Si se altera la eucaristía, si pierde su valor real, entonces habremos perdido nuestra comunicación con Jesús y con el cielo. Por eso el enemigo está asaltando la eucaristía, promoviendo la ausencia de crucifijos y a la Virgen y a los Santos en los templos, con el sagrario a un costado del altar no en el centro, permitiendo un ambiente festivo y no sacro, y recibiendo el cuerpo de nuestro Señor sin genuflexión; dejando de recrear el sacrificio de la cruz, para convertirse solo en un banquete donde se come un trozo de pan y a veces se bebe un poco de vino.
La señal más evidente de que el Señor estará con nosotros hasta el fin del mundo, junto a la presencia del Espíritu Santo, es la Eucaristía. “La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia”. El beato Juan Pablo II, en la encíclica profética sobre la Eucaristía que nos dejó como legado, subrayaba estas últimas palabras: “el núcleo del misterio de la Iglesia” (E. de E., 1). Y continuaba: “La Iglesia experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: ‘He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’ (Mt 28, 20): En la sagrada Eucaristía, por la transformación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre del Señor (la Iglesia) se alegra de esta presencia con una intensidad única”.
“Con razón ha proclamado el Concilio Vaticano II – seguía explicando el Papa con clarividencia – que el Sacrificio eucarístico es fuente y cima de toda la vida cristiana (LG, 11). La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo” (PO, 5).
“La Eucaristía, presencia salvadora de Jesús en la comunidad de los fieles y su alimento espiritual, es lo más precioso que la Iglesia puede tener en su caminar por la historia. Así se explica – seguimos con J. P. II – la esmerada atención (subrayado por el Papa) que ha prestado siempre al Misterio eucarístico; una atención que se manifiesta autorizadamente en la acción de los Concilios y de los Sumos Pontífices: ¿Cómo no admirar – exclamaba el Papa – la exposición doctrinal de los Decretos sobre la Santísima Eucaristía y sobre el Sacrosanto Sacrificio de la Misa promulgados por el concilio de Trento?” (E. de E., 9). Efectivamente, hay que admirar, junto con Juan Pablo II, la precisión doctrinal con la que aquel magno concilio supo dejar establecido para siempre y con carácter dogmático el Misterio nuclear de la Eucaristía: “Si alguno negare que en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene, verdadera, real y substancialmente (vere, realiter et substantialiter) el cuerpo y la sangre juntamente con el alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, y por consecuencia, todo Cristo; sino por el contrario dijere que solamente está en él como en signo o en figura; o virtualmente; sea anatema”(Canon I).
“La Eucaristía, presencia salvadora de Jesús en la comunidad de los fieles y su alimento espiritual, es lo más precioso que la Iglesia puede tener en su caminar por la historia. Así se explica – seguimos con J. P. II – la esmerada atención (subrayado por el Papa) que ha prestado siempre al Misterio eucarístico; una atención que se manifiesta autorizadamente en la acción de los Concilios y de los Sumos Pontífices: ¿Cómo no admirar – exclamaba el Papa – la exposición doctrinal de los Decretos sobre la Santísima Eucaristía y sobre el Sacrosanto Sacrificio de la Misa promulgados por el concilio de Trento?” (E. de E., 9). Efectivamente, hay que admirar, junto con Juan Pablo II, la precisión doctrinal con la que aquel magno concilio supo dejar establecido para siempre y con carácter dogmático el Misterio nuclear de la Eucaristía: “Si alguno negare que en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene, verdadera, real y substancialmente (vere, realiter et substantialiter) el cuerpo y la sangre juntamente con el alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, y por consecuencia, todo Cristo; sino por el contrario dijere que solamente está en él como en signo o en figura; o virtualmente; sea anatema”(Canon I).
La precisión de los padres tridentinos es providencial, al confesar el hecho milagroso de que el cuerpo y la sangre de Jesús están en la Eucaristía, verdadera, real y substancialmente, es decir, que lo que comemos cuando recibimos la Eucaristía es, sin ningún tipo de eufemismo, el cuerpo y la sangre de Cristo, aunque sea bajo la apariencia (término de Trento) de las especies de pan y de vino.
Una precisión que ha sido necesaria a lo largo de toda la historia cristiana – aunque durante el s. XVI se hiciese más apremiante por el protestantismo – porque la invitación del Señor a comer su sangre y beber su sangre (Jn 6, 54)es piedra de escándalo para la autosuficiencia de la razón desde el momento mismo en que se pronunció.
