Contra los disparates de Kiko en el sacramento de la reconciliación (sobre todo en las Directrices para la fase de conversión, febrero de 1972) y en contra de los malos hábitos del Camino Neocatecumenal, le pedimos al Papa Juan Pablo II una aclaración del sacramento de la penitencia:
JUAN PABLO II
CARTA APOSTÓLICA
EN FORMA DE «MOTU PROPRIO»
MISERICORDIA DEI
SOBRE ALGUNOS ASPECTOS
DE LA CELEBRACIÓN
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA
Confesiones en el Camino Neocatecumenal |
Por la misericordia de Dios, Padre que reconcilia, el Verbo se encarnó en el vientre purísimo de la Santísima Virgen María para salvar «a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21) y abrirle «el camino de la salvación».(1) San Juan Bautista confirma esta misión indicando a Jesús como «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29). Toda la obra y predicación del Precursor es una llamada enérgica y ardiente a la penitencia y a la conversión, cuyo signo es el bautismo administrado en las aguas del Jordán. El mismo Jesús se somete a aquel rito penitencial (cf. Mt 3, 13-17), no porque haya pecado, sino porque «se deja contar entre los pecadores; es ya “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29); anticipa ya el “bautismo” de su muerte sangrienta».(2) La salvación es, pues y ante todo, redención del pecado como impedimento para la amistad con Dios, y liberación del estado de esclavitud en la que se encuentra al hombre que ha cedido a la tentación del Maligno y ha perdido la libertad de los hijos de Dios (cf.Rm 8,21).
La misión confiada por Cristo a los Apóstoles es el anuncio del Reino de Dios y la predicación del Evangelio con vistas a la conversión (cf. Mc 16,15; Mt 28,18-20). La tarde del día mismo de su Resurrección, cuando es inminente el comienzo de la misión apostólica, Jesús da a los Apóstoles, por la fuerza del Espíritu Santo, el poder de reconciliar con Dios y con la Iglesia a los pecadores arrepentidos: «Recibid el Espíritu Santo.A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20,22-23).(3)
A lo largo de la historia y en la praxis constante de la Iglesia, el «ministerio de la reconciliación» (2 Co 5,18), concedida mediante los sacramentos del Bautismo y de la Penitencia, se ha sentido siempre como una tarea pastoral muy relevante, realizada por obediencia al mandato de Jesús como parte esencial del ministerio sacerdotal. La celebración del sacramento de la Penitencia ha tenido en el curso de los siglos un desarrollo que ha asumido diversas formas expresivas, conservando siempre, sin embargo, la misma estructura fundamental, que comprende necesariamente, además de la intervención del ministro – solamente un Obispo o un presbítero, que juzga y absuelve, atiende y cura en el nombre de Cristo –, los actos del penitente: la contrición, la confesión y la satisfacción.
En la Carta apostólica Novo millennio ineunte he escrito: «Deseo pedir, además, una renovada valentía pastoral para que la pedagogía cotidiana de la comunidad cristiana sepa proponer de manera convincente y eficaz la práctica del Sacramento de la Reconciliación. Como se recordará, en 1984 intervine sobre este tema con la Exhortación postsinodal Reconciliatio et paenitentia, que recogía los frutos de la reflexión de una Asamblea general del Sínodo de los Obispos, dedicada a esta problemática. Entonces invitaba a esforzarse por todos los medios para afrontar la crisis del “sentido del pecado” [...]. Cuando el mencionado Sínodo afrontó el problema, era patente a todos la crisis del Sacramento, especialmente en algunas regiones del mundo. Los motivos que lo originan no se han desvanecido en este breve lapso de tiempo. Pero el Año jubilar, que se ha caracterizado particularmente por el recurso a la Penitencia sacramental nos ha ofrecido un mensaje alentador, que no se ha de desperdiciar: si muchos, entre ellos tantos jóvenes, se han acercado con fruto a este sacramento, probablemente es necesario que los Pastores tengan mayor confianza, creatividad y perseverancia en presentarlo y valorizarlo».(4)
Con estas palabras pretendía y pretendo dar ánimos y, al mismo tiempo, dirigir una insistente invitación a mis hermanos Obispos – y, a través de ellos, a todos los presbíteros – a reforzar solícitamente el sacramento de la Reconciliación, incluso como exigencia de auténtica caridad y verdadera justicia pastoral,(5) recordándoles que todo fiel, con las debidas disposiciones interiores, tiene derecho a recibir personalmente la gracia sacramental.
