viernes, 21 de noviembre de 2025

Padre nuestro - parte 2 (XII)

 


Siguen las arengas previas a los salmos de “los” Laudes, porque los neocatecumenales no rezan la liturgia de las Laudes, sino que kikirikantan “los” laudes, sea eso lo que sea.

«MONICIÓN AL CANTO DEL INVITATORIO

Cantemos ahora el salmo 95: "Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis el corazón. ¡No seáis como el pueblo de Israel en Meribá, en el desierto!". Israel murmuraba constantemente contra Dios. En cuanto les llegaba un sufrimiento, algo que no iba como ellos pensaban que tenía que ir, ya no conocían más dios que a sí mismos e inmediatamente murmuraban: o Dios hacía su voluntad o blasfemaban contra Dios en su corazón».

Kiko inventa cosas. La Biblia relata la desconfianza de Israel hacia ese Dios que les ha llevado a una tierra inhóspita no apta para la vida, pero no me suena que afirme que el pueblo murmurase constantemente.

«¡Dios fue paciente y durante cuarenta años soportó aquel lamento perverso!»

Esta es otra falsa interpretación kika. Lo que cuenta la Biblia es que, en vista de su conducta, Dios dispuso que ninguno de aquellos que Él había sacado de Egipto pisase la tierra prometida. No mandó una epidemia que los matase a todos, sino que esperó a que muriesen cuando les tocase antes de llevar a los descendientes a la tierra prometida. Por eso pasaron cuarenta años antes de salir del desierto.

«A veces, para que no murmurasen, Dios les daba lo que querían: si querían carne, les daba carne; si querían agua, les daba agua. Muchas veces Dios llegó hasta el punto de doblegarse ante ellos, que eran como niños caprichosos que no quieren ir al colegio si antes papá no hace esto, si antes mamá no hace aquello otro.

Finalmente, cuando dijeron ante la tierra prometida: "¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto! Y si no, ¡ojalá hubiéramos muerto en el desierto! ¿Por qué el Señor nos trae a este país para hacernos caer a filo de espada y que nuestras mujeres y niños caigan en cautiverio? ¿No es mejor que volvamos a Egipto? Nombremos a uno jefe y volvamos a Egipto", Dios dijo: "¿Hasta cuándo me va a despreciar este pueblo? ¿Hasta cuándo van a desconfiar de mí, con todas las señales que he hecho entre ellos? Por mi vida que he de hacer con vosotros lo que habéis hablado a mis oídos. Por haber murmurado contra mí, en este desierto caerán vuestros cadáveres. Os juro que no entraréis en la tierra en la que, mano en alto, juré estableceros. Sólo a vuestros pequeñuelos, de los que dijisteis que caerían en cautiverio, los introduciré, y conocerán la tierra que vosotros habéis despreciado. Vuestros hijos serán nómadas cuarenta años en el desierto, cargando con vuestra infidelidad, hasta que no falte uno solo de vuestros cadáveres en el desierto. Así sabréis lo que es apartarse de mí. Eso es lo que haré con toda esta comunidad perversa, amotinada contra mí. En este desierto no quedará uno: en él han de morir"».

Y de improviso Kiko da la versión correcta. ¿Por qué primero ha mentido sobre el motivo de los cuarenta años en el desierto? No conozco sus motivos, solo sé (y no es juicio, es evidencia), que muchas veces falsea el relato bíblico.

«Dice S. Pablo: "Todo esto les acontecía en figura, y fue escrito para aviso nuestro". Si hacemos lo mismo que aquel pueblo, si constantemente murmuramos contra Dios, si no queremos reconocer que nosotros no somos dios, si no entendemos que Dios lleva adelante la historia con enorme sabiduría, nos pasará exactamente lo mismo que a ellos: no entraremos en el descanso que Dios nos ha preparado».

El párrafo precedente es otro buen ejemplo del torcimiento y distorsión del mensaje de Kiko. Él se queda en la amenaza, en provocar temor a la audiencia, en la acusación generalizada contra todos. San Pablo, tras advertir a los corintios, sigue con lo siguiente: « Así pues, el que crea estar en pie, mire no caiga. No habéis sufrido tentación superior a la medida humana. Y fiel es Dios que no permitirá seáis tentados sobre vuestras fuerzas. Antes bien, con la tentación os dará modo de poderla resistir con éxito» (1 Co 10,12-13).

«Cantemos entonces: "Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis el corazón". Hermanos, dobleguémonos ante el Señor, dejemos que Él lleve adelante nuestra historia, aunque a veces ésta pase por momentos que a nuestra mente le parecen negativos. ¡Confiemos siempre en el Señor!».

Y de nuevo concluye con una llamada a doblegar la razón, a obedecer, a no cuestionar nada, a dar poder omnímodo al kikotista de turno, aunque lo enmascare con la excusa de obedecer al Padre.

