¿Ha habido algún cambio en estos 40 años?
Son muchos los hombres de Dios que han levantado sus voces para señalar las herejías, apostasías y malas conductas dentro de la Iglesia, sobre las que Benedicto XVI fue muy duro pidiendo a la grey católica que oraran por él para protegerlo de la “inmundicia” dentro de la iglesia, y Francisco ha sugerido situaciones parecidas. Pero un santo moderno, el Fundador del Opus Dei, San Josémaría Escrivá de Balaguer, envió tres cartas a los fieles de la Prelatura que hoy tienen tanta actualidad como en 1972-1974, cuando las escribió, previniendo a sus hijos de las dificultades dentro de la Iglesia.
A estas tres cartas escritas poco antes de su muerte se las conoce por las Tres Campanadas. No estaban destinadas al público en general, sino para uso restringido de los miembros de la Obra, aunque su contenido se fue dado a conocer poco a poco a través de la predicación y formación interna de la Obra. No es ningún secreto, pero en ellas San Josemaría ponía en guardia a todos sus hijos del peligro que corría la Iglesia con la infiltración de una serie de corrientes que afectaban claramente a la doctrina.
Solamente se conocen públicamente dos de ellas, pero todas son conocidas por la Autoridad competente en la Iglesia, ya que se incorporaron como documento en el Proceso de Canonización. Existe aceptación por parte de la Autoridad Máxima de la Iglesia de estas opiniones del Fundador del Opus Dei como legítimas, que más allá de ser opiniones, son una denuncia de los abusos que se llevaron a cabo en el postconcilio. Muchas de estas denuncias van más allá del peligro ya anunciado en su día por Pablo VI.
Para su discernimiento este documento que tiene 40 años.
CRISTIANOS CONTRACORRIENTE Y A PRUEBA
Tiempo de prueba son siempre los días que el cristiano ha de pasar en esta tierra. Tiempo destinado, por la misericordia de Dios, para acrisolar nuestra fe y preparar nuestra alma para la vida eterna.
Tiempo de dura prueba es el que atravesamos nosotros ahora, cuando la Iglesia misma parece como si estuviese influida por las cosas malas del mundo, por ese deslizamiento que todo lo subvierte, que todo lo cuartea, sofocando el sentido sobrenatural de la vida cristiana.
Llevo años advirtiéndoos de los síntomas y de las causas de esta fiebre contagiosa que se ha introducido en la Iglesia, y que está poniendo en peligro la salvación de tantas almas…
Convenceos, y suscitad en los demás el convencimiento, de que los cristianos hemos de navegar contra corriente. No os dejéis llevar por falsas ilusiones. Pensadlo bien: contra corriente anduvo Jesús, contra corriente fueron Pedro y los otros primeros, y cuantos —a lo largo de los siglos— han querido ser constantes discípulos del Maestro. Tened, pues, la firme persuasión de que no es la doctrina de Jesús la que se debe adaptar a los tiempos, sino que son los tiempos los que han de abrirse a la luz del Salvador1. Hoy, en la Iglesia, parece imperar el criterio contrario: y son fácilmente verificables los frutos ácidos de ese deslizamiento. Desde dentro y desde arriba se permite el acceso del diablo a la viña del Señor, por las, puertas que le abren, con increíble ligereza, quienes deberían ser los custodios celosos…
Es hora, pues, de rezar mucho y con amor, y de pedir al Señor que quiera poner fin al tiempo de la prueba.