San Pío de Pietrelcina confesando |
A fin de que el discernimiento sobre las disposiciones de los penitentes en orden a la absolución o no, y a la imposición de la penitencia oportuna por parte del ministro del Sacramento, hace falta que el fiel, además de la conciencia de los pecados cometidos, del dolor por ellos y de la voluntad de no recaer más,(6) confiese sus pecados. En este sentido, el Concilio de Trento declaró que es necesario «de derecho divino confesar todos y cada uno de los pecados mortales».(7) La Iglesia ha visto siempre un nexo esencial entre el juicio confiado a los sacerdotes en este Sacramento y la necesidad de que los penitentes manifiesten sus propios pecados,(8) excepto en caso de imposibilidad. Por lo tanto, la confesión completa de los pecados graves, siendo por institución divina parte constitutiva del Sacramento, en modo alguno puede quedar confiada al libre juicio de los Pastores (dispensa, interpretación, costumbres locales, etc.). La Autoridad eclesiástica competente sólo especifica – en las relativas normas disciplinares – los criterios para distinguir la imposibilidad real de confesar los pecados, respecto a otras situaciones en las que la imposibilidad es únicamente aparente o, en todo caso, superable.
En las circunstancias pastorales actuales, atendiendo a las expresas preocupaciones de numerosos hermanos en el Episcopado, considero conveniente volver a recordar algunas leyes canónicas vigentes sobre la celebración de este sacramento, precisando algún aspecto del mismo, para favorecer – en espíritu de comunión con la responsabilidad propia de todo el Episcopado(9) – su mejor administración. Se trata de hacer efectiva y de tutelar una celebración cada vez más fiel, y por tanto más fructífera, del don confiado a la Iglesia por el Señor Jesús después de la resurrección (cf. Jn 20,19-23). Todo esto resulta especialmente necesario, dado que en algunas regiones se observa la tendencia al abandono de la confesión personal, junto con el recurso abusivo a la «absolución general» o «colectiva», de tal modo que ésta no aparece como medio extraordinario en situaciones completamente excepcionales. Basándose en una ampliación arbitraria del requisito de la grave necesidad,(10) se pierde de vista en la práctica la fidelidad a la configuración divina del Sacramento y, concretamente, la necesidad de la confesión individual, con daños graves para la vida espiritual de los fieles y la santidad de la Iglesia.
Así pues, tras haber oído el parecer de la Congregación para la Doctrina de la fe, la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos y el Consejo Pontificio para los Textos legislativos, además de las consideraciones de los venerables Hermanos Cardenales que presiden los Dicasterios de la Curia Romana, reiterando la doctrina católica sobre el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación expuesta sintéticamente en el Catecismo de la Iglesia Católica,(11)consciente de mi responsabilidad pastoral y con plena conciencia de la necesidad y eficacia siempre actual de este Sacramento, dispongo cuanto sigue:
- 1Los Ordinarios han de recordar a todos los ministros del sacramento de la Penitencia que la ley universal de la Iglesia ha reiterado, en aplicación de la doctrina católica sobre este punto, que:a) «La confesión individual e íntegra y la absolución constituyen el único modo ordinario con el que un fiel consciente de que está en pecado grave se reconcilia con Dios y con la Iglesia; sólo la imposibilidad física o moral excusa de esa confesión, en cuyo caso la reconciliación se puede conseguir también por otros medios».(12)b) Por tanto, «todos los que, por su oficio, tienen encomendada la cura de almas, están obligados a proveer que se oiga en confesión a los fieles que les están encomendados y que lo pidan razonablemente; y que se les dé la oportunidad de acercarse a la confesión individual, en días y horas determinadas que les resulten asequibles».(13)Además, todos los sacerdotes que tienen la facultad de administrar el sacramento de la Penitencia, muéstrense siempre y totalmente dispuestos a administrarlo cada vez que los fieles lo soliciten razonablemente.(14) La falta de disponibilidad para acoger a las ovejas descarriadas, e incluso para ir en su búsqueda y poder devolverlas al redil, sería un signo doloroso de falta de sentido pastoral en quien, por la ordenación sacerdotal, tiene que llevar en sí la imagen del Buen Pastor.
