jueves, 15 de mayo de 2025

A quién obedecer

 


Retomo el fragmento de un correo recibido para comentar la presunta necesidad de obediencia aneuronal (es decir, contra la propia razón e incluso contra la propia conciencia) a las papanatadas que sueltan unos que solo son loros kikotistas, aunque tratan de hacerse pasar por catequistas.

Para empezar, vuelto a remitirme al estatuto más incumplido del universo, es decir el estatuto de 2008 del CNC, que en su artículo 2, establece que el marco obligatorio (este sí) regulador de la presunta labor catequética del Camino es, como no podía ser de otro modo, el Directorio General para la Catequesis, que aplica a todas las diócesis de todo el mundo y a todas las comunidades parroquiales, asociaciones, movimientos, itinerarios y realidades que tengan entre sus cometidos la tarea de evangelizar.

Esto significa que la presunta catequización del CNC debe someterse a las directrices del Directorio General para la Catequesis. Y si el Directorio General para la Catequesis no no otorga a los catequistas la competencia de reclamar obediencia es que no tienen tal competencia. Y si no establece para los catecúmenos obligación de obediencia ni voto de obediencia ni sujeción a dictados de nadie significa, sencillamente, que no existe tal obligación de obediencia para los catecúmenos.

Y mucho menos si lo que el reclamante pretende es que los demás sometan su razón, su sentido común y su misma conciencia a errores contrarios a la doctrina de la Iglesia. Porque la obediencia, que a priori es buena, se convierte en mala cuando es sometimiento a un abuso de autoridad, que se produce cuando se ordena algo no legítimo o que está fuera de la competencia del mandante.


Por eso, la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, hace suyas las siguientes palabras: «Si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema» (Ga 1,8).

En segundo lugar, tomo prestada la siguiente reflexión:

En Efesios 5:21 Pablo dice: «Someteos unos a otros en el temor de Dios». Ahora bien, esto no significa que todos deben someterse mutuamente: los hijos a los padres, los padres a los hijos; los catecúmenos al catequista, el catequista a los catecúmenos. No. Eso minaría el concepto mismo de sumisión.

En la Escritura no siempre se usa la expresión “unos a otros” para señalar algo recíproco. Por ejemplo, en Ap 6:4, describiendo una visión dice: «Y salió otro caballo bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros». Obviamente, la idea no es: “Yo te mato a ti y tú me matas a mí”. No es recíproco.

Pablo se refiere a que cada cual respete el rango de autoridad bajo el cual sido colocado. En todas las esferas de la vida, aunque principalmente lo refiere al plano familiar y al civil:

Rom. 13:1: «Sométase toda persona a las autoridades superiores».

Tito 3:1: «Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan».

1P. 2:13: «Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey como a superior».

Ahora bien, cuando se centra en la autoridad de los presbíteros y diáconos (porque dudo que Pablo aceptase catequistas seglares que no fuesen diáconos) no reclama obediencia, reclama respeto, que es muy distinto:

1Ts. 5:12-13: «Os pedimos, hermanos, que tengáis en consideración a los que trabajan entre vosotros, os presiden en el Señor y os amonestan. Tenedles en la mayor estima con amor por su labor». 

 Sin embargo, en lo referente a la doctrina y la liturgia, quien la conoce es el presbítero, a quien hay que obedecer sin rechistar. 

Tito 2:15: «Has de enseñar, exhortar y reprender con toda autoridad. Que nadie te desprecie».

Hb, 13:17: «Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas».

En otras palabras, si los presbíteros dicen que se comulga en pie, se obedece, y ningún seglar puede disponer otra cosa; del mismo modo son los presbíteros los que resuelven las dudas de conciencia y los encargados de amonestar con caridad a los que pecan contra el prójimo y contra Dios; si los presbíteros dicen que quien abusa de una menor debe ser denunciado y no tapar el delito, es una perversión pretender culpar a la víctima de "destruir el matrimonio" del abusador

El quid es que su autoridad no procede de ninguna estructura social humana, procede de Dios, que es quien los ha elegido para sí.

Por eso el orden sacerdotal es mucho más que un carisma, es un sacramento.

En cambio, el catequista no ha recibido ningún sacramento especial, no existe el sacramento del catequista. Y no tiene autoridad civil ni ministerial sobre los catecúmenos. Es su instructor, pero maestro solo hay uno para los cristianos.

A quien instruye se le debe respeto en su labor, no sumisión. De nadie. Ni de los catecúmenos ni mucho menos del párroco que es el primer responsable de la tarea catequística en la parroquia encomendada.

