27 de mayo de 2017
Estimado Kiko,
Después de leer tu carta de solicitud de ayuda económica a los hermanos de las comunidades de toda Europa, fechada en Madrid el 20 de Mayo del año en curso, a la luz de mis varias décadas de experiencia neocatecumenal, que concluyó hace muchos años con el abandono, siento que debo dirigirte esta carta.
Te percibo un poco angustiado y muy preocupado por la posibilidad de tener que suspender la Merkabá, el carro de fuego de la Evangelización, que, como tú dices, sin una sustancial, solícita y generosa aportación de dinero fresco, no tendrá la potencia propulsora extraordinaria y sobrenatural en sus ruedas, que le permite alcanzar simultáneamente cualquier lugar de la tierra.
Convencido de esto, te has reunido alrededor de la mesa con tus asesores económicos de toda la vida. Habrás de convenir que esto es algo inusual para quien nunca se proyecta y nunca ha sabido a dónde el Señor le quería llevar, siguiendo cada días la inspiración que viene de lo alto, con la que Dios siempre le ha sorprendido llevándole por caminos inimaginables, y para todos aquellos que siguen su ejemplo.
Así que tú, cinco días antes de inaugurar, en el nuevo curso 2017/2018, como haces cada año, la evangelización, has pensado, como persona previsora, que sería bueno contar cuanto va a costar todo este follón -perdón, Merkabá- y, habiendo concretizado con terror, que la cifra será como poco de cerca de medio millón de euros, te has apresurado a comunicar a todos tus seguidores que si las arcas de la fundación de la que eres el responsable no reciben todo este dinero en un corto período de tiempo, tendrás, por prudencia, que suspenderlo todo.
Quisiera tranquilizarte con aquello que siempre has enseñado:
Si
lo que tú haces es voluntad de Dios, sin duda la ayuda llegará, pues el Señor
no permitirá que tú quedes confundido. ¡Mira que el Señor te precede!
¿Estás
haciendo lo que el Señor te inspira, estás obedeciendo a su voluntad? ¿Eres un
instrumento dócil en Sus manos? ¿Las obras que persigues son tus obras o son las
obras de Dios? Por tanto, ¡Animo! ¡Dios proveerá! ¿Te ha abandonado alguna vez?
¡Cuántos milagros ha realizado!, ¿recuerdas?
¡Cuántas veces lo he escuchado,
contado por ti y por tus itinerantes: milagros, milagros veréis! Pero entonces
¿qué es esto? ¿Acaso tu fe se está muriendo? ¿Ya no confías en el Señor? ¡Mira
cuantas cosas ha hecho por ti! ¿Es Dios quien quiere todo esto? ¡Bien! En ese
caso, haz tú lo que debas, que la ayuda llegará desde arriba, ¡absolutamente! ¿Acaso
no sabes que nada puedes sin Él? ¿Acaso puede Dios abandonar a su hijo amado
que, como siervo inútil, es un instrumento de Sus manos? ¿No ves que es Dios
quien, día a día, te lleva de la mano?Pero entonces, leyendo con más cuidado, tu precisión de que no te avergüenzas -lapsus freudiano- pese a que deberías avergonzarte, o más bien, ¿quién te ha dicho que deberías avergonzarte de pedir dinero para tu EVANGELIZACIÓN MUNDIAL ITINERANTE?
¡Ah, ahora entiendo por qué tu
angustia, por qué buscas seguridades temporales! ¿¡Todo es para TU EVANGELIZACIÓN MUNDIAL ITINERANTE!?
De hecho, cuando
recurres a la excusa de la convivencia, dices que habrá que distribuir por los
seminarios a cerca de 300 chicos, y que a petición de los itinerantes, hay que
asignar a 200 familias a los itinerantes de todo el mundo, porque son ellos los
que te lo han pedido para reforzar la misión en sus naciones.
(“Reforzar”
es un eufekismo para indicar que las nuevas familias van a ocupar los huecos
dejados por los que se han rajado, no van a abrir nuevas misio, sino a sostener
el peso de las que quedan.)
Pregunta: ¿Cómo que todo es vuestro? Ahora sí que
queda explicado el arcano: todo este follón es tu imperio, estás construyendo tu reino, aquí, en la tierra.