- Los Ordinarios del lugar, así como los párrocos y los rectores de iglesias y santuarios, deben verificar periódicamente que se den de hecho las máximas facilidades posibles para la confesión de los fieles. En particular, se recomienda la presencia visible de los confesores en los lugares de culto durante los horarios previstos, la adecuación de estos horarios a la situación real de los penitentes y la especial disponibilidad para confesar antes de las Misas y también, para atender a las necesidades de los fieles, durante la celebración de la Santa Misa, si hay otros sacerdotes disponibles.(15)
- Dado que «el fiel está obligado a confesar según su especie y número todos los pecados graves cometidos después del Bautismo y aún no perdonados por la potestad de las llaves de la Iglesia ni acusados en la confesión individual, de los cuales tenga conciencia después de un examen diligente»,(16) se reprueba cualquier uso que restrinja la confesión a una acusación genérica o limitada a sólo uno o más pecados considerados más significativos. Por otro lado, teniendo en cuenta la vocación de todos los fieles a la santidad, se les recomienda confesar también los pecados veniales.(17)
- La absolución a más de un penitente a la vez, sin confesión individual previa, prevista en el can. 961 del Código de Derecho Canónico, ha ser entendida y aplicada rectamente a la luz y en el contexto de las normas precedentemente enunciadas. En efecto, dicha absolución «tiene un carácter de excepcionalidad»(18) y no puede impartirse «con carácter general a no ser que:1º amenace un peligro de muerte, y el sacerdote o los sacerdotes no tengan tiempo para oír la confesión de cada penitente;2º haya una grave necesidad, es decir, cuando, teniendo en cuenta el número de los penitentes, no hay bastantes confesores para oír debidamente la confesión de cada uno dentro de un tiempo razonable, de manera que los penitentes, sin culpa por su parte, se verían privados durante notable tiempo de la gracia sacramental o de la sagrada comunión; pero no se considera suficiente necesidad cuando no se puede disponer de confesores a causa sólo de una gran concurrencia de penitentes, como puede suceder en una gran fiesta o peregrinación».(19)Sobre el caso de grave necesidad, se precisa cuanto sigue:a) Se trata de situaciones que, objetivamente, son excepcionales, como las que pueden producirse en territorios de misión o en comunidades de fieles aisladas, donde el sacerdote sólo puede pasar una o pocas veces al año, o cuando lo permitan las circunstancias bélicas, metereológicas u otras parecidas.b) Las dos condiciones establecidas en el canon para que se dé la grave necesidad son inseparables, por lo que nunca es suficiente la sola imposibilidad de confesar «como conviene» a las personas dentro de «un tiempo razonable» debido a la escasez de sacerdotes; dicha imposibilidad ha de estar unida al hecho de que, de otro modo, los penitentes se verían privados por un «notable tiempo», sin culpa suya, de la gracia sacramental. Así pues, se debe tener presente el conjunto de las circunstancias de los penitentes y de la diócesis, por lo que se refiere a su organización pastoral y la posibilidad de acceso de los fieles al sacramento de la Penitencia.c) La primera condición, la imposibilidad de «oír debidamente la confesión» «dentro de un tiempo razonable», hace referencia sólo al tiempo razonable requerido para administrar válida y dignamente el sacramento, sin que sea relevante a este respecto un coloquio pastoral más prolongado, que puede ser pospuesto a circunstancias más favorables. Este tiempo razonable y conveniente para oír las confesiones, dependerá de las posibilidades reales del confesor o confesores y de los penitentes mismos.d) Sobre la segunda condición, se ha de valorar, según un juicio prudencial, cuánto deba ser el tiempo de privación de la gracia sacramental para que se verifique una verdadera imposibilidad según el can. 960, cuando no hay peligro inminente de muerte. Este juicio no es prudencial si altera el sentido de la imposibilidad física o moral, como ocurriría, por ejemplo, si se considerara que un tiempo inferior a un mes implicaría permanecer «un tiempo razonable» con dicha privación.e) No es admisible crear, o permitir que se creen, situaciones de aparente grave necesidad, derivadas de la insuficiente administración ordinaria del Sacramento por no observar las normas antes recordadas(20) y, menos aún, por la opción de los penitentes en favor de la absolución colectiva, como si se tratara de una posibilidad normal y equivalente a las dos formas ordinarias descritas en el Ritual.f) Una gran concurrencia de penitentes no constituye, por sí sola, suficiente necesidad, no sólo en una fiesta solemne o peregrinación, y ni siquiera por turismo u otras razones parecidas, debidas a la creciente movilidad de las personas.
- Juzgar si se dan las condiciones requeridas según el can. 961, § 1, 2º, no corresponde al confesor, sino al Obispo diocesano, «el cual, teniendo en cuenta los criterios acordados con los demás miembros de la Conferencia Episcopal, puede determinar los casos en que se verifica esa necesidad».(21) Estos criterios pastorales deben ser expresión del deseo de buscar la plena fidelidad, en las circunstancias del respectivo territorio, a los criterios de fondo expuestos en la disciplina universal de la Iglesia, los cuales, por lo demás, se fundan en las exigencias que se derivan del sacramento mismo de la Penitencia en su divina institución.
- Siendo de importancia fundamental, en una materia tan esencial para la vida de la Iglesia, la total armonía entre los diversos Episcopados del mundo, las Conferencias Episcopales, según lo dispuesto en el can. 455, §2 del C.I.C., enviarán cuanto antes a la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos el texto de las normas que piensan emanar o actualizar, a la luz del presente Motu proprio, sobre la aplicación del can. 961 del C.I.C. Esto favorecerá una mayor comunión entre los Obispos de toda la Iglesia, impulsando por doquier a los fieles a acercarse con provecho a las fuentes de la misericordia divina, siempre rebosantes en el sacramento de la Reconciliación.Desde esta perspectiva de comunión será también oportuno que los Obispos diocesanos informen a las respectivas Conferencias Episcopales acerca de si se dan o no, en el ámbito de su jurisdicción, casos de grave necesidad.Será además deber de las Conferencias Episcopales informar a la mencionada Congregación acerca de la situación de hecho existente en su territorio y sobre los eventuales cambios que después se produzcan.
