Él creerá en el Padre, creerá que
el Padre le ha dado al hombre la libertad de ser malvado; y sin embargo, el
Padre va a buscar al hombre en su maldad, va a esperarlo detrás del mal, lo
amará hasta el final. Un inmenso misterio, hermanos, que solo el Espíritu Santo
puede hacerte entender al otorgarte el don de la Sabiduría. Y si esto se da en vosotros,
espero que en todos nazca el amor por Jesús, un amor tan grande que te lleve a
no crucificarlo más, porque Jesús debe morir en la cruz por cada pecado. Dios
dio una ley, una ley cosmo-biológica que rige todo el universo, la ley del amor
que dice así: "Amarás a Dios sobre todas las cosas". Y nosotros,
seamos claros, no amamos a Dios por encima de todas las cosas.
En particular, no hay un kiko que ame a Dios más que al camino
que no lleva a ninguna parte, a la comunidad que machaca al otro, al tripodeo
al que dedica su vida. ¡Pobres! Son esclavos que no ven su esclavitud.
Luego dice: "Amarás a tu
prójimo como a ti mismo". Por tanto, no robarás a tu prójimo, no desearás
a su esposa, no cometerás adulterio, no desearás sus bienes, no le mentirás,
etc. Y nosotros nos damos cuenta constantemente de que esta ley cosmo-biológica
se ha transformado en nosotros en una ley de muerte, de condena, como dice San
Pablo. Si todos los días me repiten constantemente los Diez Mandamientos, me
condenan todos los días. ¿Por qué esto? Porque vivimos en una situación conflictiva,
de pecado, de ceguera. Y Jesús vendrá para sacarnos de esta situación de ley,
de condenación, para introducirnos en una nueva situación de gracia, en una
situación de "agraciados", liberados de la ley, en una nueva
condición: la condición del amor.
Ya sabes, kikillo que no puedes dejar de leer este blog: tantos
años de pringar con preparaciones, reuniones, convivencias, bolsas y pendejadas
no te han servido de nada. Todos los días te ganas la condenación, porque no crees,
no amas y no eres cristiano. Y eso sucede porque no estás en la verdadera
Iglesia.
Él nos dará Su mismo Espíritu para
que, abriendo los ojos del corazón en el espíritu, podamos ver el amor de Dios
por todos lados y entonces podamos bendecirlo.
En este blog queda a la vista que los tristes kikos lo único que
ven son traiciones, intrigas, demonios y persecuciones, ni uno en capaz de
entrever el amor de Dios por ningún lado.
Cuando explico a los niños la
canción "Se encontraron dos ángeles", digo: ¿qué significa que Dios
vive en la bendición, en la alabanza? Es muy simple: Dios se acerca a la tierra
desde el cielo todos los días con la esperanza de que haya alguien que esté
feliz de vivir y que le diga al Señor: "Bendito seas, Señor, estás
haciendo todo bien. Bendito seas por la vida que me das hoy, por la salud que
me das, etc. Pero no encuentra ni uno: todos fruncen el ceño, con cara enojada.
Está describiendo lo que hay en el CNC. Solo por eso los kikos
que escuchan estas tonterías, asentirán y pensarán: tiene razón.
Al parecer, Dios lo ha hecho todo mal: la
esposa que te ha dado es un desastre; se equivocó al darte ese horrible marido;
los hijos que te dio, ¡bueno! o te dio demasiados o te dio pocos o no te ha
dado ninguno; el trabajo que tienes no te satisface, Dios no ha hecho ni una
sola cosa bien.
Este reconocimiento de que en el CNC no hay un solo matrimonio
conforme con lo que tiene es importante, porque ¿qué pasa cuando la esposa no se
queja de marido y viceversa? Lo que sucede es que la amorosa comunidad les
señala con el dedo ante los kikotistas y les acusan de falsos o de engañados,
de no tomar su vida en peso, de no sincerarse con la comunidad. Por narices,
porque lo dice uno que no tiene ni idea de lo que es la vida marital, en todos
los matrimonios ha de haber disgustos y dramas y quien no lo reconoce, es que
no acepta su realidad de pecador. Eso es lo que sostiene el que no sabe nada de
estos temas.
Pero Dios no necesita que lo
alabemos o lo saludemos, ¡DIOS SE COMPLACE SI SOMOS FELICES! Ha hecho todo lo
posible para que seamos felices y no vemos. ¡Este es el punto! Dios se complace
en nosotros si somos felices. ¿Qué más puede hacer que dar la vida por ti? Pero
Dios no te puede robar la libertad, eres libre. "Dios que te creó sin ti
no te salvará sin ti", este es el tremendo misterio de nuestra libertad:
Dios que te creó sin ti no te salva sin ti, te pide permiso. Y si quieres pecar
tranquilamente, puedes olvidarte de Jesucristo, puedes despedirte de tu esposa
y largarte, irte con la primera que pase y abandonar a tu esposa, como hacen
quienes se divorcian, porque somos libres. Y ni siquiera nos damos cuenta,
porque ni siquiera nos creemos hasta qué punto Dios nos toma en serio,
realmente en serio. Habrá personas poco inteligentes, personas con mucho
trabajo, poco trabajo, etc., pero todos somos libres.
Una mezcolanza de ideas tal vez con finalidad perversa, porque
da la impresión de que en el kikismo se intenta oponer la libertad a la
felicidad, para que sea más fácil renunciar a ser libre es pos de una falsa
felicidad. Cuando la realidad es que la libertad es condición del ser humano
como hijo de Dios.
Bien, hermanos, convirtámonos al
Señor esta noche. Que Él pueda abrirnos los ojos del espíritu, que puede darnos
la vista, que podamos decir: "Señor, Hijo de David, ten piedad de
mí". "¿Qué quieres que te haga?" "¡Qué vea, Señor! Que vea
tu amor". Es maravilloso vivir y ver el amor, ver que todo contribuye a
nuestro bien, ver por qué me sucedió esto a mí y cuán sabio es Dios. Tú no ves
nada sino a ti mismo, no ves la acción de Dios por ninguna parte, no tienes una
visión profética ni sobre tu vida ni sobre la vida de nadie.
No así los falsos profetas, que se creen –o eso dicen- que
pueden desentrañar los misterios de Dios y ser más listos que Él.
No sabes ver el amor de Dios por
los hombres, ni sabes la razón de las cosas que suceden: no vemos nada, estamos
ciegos. No vemos nada más que el dinero.
Entonces les digo a los niños que
Dios está muy contento cuando encuentra a alguien que lo bendice. Israel ya decía
que cuando un hombre se acuesta feliz después de orar, cuando está en la cama,
antes de dormirse, dice a Dios en su corazón: "¡Qué grande eres, cuán
bueno eres para mí, Señor! Hoy me diste un día maravilloso" y nace en su
corazón una especie de gratitud. Dios se complace por esta gratitud, porque
esto es pura felicidad, más que con todos los sacrificios. Esto lo dice el
pueblo judío, antes del Cristianismo.
El pueblo judío no está en la Verdad y yerra si piensa que el
Sacrificio con mayúsculas no fue tan del agrado de Dios, porque valen más las
obras que las palabras, por más que a su sensibilidad se le vaya la fuerza en
el blablablá y no tenga obras que presentar.