El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres

A causa de los últimos acontecimientos, quiero compartirles un comentario recogido de una de las páginas que también ha tratado el tema de la Audiencia del Papa Francisco al Camino Neocatecumenal.

Salmo 125

¹Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
²la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
³El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

⁴Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
⁵Los que sembraban con lágrimas,
cosechan entre cantares.

⁶Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.

A veces nos cuesta mantener la fe. Durante años hice caso de la discreción y quise confiar en que la Iglesia, Madre santa, sabría como corregir a estos hermanos en su soberbia. Pero cuando te rodean como las aguas todo el día y descubres que con sus astucias van copando, paso a paso, posiciones de poder, con la intención de imponernos a todos el único Camino de salvación (incluido cantos, pinturas, etc., de único autor)... Puedo entender que la Iglesia tenga paciencia y no separe el trigo de la cizaña antes de tiempo, el problema es que tengamos que sentirnos casi como herejes, aquellos que sólo pretendemos vivir la fe siguiendo con fidelidad las verdaderas enseñanzas de la Iglesia (Catecismo, IGMR, Doctrina social, etc.). Incluso nuestros pastores nos han hecho sentir así, al dar semejante deferencia a estos hermanos en detrimento de los que, insisto, sólo pretendemos seguir fielmente las enseñanzas de la Iglesia (quede aquí esta reflexión para nuestros pastores), mucho me temo que fijándose más en los números que les ofrecían para su carrerismo eclesial, que en la pureza de las intenciones del corazón. Hoy se pone de manifiesto la manipulación que estos hermanos están haciendo de la doctrina de la Iglesia. El Papa les hace "recomendaciones" (y el Papa se debe a la diplomacia...), y ellos van a retorcer sin rubor sus palabras santas, convirtiendolas en pura alabanza hacia Kiko. Y cuando alguien les ruegue que no traten de romper un matrimonio con tres hijos porque tratan de vivir la fe fuera del Camino (es decir, en la Iglesia Católica), entonces le responderán que no está en comunión con el Papa, que quiere que todos estemos en el Camino, para no ser "cristianos de medio pelo".

Y cuando los obispos de Japón les rueguen que respeten su cultura y a los pastores del lugar, manipularan la imagen de la Virgen, poniéndole un dedo sobre los labios para imponerles silencio, y por detrás pondrán una oración por los enemigos del Camino, que se rebelan contra la comunión con el Papa (esto ya se viene haciendo desde al menos dos o tres años). Hoy, en nuestra parroquia, con astutas estrategias de inanicion, se ha provocado la muerte, la marcha, o la parálisis de todos los grupos, para dejar todo el huerto fértil a la azada Neocatecumenal. Cuando entran a celebrar en el templo, el altar consagrado desaparece tras algún icono de Kiko, de dudosa calidad pero de centralidad indiscutible, y el mismo Señor tiene que salir del templo, o quedarse olvidado tras aquel esperpento. Yo ya no puedo, por más que lo deseo, vivir la fe en mi parroquia, tal y como lo enseña la Iglesia, ya que o eres Neocatecumenal, o eres un apestado. Y si encima eres el que "has sacado a tal persona de la Comunidad" (ingresando en un carisma eclesial de probada fidelidad), convirtiendo así a tal persona en la oveja negra de la familia, los ojos acusadores te persiguen cada vez que intentas pasar, para ponerte delante del sagrario. En fin, que a las recomendaciones papales mucho me temo que no lleguen a tantos hermanos de buena voluntad que caminan en el CN, y proseguirán las astucias, los abusos, el tremendo daño moral a propios y extraños. Los pastores seguirán fijándose en números proporcionados por un deliberado autobombo y espíritu proselitista comercial. Pero antes de ayer no teníamos las palabras de Francisco. Un rayo de esperanza ha asomado, para tratar de alejar la tiniebla de un futuro eclesial de Camino único. Quién sabe si algún día podriamos vivir una verdadera comunión, en la que quepa una liturgia, cantos, pinturas, que no lleven la única rúbrica de Kiko Arguello. Quién sabe si algún día podremos seguir con paz las enseñanzas de la Iglesia, de verdad y no de forma simulada. Ruego a Dios porque sostenga al Papa Francisco muchos años, y que pueda culminar la obra buena que comenzó Benedicto XVI, de una Iglesia en verdadera Koinonia.


junipero javier