- Por lo que se refiere a las disposiciones personales de los penitentes, se recuerda que:a) «Para que un fiel reciba validamente la absolución sacramental dada a varios a la vez, se requiere no sólo que esté debidamente dispuesto, sino que se proponga a la vez hacer en su debido tiempo confesión individual de todos los pecados graves que en las presentes circunstancias no ha podido confesar de ese modo».(22)
b) En la medida de lo posible, incluso en el caso de inminente peligro de muerte, se exhorte antes a los fieles «a que cada uno haga un acto de contrición».(23)c) Está claro que no pueden recibir validamente la absolución los penitentes que viven habitualmente en estado de pecado grave y no tienen intención de cambiar su situación. - Quedando a salvo la obligación de «confesar fielmente sus pecados graves al menos una vez al año»,(24) «aquel a quien se le perdonan los pecados graves con una absolución general, debe acercarse a la confesión individual lo antes posible, en cuanto tenga ocasión, antes de recibir otra absolución general, de no interponerse una causa justa».(25)
- Sobre el lugar y la sede para la celebración del Sacramento, téngase presente que:a) «El lugar propio para oír confesiones es una iglesia u oratorio»,(26) siendo claro que razones de orden pastoral pueden justificar la celebración del sacramento en lugares diversos;(27)b) las normas sobre la sede para la confesión son dadas por las respectivas Conferencias Episcopales, las cuales han de garantizar que esté situada en «lugar patente» y esté «provista de rejillas» de modo que puedan utilizarlas los fieles y los confesores mismos que lo deseen.(28)Todo lo que he establecido con la presente Carta apostólica en forma de Motu proprio, ordeno que tenga valor pleno y permanente, y se observe a partir de este día, sin que obste cualquier otra disposición en contra.Lo que he establecido con esta Carta tiene valor también, por su naturaleza, para las venerables Iglesias Orientales Católicas, en conformidad con los respectivos cánones de su propio Código.Dado en Roma, junto a San Pedro, el 7 de abril, Domingo de la octava de Pascua o de la Divina Misericordia, en el año del Señor 2002, vigésimo cuarto de mi Pontificado.
JUAN PABLO II
Todo lo que aparece en esta entrada, está en perfecta sintonía y comunión con las celebraciones de la Penitencia en el Camino Neocatecumenal.
ResponderEliminarComo presbítero (y no de esta realidad, que quede claro) he sido invitado como confesor a muchísimas celebraciones con las comunidades, y puedo garantizar que se cumplen a totalmente las normas litúrgicas que tiene la Iglesia para este tipo de celebraciones.
De hecho el "Ritual para el Sacramento de la Penitencia" fué aprobado (sin modificación ninguna)en las últimas revisiones para las celebraciones del Camino Neocatecumenal (Están a expensas solamente del modo de celebrar la Eucaristía)
Como impresión mía, y a título personal, he visto a muy pocos penitentes tener tanto discernimiento y claridad en la confesión de SUS pecados, tanto dolor por éstos, y tanta devoción y piedad a la hora de realizar la penitencia (repito, hablo sobre la experiencia vivida durante muchos años y desde fuera de este movimiento) Espero que no os lo toméis mal pero, ójala muchos de mis parroquianos estuvieran tan seguros a la hora de confesarse, porque la verdad, no hay claridad ninguna ni reconocimiento de culpa en la exposición de sus faltas.
Sólo quería presentar mi humilde opinión.
Saludos en comunión con vuestros ángeles custodios.
Cuidado con las cosas que dice. ¡Como se le ocurre señalar cosas de la confesión sobre un grupo determinado de gente fácilmente identificable y ponerlos en comparación con sus parroquianos!
EliminarTu Miles o cientos, como te llames...estás ton-to o te lo haces?? Qué cosa está señalando? Qué se puede identificar? Qué datos esta indicando (persona,parroquia,diócesis,pais,contiente...)si no APARECE, repito, ningún dato??
EliminarSólo buscas confundir, engañar, tergiversar y manipular. Y a las pruebas me remito. A ver si acobardas al pobre cura, verdad? Como ha hablado bien (QUE ES COMO HABLA LA IGLESIA DEL CAMINO: BIEN)tienes que darle la vuelta y acusar...
Tú si que eres "identificable"....
Una parroquia...
EliminarNeocatecumenales y no neocatecumenales...
Unos confiesan sus pecados con más compunción y discernimiento que otros... Este último punto es concretamente una violación del sigilo en cuanto a su objeto accidental, del que forma parte no los pecados en sí (objeto esencial) sino el dolor de los pecados manifestado por el penitente, entre otras cosas.
Y se puede dar una violación indirecta del sigilo al dar circustancias que podrían llevar a la identificación. Pues alguien por la IP podría localizar al sacerdote y a su parroquia.
Pero es que ni aún así, por la mera imprudencia que daría a sospechar de muchas parroquias donde hay neocatecumenales pues se debe decir eso.
Obviamente el sacerdote puede no ser consciente de esto por lo que no hay una intención de violar el sigilo, por eso se lo advierto y públicamente pues no tengo otra forma de hacérselo saber.
En cuanto a como saltas a contestar pues ya veo el aprecio a la salvaguarda del sacramento de la penitencia que hay por el lado neocatecumenal. Allá vosotros, que esto canta de la estima que teneis por el sacramento.