La Iglesia
no tiene nada que ver, ni el Papa, los cardinales o los obispos, por más que
los obispos son los únicos responsables del Camino, según el Estatuto, estando
el Camino Neocatecumenal incardinado en cada diócesis, sometido a la exclusiva
autoridad del obispo.
Entendido el
motivo de tu angustia, legítima en este aspecto.
Te prevengo,
no obstante, querido Kiko, que debes ser muy precavido cuando hables, tu
palabra es tomada como modelo a seguir por los hermanos de comunidad de todo el
mundo.
Te pongo un
ejemplo.
Se lee la
carta en todas las comunidades, los hermanos la meditan (¡horror! Tendrían que obedecerla sin más, sin pasarla por la razón)
y, de vuelta a casa, siguiendo tu
ejemplo, se sientan a la mesa a hacer sus cuentas con la mujer y la
numerosa prole y decidir cuanto dar en la colecta que se les ha anunciado,
precisamente para llegar preparados a la hora señalada.
Abro paréntesis: vista la conclusión a la que llego siguiendo la lógica, tengo una
terrible intuición: tal vez fuese mejor que dijeras a tus itinerantes que
diesen indicaciones a los responsables de las comunidades para hacer una
colecta instantánea, por sorpresa. Desconcertados, aturdidos al ser
destinatarios de una letra de Kiko para cada uno de ellos, y teniendo en cuenta
el número de hermanos en toda Europa, si cada uno de ellos pusiera todo
lo que llevase encima, sin haber tenido ocasión de echar mano de cualquier
hipotético ahorro, como tú deseas que hagan, te asegurarías no uno sino dos
cursos de evangelización bellos y pagados, pero como se dice: “Quien mucho
abarca, poco aprieta”. Cierro paréntesis.
Volviendo a
la familia reunida, como tú, alrededor de la mesa.
El cabeza de
la familia dice: Hagamos las cuentas, como ha hecho Kiko, nuestro único ejemplo
a seguir, de los ingresos apartamos en primer lugar el diezmo, la hipoteca, las
facturas, la comida de un mes para siete, la escuela, la universidad, los
transportes, gastos personales y por último no podemos olvidar la colecta extraordinaria
de cada mes para la familia en misión, a propósito, ¡en junio también llega el
impuesto municipal!
Hechas las
cuentas y espantados por el hecho concretísimo
de que ni Kiko se aventura a nada si no tiene las espaldas cubiertas, el
pánico prende en la familia, que se da cuenta de que Kiko puede quedarse en el dique seco durante un año, y no pasa nada ¡pero no! ¡Debe seguir adelante!
En este
punto te doy un consejo: antes que concluya el mes de mayo, sin esperar más, suspéndelo todo. Comunica a los itinerantes un año sabático para todos; a continuación te pones en
oración para obtener la inspiración de en qué monasterio pedir hospitalidad,
para retomar tu relación personal con Dios, dando así buen ejemplo a los cefas
y a los 72 que, como siempre tal leales a ti, seguirán tus pasos. ¡Parecerá un
sueño! De una sola vez nos liberaremos de todos ellos.
Parado tú, los cefas y los 72 para todo el nuevo curso 2017/2018 –memorable
nuevo curso que pasará a los anales del Camino- mientras “la Carmen”, santa de
“categoría superior” en espera de canonización, en lugar de ayudar a los
hermanos a ser generosos con el “señor”, que eres tú invariablemente, reposa en
paz, este año y para siempre, y nos ahorramos eventualmente inquientantes visitas
post mortem, que recuerden sus violentas incursiones en la vida de
sus subordinados.
Buenas
vacaciones, largas y merecidas, que son realmente necesarias y te harán un gran
bien.
¡Gracias de
todo corazón!
Deseando tú
a los hermanos un "buen descanso" en Jesucristo, han orado sinceramente al Señor, que les ha inspirado:
Han decidido
que este año no se renuncia a nada y, antes de concluir el tan evocado mes de mayo,
estando ya próximo el verano, reservar unas vacaciones sin tantas pretensiones,
de acuerdo a sus posibilidades, pero al fin unas vacaciones junto al mar, aunque
sea sólo una semana, en cualquier sitio que no sea Porto San Giorgio.
Pax