El baile o danza dentro de la Liturgia no está permitido, excepto en algunos casos de tierras de misión en Africa o Asia, y no cualquier clase de baile o danza.
En el documento sobre "Danza En La Litúrgia" (Sagrada Congregación para los Sacramentos y la Alabanza Divina, Notitiae, 1975, 11, pgs. 202-205), la Sagrada Congregación Para El Culto Divino Y Disciplina De Los Sacramentos específicamente establece que la danza litúrgica no es apropiada en paises occidentales. En "Instrucción Sobre La Litúrgia Romana E Inculturación" (1994), documento que obliga universalmente a la Iglesia, la Sagrada Congregación Para El Culto Divino Y Disciplina De Los Sacramentos no contradijo lo establecido por ella previamente en 1975.
"Concretamente, hay culturas en las cuales esto puede ser posible siempre y cuando la danza sea todavía un reflejo de los valores religiosos y se convierta en una clara manifestación de estos valores. Tal es el caso entre los Etíopes. En sus culturas, aún hoy en día, se encuentra la danza religiosa ritualizada, claramente distinta de la danza marcial o de la danza amorosa." Lo mismo se encuentra entre los Cristianos en las tradiciones Sirias o Bizantinas. Sin embargo, el mismo juicio y criterio no puede ser aplicado a la cultura occidental. Aquí la danza está entrelazada con el romance, la diversión, la profanidad. Por esa razón no puede ser introducida dentro de ninguna celebración litúrgica, sea ésta de cualquier índole."
Pueden ver este video de Septiembre de 2007 (en inglés) en donde al entonces Prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino Y Disciplina de los Sacramentos, Card. Francis Arinze, se le pregunta directamente sobre el asunto de la bailar en la Misa, la pregunta fue:
¿Existe un tiempo en el cual el baile está permitido durante la Misa, y tambien, qué hay acerca de la musica secular...?
El Card. Arinze claramente inicia diciendo:
... El baile no es conocido en el Rito Latino de la Misa... (No existe el
Rito Neocatecumenal. El rito Neocatecumenal esta inscrito en el Rito Latino y se
les ha permitido algunas peculiaridades pero ninguna de estos permisos incluye
el bailar alrededor del altar).
¿Danzar fuera de la liturgia? Esto es permisible, pero sólo bajo algunas condiciones. Así que "si la propuesta para una danza religiosa en el Occidente es aceptable, se deberán de tomar los cuidados necesarios para que esto ocurra fuera de la liturgia, en áreas de asambleas que no sean estrictamente usadas para fines litúrgicos. Más aún, los sacerdotes deberán estar siempre excluidos de la danza" (Sagrada Congregación para los Sacramentos y la Alabanza Divina, Notitiae, 1975, 11, pgs. 202-205). Ejemplo: Cuando un grupo de Samoa llegó a Roma a un festival misionero en 1971, asistieron a Misa en San Pedro y después llevaron a cabo su danza en la Plaza de San Pedro, fuera de la iglesia.
Que todos los gestos y movimientos de la liturgia sean regulados por la autoridad eclesiástica competente, de tal modo de que como gesto caiga bajo su disciplina.
Concretamente: hay culturas en las cuales esto es posible porque en ellas la danza todavía refleja valores religiosos y esta se convierte en una manifestación clara de ellos. Ese es el caso con los etíopes. En su cultura, aun hoy día, mantiene una danza religiosa ritualizada, claramente distinta de la danza marcial y de la danza amorosa. Esta danza ritual es bailada por sacerdotes y levitas antes de comenzar una ceremonia y en el espacio abierto frente a la iglesia. La danza acompaña el canto de los salmos durante la procesión. Cuando la procesión entra a la iglesia, el canto de los salmos continúa con el acompañamiento del movimiento corporal.
Lo mismo se encuentra en la liturgia siríaca por medio del canto de los salmos.
En la liturgia bizantina se encuentra una danza extremadamente simplificada en la ocasión de una boda cuando los esposos hacen una revolución circular alrededor del púlpito junto con el celebrante.