Para aquellos que no sepan el latín pero si hebreo, la definición de Miles Dei es la siguiente: חייל של אלוהים.
EliminarPor cierto, el hebreo actual, que no el arameo hablado en tiempos de NSJ, ES UNA INVENCIÓN TOTAL DEL SIGLO XIX AL IGUAL QUE LA LITURGIA KIKA.
Y que violación es decir que hay parroquianos que no se saben confesar???
EliminarYa lo que faltaba...
Seguro que también localizan al cura cuando mea....
EliminarUn ejemplo de un manual de teología moral que explica porqué no se deben decir estas cosas. Para los que no entienden de materia, objeto, esencia y accidentes.
EliminarEs cosa cierta, que nunca es licito usar de la ciencia habida en la confesión con gravamen del penitente [en este caso los parroquianos propios que quedan en evidencia por su mala preparación de las confesiones] , aunque no haya revelación alguna del sigilo , y aunque se siga mayor daño que el del penitente, por causa de no usar de la tal noticia ; y el decir lo contrario está condenado por la Congregación general de la universal Inquisición con autoridad de Inocencio XI.
Y lo más asombroso es que esto es algo de sentido común y que se mantiene hace siglos en la Iglesia y a ustedes no parece inmutarles.
En el Denzinger 1220 tienen recogido este magisterio:
EliminarSobre la proposición: «Es lícito usar de la ciencia adquirida por la confesión, con tal que se haga sin revelación directa ni indirecta y sin gravamen del penitente, a no ser que se siga del no uso otro mucho más grave, en cuya comparación pueda con razón despreciarse el primero», añadida luego la explicación o limitación de que ha de entenderse del uso de la ciencia adquirida por la confesión con gravamen del penitente excluida cualquier revelación y en el caso en que del no uso se siguiera un gravamen mucho mayor del mismo penitente, se ha estatuido que «dicha proposición, en cuanto admite el uso de dicha ciencia con gravamen del penitente, debe ser totalmente prohibida, aun con la dicha explicación o limitación».
(D 1220)
El Denzinger, para los que no lo sepan, es un libro de recopilación del magisterio de la Iglesia de todos los tiempos de uso frecuente en la teología.
Miles, que el Señor tenga misericordia de tí.... que la necesitas, so espabilao¡¡
EliminarPadre, vuelva y entre, que por ahi viene la turba
ResponderEliminarLe hago una pregunta ¿ los conoce a fondo ? o ¿ solo le invitan a las penitenciales? . Aquí le pongo una experiencia de un presbítero que los conoce bien. Otro sacerdote que los conocía bien, lo expulso de su parroquia.
ResponderEliminarAnónimo2 de septiembre de 2012 01:19
Mi experiencia como sacerdote en este Camino Neocateumenal, ha sido un verdadero "calvario", aunque es cierto que el tiempo ha corregido y la misma jerarquía ha tenido que intervenir "seriamente".
El cura no deja de ser a veces un mero "Florero" de quita y pon, reconozco que han habido experiencias hermosas y buenas, la reconciliación de matrimonios,el perdón familiar,vocaciones,etc. Pero cuando no les "sirves" te dan el tiro de gracia, con el paso de los años tengo la sensación que me han "utilizado" a sus antojos, siempre desde una visión utilitarista del ministerio, aunque lo peor, considero que no ha sido esto, sino la exclusión y marginación de las personas que no comparten sus teorias, pobrecito de él, porque lo lapidaran,negándole incluso la palabra, y como detecten a un chico o chica homosexual le harán la vida imposible o lo le celebraran un auto de fe publicamente
Si me permite , le hago otra pregunta,¿ está usted de acuerdo con lo que dice kiko de la iglesia y los catecúmenos lo repiten? . Se lo expongo;
"La Iglesia, como sacramento de salvación, ahora en las parroquias no lo veo por ninguna parte, sino que son oficinas donde la gente va a misa, pero no es sacramento de salvación" (mamotreto del Primer escrutinio, pág. 31).
. "Y así es como hemos catequizados en los colegios? Tal vez el sacerdote gordo y cuya clase de religión era profundamente aburrida y si no se sabía la lección nos abofeteaba" ( (mamotreto del Primer escrutinio, P. 53). "El sacerdote es Cristo en cuanto es él el verdadero sacerdote. Pero la Iglesia! ¿Cuál Iglesia? Estas palabras son absurdas! Pero que esa la Iglesia? Al ver a los sacerdotes celebrar la misa? Ver al Papa? El Vaticano? ¿Qué es la Iglesia? ...
... Usted ve la confusión que existe "(Segundo Escrutinio , Página 74)." "Hoy en día tenemos que reconstruir la Iglesia, como si empezara de nuevo ... porque la Iglesia está llena de idolatría, la Iglesia católica llena de paganismo ... La Iglesia está medio destruida y hay que reconstruirla" (mamotreto del Padre Nuestro pág. 34) ....