El enemigo del género humano ha desplegado una saña especial, desde aquel instante de Cafarnaum; intentando revolver la escandalizada “sensatez” humana contra esta afirmación taxativa del Dios-hombre. Tal saña forma parte de un misterio de iniquidad operativo desde los inicios del cristianismo (2 Ts 2, 7) frenado por la autoridad de Roma (2 Ts 2, 5): Autoridad cuya eficacia está en relación directa con la Eucaristía, de tal forma que ese Adversario cuyo signo es el 666 (Ap 13, 18) y que no puede manifestarse hasta que esta autoridad sea “quitada de en medio” (2 Ts 2, 7)tendrá como propósito principal el vaciamiento y suplantación de la Eucaristía (1Mac1, 54; Dn 9, 27; 11, 31;12, 4-15; Mt 24, 15; Mc 13, 14).
El poder de la Eucaristía es infinito, como poder de Dios, hasta el punto que diviniza al hombre; preserva a la humanidad de las consecuencias de sus errores, y mantiene al abismo frustrado en sus expectativas. Por eso, la Pasión salvadora de Cristo y la Pasión purificadora, análoga, de la Iglesia (CCE, 677) están en íntima relación con las vicisitudes pasadas, presentes y por venir de este sacramento portentoso.
El poder de la Eucaristía es infinito, como poder de Dios, hasta el punto que diviniza al hombre; preserva a la humanidad de las consecuencias de sus errores, y mantiene al abismo frustrado en sus expectativas. Por eso, la Pasión salvadora de Cristo y la Pasión purificadora, análoga, de la Iglesia (CCE, 677) están en íntima relación con las vicisitudes pasadas, presentes y por venir de este sacramento portentoso.
El asalto final contra la Eucaristía comenzó a ser prevenido en revelaciones proféticas privadas – incontables – desde mediados del s. XX.
Recordemos la alarma de Nª Señora en Garabandal el 18 de junio de 1965 – “a la Eucaristía se le da cada vez menos importancia” que se adelantaba a las irregularidades “post-conciliares”; las tremendas súplicas divinas, de alerta, trasmitidas en Kenia en las últimas décadas del siglo, a través de sor Ana Ali (“los masones se han puesto de acuerdo para abolir la Misa…Satanás está en medio de sus filas”) y la explicación de la Virgen al P. Gobbi: “El sacrilegio horrible cometido por el anticristo, que durará alrededor de tres años y medio (1290 días) será consecuencia de aceptar la gente (los católicos) la doctrina protestante, sosteniéndose que la Misa no es un sacrificio, sino únicamente una cena sagrada, es decir, un recuerdo de lo que Jesús hizo en su Última Cena…” Un coro de avisos que, coincidiendo visiblemente con el deterioro de la práctica eucarística, vino a respaldar el esfuerzo doctrinal de los dos últimos Papas.
En Ecclesia de Eucharistía (17 de abril del 2003) Juan Pablo II se manifestaba dolorido “por la transigencia con prácticas eucarísticas contrarias a la disciplina con la cual la Iglesia expresa su fe, porque la Eucaristía es un don demasiado grande para admitir ambigüedades y reducciones”. Con el término “ambigüedades” el beato pontífice se refería a lenguajes pretendidamente innovadores que buscaban justificarse como “iniciativas ecuménicas” (E. de E., 10). Benedicto XVI, bastante más acosado por la deriva de la cultura hegemónica y por el contagio de amplios segmentos eclesiásticos, ha empeñado su ejemplo y su trabajo en la misma preservación de la Eucaristía, dando la comunión sólo de rodillas y en la boca, y promulgando documentos y directrices de intención restauradora. El Papa actual es consciente de que “toda gran reforma está vinculada de algún modo al redescubrimiento de la presencia eucarística del Señor en medio de su pueblo” (Sacramentum caritatis, 6). Obviamente, ese redescubrimiento venía a significar, en la intención de B. XVI, una recuperación de la devoción en la vivencia del Sacrificio y la contemplación del Misterio.
La Eucaristía fue protagonista en la Pasión de Jesucristo: La Plegaria eucarística III introduce la Consagración con las palabras “la noche en que iba a ser entregado…” explicitando así la relación íntima entre su Sacrificio personal y el Misterio eucarístico. Esta relación puede entenderse en toda su exigencia meditando el capítulo 6º del Evangelio de San Juan: “Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida…” (Jn 6, 53-55) Afirmaciones tajantes, definitivas, irreductibles; y que por ello se convirtieron, desde ese instante, en criba para la selección histórica de los verdaderos discípulos de Cristo; para la distinción de la verdadera fe, que acoge sin reservas el poder de la divinidad, respecto de la falsa. Piedra de toque para separar la sumisión de los corazones de la arrogancia pretenciosa.