No podemos dejar de insistir. No buscamos nada para cada uno de nosotros, por interés personal; buscamos la santidad, que es buscar a Dios. Y Él espera que se lo recordemos con insistencia. Se están causando voluntariamente heridas en su Cuerpo, que va a ser muy difícil restañar. Nos dirigimos a la Trinidad Beatísima, Dios Uno y Trino, para que se digne acortar cuanto antes esta época de prueba. Lo suplicamos por la mediación del Corazón Dulcísimo de María; por la intercesión de San José, nuestro Padre y Señor, Patrono de la Iglesia universal, a quien tanto amamos y veneramos; por la intercesión de todos los Ángeles y Santos, cuyo culto algunos intentan extirpar de la Iglesia Santa…
LA CONFUSIÓN DENTRO DE LA IGLESIA
Resulta muy penoso observar que —cuando más urge al mundo una clara predicación— abunden eclesiásticos que ceden, ante los ídolos que fabrica el paganismo, y abandonan la lucha interior, tratando de justificar la propia infidelidad con falsos y engañosos motivos. Lo malo es que se quedan dentro de la Iglesia oficialmente, provocando la agitación. Por eso, es muy necesario que aumente el número de discípulos de Jesucristo que sientan la importancia de entregar la vida, día a día, por la salvación de las almas, decididos a no retroceder ante las exigencias de su vocación a la santidad…
La lucha interior —en lo poco de cada día— es asiento firme que nos prepara para esta otra vertiente del combate cristiano, que implica el cumplimiento en la tierra del mandato divino de ir y enseñar su verdad a todas las gentes y bautizarlas (cfr. Matth. XXVIII, 19), con el único bautismo en el que se nos confiere la nueva vida de hijos de Dios por la gracia.
Mi dolor es que esta lucha en estos años se hace más dura, precisamente por la confusión y por el deslizamiento que se tolera dentro de la Iglesia, al haberse cedido ante planteamientos y actitudes incompatibles con la enseñanza que ha predicado Jesucristo, y que la Iglesia ha custodiado durante siglos. Éste, hijos míos, es el gran dolor de vuestro Padre. Éste, el peso del que yo deseo que todos participéis, como hijos de Dios que sois. Resulta muy cómodo —y muy cobarde— ausentarse, callarse, diluidos en una ambigua actitud, alimentada por silencios culpables, para no complicarse la vida. Estos momentos son ocasión de urgente santidad, llamada al humilde heroísmo para perseverar en la buena doctrina, conscientes de nuestra responsabilidad de ser sal y luz.
Hemos de resistir a la disgregación, cuidando sobrenaturalmente nuestra propia entrega y sembrando sin desmayos, con decisión, con serenidad y con fortaleza, la doctrina y el espíritu de Jesucristo.
POCAS VOCES SE ALZAN
Considerad que hay muy pocas voces que se alcen con valentía, para frenar esta disgregación. Se habla de unidad y se deja que los lobos dispersen el rebaño; se habla de paz, y se introducen en la Iglesia —aun desde organismos centrales— las categorías marxistas de la lucha de clases o el análisis materialista de los fenómenos sociales; se habla de emancipar a la Iglesia de todo poder temporal, y no se regatean los gestos de condescendencia con los poderosos que oprimen las conciencias; se habla de espiritualizar la vida cristiana y se permite desacralizar el culto y la administración de los Sacramentos, sin que ninguna autoridad corte firmemente los abusos —a veces auténticos sacrilegios— en materia litúrgica; se habla de respetar la dignidad de la persona humana, y se discrimina a los fieles, con criterios utilizados para las divisiones políticas.
Toda esa ambigüedad es camino abierto, para que el diablo cause fácilmente sus estragos, más cuando se ve que es corriente —en todas las categorías del clero— que muchos no prediquen a Jesucristo y, en cambio, parlotean siempre de asuntos políticos, sociales —dicen—, etc., ajenos a su vocación y a su misión sacerdotal, convirtiéndose en instrumentos de parte y logrando que no pocos abandonen la Iglesia…
No se puede imponer por la fuerza la verdad de Cristo, pero tampoco podemos permitir que, con la violencia de los hechos, nos dominen como ciertos y justos, criterios que son una patente deserción del mensaje de Jesucristo: esta violencia se comete por algunos, impunemente, dentro de la Iglesia. Sería una deslealtad y una falta de fraternidad con el pueblo fiel, no resistir al presuntuoso orgullo de unos pocos que han maleado ya a tantos, sobre todo en el ambiente eclesiástico y religioso.