Además, se da la circunstancia de que entre los kikotistas, porque no son catequista, es usual que cuando no tienen argumentos para defender una postura, salgan con la mentira de la obediencia que se les debe. Es decir, es falso que se les deba obediencia y además es indicio de que aquello en lo que sea que reclaman obediencia es un abuso y, como abuso, es contrario a la doctrina de la Iglesia.

Porque la Iglesia establece que no se puede ni debe obedecer si la orden recibida incluye un pecado, aunque sea venial. Y también que la conciencia está por encima de la obediencia, incluso al Obispo, porque la Iglesia no mezcla ni confunde la Palabra de Dios con la palabra de los hombres. A cualquier catequista, aunque sea el mismo Obispo, solo hay que hacerle caso en tanto se ajuste a la Palabra de Dios y a la doctrina de la Iglesia, en cambio, en cualquier cosa que se aparte de ella, hay que desobedecerle.

 


6 comentarios:

  1. En mi antigua comunidad, nos hacían votar al responsable y elegíamos a una persona buena y humilde.
    A los catequistas no les gustó y nos impusieron a su hombre, un fanático del Camino, sin un ápice de sentido crítico que se hubiera tirado por la ventana si Kiko se lo hubiera dicho.
    Su motivación fue: 'La Iglesia no es democrática'.
    Fue una buena decisión por parte de los catequistas, porque casi la mitad de la gente dejó de ir a la comunidad y finalmente la comunidad se fusionó con otra.

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    1. Vaya esto también sucedió en la comunidad donde estuvimos con mi esposa antes de irnos de esa secta. Votamos por un matrimonio y salieron elegidos, sin embargo los catequistas se reunieron y decidieron dejar a otro matrimonio como responsables, al matrimonio más hipócrita, más maltratador, al matrimonio que más murmuraba de la Iglesia Católica y al matrimonio más lambeculos a los catequistas. Por algún tiempo pensamos que esta elección los iba a cambiar o llevar a la conversión.. pero no gran sorpresa cuando en una visita de los catequistas a la comunidad nos dijeron estos hermanos que son los nuevos responsables no significa que sean santos o se vayan a convertir, ánimo este camino es para pecadores, no es para rezanderos ni religiosos de Misa de domingo de 12.

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    2. IDEM. Casi exacto. Acá pusieron a un "control freak" que hacia negocios con el kikotista de turno. Un tipo que hacia que Caifas y Anas fueran niños de kinder, en lo moralista, fariseo y altanero. Aca el tipo se dio cuenta de que no podia pelearse con todo el mundo, empezó a darle trabajo y a "enamorar" a ciertas fichas (matrimonios ante todo) para que lo apoyaran. Como estaba de catequista de confirmación reclutó a unos matrimonios de la comunidad para ayudarle y los convenció A otro los aduló aunque tardó en el proceso. A un señor de la comunidad lo atacaba constantemente ridiculizándole. Al tener un hijo kikocura subió en el escalafón kikil. El tipo hasta cometió adulterio y tuvo un hijo por fuera, incluso así no lo sacaron de responsable, puesto que el kikotista de turno lo protegía. Luego cayó en un asunto de dinero, como que le debia un dinero a un tipo por un negocio y lo sacaron por un tiempo. El que lo reemplazó era mucho más capaz, más humilde pero restituyeron al pedante este. Money talks!

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  2. Hay que recordar que los laicos no hacen ni voto ni promesa de obediencia, a diferencia de los consagrados y ordenados. Y en estos, la obediencia afecta solo al fuero externo. Es decir, si a una monja su priora le ordena una cosa que no quiere hacer, puede seguir estando en desacuerdo con la orden aunque la acate. El canon 630 dice textualmente: "A los Superiores se les prohíbe de modo absoluto inducir a los súbditos a manifestar su conciencia.” Más claro agua. Y esto es para los religiosos.

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  3. También hay que recordar que en el grupo camino neocatecumenal hay que obedecer a los catequistas (kikotistas) obedecer a ellos antes que al Obispo y al Párroco Diocesano ; obedecer a los kikotistas así se equivoquen, esto es así y todo el mundo lo sabe, si llegas a cuestionar a un kikotista o te atreves a mostrarle sus errores y sus equivocaciones lo primero que te dicen es que vas de parte de satan, y con toda seguridad te bajaran a otra comunidad o como en muchos casos te dirán el camino no es para ti, vete.

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  4. En el kkamino solo hay uno que manda, y es Kiko Argüello. Los demás le obedecen en todo, y si no quieres, te vas. Ni sacerdotes, ni obispos, ni al Papa. Sólo se obedece a Kiko. ¿Os acordáis de cuando quiso hacer un cementerio para kikos, pero al final no le dejaron? Pues eso, si hubiera podido ser por Kiko, ya estaban comprando todos sus seguidores lugar para enterrarse fuera de los cementerios católicos.

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