesia, pero como lo poquito que sabe Mario de religión lo ha aprendido de Carmen y de Kiko, según el mismo contó en reportaje público, confunde churras con merinas:

«Esta preparación, según una antiquísima y universal tradición, se caracteriza durante el primer periodo de Adviento por la lectura del profeta Isaías, que tanto gustaba a Carmen junto al profeta Jeremías, ella hablaba mucho de Isaías. En estos textos, se nos propone la esperanza que ha sostenido al pueblo de Israel en espera del Mesías prometido, como preparación; en vista de que se manifieste la Gloria de su Nombre y de la misión sacerdotal del pueblo de Israel».

Esa tradición antiquísima a la que alude Mario no es más antigua que la Eucaristía o que cualquier Sacramento, ni tampoco más antigua que los Evangelios, ni que la Iglesia, tengo la impresión de que Mario se confunde con alguna tradición milenaria judía, porque tampoco es real que el Adviento, que es un tiempo del Cristianismo y solo del Cristianismo, se centre en una presunta misión sacerdotal del pueblo de Israel.

Lo dicho, churras y merinas confundidas por alguien que no tiene ni idea de religión católica.

Igual de extravagante es su explicación del sentido litúrgico de la segunda semana de adviento. Según Mario, la primera semana se centra en la esperanza y la segunda en el consuelo y para que quede claro dice:

«El pueblo aprende de su historia que Dios no tolera el pecado, que quien confía en Él y lo busca, será bendecido, pero quien ha sido llamado y no responde, será destruido para siempre».

¿Qué ha sido de aquello de “Dios te ha amado primero, cuando eras malvado y pecador”?

Entiende bien lo que se dice: el pecado imperdonable es haber sido llamado y no hacer caso, es dejar la comunidad, es no dar la vida por el CNC. Eso es lo que su dios no tolera ni ha tolerado jamás.

¿Y el consuelo? Ni está ni se le espera, no hay remisión en el Kikismo.

Lo más impactante es cuando se deja de lecciones sobre el tiempo de Adviento y vuelve al tema del anticristo, que son los judíos y todo aquel que no acepta a Cristo como Hijo de Dios, según se ha dicho al principio. Es entonces cuando Mario descubre que, como fruto del anticristo, entre los hijos del CNC ha habido casos de cambio de sexo:

«En estos días nos han llegado algunas cartas de experiencias de chicos y chicas que han querido cambiar de sexo. Sabéis que la clínica inglesa Tavistock, en Londres .... Pero hay otras que funcionan y muchos chicos y chicas caen, a causa de la publicidad y de la educación desde las guarderías hasta los colegios, quien siente problemas en el crecimiento, hablando con amigos y amigas, se orientan hacia el cambio de sexo, como un sueño de su vida, facilitado por algún test de orientación sexual en la escuela: convertirse en hombre o mujer. En estas cartas se presentaba el drama de los padres, cuando después de unos tratamientos hormonales, su hijo quiere volver atrás, y ya es demasiado tarde: han sido engañados».

Tengo que reconocer mi profundo desconocimiento sobre los tratamientos hormonales en general y aquellos específicos para distorsionar el sexo biológico en particular, pero no entiendo que un tratamiento hormonal pueda tener consecuencias para siempre. Es decir, una mastectomía es para siempre, una castración es para siempre, pero no son tratamientos hormonales.

No me puedo imaginar qué clase de tratamiento han tenido esos “muchos chicos y chicas caídos” para que no haya vuelta atrás. Ni me explico que el drama sea de los padres y no de quienes se han sometido a esos tratamientos sin vuelta atrás.

Quizá sean cosas que solo se entienden desde Kikónides.

 

domingo, 27 de noviembre de 2022

Tostón en tiempo de Adviento 2022 (I)

 

Recién salido del horno (la reunión en Madrid tuvo lugar el 23 de noviembre), se procede a comentar la arenga kika para estimular a los apabullados neocatecumenales, cada vez más solos.

