Kiko invita a Mario a decir algo edificante. Pero no estaba el horno para bollos, porque lo que le sale a Mario, después de encomendarse a su señor, es:
«Terminada la convivencia de inicio de curso, me he encontrado algunos libros sobre el Anticristo. En la lectura que hemos proclamado 1 Jn 2, 15 – 3, 2, S. Juan habla del Anticristo, y dice que todo el que no reconoce a Jesucristo como Hijo de Dios es el Anticristo».
Es decir, de entrada Mario proclama que todos los queridos judíos son el Anticristo, y se queda tan pancho.
Y también dice, citando a San Juan:
«Al mismo tiempo San Juan afirma: “Vosotros habéis recibido la unción del Espíritu Santo, (Sfraghis – el Sello) y todos poseéis la ciencia de Dios” (2,20), y al final de la carta añade: “la unción que habéis recibido de Él, permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe” (2, 7)».
Lo primero que se deduce de la cita, es que Mario no emplea la obligatoria biblia de Jerusalén, porque en ella el versículo 2,20 está traducido de la siguiente manera: «En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo y todos vosotros lo sabéis». Hay que irse a la versión de Reina-Valera o alguna así para encontrar una traducción que diga «Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas».
Lo siguiente es que Mario confunde el final del capítulo con el final de la carta. Casi seguro que se trata de un lapsus linguae por hablar en un idioma que no es el suyo.
Lo tercero y muy obvio es que el versículo 2,7 jamás iría después del 2,20. Se trata de otro error, uno más, pues al que hace referencia es al versículo 2,27 que dice: «Y en cuanto a vosotros, la unción que de Él habéis recibido permanece en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe».
Para acabar, algo evidente para quién no tenga la mente atrofiada es que lo que proclama San Juan es que los ungidos no necesitan kikotistas que les “enseñen” y “guíen” durante toda su vida. En consecuencia, o bien los neocatecúmenos no han sido ungidos con el Espíritu Santo o bien han rechazado al Espíritu y lo han sustituido por un buey que fuma hierbas, como decía Malinche.
Empiezo a plantearme que Pezzi es un judas camuflado.
Acto seguido, Mario trata de explicar el sentido del Adviento según los tiempos litúrgicos de la Iglesia, pero como lo poquito que sabe Mario de religión lo ha aprendido de Carmen y de Kiko, según el mismo contó en reportaje público, confunde churras con merinas:
«Esta preparación, según una antiquísima y universal tradición, se caracteriza durante el primer periodo de Adviento por la lectura del profeta Isaías, que tanto gustaba a Carmen junto al profeta Jeremías, ella hablaba mucho de Isaías. En estos textos, se nos propone la esperanza que ha sostenido al pueblo de Israel en espera del Mesías prometido, como preparación; en vista de que se manifieste la Gloria de su Nombre y de la misión sacerdotal del pueblo de Israel».
Esa tradición antiquísima a la que alude Mario no es más antigua que la Eucaristía o que cualquier Sacramento, ni tampoco más antigua que los Evangelios, ni que la Iglesia, tengo la impresión de que Mario se confunde con alguna tradición milenaria judía, porque tampoco es real que el Adviento, que es un tiempo del Cristianismo y solo del Cristianismo, se centre en una presunta misión sacerdotal del pueblo de Israel.
Lo dicho, churras y merinas confundidas por alguien que no tiene ni idea de religión católica.
Igual de extravagante es su explicación del sentido litúrgico de la segunda semana de adviento. Según Mario, la primera semana se centra en la esperanza y la segunda en el consuelo y para que quede claro dice:
«El pueblo aprende de su historia que Dios no tolera el pecado, que quien confía en Él y lo busca, será bendecido, pero quien ha sido llamado y no responde, será destruido para siempre».
¿Qué ha sido de aquello de “Dios te ha amado primero, cuando eras malvado y pecador”?
Entiende bien lo que se dice: el pecado imperdonable es haber sido llamado y no hacer caso, es dejar la comunidad, es no dar la vida por el CNC. Eso es lo que su dios no tolera ni ha tolerado jamás.
¿Y el consuelo? Ni está ni se le espera, no hay remisión en el Kikismo.
Lo más impactante es cuando se deja de lecciones sobre el tiempo de Adviento y vuelve al tema del anticristo, que son los judíos y todo aquel que no acepta a Cristo como Hijo de Dios, según se ha dicho al principio. Es entonces cuando Mario descubre que, como fruto del anticristo, entre los hijos del CNC ha habido casos de cambio de sexo:
«En estos días nos han llegado algunas cartas de experiencias de chicos y chicas que han querido cambiar de sexo. Sabéis que la clínica inglesa Tavistock, en Londres .... Pero hay otras que funcionan y muchos chicos y chicas caen, a causa de la publicidad y de la educación desde las guarderías hasta los colegios, quien siente problemas en el crecimiento, hablando con amigos y amigas, se orientan hacia el cambio de sexo, como un sueño de su vida, facilitado por algún test de orientación sexual en la escuela: convertirse en hombre o mujer. En estas cartas se presentaba el drama de los padres, cuando después de unos tratamientos hormonales, su hijo quiere volver atrás, y ya es demasiado tarde: han sido engañados».
Tengo que reconocer mi profundo desconocimiento sobre los tratamientos hormonales en general y aquellos específicos para distorsionar el sexo biológico en particular, pero no entiendo que un tratamiento hormonal pueda tener consecuencias para siempre. Es decir, una mastectomía es para siempre, una castración es para siempre, pero no son tratamientos hormonales.
No me puedo imaginar qué clase de tratamiento han tenido esos “muchos chicos y chicas caídos” para que no haya vuelta atrás. Ni me explico que el drama sea de los padres y no de quienes se han sometido a esos tratamientos sin vuelta atrás.
Quizá sean cosas que solo se entienden desde Kikónides.