Sobre la salud de Carmen y la "nëo-hortografia"

Por experiencia y por lo que sé de la praxis del Camino, me atrevo a afirmar que parte de su karisma (no confundir con carisma, que es otra cosa) es la murmuración de todo y de todos.

 

Así, ante la enfermedad o el deterioro físico irreversible de Carmen Hernández, es inevitable que el karisma propio de la idiosincrasia neocatecumenal se dispare: la maquinaria de bulos, dimes y diretes se pone en marcha y unos la matan, otros la resucitan, los de más allá la elevan a los altares del kikismo, otros afirman que el Papa en persona va a oficiar el sepelio…

 

En una organización transparente, no habría lugar a tales bulos pamplineros, sencillamente se comunicaría oportunamente lo que hubiese que comunicar, en uno o en otro sentido. Pero el CNC es el reino de la kantidad y de los arkanos, donde esos hermanos que tanto se aman entre sí y tantísimo aman a todos, se pirran por hacerse pasar por los más enterados del lugar. De forma que ante la enfermedad de un pata negra, sin dar lugar a que se comunique nada, tiran de móvil o de ordenador o de lo que haya más a mano y empiezan “pasar noticias” adornadas de la forma que vean más conveniente para quedar de más enterados que nadie.

 

Si serán amigos del cotilleo, que al final ha tenido que intervenir el gran jefe, el único que conoce los atajos de las Rocosas. Eso sí, se conoce que el gran jefe tiene otras cosas entre manos, por lo que en lugar de escribir personalmente la misiva, se lo ha debido de encargar a alguno que no acaba de localizar la tilde en el teclado del ordenador.

 

Con todo, la breve nota tiene poco desperdicio.

 

Queridos hermanos:

La Paz del Señor Jesús resucitado esté con todos vosotros.

 

Primero el saludo a los hermanos (aplaudo que no se use la tontada del “hermanos y hermanas”), en el que no podía faltar la paz, perdón, la Paz, en mayúscula, como si fuese el nombre propio de alguien. Un saludo, por cierto, muy clericalista, porque sabido es que hay algunos seglares muy clericalistas ellos, que no asumen que su papel es diferente al de los ordenados.

 

A continuación, antes de entrar en el meollo de la cuestión, se aportan noticias sobre la salud de la enfermita: 

 

Antes de nada quiero deciros que Carmen está mucho mejor

Eso es todo, que tampoco conviene dar detalles sobre la dolencia de Carmen, a ver si alguno se piensa que lo importante es dar noticias sobre Carmen. Pues no. Por eso sigue:

demos gracias al Señor que tiene una infinita misericordia hacia nosotros y sabe que todavia (sic) la necesitamos.

 

¿Es una orden? ¿Es plural mayestático? Él sabrá. Lo cierto es que el mismo que asegura que morir es con mucho lo mejor, dispone dar gracias a Dios porque Carmen no ha alcanzado "todavia" lo mejor, ya que no está mirando por Carmen, sino por no se sabe qué otros entre los que se incluye.

 

Y ahora ya toca el punto central de la misiva (el uso de la coma es otra tarea pendiente para el esforzado escriba):

 

Por favor no atendais (sic) a tantas noticias falsas que se escuchan.

Esta es la verdadera razón de la nota que otro le ha escrito al gran Manitú, digo, al sensibilísimo Kiko, que está tan preocupado por la salud de su amiga que ni escribir de su puño y letra ha podido: advertir a sus leales, tan aficionados y tan adictos al cotilleo, que se contengan. Pero no les sugiere que se muerdan la lengua, sino que hagan caso omiso de lo que escuchen. Porque sabe que cotillear van a seguir cotilleando, y lo que busca es que todos sean conscientes de que son bulos sin más.

 

Y la despedida es la de siempre, su humildad delante y luego los demás, que no son tan importantes por más que la enferma sea Carmen.

Rezad por mi (sic), Carmen y por el padre Mario