El primer tema tratado es el que presenta como un logro que la difunta Carmen pierda su categoría superior para sumarse a la cotidianidad de tantos y tantos fieles:

«De eso quería hablaros en este anuncio de Adviento: del cielo. A partir de entonces [a partir de que se abra la causa de beatificación] se la podrá llamar a Carmen: sierva de Dios.
Como acción de gracias, en la Vigilia de la Inmaculada, la gran fiesta del
Adviento, haremos la Eucaristía de acción de gracias por este acontecimiento. Se le podrá llamar "sierva de Dios". Un aplauso. (Aplausos). En la Iglesia Universal se le podrá llamar "sierva de Dios"».

Lo que ni antes ni ahora ni después se la podrá llamar es santa de categoría superior. Es que en la Iglesia son muy clericalistas y no les van las memeces.

«Como solo podrán estar presentes un poco más de 1000 personas, retransmitiremos este acto por internet, de modo que todos los hermanos puedan vivir este momento histórico para el Camino Neocatecumenal».

¡Tanto como ha despotricado Kiko de internet y resulta que ahora anima a todos a usarlo!

«Como recuerdo de este evento, al final de este anuncio, repartiremos un pequeño recordatorio para cada uno de los hermanos, con una foto de Carmen y un escrito de ella».

No hay tal foto. Lo que se reparte es el pintarrajo que Kiko hizo a partir de la fotocopia de la foto tuneada de Carmen que circula por internet desde hace años. Y el “escrito de ella” es la famosa poesía de Rabindranath Tagore, de modo que de ella solo es la letra, no las palabras escritas.

A continuación, Kiko perorata sobre el sentido y la dimensión del Adviento, que para él -lleva varios años insistiendo en ello- poco tiene que ver con la Navidad:

«Las lecturas [de este tiempo] tienen una dimensión escatológica, mirando al cielo, nos recuerdan que hemos sido creados para el cielo, que no morimos. No moriremos. ¿Me veis aquí? Pues me veréis siempre. No moriremos. Por eso, todas las lecturas de estos primeros domingos tienen un carácter escatológico muy fuerte, de espera del Señor que viene».

Ya está, tranquilos todos, no os esforcéis por cambiar de vida, no hace ninguna falta, seáis como seáis el gran Moisés de kikismo, ahíto de visionar la bola de cristal, sabe que nadie muere.

Y a continuación, inevitablemente, el discursete de siempre de que no existe el cristianismo adulto en el mundo, en ningún sitio, ni siquiera en el Vaticano, todos son paganos, ateos o religiosos naturales, no hay más.

«Estamos asistiendo a un fenómeno muy importante: el paso de la religiosidad natural a la secularización y al ateísmo». 

«He aquí porqué Dios nos ha convocado: es necesario convertir el mundo secularizado a una fe adulta. Porque lo que está sucediendo hoy en el mundo es gravísimo.
En el fondo, nuestra civilización tenía un sustento ético cristiano, pero al abandonar el sentido religioso, ya no tenemos este sustento ético. Y entonces, ¿qué sucede? Si nuestra sociedad reniega, apostata de Cristo crucificado, asistiremos a cosas terribles».

Pero no todo está perdido porque Kiko y solo Kiko sabe el motivo por el que no hay cristianos adultos en el mundo:

«La Virgen nos ha dicho: “Hay que hacer pequeñas comunidades como la Sagrada Familia de Nazaret, donde el otro es Cristo”. ¿Por qué como la Familia de Nazaret? Porque no hay otro lugar donde Cristo se puede hacer adulto. Solamente Cristo adulto salva al mundo». 

Quizá el soplo en la nuca sea contagioso y ahora ya no solo lo sintió Kiko, sino a saber cuántos más. 

Pero sucede que de vez en cuando a Kiko se le escapa alguna verdad, y a continuación reconoce que el CNC está verde:

«El Cristo que tenemos nosotros en el Camino es pequeñito todavía, tiene que crecer, hacerse adulto, para la misión que Dios le confía en este mundo, que es un mundo ateo y secularizado».

La realidad es que se van muriendo todos y en ninguno ha crecido el cristianismo hasta la adultez.