Comprended que no exagero. Pensad en la violencia que sufren los niños: desde negarles o retrasarles el bautismo arbitrariamente, hasta ofrecerles como pan del alma catecismos llenos de herejías o de diabólicas omisiones; o en la que se actúa con la juventud, cuando —¡para atraerla!— se presentan principios morales equivocados, que destrozan las conciencias y pudren las costumbres. Violencia se hace, también diabólica, cuando se manipulan los textos de la Sagrada Escritura y se llevan al altar en ediciones equívocas, que cuentan con aprobaciones oficiales. Y no podemos dejar de ver el brutal atropello que se impone a los fieles, y en los fieles al mismo Jesucristo, cuando se oculta el carácter de sacrificio de la Santa Misa o cuando el dinero de las colectas se malgasta en propagar ideas ajenas al enseñamiento de Jesucristo. Hijos, míos, nunca se ha hablado tanto de justicia en la Iglesia y, a la vez, nunca se ha empleado tanta injusta opresión con las conciencias…
Nos sentimos obligados a resistir a estos nuevos modernistas —progresistas se llaman ellos mismos, cuando de hecho son retrógrados, porque tratan de resucitar las herejías de los tiempos pasados—, que ponen todo en discusión, desde el punto de vista exegético, histórico, dogmático, defendiendo opiniones erróneas que tocan las verdades fundamentales de la fe, sin que nadie con autoridad pública pare y condene reciamente sus propagandas. Y si algún pastor habla decididamente, se encuentra con la sorpresa —amarga sorpresa— de no ser suficientemente apoyado por quienes deberían sostenerlo: y esto provoca la indecisión, la tendencia a no comprometerse con determinaciones claras y sin equívocos.
Parece como si algunos se empeñaran en no recordar que, a lo largo de toda la historia, los que guían el rebaño han tenido que asumir la defensa de la fe con entereza, pensando en el juicio de Dios y en el bien de las almas, y no en el halago de los hombres. No faltaría hoy quien tachara a San Pablo de extremista cuando decía a Tito cómo debería tratar a los que pervertían la verdad cristiana con falsas doctrinas: increpa illos dure, ut sani sint in fide(Tit. I, 13); repréndelos con dureza —le escribía el Apóstol—, para que se mantengan sanos en la fe. Es de justicia y de caridad, obrar así.
Ahora, sin embargo, se facilita la agitación con un silencio que clama al cielo, cuando no se coloca a los saboteadores de la fe en puntos neurálgicos, desde los que pueden sembrar la confusión «con aprobación eclesiástica». Ahí están tantos nuevos catecismos y programas de «enseñanza religiosa» testimoniando la verdad de lo que afirmo.
PREVENIDOS Y PIDIENDO AL SEÑOR
Hijos de mi alma, pidamos a Nuestro Señor que ponga término a esta dura prueba…
No podemos dormirnos, ni tomarnos vacaciones, porque el diablo no tiene vacaciones nunca y ahora se demuestra bien activo. Satanás sigue su triste labor, incansable, induciendo al mal e invadiendo el mundo de indiferencia: de manera que muchas gentes que hubieran reaccionado, ya no reaccionan, se encogen de hombros o ni siquiera perciben la gravedad de la situación; poco a poco, se han ido acostumbrando.