"Estamos en Roma, estamos en el centro del cristianismo Pero es la peor tierra... En todas partes del mundo se cree que Roma es lo peor, en toda Italia: Aquí, en Roma con el cardenal, la Curia ... Todo el mundo va a lo suyo, no hay verdadero ministerio... Se trata de una iglesia monolítica, muy dogmática, una Iglesia excesivamente ritualista... " (mamotreto del Padre Nuestro pág. 183). ".
Erick ¿ qué conoces de la iglesia ? ¿ en que te basas ? ¿ has estado ?
¿ cuánto tiempo ? porque para hablar asi ,debes de conocerla.
Erick ( es un catecúmeno y mire lo que responde, padre)
# Publicado: 25 Sep 2012 20:04
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Dime, en cual de estas aseveraciones kiko, carmen o mario estan equivocados.
No acaso practicamente oficinas donde se venden sacramentos?
Que tanto piensa un joven en iglesia, cuando le hablan en una clase de religion?
Acaso no puede un grupo de feligreses reconstruir la iglesia catolica?
Dime tu cual es la opinion general frente a nuestros pastores?
Lo que yo veo en mi humilde opinión y sin querer ofender, es que Dios te eligió para servir y te cansaste. Por las razones que fueran, o fuesen, quizás porque hubo catequistas que te trataron mal o te ridiculizaron, pero pudiste asumirlo y aprender un poco de humildad, y en cambio estás aquí intentando explicar a todo el mundo que el Camino es un farsa. En el fondo se trata de cómo lo hayas vivido tú en primera persona, porque cada persona es un mundo. No intentes quitar la fe a nadie, porque se te pedirá cuentas.
EliminarRezaré por ti sin esperar nada a cambio. Bueno a lo mejor algún insulto pero lo acepto. La Paz en nuestro Señor Jesucristo.
ANONIMO, LA RESPUESTA DE SERGIO LA REPITO PARA TI.
EliminarUstedes los que odian al camino son los que conocen la iglesia, nosotros no.
Entonces ¿ por qué hablas tan mal de ella sino la conoces?.
EliminarNo odio el camino.
Ehhh, mira anonimo, lo que yo digo respecto a que las parroquias, muchas pero muchas de ellas se han convertido en oficinas de vender sacramentos no es cosa que me invento, cuando me exprese asi no hable de la iglesia en general, como cuerpo mistico de cristo. Me endiendes? espero que me interpretes bien.
EliminarLas demás parroquias a las que nombras,
Eliminar¿ son las que no tienen el camino ?
¿ Esas son las que indica ?
Ilustreme por favor
No, incluyendo hasta donde existe el camino, muchos parrocos han tenido que empantalonarse y ejercer su ministerio como es debido, las parroquias ni son ni seran jamas solo neocatecumenales, en su defecto, cada quien tiene su sitio, cada cual es un carisma, y todo juntos formamos la gran comunidad parroquial. Entiendo yo.
EliminarAhora ¿ se aprende humildad,tratándote mal o ridiculizándote?, ¿ eso puede venir de Dios?, ¿ a quien ridiculizo Jesucristo?, no es ¿ ama a tu prójimo como a ti mismo ? .
ResponderEliminarEn mi humilde opinión, las cuentas se las debes de pedir a los catequistas?
La verdad y la paz en nuestro Señor Jesucristo.
Sigo en mi humilde opinión. Pues sí se puede ganar en humildad aceptando las humillaciones. Y si te han ridiculizado para bajar un poco ese orgullo que todos tenemos, ¿no puede venir de Dios?.
EliminarSe nos pedirá cuentas a todos, a mi creo que me queda poco, quizás porque llevo años enfermo lo veo así. Si Dios ha llamado "dentro de la Iglesia", a través del camino a muchísima gente, ¿quienes sois vosotros para juzgar una obra de tales dimensiones? ¿Acaso creéis los que habláis mal del camino que vais a conseguir vuestro propósito? ¿Qué verdad, la tuya?. Por los frutos se conoce al árbol, y este da mucho y bastantes buenos, otros puede que no.
¿Quién es perfecto sino Cristo?.
Yo trabajo para la Iglesia Católica, literalmente, mi jefe es don Antonio María Rouco Varela, y él quiere mucho al camino, te lo aseguro.
Anda y aprende lo de misericordia quiero...
Aplícate y se lo dices a Juana.
EliminarFíjate que razonamiento:
Si Dios llamó durante tantos siglos a tanta gente desde el paganismo, quien eres tu para juzgar el paganismo. A la postre el paganismo sería mucho más bueno que el camino, pues ha dado mucho más millones de conversiones.
Incurre en la misma falacia que el tuyo sobre los juicios de obras inmensas.
Significado de humillación ( fuente : el diccionario)
Eliminarhumillación s. f. Desprecio que se hace a una persona, especialmente en público, atentando contra su orgullo o dignidad.
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
humillación
s f humillación [umiλa'θjon]
agravio contra el honor de una persona.
. Acción y efecto de humillar o humillarse.