Este lenguaje sigue resultando duro (Jn 6, 60) y hoy más duro que nunca por ser la autosuficiencia humana más espesa. Por eso la Eucaristía es el verdadero Calvario analógico donde la Iglesia reproduce la Pasión. También Ella vive la noche de su entrega a través del Misterio eucarístico: Igualmente, ahora, hay entre nosotros “algunos que no creen”, e igualmente Jesús sabe “desde el principio quienes son los que no creen y quien es el que va a entregarle” (Jn 6, 64): Resulta sorprendente, teniendo en cuenta que la numeración de los textos bíblicos arranca del s. XIV, que esta deserción suprema, provocada por el repudio de la transubstanciación, venga consignada con la cifra seis, seis, seis: Precisamente allí donde se anuncia que “muchos discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él” (Jn 6, 66).
Con su NO a la misa PROTESTANTE de Kiko Arguello, El Santo Padre ha retrasado la manifestacion del anticristo, asi que El Papa es El Katejon del que hablo San Pablo , El es el que esta impidiendo que toda nuestra Tradicion sea burlada por las legiones infernales, por mas que en otros ambitos haya confusion, Benedicto XVI es fiel a JESUS presente en el PAN y VINO Consagrados, por eso tenemos que orar por El constantemente para que El Espiritu Santo le siga iluminando y fortaleciendo ante estos enemigos de la Iglesia y de la Verdadera FE
ResponderEliminarHay que recordar que la protestantización de la misa se logró durante el pontificado de Pablo VI y la liturgia 'inventada' de monseñor Bugnini (personaje cercano al CNC).
EliminarEl declive de la liturgia católica empieza con la modificación del misal Pio V, en el cual el propio papa impide cualquier modificación posterior (siendo modificado por Juan XXIII).
Pablo VI impidió el uso del misal romano (vigente durante más de cuatrocientos años) y no volvió a ser permitido hasta la Summorum Pontificum de Benedicto XVI. Asi, podemos considerar que dicha actitud fue un guiño por parte de B-XVI hacia la tradición y los primeros pasos a 'desacralizar' el Concilio Vaticano II, criticado por los propios tradicionalistas, pero algunos otros gestos (como es nombrar a un teologo simpatizante con la teología de la liberación, Muller) pone de entre dicho la utilidad de los pasos dados por el Sumo Pontífice.
CS@H
No hay un solo argumento en todo este artículo que demuestre que el Camino no cree en la Transubstanciación, ni que las opiniones de los Papas y los testimonios de las apariciones se refieran ni en lo mas mínimo a la Misa del Camino ni a la Comunión en la mano.
EliminarPertenezco al Camino hace 16 años y puedo asegurar, precisamente después de 4 días de estar celebrando el Cuerpo de Cristo en la Liturgia (30/ago/2012) que jamás se ha dicho en el Camino que Cristo no está en la Eucaristía. Eso es una absurda y burda calumnia de los enemigos del Camino, que son los que están en verdad protestantizados pues son los que dicen que el 666 está metido en la Iglesia, pero los tradicionalistas dicen que solo en los grupos o personas que comulgan en la mano, cuando es sabido hasta de niños que el 666 solo corresponde en la historia al Emperador Nerón.
La Comunión en la mano fue la establecida por el mismo Cristo y se usó en la Iglesia antes que la de la boca, por lo que es falso que Cristo se ausente de la Eucaristía, lo que equivale a decir que el Sacramento del Orden en el Sacerdote dejaría de ser eficaz para consagrar las especies, lo que es lo mas tonto que he podido escuchar, solo porque se haga de una forma diferente al gusto de los tradis, además también aprobada por las autoridades legítimas de la Iglesia.
Juan Pablo II dijo en el decreto de excomunión de Lefevre (recuerden que también existe la automática, la latae sentenciae para quien se separa de lo establecido por el Papa y el Vaticano) que era errado un concepto de Tradición que sea rígida, no viva en el tiempo, y que desconozca lo legislado y aprobado por el Magisterio legítimo de la Iglesia. Tradición no es sinónimo de antiguedad, sino del Magisterio oficial del Papa y los Obispos en comunión con él.
Ver www.comunionenlamano.blogspot.com para conocer gran parte de los documentos oficiales de la Iglesia que aprueban la comunión en la mano. Espero que tengan el valor de publicar el comentario.