Esta carta es como una tercera invitación, en menos de un año, para urgir vuestras almas con las exigencias de la vocación nuestra, en medio de la dura prueba que soporta la Iglesia…
Os escribo para que estéis prevenidos ante los asaltos del diablo, que ataca a la hora undécima quizá, casi al fin de este caminar de aquí abajo…
No olvidéis el particular empeño que pone en estos tiempos el demonio, para lograr que los fieles se separen de la fe y de las buenas costumbres cristianas, procurando que pierdan hasta el sentido del pecado con un falso ecumenismo como excusa. Deseamos, tanto como el que más lo desee, la unión de los cristianos: y aun la de todos los que, de alguna manera, buscan a Dios. Pero la realidad demuestra que en esos conciliábulos, unos afirman que sí y —sobre el mismo tema— otros lo contrario. Cuando —a pesar de esto— aseguran que van de acuerdo, lo único cierto es que todos se equivocan. Y de esa comedia, con la que mutuamente se engañan, lo menos malo que suele producirse es la indiferencia: un triste estado de ánimo, en el que no se nota inclinación por la verdad, ni repugnancia por la mentira. Se ha llegado así al confusionismo: y se aniquila el celo apostólico, que nos mueve a salvar la propia alma y las de los demás, defendiendo con decisión la doctrina sin atacar a las personas…
Se escucha como un colosal non serviam! (Ierem. 11, 20) en la vida personal, en la vida familiar, en los ambientes de trabajo y en la vida pública. Las tres concupiscencias (cfr. 1 Ioann. 11, 16) son como tres fuerzas gigantescas que han desencadenado un vértigo imponente de lujuria, de engreimiento orgulloso de la criatura en sus propias fuerzas, y de afán de riquezas. Toda una civilización se tambalea, impotente y sin recursos morales…
En una palabra: el mal viene, en general, de aquellos medios eclesiásticos que constituyen como una fortaleza de clérigos mundanizados. Son individuos que han perdido, con la fe, la esperanza: sacerdotes que apenas rezan, teólogos —así se denominan ellos, pero contradicen hasta las verdades más elementales de la revelación— descreídos y arrogantes, profesores de religión que explican porquerías, pastores mudos, agitadores de sacristías y de conventos, que contagian las conciencias con sus tendencias patológicas, escritores de catecismos heréticos, activistas políticos.
Hay, por desgracia, toda una fauna inquieta, que ha crecido en esta época a la sombra de la falta de autoridad y de la falta de convicciones, y al amparo de algunos gobernantes, que no se han atrevido a frenar públicamente a quienes causaban tantos destrozos en la viña del Señor.
Hemos tenido que soportar —y cómo me duele el alma al recoger esto— toda una lamentable cabalgata de tipos que, bajo la máscara de profetas de tiempos nuevos, procuraban ocultar, aunque no lo consiguieran del todo, el rostro del hereje, del fanático, del hombre carnal o del resentido orgulloso…
El cinismo intenta con desfachatez justificar —e incluso alabar— como manifestación de autenticidad, la apostasía y las defecciones. No ha sido raro, además, que después de clamorosos abandonos, tales desaprensivos desleales continuaran con encargos de enseñanza de religión en centros católicos o pontificando desde organismos para-eclesiásticos, que tanto han proliferado recientemente.
Me sobran datos bien concretos, para documentar que no exagero: desdichadamente no me refiero a casos aislados. Más aún, de algunas de esas organizaciones salen ideas nocivas, errores, que se propagan entre el pueblo, y se imponen después a la autoridad eclesiástica como si fueran movimientos de opinión de la base…
Por desgracia, se observan también en la Iglesia sitios —cátedras de teología, catequesis, predicación— que deberían alumbrar como focos de luz, y se aprovechan —en cambio— para despachar una visión de la Iglesia y de sus fines totalmente adulterados. Hijos míos, es un grave pecado contra el Espíritu Santo, porque precisamente el Paráclito vivifica con su gracia y sus dones a la Iglesia (Catecismo Mayor de San Pío X, n. 143), establece allí el reinado de la verdad y del amor, y la asiste para que lleve con seguridad a sus hijos por el camino del cielo (ibid.).