Lo mismo con los judíos: en la sinagoga su oración siempre es acompañada por un movimiento continuo que recuerda el precepto de la tradición: "Cuando ores, hazlo con todo tu corazón, y con todos tus huesos." Y lo mismo se observa en los pueblos primitivos.
Sin embargo, el mismo criterio y juicio no puede ser aplicado a la cultura occidental.
Aquí la danza está atada al amor, a la diversión y a lo profano, al descontrol de los sentidos: esa danza, generalmente, no es pura.
Por esta razón no puede ser introducida en celebraciones litúrgicas de ningún tipo: esto sería inyectarle a la liturgia uno de los elementos más desacralizados y desacralizantes; y así sería equivalente a crear una atmósfera profana que llevaría con facilidad a los presentes a recordar en la celebración [litúrgica] lugares y situaciones mundanas.
Tampoco se puede aceptar la propuesta introducción del llamado ballet artístico a la liturgia porque sería también la presentación de un espectáculo al cual uno asiste, mientras que una de las normas de la liturgia que no se pueden prescindir es la de la participación.
Por lo tanto, hay una gran diferencia entre culturas: lo que se recibe bien en una no puede ser admitida en otra.
La reserva tradicional del culto religioso, en particular del rito latino, no se puede olvidar.
Si se ha de dar la bienvenida a la danza religiosa en el Occidente, se tiene que tomar cuidado de que tome lugar fuera de la liturgia, en áreas de asamblea que no sean estrictamente litúrgicas. Más aun, los sacerdotes siempre tienen que estar excluidos de la danza.
En la Misa se muestran los matices de sacrificio (inmolación, muerte, ofrecimiento) y Resurrección (fiesta, alegría). Son matices; a veces se resalta más un aspecto, a veces otro, a veces hay un equilibrio. Pero de todos modos, hay que tener en cuenta que se trata de una fiesta sagrada, y por tanto no es como una fiesta de cumpleaños o un aniversario, sino que es una fiesta en la que el festejado es Dios, por la Creación y porque envió a su Hijo Único para salvarnos (re-creación), y el modo de entrar en unión con Él es a través de los misterios, es un modo sacramental. Por lo tanto, habrá fiesta y alegría, pero mesurada, contenida, o, mejor, sublimada en el espíritu; no habrá una fiesta en la que se produzca un éxtasis o exacerbación de los sentidos, al modo dionisíaco, o en el que hay una alienación del hombre (que busca evadirse en su desesperación por no poder dar respuesta a la realidad de la muerte), sino que el modo de festejar es «en espíritu y en verdad», lo que no quita que festejemos también con nuestra sensibilidad, más aún, el corazón y todos nuestros afectos, y todo nuestro cuerpo, se espiritualiza y se eleva a Dios, como se dice en la Misa: «sursum corda», «levantemos el corazón».
Papa Benedicto XVI. En su libro, El Espíritu de la Liturgia el cual escribió siendo cardenal, dijo lo siguiente:
Bailar no es una forma de expresión de la liturgia cristiana. Allá por el siglo III ciertos círculos gnóstico-docéticos trataron de introducirlo en la liturgia. ...Los bailes cúlticos de las distintas religiones tienen propósitos diferentes - encantamientos, la magia imitativa, éxtasis místico - ninguno de los cuales son compatibles con el propósito esencial de la liturgia.
Es totalmente absurdo tratar de hacer la liturgia "atractiva" introduciéndole pantomimas danzarinas los cuales terminan con frecuencia en aplauso. Todas las veces que el aplauso ocurre en la liturgia debido a algún logro humano, es signo seguro de que la esencia de la liturgia ha desaparecido, habiendo sido reemplazado por un tipo de entretenimiento religioso...
Ninguno de los ritos cristianos incluye el baile. Lo que la gente llama "baile" en rito etíope o en la forma zaireana de la liturgia romana es simplemente una procesión con orden rítmico, algo que se ajusta muy bien a la dignidad de la ocasión.
otra de las payasadas judaizantes incentivadas por el anticristo de palomeras que ha engañado a la Iglesia
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