 

miércoles, 19 de noviembre de 2025

El "corazón" de un seminario RM

 

Las bancas, el pasillo, las luces que no alumbran, los tres arcos y el Sagrario al fondo

En entra entrada, reproduzco la opinión del padre sobre el "santuario de la palabra" que es kikopreceptivo que exista en todo semivacío RM:

«Es una cosa rectangular, así. Nosotros entramos por aquí, aquí hay tres arcos, aquí está el Santísimo. Tiene bancas mirándose una en frente de la otra con un pasillo al medio. Las bancas ocupan todo esto, y acá usted tiene, con mucha más pomposidad que donde está el Santísimo, usted tiene un púlpito, pero de esos púlpitos que están en gradas levantadas, tenía un techito arriba, tenía el púlpito así, tenía el atril de pie para leer de pie… Bueno, una cosa estrafalaria para leer la palabra. 

El púlpito estrafalario
 

Y aquí arriba del Sagrario, cuando fuimos nosotros, había un agujero, había un hueco. “¿Y ahí qué va?”.  “Pasa que estamos en reforma, estamos arreglando, arriba de eso va la Biblia de la comunidad”. ¡Por arriba del Sagrario! Todos los símbolos le van a meter en un espíritu protestante, todos los símbolos y todas las predicaciones y todas las explicaciones que le van a dar, lo que le van a meter es la versión del Evangelio de Kiko Argüello, que en realidad ni siquiera es de él, es de Lutero realmente.


Dice [el guía turístico]: “Esto está completamente inspirado en el Antiguo Testamento. Usted tiene aquí el santo de los santos atrás de esos barcos, está el santo y el coso del santo de los santos, y aquí [las bancadas y el púlpito pretencioso] es como una sinagoga que tenía el lugar donde se leían. Y entonces estamos enfrentados, fíjese que no están mirando al Sagrario ni mirando a la palabra. 

Y en realidad están dándole la misma importancia -qué es lo que hizo Lutero- a la presencia de Cristo en la Eucaristía y la presencia de Cristo en la palabra, en la Biblia. Y cuando toca comparar, la presencia en la Eucaristía es un puro símbolo, y la presencia en la en la Biblia son ideas concretas, precisas y explícitas, entonces una presencia mayor en realidad en la Biblia que en la Eucaristía.

Algo que me decía una señora que salió del camino neocatecumenal es que nunca vio un sacerdote consagrando las hostias [las que se supone que se guardan en el Sagrario del "corazón" del semivacío]. Nunca había alguien que lo hiciera porque en realidad no importa si las consagran o no las consagran, porque el símbolo es lo mismo, pónganlo en el mismo lugar donde se supone que está y todo el mundo va a creer que está y ya, si todo el mundo cree que está, está el símbolo completo y por lo tanto está bien.


Todo esto tenía una serie de vitrales espantosos, que supuestamente representaban la creación, los siete días y el orden de la Gracia. Las paredes eran rugosas, porque representa el útero materno; entonces, aquí estamos siendo engendrados como cristianos, porque Jesús le dijo a Nicodemo " el que no naciere de nuevo no puede entrar en el reino de los cielos"... Tramposo. La cita real es "el que no naciere del agua -en referencia al Bautismo- y del Espíritu". Porque el que bautiza en el espíritu es ese que vendrá, como dijo Juan Bautista, está hablando del bautismo como nuevo nacimiento, pero ellos hacen trampa: "el que no nace de nuevo"; y acá "nacemos de nuevo" por la palabra.

Entonces, usted entra y usted dice: “Bueno, es una iglesia, está el Santísimo” y hace genuflexión. El muchacho no hizo ninguna genuflexión, no sé si sería diácono no sé qué sería este. Y nos invitó a sentarnos en las bancas, y uno ya se siente incómodo, porque tiene el Sagrario allá, y el muchacho hablando del otro lado, entonces para mirarlo a él le tengo que dar la espalda al Sagrario. Entre que no quería escuchar lo que decía y tener que darle la espalda al Santísimo... y para colmo ¡no te puedes arrodillar!, porque las bancas no lo permiten. Aquí tiene la banca de costado y aquí hay un atril que le llega hasta acá, si usted se arrodilla, lo decapita. Y tiene un cajoncito acá abajo de donde usted saca la Biblia y medita.

Diseñado sin espacio para arrodillarse

Y arriba de las bancas usted tiene una lámpara, que es ornamental, no ilumina nada. Hay siete lámparas arriba, de los dones del espíritu santo que bajan sobre usted cuando usted lee la palabra, y no lo vamos a juzgar, usted interprete lo que quiera, no hay ningún problema.

El muchacho nos dijo “este es el centro, el corazón de nuestro seminario”… y ¡tenía la iglesia al lado con la virgen milagrosa!

Le pregunté al muchacho, cuando fuimos a la iglesia, "¿tienen el Santísimo acá? porque no lo veo ningún lado". “Sí, sí, tenemos uno acá, otro allá, otro allá…” Podrían poner algo para que la gente sepa que está, ¿no? Pero, claro, no creen, y todos esos símbolos están a propósito quitados».