Este blog no es tradicionalista , ni esta ligado por ningún lado a algún miembro de la FSSPX, se equivocan totalmente quienes acusan a este blog de ser lefevrista, es mas el autor del Blog jamas ha asistido a una misa Versus Deum, pero como católico fiel a la Iglesia ama la liturgia de todos los tiempos y defenderá la doctrina de la Iglesia. Y no puede callar por esta razón los incontables abusos litúrgicos, sacrilegios y falsas enseñanzas que Dios le ha permitido ver por parte de miembros del Camino Neocatecumenal. Y que ha tenido la desgracia de confirmar que no se tratan de casos aislados sino que es un problema global. Dios sabe que la motivacion de este blogger no es la destrucción del Camino sino su corrección y obediencia a la Iglesia.
EliminarLa comunión en la mano es permitida pero no es RECOMENDADA.
EliminarPrecisamente como no es una hostia tradicional la que se usa en el Catecumenado, las "migajas" quedan en la mano y muy pocas veces los catequistas han tomado cartas en el asunto.
En casi 20 años de Camino solamente escuché UNA VEZ a un catequista hablar sobre el tema.
Pareciera como que para el Catecumenado el respeto a la Sagrada forma no es importante, con tal de recrear la Pascua judía.
Si aman tanto al Señor en la Eucaristia ¿por que no fomentan las visitas al Santisimo? Excepto cuando llegan a un Paso?
El Amor a la Eucaristia es la base y centro de la vida cristiana.
Ciertamente, hay que orar mucho por el papa, porque tiene que pelear con los lobos.
ResponderEliminarPensamiento Liturgico de Benedicto XVI: La liturgia no es un show. UNCION CATOLICA BLOGSPOT.COM
Eliminarkiko barba luciferina: http://elpais.com/diario/2008/06/29/eps/1214720809_850215.html
EliminarCuando la Santa Madre Iglesia apruebe la eucaristía y los neocatecúmenos sigamos celebrándola los sábados por la noche, en distintas salas, con las dos especies, con el altar en medio, y haciéndolo como lo llevamos haciendo más de 40 años me reiré de todos vosotros!!!!! Preocuparos de la gente que está fuera de la iglesia, de los que se divorcian, de las violencias en las casas, de los que no tienen trabajo, de los enfermos, de los presos, de los que sufren. Dejad de atacar a la Iglesia. Para mi no es una institución es una MADRE que gracias a este itinerario he podido encontrar a Jesucristo, querer al Papa, a la Iglesia...
ResponderEliminarAsí mientras vosotros perdéis el tiempo con tonterías, las iglesias se vacían, los evangélicos se llenen de gente que antes eran católica pero que se han ido ASQUEADAS de esa IGlesia tan monolítica y dogmática que presentáis. Nunca os he leído una buena noticia. Ahhhh que pena. Que dolor.
Preparate hermano, que por ahi viene la turba a decirte que eso de las iglesias estan vacias es cantaleta neocatecumenal, incluyendo los divorcios, y son mencionar que los protestantes se estan llenando de gente que a abandonado nuestra fe catolica asqueada de nuestros sistema monolitico y dogmatico.
EliminarCitando al Caminante anterior:
Eliminar'Cuando la Santa Madre Iglesia apruebe la eucaristía y los neocatecúmenos sigamos celebrándola los sábados por la noche, en distintas salas, con las dos especies, con el altar en medio, y haciéndolo como lo llevamos haciendo más de 40 años me reiré de todos vosotros!!!!!'
Anónimo 21 de agosto de 2012 08:32
Esto es algo a tener en cuenta porque confirman que se desobedece las últimas prescripciones dadas por el Santo Padre el pasado 20 de enero de 2012. Busquese 'dominical' en el siguiente enlace:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2012/january/documents/hf_ben-xvi_spe_20120120_cammino-neocatecumenale_sp.html
En fin, el cisma está en marcha. Y lo digo con toda la tristeza del mundo.
Respecto a la buena noticia, le parece poco las 'muy justas observaciones' del Cardenal Burke.
CS@H
Ahh! entonces hay que evitar que la gente vaya con los evangelicos convirtiendo la IGLESIA DE JESUCRISTO en otra secta mas chorra que las que ya existen en el mundo? Santo remedio!
EliminarEl cisma está por vuestra parte porque atacáis al Papa!!! El camino acapetará lo que la Iglesia diga pero vosotros NO.
EliminarCómo podéis juzgar y anatemizar una realidad eclesial aprobada por el PAPA? Señores si el camino fuera sectario herético, lutero protestante, cómo Juan Pablo II hubiera celebrado la eucaristía en Porto San Giorgio? Y el cardenal Ratzinger cuando era prefecto celebró la eucaristía en el Redemtoris MAter de ROMA?
Me comparan la Iglesai evangélica con el camino? Les creía más inteligentes!!!