Confundir a la Iglesia con una asamblea de fines más o menos humanitarios, ¿no significa ir contra el Espíritu Santo? Ir contra el Espíritu Santo es hacer circular, o permitir que circulen sin denunciar sus falsedades, catecismos heréticos o textos de religión que corrompen las conciencias de los niños, con enseñanzas dañosas y graves omisiones…
Errores y desviaciones, debilidades y dejaciones he dicho ya: y ahora —como siempre— el mal se envuelve diabólicamente en paños de virtud y de autoridad: y así resulta más fácil que se fortalezca y que produzca más daño. Porque aparecen gentes con una falsa religiosidad, saturada de fanatismo, que se oponen desde dentro a la Iglesia de Jesucristo, dogmática y jurídica, haciendo resaltar —con increíble desorden, cambiando por los del Estado los fines de la Iglesia— lo político antes que lo religioso.
Todo coopera al desprestigio general de la autoridad eclesiástica y a que no se corrijan con oportunidad y energía los desórdenes: los desatinos heréticos, la inestabilidad, la confusión, la anarquía en asuntos de fe y de moral, de liturgia y de disciplina. A esta situación la llaman algunos —defendiéndola— aggiornamento, cuando es relajación y menoscabo del espíritu cristiano, que trae como consecuencia inmediata —entre otros efectos— la desaparición de la piedad, la carencia de vocaciones sacerdotales o religiosas, el apartar a los fieles en general — ya lo dije— de las prácticas espirituales. Y, por tanto, menos trabajo en servicio de las almas, al paso que los eclesiásticos —al verse ineficaces— se muestran desgraciados y abandonan el proselitismo, porque piensan que procurarán también la infelicidad a otros…
EL MODERNISMO DENUNCIADO POR SAN PIO X
No se relee sin gran dolor lo que San Pío X describió en su encíclica Pascendi, cuando exponía las características del modernismo, que en ese documento definía como compendio de todas las herejías. Todo aquello que entonces el Magisterio universal de la Iglesia intentó atajar con penetrante visión y energía sobrenatural, aparecía ya con su enorme gravedad, pero era todavía un mal relativamente limitado a algunos sectores. En nuestros días ese mismo mal —idéntico en su inspiración de raíz y con frecuencia en sus formulaciones— ha resurgido violento y agresivo, con el nombre de neomodernismo, y en proporciones prácticamente universales. Aquella enfermedad mortal, antes localizada en unos pocos ambientes malsanos, y contenida dentro de esas fronteras por prudentes medidas de la Santa Sede, ha alcanzado aspectos de epidemia generalizada. Su extensión ha facilitado su virulencia y la manifestación de efectos monstruosos en cantidad y en calidad, que quizá ni siquiera hubiésemos podido imaginar ante los primeros brotes del modernismo.
Lo que inicialmente se mostraba sólo, aunque ya fuese muy grave, como la reducción de las Verdades dogmáticas a la simple experiencia subjetiva, conservando algún matiz espiritual, se ha degradado aún más: las hondas exigencias del alma —y aun las de la misma gracia divina— quedan disueltas en la horizontalidad sin relieve de lo mundano: identificando el amor de Dios con las aspiraciones o deseos más inmediatos del hombre-masa, sometido a los determinismos de la planificación materialista y atea, y a la de los instintos animales.
La soberbia de la vida (I Ioann. II, 16) presenta su vanidad total en la exteriorización de la concupiscencia de los ojos, ambición de poder y de bienes terrenos, sin mesura; y de la concupiscencia de la carne, sensualidad sin freno y degradación libertina. Es como la descomposición entera de un cuerpo, después de haber perdido el alma…
Si, para combatir eficazmente los males del modernismo, San Pío X —como de modo análogo había hecho antes León XIII— señalaba, entre los más importantes remedios que urgía poner, el fiel seguimiento de la filosofía y de la teología de Santo Tomás, es patente que ahora se impone como nunca el estricto cumplimiento de esa disposición. Con el Motu proprio Doctoris Angelici, San Pío X traducía, en normas disciplinares concretas, lo que había sido una constante recomendación de sus antecesores en la Sede de Pedro, desde el año 1325.