Sinónimos
humillación
sustantivo femenino
degradación, rebajamiento, vejación, ofensa, desprecio, desdén.
ridiculizar
tr. Burlarse [de una persona o cosa] por las extravagancias o defectos que tiene o se le atribuyen.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Sinónimos de "ridiculizar":
abochornar, mortificar, avergonzar, satirizar, escarnecer, zaherir.
Como ves, esto no puede venir de Dios porque es todo lo contrario.
" DIOS ES AMOR " " AMA AL PROJIMO COMO A TI MISMO".
¿ Dame una cita del evangelio donde JESUCRISTO,humille o ridiculice
alguna persona?
¿Quienes sois vosotros para juzgar a la iglesia? ¿ si trabajas en la iglesia, quiere decir que trabajas" en la oficina de sacramentos" o " en la oficina de venta de sacramentos ? Eso lo decís vosotros.
Si algo está a la venta ¿quiere decir que se compra, no?
No tengo nada más que decir, simplemente que te leas el catecismo.
Trabajo en la Iglesia gracias a Dios, con la que está cayendo..., porque soy un humilde empleado del servicio. Limpieza y demás. No soy nadie para compararme con tan ilustres señores que escriben en este blog.
EliminarPero bueno, yo lo que entiendo es que Jesucristo es el que se deja humillar, y si al cristiano se le invita a ser imagen de Cristo nada mas ni nada menos, cómo no aceptar la humillación y lo que haga falta.
Yo he encontrado la fe y conozco las escrituras gracias al camino, por eso me duele que no dejéis de atacar como si fuera un invento demoníaco. Si quieres tratar al prójimo como a ti mismo deja de escribir tantas cosas en contra y reconoce que ayuda a muchísima gente. ¿Qué no es el único camino? por supuesto que no, pero si tan válido como otros.
"Lo que yo veo en mi humilde opinión y sin querer ofender, es que Dios te eligió para servir "
ResponderEliminarTremendo... Los que no son del Camino o lo dejan son poco menos que masa de condenación.
Y si muchas de las parroquias se han convertido en "oficinas de vender sacramentos" el Camino es por nacimiento y no por conversión, una secta y además aderezada con variadas herejías y que gracias a la pasta gansa que pone sobre la mesa va prosperando entre los "que venden" hasta llegar a comprarles un estatuto.
ResponderEliminarEso para que dejen de decir imbecilidades.
A miles no merece la pena responderle.
ResponderEliminarClaro que no, porque eso es lo que dais a entender con la majadería de que las Iglesias son oficinas de ventas de sacramentos. Quien vende lo sagrado es mucho más probable que también esté en negocios de compraventa de cosas algo menos sagradas como un estatuto.
EliminarAsí que por la boca muere el pez. No renovais nada, sino que partís de un punto errado y en lugar de ir con humildad a aprender de la tradición de la Iglesia enmendando los errores os poneis en plan sectario. En este tema se ha demostrado lo poco que sabeis de cosas como el sacramento de la penitencia y aún así os creeis que vais en plan renove cuando en realidad cambiais el coche seminuevo por uno destartalado.
Oyeme animal, quien a dicho esto de esa forma, hay iglesias y muchas que se han convertido en oficinas de vender sacramentos, y es la verdad, quien nos ha comprado un estatuto o aprobacion?, ustedes nos llaman sectarios, porque lo que tienen es envidia. Cuestionan los frutos del camino, por su actitud pasiva, y esa es la razón por la cual la gente cree menos en nuestra iglesia.
EliminarAcusanos de lo que te de la gana al final tu vos y la de una mierda es la misma.
No vine aquí para hacer amigos
ResponderEliminarpero sabes que siempre puedes contar conmigo.
Dicen de mí que soy un tanto animal,
pero en el fondo soy un sentimental.
...
http://www.youtube.com/watch?v=2EmHYHGabKc
Espera que te lo digo con otra canción...
EliminarSoy, un mierda y voy, del palo soy,
un mierda y no, no valgo un duro,
Soy, un mierda y no, no valgo soy,
un mierda y tu, el puto amo.
http://www.youtube.com/watch?v=wQEAVea6tiw
Y para que quede claro. Los frutos del Camino no son del Camino, en todo caso de Dios, como cualquier obra de la gracia. El pelagianismo, aún en su versión moderada semipelagiana es una herejía antiquísima y propia de la secta de los fariseos. Lean la parábola del fariseo y el publicano.
ResponderEliminarHay un dato muy significativo, aparte de los insultos que ya es "sintomático", "y esa es la razón por la cual la gente cree menos en nuestra iglesia. "
ResponderEliminar¿Quiere decir, el camino no es un itinerario o un movimiento, es " su iglesia"? Yo creía que era la iglesia
católica, apostólica, romana, seguramente, me he debido de confundir.-
Eso anonimo lo dices tu y los que nos odian, nosotros pertenecemos a la iglesia y sin la iglesia no somos nada, que crees? hereje, sectario, no son insultos? dime, que piensas? quizas son peores que te digan mierda o animal? no lo crees?.