El Papa tiene la última palabra. Sólo espero y deseo que cuando se pronuncie su santidad respecto a la eucaristía del camino ustedes, dejen de denigran un Carisma inspirado por el Espíritu Santo que está dentro de la Iglesia católica, la misma tuya y mía. por qué este empeño en dividir? Yo voy a mi parroquia, quiero a mi parroquia, me relaciono con los feligreses pero Dios me ha llamado a vivir mi fe en una realidad concreta como es el camino neocatecumenal. Saben lo que he visto allí? He visto milagros como el Señor cura a las personas a través de los sacramentos, la penitencia, la eucaristía. La palabra de Dios vivida en comunidad hace que las familias estén unidas, que estén abiertas a la vida. Sólo he visto cosas buenas. Personas que pierden su tiempo, su vida, su dinero por anunciar a Jesucristo que está en la IGLESIA CATÓLICA.
Mi comunidad es una obra del espíritu Santo, no somso heréticos, ni estamos en el error doctrinal, ni somos protestantes. Tan católicos como usted!!! Ya está bien de faltar, de acusar. Preocúpense de las personas!!!!!! católicas, bautizadas, que creen en lo mismo!!! No se dan cuenta que dividen?
Yo estoy contentísimo como el camino, con la iglesia. No creo que esté comentiendo un crimen ni un cisma. Espero que Jesucristo y la santísima Virgen María me comprendan, porque al cristo que ustedes predican me parece que me golpeará con un palo y me está esperando para quemarme por hereje.
Lo sigo diciendo. Me rio de ustedes y de su blog. Y amenazo con seguir dando la lata. Ustedes mienten, yo escribo.!!!!!!!!!!!
Lo de amenazo es broma que ustedes todo lo malinterpretan. lo que quiero decir es que seguiré escribiendo en estos intercambios dialécticos!!!!!!!!!!
EliminarEs increible como pueden vivir asi dejandose programar como computadoras y nada mas que por un par de herejes luteranos como kiko y carmen! Les hacen vivir como zombis, no pueden pensar, solo obedecer sus criterios totalmente contrarios al Catolicismo y convencidos de que uds son los que tienen la razon se ponen a defender lo indefendible, no se dan cuenta que todo lo que hacen, dicen y escriben, sus vidas estan cimentadas en una gran y satanica mentira
Eliminarjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjjjjjjjjjjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajjajajajajajajajjajajajajajaajajajajajajajajaj
EliminarNo se lo creerá, pero en la institución católica en la que me formé un profesor del Camino me habló muy bien de Lutero, es cierto que no le defendió al 100% pero sí al 95%. Triste pero cierto.
EliminarEsa carcajada satanica prueba mi caso, gracias
Eliminar¿O sea que preocuparse de la correcta comprensión de la Santa Misa son tonterías?
ResponderEliminar¿Es tontería el menospreciar el Santo Sacrificio no distinguiendo entre la víctima, el oferente, a quien se ofrece y aquellos por los que se ofrece?
Eso lo hacen los neocatecumenales con una deformación muy simple: haciendo que todos comulguen a la vez que el sacerdote. Es algo que destruye la Santa Misa, por eso se duda de su catolicidad.
Pero no es sólo eso... hay más. Pero son tonterías... En fin. Viva la tontería del afecto externo que se caga en la doctrina de la gracia y los sacramentos que es lo que une en adhesión interna.
"Espabilao" en el camino no comulgamos a la vez que el sacerdote. El sacerdote reparte la comunión y comulga primero y después todos los demás. LISTO
EliminarEstá estipulado que la comunión del sacerdote sea antes de repartir la comunión a los fieles. Es obvio que el que digas que el sacerdote comulga después de repartir a los fieles es parte de la confusión sobre esta parte esencial al sacrificio (la comunión del sacerdote es parte esencial) y que es precisamente lo que se indica. No pueden comulgar en el mismo momento litúrgico esperando los fieles al sacerdote con la eucaristía en la mano. Sea en la versión moderada que tu pones o en la dura (que se hace) y que yo he puesto, esa confusión de la comunión del sacerdote con la de los fieles destruye la Santa Misa e implica una confusión anterior a ese rito de víctima, oferente, al que se ofrece y por los que se ofrece. Algo típico de la forma en la que entienden la eucaristía.
EliminarLo bueno es que lo acabas de confesar, "espabilao".
En las comunidades que yo conozco, ni el sacerdote 'comulga primero' ni 'después todos los demás'; sino que se hace de la siguiente forma:
EliminarNormalmente el sacerdote no reparte, pues para eso cuenta con acólitos. Así que coge un pedazo de pan y, con Él en las manos, permanece sentado en su sitial a la espera de que concluya el reparto.
Una vez repartido el pan, el sacerdote eleva su pedazo y dice: 'El cuerpo de nuestro Señor Jesucristo nos lleve a la vida eterna'. A lo que la asamblea responde 'AMEN'.