No me parece ocioso transcribir aquí algunas de las afirmaciones de ese documento pontificio:
se deben conservar santa e inviolablemente los principios filosóficos establecidos por Santo Tomás, a partir de los cuales se aprende la ciencia de las cosas creadas de manera congruente con la Fe, se refutan los errores de cualquier época, se puede distinguir con certeza lo que sólo a Dios pertenece y no se puede atribuir a nadie más, se ilustra con toda claridad la diversidad y la analogía existente entre Dios y sus obras.
Y añade:
por lo demás, hablando en general, estos principios de Santo Tomás no encierran otra cosa más que lo que ya habían descubierto los más importantes filósofos y Doctores de la Iglesia, meditando y argumentando sobre el conocimiento humano, sobre la naturaleza de Dios y de las cosas, sobre el orden moral y la consecución del fin último. Con un ingenio casi angélico, desarrolló y acrecentó toda esta cantidad de sabiduría recibida de los que le habían precedido, la empleó para presentar la doctrina sagrada a la mente humana, para ilustrarla y para darle firmeza.
Los puntos más importantes de la filosofía de Santo Tomás no deben ser considerados como algo opinable, que se pueda discutir, sino que son como los fundamentos en los que se asienta toda la ciencia de lo natural y lo divino. Si se rechazan estos fundamentos o se los pervierte, se seguirá necesariamente que quienes estudian las ciencias sagradas ni siquiera podrán captar el significado de las palabras, con las que el Magisterio de la Iglesia expone los dogmas revelados por Dios. Por eso quisimos advertir a quienes se dedican a enseñar la filosofía y la sagrada teología, que si se apartan de las huellas de Santo Tomás, principalmente en cuestiones de metafísica, será con gran detrimento.
Así, entre otras determinaciones, San Pío X exhortaba:
pondrán en esto un particular empeño los profesores de filosofía cristiana y de sagrada teología, que deben tener siempre presente que no se les ha dado facultad de enseñar, para que expongan a sus alumnos las opiniones personales que tengan acerca de su asignatura, sino para que expongan las doctrinas plenamente aprobadas por la Iglesia. Concretamente, en lo que se refiere a la sagrada teología, es Nuestro deseo que su estudio se lleve a cabo siempre a la luz de la filosofía que hemos citado.
¡Cuánto dolor se hubiese ahorrado a la Iglesia y cuánto daño se hubiese evitado a las almas, con la fiel obediencia a esos mandatos de San Pío X! Pido ahora a mis hijas y a mis hijos, precisamente en este año en el que se conmemora el VII centenario de la muerte del Doctor Angélico, que sigan delicadamente esas indicaciones de la Iglesia en el estudio y en la enseñanza de la doctrina filosófica y teológica, seguros de que también así contribuiremos a que, por la misericordia divina, las aguas vuelvan a su cauce…
Fuentes: “Las Campanadas” de San José María Escrivá de Balaguer, Signos de estos Tiempos
- « Iglesia puede ser renovada,para dar una respuesta a los nuevos tiempos y servir al mundo moderno.» http://www.mscperu.org/neos/nfamilia/ndocu_present_camino_bru.htm
Pues mira tú que de todo lo que se acusa al Camino se ha acusado a la Obra. Que si secretismo, que si coacción, que si se creen mejores cristianos que nadie, que se creen que solo su modelo salvará a la Iglesia...
ResponderEliminarS. Josemaría se refiere a lo que todos sabemos: La progresía que ha entrado en la Iglesia. Porque ahora mismo hay Misas que parecen circos, no se respeta la liturgia, celebran vestidos de cualquier manera, las homilías parecen discursos marxistas o hippies y la Iglesia en vez de hacer el papel de salvación y anuncio de la buena noticia que tiene hace de sindicato progre. He estado en Misas donde se denuncia "la opulencia vaticana", donde se dice que el aborto y la eutanasia pues bueno, y que lo de la sexualidad cristiana "no es tan así".