EliminarY si miles dei, somos lo que tu quieras, mientras no sea lo que piense el papa, piensa lo que quieras.
Miles Dei, si, hay dos mamotretos, uno que aprobaron y otro escondido, y si celebramos una eucaristia frente a los obispos y otro tipo entre nosotros, y si, tenemos un pensamiento de la confesion de los pecados que no tienen ustedes, y si somos otra iglesia, tenemos a todo el mundo engañado, humillamos gente, mangoneamos sacerdotes, manipulamos conciencias, estamos abiertos a la vida, damos el diezmo, tenemos una domus espectacular, desobedecemos al papa y a los obispos. Ve a ver, si me faltan cosas, a ver si puedes meter alguito mas para inventar.
Para Erick
EliminarAprende a leer lo ha dicho Juana. Resulta que al final "el inventor", eres tú.
Juana3 de octubre de 2012 05:52
Oyeme animal, quien a dicho esto de esa forma, hay iglesias y muchas que se han convertido en oficinas de vender sacramentos, y es la verdad, quien nos ha comprado un estatuto o aprobacion?, ustedes nos llaman sectarios, porque lo que tienen es envidia. Cuestionan los frutos del camino, por su actitud pasiva, y esa es la razón por la cual la gente cree menos en nuestra iglesia.
Nada, nada, Benedicto XVI estará encantado de como llamáis a la iglesia "oficina de venta de Sacramentos".
Sintomático, muy sintomático, si señor.
El Miles este vive en los mundos de yuppi...buf! que tio más mentiroso, además de manipulador y tergiversador. Tiene una inventiva...
ResponderEliminarSí sí.
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=nDNkKJgcbco
Lo malo que la historia es de cierto señor que empezó en una barraca en Palomeras y ahora la Iglesia no sabe como va a terminar esa historia.
Es sintomático muy sintomático, siempre vienen con lo mismo ,"buf! que tio más mentiroso, además de manipulador y tergiversador. Tiene una inventiva..".
ResponderEliminarA falta de argumentos sólo le queda el insulto. Parecen clones.
Se cree el ladrón que todos son de su misma condición.
ResponderEliminarEntre los inventos veo lo siguiente, Erick:
ResponderEliminar(dice Erick)-------
Miles Dei, si, hay dos mamotretos, uno que aprobaron y otro escondido, y si celebramos una eucaristia frente a los obispos y otro tipo entre nosotros, y si, tenemos un pensamiento de la confesion de los pecados que no tienen ustedes, y si somos otra iglesia, tenemos a todo el mundo engañado, humillamos gente, mangoneamos sacerdotes, manipulamos conciencias, estamos abiertos a la vida, damos el diezmo, tenemos una domus espectacular, desobedecemos al papa y a los obispos. Ve a ver, si me faltan cosas, a ver si puedes meter alguito mas para inventar.
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Así que el que estais abiertos a la vida lo considerais un invento y una calumnia. ¿Entonces sois contrarios a la vida y favorecedores del aborto? Ya no me aclaro.
A miles no merece la pena contestarle.
ResponderEliminarPorque ya no se tienen argumentos, ya han gastado
ResponderEliminar" mentiroso ,tergiversador, inventor, animal, mié..."
Ya no le quedan más, sólo más insultos, entonces se quedan retratados. Con lo cual optan por " no merece la pena contestarle ".
Estos son sus argumentos.
«provista de rejillas» de modo que puedan utilizarlas los fieles y los confesores mismos que lo deseen
ResponderEliminar¿Es que no dice claramente que es para aquellos que lo deseen? Es que está en algo en contrario, en la celebración comunitaria, por lo general ninguno lo desea / necesita. Pero está claramente establecida la condición de si alguno lo desea. Ninguno de esos curas que aparece confesando parece desear las rejillas. De otro lado no sabemos si san Pio de Pietrelcina se hubiera negado o si de hecho dio la absolución cara a cara, o confesó sin necesidad de confesionario, hace falta mucha mala fe para sugerir lo que sugiere.
Recordemos que al final de la vida seremos preguntados por el amor, como lo ha dicho el próximo doctor de la Iglesia, san Juan de Ávila.
Por los frutos los reconocerán. El Camino se conoce haciéndolo.Yo he terminado el itinerario catecumenal y estoy contento; soy testigo de muchas conversiones. Europa en este momento está apostando de la fe. Hay necesidad de Evangelizar. Dejar que este Carisma sucitado por el Espíritu Santo, lo haga. Vienen a él gente alejada de la Iglesia.¡Animo! que Dios nos ama y, hay que dejarnos de resentimientos.
ResponderEliminarEn efecto, por los frutos se os conoce. Y los frutos son la maldición perpetua en la boca, siempre viendo el mal en los demás y creyéndoos la guinda de todos los postres.
Eliminar"Surcitados", dice. Mas bien será regurgitados por el del rabo. Anda, déjate de juicios y acusaciones contra tus amadísimos hermanos y busca al verdadero Dios, que falta te hace.