Y es entonces cuando, TODOS A LA VEZ, se comulga.
Soy neocatecúmeno:
ResponderEliminarLa Eucaristía para mí es el SACRAMENTO DEL AMOR. Dios se ha hecho hombre y se entrega por mí. Me da su carne y su sangre como alimento para la VIDA ETERNA. PAra mi la eucaristía es una buena noticia. Dios me ama. Jesucristo se ha entregado por mi. Viene a liberarme.
Dice el evagelio de san Juan: "Quién come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna".
El Pan, signo de la esclavitud de Egipto es el cuerpo de Cristo muerto en la cruz que me dice: "no estas solo" "mi yugo es suave y mi carga ligera" Ahí donde te hace sufrir, donde compartes mi sufrimiento, la cruz que llevas, que te hace dudar de mi amor. Pues tómalo, en este pan que ya no es PAN es MI CUERPO muerto por ti, entragado por ti, lacerado por ti, humillado por ti, triturado. Ahora puedes subir a la cruz porque no te destruye porque yo estoy en ella.
Y mira vez este cáliz, imagen de la TIERRA PROMETIDA, el VINO DE LA LIBERTAD, es mi SANGRE, derramada por AMOR. porque estaba muerto pero ahora estoy vivo y triunfante. SOY EL SEÑOR, KIRIOS ahora puedes tener acceso a la VIDA ETERNA AHORA porque yo HE RESUCITADO HE VENCIDO LA MUERTE. Por eso hagamos EUCARISTÍA, demos GRACIAS porque DIOS ES AMOR
Bien, eso la Eucaristía ¿y la Santa Misa que es para ti, aparte del rito donde se confecciona la Eucaristía?
EliminarY, por favor, no me vayas a decir que la comunión de la Eucaristía y la Misa no se distinguen y que son una misma cosa porque esa posición herética quedó condenada en el Concilio de Trento. ¿Que os cuentan en los mamotretos de esta realidad y diferencia?
EliminarPermítanme una catequesis breve para poner a prueba su comprensión católica de la Santa Misa.
ResponderEliminarEl problema de Kiko y de tantos sacerdotes y teólogos mal preparados en los seminarios y centros posconciliares es el de haber perdido la noción teológica de la esencia del sacrificio de la Santa Misa.
A este respecto es muy importante la discusión en teología católica sobre las partes integrantes de la Misa y la esencia del sacrificio en la misma.
Las partes integrantes del sacrificio de la Misa y que quedan reflejadas en el rito son: El ofertorio, la consagración y la comunión.
Se discutió ampliamente por los teólogos en cual de ellas radicaba la esencia del sacrificio y por tanto cuales eran parte o partes esenciales al mismo y con cuales se daba la integridad del mismo. O sea: para que el sacrificio y el rito de la Misa se de completo es necesaria la integridad de ciertas partes (estas eran ofertorio, consagración y comunión), pero lo que no se puede perder es la parte esencial, pues en ella se constituye y se realiza el sacrificio propiamente dicho.
Ahí hubo desde Trento una opinión mayoritaria de que la parte esencial estaba en la consagración, desechándose el ofertorio y la comunión como partes esenciales del sacrificio de la Misa (negar la esencialidad de la consagración en el sacrificio sería un claro error en teología), aunque sí se las admitía como partes integrantes del mismo. Por eso en una Misa aunque no comulgue nadie, se da auténtico sacrificio con todos los frutos del mismo. La integridad de la comunión en el rito se mantiene obligando a comulgar al sacerdote que realiza el rito de la Misa.
Cuando en el Concilio se empieza a hablar de la Eucaristía como comunión, lo que se hace es recuperar una opinión minoritaria mantenida por grandes teólogos (como por ejemplo San Roberto Belarmino) sobre que la comunión es parte co-esencial del sacrificio junto a la parte esencial de la consagración. Incluso también hubo y hay intentos de afirmar la coesencialidad del ofertorio. Ojo: no se dice que la parte esencial es la comunión, sino que es coesencial a la parte esencial que es la consagración. En este presupuesto la comunión del sacerdote es totalmente necesaria para la realización del sacrificio y no sólo necesaria para la integridad del rito sacrificial. De cualquier manera y en la práctica un sacerdote siempre debe comulgar en una Misa y si se dejo empezada tras la consagración, otro debería acabarla comulgando por razón de esta integridad y la posibilidad de la coesencialidad. En la práctica del rito el detalle no se distingue.
