Es verano.
Y he decidido no complicarme la vida, me voy a servir de hemeroteca para traer a la luz hechos concretos neocatecumenales que demuestren que el amor y la unidad ni están ni se los espera.
Aquí va el primero de ellos, un ejemplo de lo que le sale de dentro a uno nacido en el CNC: mala educación, burlas, groserías, fornicación, droguería, falsedades y presteza para presumir de vicios y pecados. Los últimos y los peores de todos, desde luego. Y además inmaduros: en lugar de buscar el diálogo emplea el recurso de la pataleta, la violencia verbal y las falacias ad hominem.
Por sus frutos se los conoce.
El Kiko en cuestión, Hace una peligrosa apología de sus pecados: "he fumado porros, he sido borde, tengo mala leche", pero se tranquiliza diciendo "Y qué?". Es la vieja tentación de racionalizar el pecado, minimizándolo o haciéndolo norma aceptable. Practica en el camino: somos los peores...¿y qué?
ResponderEliminarNo ofende quien quiere, sino quien puede. Y no es el caso.
ResponderEliminarMe da que el escocido es este seguidor de su ídolo de barro, no lo puede remediar, le mola eso de ser el último y el peor de todos, y presume de ello y de su inmadurez. Son sus frutos, después de toda una vida kikotizado.
Da hasta pena, pobre.
ResponderEliminarNormalmente, aquellos que nacieron en la comunidad y cuyos padres son catequistas, especialmente los que están en la cúpula, parecen hacer lo que quieren. Para ellos, frases como "el perdón" y "la justificación" sí existen y las aplican a su conveniencia. Sin embargo, para los demás, a quienes llamas "ovejas", estas nociones no se aplican, y en su lugar, se ejerce toda la rigurosidad y autoritarismo.
Existe una tradición según la cual, cuando un hermano o hermana se casa con alguien de una comunidad de menor jerarquía (o "comunidad menor"), el cónyuge de la comunidad superior debe "bajar" a la comunidad menor. En mi comunidad, dos parejas se casaron y el catequista los obligó a bajar a la comunidad menor. Sin embargo, cuando su propio hijo se casó con una chica de una comunidad menor, ¡le preguntó a su hijo si quería quedarse!
Esto fue una desfachatez. A los demás que deseaban ir a la comunidad mayor, los trató mal y hasta los llamó "tontos". Sin embargo, a su hijo le dio esa opción. Sospecho que esto se debe a que el catequista quiere perpetuar su influencia, buscando que su hijo también sea elegido catequista en el futuro."