DÍA 2
El segundo día arranca con un desplazamiento al lago Tiberiades, pero no a cualquier parte, sino que el cronista asegura que pisaron justo justo justo donde tuvo lugar la segunda multiplicación de los panes. Las comunidades se reparten por la zona para que, en otro ejercicio contrario a la norma católica, cada una tenga una uka independiente, separada de las otras comunidades.
Hay que suponer que las lecturas, elegidas de nuevo sin relación con el día (era el primer domingo de Cuaresma), sean las mismas en cada una de las cuatro ukas paralelas, pero a saber.
En todo caso, por capricho del señor del CNC, la primera lectura que escuchó el cronista fue del libro de los Hechos de los apóstoles y de ella destaca lo siguiente: "el Espíritu proviene de la obediencia".
La cita correcta es: «De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen» (Hc 5,32). Es decir, solo la obediencia a Dios se ve recompensada con el Espíritu, no la obediencia a un kikotista.
Algún día lo entenderán los kikotizados.
Del evangelio, el cronista comenta lo siguiente: «El Evangelio es “Jesús resucitado se aparece a los discípulos en el lago”.
“¡ES EL SEÑOR!” «¿ME AMAS?» “¡SÍGUEME!”
Estamos en buena "compañía": Pedro (negador de Cristo), Tomás (incrédulo), Natanael (dudoso), los hijos de Zebedeo (impulsivos) y otros dos discípulos cuyo nombre no se dice y podrías ser tú».
El comentario se refiere al capítulo 21 del evangelio de Juan. Y el detenerse en la paja del ojo ajeno es muy propio de la praxis neocatecúmena. El comentario podía haber sido: todos ellos dedicaron su vida a Dios sin reservarse nada, pero no, lo típico del CNC es el quedarse solo con la parte negativa, aunque no sea lo fundamental sino mera anécdota.
Tras la uka que vale como cien se montaron en un barco para atravesar el lago. Y se aprovechó, sin razón ninguna más allá de hacer la pelota a los locales, para izar banderas y escuchar tanto el himno nacional de los turistas como el de Israel.
Por la tarde, les hicieron acomodarse por el jardín de la domus, cerca del famoso terebinto, para escuchar el sermón de la montaña. A continuación tuvieron una kikotesis sobre el matrimonio espiritual de la comunidad, que obviamente no existe ni tiene ningún valor ni ante los hombres ni ante Dios, pero que Kiko pretende que sea una alianza perpetua de los neocatecúmenos con el CNC. PERPETUA, es decir, que traspase la barrera de la muerte.
Una vez con la cabeza bien cargada y repleta de kikadas, la tarde concluye con una alianza personal. Los que hayan llegado a la tercera etapa del camino que no lleva a ninguna parte saben lo que son las celebraciones de alianza: en resumen, se trata de que uno a uno cada miembro de la comunidad se levante y declare en alta voz, en presencia de todos, un compromiso ante Dios.
¿Qué compromiso es este?
El que diosito le sugiera por medio de la escucha de la predikikación recién recibida.
Y como dictan las normas kikas (Kiko es muy dado a los excesos), la alianza se sella con un gran “banquete de gala” (lo usual es que lo preparen las sufridas neocatecúmenas, porque en el kikismo no está bien visto que ellos sean cocinillas), que en esta ocasión se celebra en un restaurante libanés de la zona.
DÍA 3
El día tercero empieza con las laudes que el cronista etiqueta como “matutinas” (¡Cómo si existieran las laudes vespertinas o nocturnas!).
Después viajan a Caná de Galilea dónde la ceremonia kika del día es la bendición de los anillos y la renovación de los votos matrimoniales de cada uno de los matrimonios de la comunidad.
El cronista menciona expresamente que fue en Caná de Galilea, durante una boda, donde Jesús inició su vida pública con el signo del agua convertida en vino. Y comenta también que María dijo: "¡Haced lo que Jesús os diga!".
Nueva referencia a la obediencia. No es casual. Como tampoco lo es el que en el CNC se pretenda que la obediencia es debida a los kikotistas, cuando en la Biblia queda claro que la obediencia es para con Dios.
A continuación viajan a Nazaret.
Aquí hubo un fallo en la organización y tuvieron que esperar durante una hora a que llegase el encargado. Como no tenían preparado ningún discurso ni son dados al rezo del rosario, los kikotistas dispusieron que se emplease la hora en hacer oración individual.
Por fin, tras la larga espera, les abren la gruta donde se supone que el arcángel Gabriel anunció a María su elección para ser madre de Dios.
Me llama la atención que el cronista no hace ni una pequeña referencia a la maternidad de María, ni a su elección, ni a su disposición para acoger el plan de salvación de Dios, ni a que ella es Madre de Dios y madre nuestra… No, según el cronista, lo que el ángel anuncia a María es «el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios».
Ese anuncio lo recibe San José. José es informado de un nacimiento en el que él nada tiene que ver. La comunicación a María, sin embargo, es vinculante: sin ella no puede nacer el Hijo de Dios.
Pero el kikismo no hace caso a la tradición católica. Por eso cuenta el cronista que tras leer el evangelio de la anunciación les toca recibir «pequeñas catequesis sobre el nacimiento del hombre nuevo».
Ningún interés por el milagro de la encarnación, ellos a vender un hombre nuevo que en el CNC no existe. A los hechos concretos de los últimos y los peores me remito para sostener tal afirmación.
Tras los rollos, almuerzo en Nazaret.
Tarde libre (o al menos no hay ningún comentario sobre actividades) y por la noche «cena para "grandes ocasiones" en la domus, cantos y bailes en italiano y español. Presentación de los hermanos residentes en la domus, algunos de los cuales dan su experiencia; himno de la domus…¡¡Olé Olé!!»
Desconocía que existiese un himno de la domus.
Lo de presentar a quienes trabajan para la domus, en la cocina, en la limpieza, gente en crisis y chicos descarriados en régimen de internamiento sin pasaporte… es un clásico. Y no sé si a los implicados les agrada o les repatea.