La gente que desconoce la teología y esta discusión (que tiene unos límites opinables y unos límites no opinables) acaba malentendiendo el asunto y creyendo que lo que se ha hecho es recuperar la afirmación protestante condenada en Trento: la comunión y la Misa no se distinguen y no son más que una comida o banquete. Ahí está el error de fondo de Kiko y de tantos otros. El Concilio ha recuperado la Misa como comunión dejando de lado la concepción tridentina. Eso es falso y una banalización de lo que es la doctrina de la Iglesia al respecto. Siempre fue comunión, aparte de sacrificio. Pero esencialmente fue siempre un sacrificio y de las partes integrantes de dicho sacrificio, se podría pensar que el rito de la comunión es coesencial a la parte esencial del sacrificio que es la consagración.
Pero piensan todos estos desde la ignorancia (algunos hay tan deformados y de mala voluntad que lo piensan porque en realidad quieren cambiar lo que es la Misa para dejarnos sin sacrificio) que el rito de la Misa ha dejado de insistir en el sacrificio y la consagración como parte esencial para pasar a presentarse como una comida o banquete saludable en su esencia. Eso ya es una herejía condenada en Trento aparte de un error, pues la opinión de fondo que informa esta actitud es la coesencialidad a un sacrificio y no el abandono de la consagración como esencia del sacrificio y mucho menos de la idea del sacrifio.
ResponderEliminarLa coesencialidad de la comunión implica en la práctica (que no en el derecho) el abandono de la Misa sin pueblo aunque siga siendo lícita y legítima, y una revitalización del rito de la comunión de los fieles (en ella se aprovechó para colar el gol de la comunión de pie y en la mano), pero eso en absoluto implica un cambio en lo que la Iglesia entiende por la Eucaristía y su aspecto sacrificial cuya esencia se muestra en la consagración y separación mística del cuerpo y la sangre derramada en el altar, siendo este el momento central del sacrificio que es ofrecido a Dios y en el que comulgamos.
En resumen: Eucaristía, banquete, comunión... y al final no entienden que se trataba de considerar la comunión como algo coesencial al sacrificio (el límite opinable, aunque aquí se rompa un tanto con la opinión mayoritaria mantenida hasta entonces), y pasan a pensar que estamos diciendo que la comunión es la esencia del sacrificio (lo cual es un error) y de ahí que llegue seguido la afirmación condenada y herética: Comunión y Misa no se distinguen pues son la misma cosa. O sea: la esencia de la Misa no es el ser sacrificio, sino banquete y esto se da plenamente en la comunión.
La consagración deja de importar y se abandona el estar de rodillas, las campanillas de atención, incluso el rito se deforma y se convierte en un teatro que rememora lo que pasó (el sacerdote actúa como si fuera Cristo en la última cena, incluso con musiquita de fondo...) en lugar de en la actualización y conmemoración de aquel mismo sacrificio mediante el rito.
Luego se pasa a pensar que viene el signo importante: la comunión... A esto lo acompañan otras confusiones teológicas como la afirmación del sacerdocio común de los fieles que implica la pérdida del sacerdocio ministerial (En las comunidades neocatecumenales: sacerdotes y pueblo comulgan juntos y muestran la gran confusión de estos puntos teológicos presentes en sus fundadores) La caída y degeneración hacía el protestantismo condenado en Trento es inevitable (filosófica y por tanto social y culturalmente se acompaña esta caída a todos los niveles donde las comunidades se muestran tan fideistas y pietistas como esos inmigrantes puritanos que huyeron en el Myflower del deterioro de la protestante Inglaterra) y esto se convierte en la confirmación del axioma que dice: católico ignorante, seguro protestante.
¿Qué teología os enseñan los mamotretos sobre este punto del Santo Sacrificio? ¿Será católica o será una degeneración como la del sínodo de Pistoya (que está condenada) que decía que era esencial la comunión de los fieles al sacrificio de la Misa?
¿Aman a la Iglesia cuando se quieren formar en la doctrina de modo que lleguen al fondo de todo esto o sólo se remiten a tópicos más afectivos que obras, pensamientos y deseos efectivos?
Lo que comentas de los mamotretos tengo que decirte que HAN SIDO APROBADOS POR LA IGLESIA CATÓLICA. Por los dicasterios competentes.
ResponderEliminarNo es la opinión del neocatecumenado es la mía:
Yo entiendo el sacrificio como una oblación de amor. Es Dios el que no perdonó a su propio hijo y lo entregó a la muerte. No soy yo el que en la persona del sacerdote hago un sacrificio.
Entiendo lo mismo que tú sobre la misa. Lo de rodillas? Si hay que ponerse pues a ponerse. El padre del hijo pródigo levantó a su hijo... No hay ningún error.