Pero pese a la evidencia de más de 50 años de que el CNC no funciona, Kiko sigue empecinado en vender su remedio: lo que hay que hacer para alcanzar la adultez, según él, es dejarse la vida en la comunidad, hacer el trípode sin descanso y sin desmayo, obedecer a los kikotistas, llenar las bolsas, no faltar a las convivencias, realizar peregrinaciones a los kikos lugares, llenar más bolsas, seguir obedeciendo a los kikotistas, llenar la casa de kikonos… En suma vivir en un gueto, distantes y distintos de todos los más hijos de Dios.

Y entonces, dice Kiko, surgirá el amor, que ya sería milagroso. Pero más milagroso es que vaticine que entonces, viendo a unos que miran por encima del hombro a los demás y que se dedican a prácticas magikikas tras puertas cerradas, el mundo se convertirá.

«¿Por qué tenemos que evangelizar? Para formar comunidades cristianas que muestren al mundo que Cristo resucitado habita en nosotros, que somos el nuevo templo, la nueva presencia de Dios en el mundo. ¡Amaos como yo os he amado! Cristo nos ha amado cuando éramos enemigos, malvados. ¡Esta es una noticia que el mundo no se puede ni imaginar!

En un mundo ateo ‘perdonar’ no tiene ningún sentido: a quien hace algo mal, se le castiga y basta. No, hermanos. Amar al enemigo -a quien te está matando- es la señal de que tenemos dentro vida eterna.

Pero si tenemos que presentar la fe adulta, donde la Iglesia es una koinonia, una comunión de amor, tú no puedes seguir detestando a un hermano. Porque nos jugamos la fe de los demás, si no presentamos los signos que llaman a la fe, esto es: el amor en la dimensión de la cruz y la unidad perfecta. Una comunidad donde el otro es Cristo».

«Digo esto porque muchos creéis tener fe, pero quizás no sabéis qué es el amor, porque nunca se ha dado en vosotros esta comunión de dos personas en una sola carne. Dos: Cristo y yo, en una sola carne».

 Tras explicar exhaustivamente que no dan la talla de un cristiano adulto, el rollo toma el derrotero de las instrucciones de siempre que, por pura casualidad, son aptas para cualquier moralista religioso natural: romper la noche durante la primera semana de Adviento, levantarse para el rezo de Laudes en comunidad, tener una penitencial, preparar un belén, adornar la casa…

Pero como ellos son diferentes a los demás, no hay que perder la ocasión para tratar de judaizar una celebración -la Navidad- que en el judaísmo no existe:

«La Navidad viene al final del Adviento y subraya que esperamos su segunda venida, porque ha venido ya una primera vez y conmemoramos su primera venida con el canto de los niños. La noche de Navidad vamos a la parroquia, después de haber puesto el belén y la cena, con una celebración de la palabra ante el belén con los niños, y tras haber hecho una berajá al Señor».

En el mamotreto de la traditio, Kiko aseguraba que esa era la tercera venida, no la segunda (ver aquí). Y en seguida apareció un anónimo experto en Wikipedia a pretender que siempre siempre la Iglesia había defendido tres venidas… Cuando se sostiene una cosa y su contraria suelen suceder estos desacuerdos.

Y la despedida, tan errada y distorsionada como es usual:

«Bien, hermanos, pues, ¡Feliz Navidad a todos! Estamos en el año 2022, ya queda menos para irnos todos al cielo, porque todos estaremos en el cielo, aquí no hay ningún hereje, no hay ninguno que deteste a Cristo. Todos amáis a Cristo ¿verdad?
Yo tengo la misión, como vuestro catequista, de ayudaros a amar a Cristo. ¡Sólo faltaría que alguno de vosotros no ame a Cristo! El que no ame a Cristo, dice san Pablo, sea anatema, sea maldito. ¡Amar a Cristo -dicen los Padres del desierto- es la única verdad, el resto es todo vanidad. Debemos reflexionar: ¿amamos a Cristo verdaderamente? ¿Y cómo sabemos que amamos a Cristo? Porque tratas de ser como Él, ¿te complaces en ser humillado?».

¿Cuándo se complació Cristo en ser humillado? ¿Cuándo? Por favor, que me lo explique algún docto teólogo.