El único contrario puedes ser tú que NIEGAS EL CONCILIO VATICANO II a lo mejor tú eres el único que sabe y está toda la cristiandad equivocada?
En tu celo apostólico hay cosas en las iglesias que son peores que el camino neocatecumenal.
Aunque el comentario no va para mi, lo responderé con mucho gusto.
Eliminar- Del CVII a dia de hoy, yo personalmente reniego de la Nostra Aetate y la Dignitatis Humanae porque contradice el magisterio precedente. Lo único que no está escrito claramente, hay que leer entre lineas. Pues si fuera tan claro como lo era (el beato y magno) Juan Pablo II, quien afirmara aquello de que 'cristianos y musulmanes adoramos al mismo Dios'... a uno se le queda la cara de (la misma que ha puesto usted al enterarse de ésto).
- Pero el Concilio Vaticano II fue un concilio ecuménico pastoral (que no dogmático) así que no hay ningún punto en el que se esté obligado a creer para no caer en anatema, a diferencia del Concilio de Trento (al que, algunos que yo me sé, le tienen verdadero pánico) y a dicho Concilio si que hay que obedecer.
- Así que no pretendamos creer únicamente en la Iglesia desde 1963 dejando de lado todos los años precedentes.
- Respecto al último punto de las 'cosas [...] que son peores' claro que lo denunciamos, y sabes cual es la respuesta: Yo únicamente aporto un fiel (yo mismo) y pequeñas donaciones (calderilla); que aporta Mendoza (prole y cheques millonarios a nombre del papa). ¿Hace falta explicar más?
CS@H
Los mamotretos han sido aprobados con las correspondientes anotaciones y referencias de los distintos dicasterios a documentos magisteriales. Pero como no los van a publicar como tales, pues nada, aceptamos pulpo como animal de compañía. El tema este no está en los mamotretos, sino en como entienden la doctrina sobre la Misa de modo complexivo y tal como la muestran al efectuar el rito según los libros aprobados de la Iglesia.
EliminarY dale con lo de mendoza, por favor hermano.
EliminarTotal la Iglesia católica está patas arriba por culpa del concilio Vaticano II?
ResponderEliminarTe responderé de una manera muy sencilla:
EliminarDigamos que un concilio ecumenico se hace sólo para imponer por vía de magisterio meramente auténtico las opiniones menos probables seguidas hasta entonces en la teología católica y una disciplina inusual (fruto en gran parte de dichas opiniones menores) hasta entonces.
Eso produce, para cualquiera que entienda lo que se dice con estas palabras, un problema eclesial y teológico de muy padre y señor mío y algo jamás visto hasta entonces. Eso es el Vaticano II en su meollo. En este caso sólo he abordado el aspecto sacrificial que pasa a considerarse como banquete sacrificial... opinión ya rechazada por los teólogos como errónea en 1905 y que en su confusión extrema nos lleva a la confusión con tesis protestantes sobre la Misa condenadas en el siglo XVI.
Al final, a nosotros los mortales solo nos queda esperar lo que corregiran y ya.
EliminarUn dìa alguien me dijo
ResponderEliminarSimonia, les sugiero busquen sobre ello. Todo Made in KIKO.
Cambiando a Jsesu por este horrendo personaje.
Pero nadie dice nada,
deberiamos protestar como los musulmanes que si se hacen respetar nos faltan pantalones a los Catolicos verdaderos para que esos kikos dejen de pisotearnos y tratarnos como basura y aluden que son sencillos, pero si asi tratan a los mismos de la iglesia que se puede esperar.
Creo que llego la hora de la revoluciòn, no mas KIKOS en Nuestra amada Iglesia
Simplemente teclead en Google: “En la liturgia la Iglesia se hace plenamente visible”. Os aparecerá un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Ayer 3 de octubre de 2012 dijo el Papa que “No es el individuo -sacerdote o fiel- o el grupo el que celebra la liturgia; ésta es, en primer lugar, la acción de Dios a través de la Iglesia, que tiene su historia, su rica tradición y su creatividad. Esta universalidad y apertura fundamental, que es propia de toda liturgia, es una de la razones por las que NO PUEDE SER IDEADA O MODIFICADA POR UNA COMUNIDAD PARTICULAR o por los expertos, sino que DEBE SER FIEL A LAS FORMAS DE LA IGLESIA UNIVERSAL”.
ResponderEliminarY esto le digo yo a los kikos: Si siempre decís que obedecéis al Papa, pues eso, a obedecer. Fuera la Misa Neocatecumenal, y todos los ritos litúrgicos neocatecumenales. Todos somos idénticos y debemos acudir a LA MISMA MISA (en su variante ordinaria o, mejor, extraordinaria).