Pero los malos son los los Neocatecumenales (y los de la Obra, ya que estamos).
Por lo menos estos movimientos (y muchos más) tienen claro lo que hay que hacer.
Yo lo único malo que veo de ir a cualquier parroquia un Domingo es que te puedes encontrar cada sacerdote... Yo me he llevado muchas sorpresas. Gracias a Dios, también muchas alegrías.
Un saludo.
No falla, siempre os sale el tic de 'somos los mejores'.
EliminarAsí que en cualquier parroquia, un domingo, te puedes encontrar cada sacerdote... ¿cada sacerdote, qué? ¿clericalista? ¿hostigador? ¿sin fe?
Qué pasa? ¿Qué en en cualquier comunidad, un sábado, no te puedes encontrar cada sacerdote...?
¿Quieres hechos concretos?
En una comunidad cualquiera, un sábado, me he encontrado a un homosexual al que habán vendido la moto de que lo suyo era vocación sacerdotal.
En una comunidad cualquiera, un sábado, me he encontrado a un sacerdote R.M. que necesitaba un colocón de tranquilizantes para poder oficiar.
En una comunidad cualquiera, un día de diario, porque fue durante las pascuales, me he encontrado a un sacerdote que interrumpió el reparto de la comunión para abroncar a un hermano de comunidad.
Si Gloria, y bla bla bla bla bla yyyyy bla.
EliminarSí, Erick.
EliminarYa sabemos que en el país del arco iris, la mierda huele igual de mal que en todos sitios; y también que de 50 se van 45; y que hay abierta una investigación sobre un nuncio por unos presuntos delitos muy feos; y que no tienes ni la menor experiencia pidiendo perdón. Bla bla y bla.
Gracias a Dios la mierda huele igual.
EliminarPruebas de esto Gloria?, no es nada lo que mencionas simples letras, ¿en que documento de la iglesia está lo de: En una comunidad cualquiera, un sábado, me he encontrado a un homosexual al que habán vendido la moto de que lo suyo era vocación sacerdotal.?, está escrito en el canon? y si no fuere así quien es ese sacaerdote, deque parroquia, cuando fue eso, son simples palabras escritas con malas intenciones...
EliminarLa persona que se saltan las leyes se suele reír del Derecho canónico.
EliminarNo eres el primero que se ríe aquí.
Fe de erratas ,es salta no saltan.
EliminarAhora resulta que a la red ha llegado una neo modalidad del archiconocido "hechos concretos". Ya se innova tanto que solicitan: "nombres y apellidos"
EliminarEl anónimo de las 19:21 parece decir:
-Aqúi escribimos nombre, apellidos, lugar de nacimiento, paso en el que está, parroquia,komunidad, karisma dentro del kamino, nº de hermanos... claro claro claro, como diría Camarón "ay! como el agua"-
ante la pregunta de J.L. Perales: "¿y cómo es él?"
Luego dicen que hablamos chismes, y lo que les pasa es que les gusta, pero detallado, para seguir alimentando el modelo cnc hace falta mucha información, hay que manejar bien los hilos.
Meripe
Anónimo de las 19:21, antes de pedir datos a los demás, preséntate tú, di quien eres, quienes son tus catequistas, a que dedicas el tiempo libre (además de a participar en blogs); presenta tu currículum.
EliminarY con todo y con eso te aclararé una máxima que practico: comento malas prácticas para que se sepa lo que hay en el cnc, pero no señalo con el dedo a quienes las han cometido.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarAnónimo18 de septiembre de 2013 14:46
Eliminar"Por lo menos estos movimientos (y muchos más) tienen claro lo que hay que hacer.
Yo lo único malo que veo de ir a cualquier parroquia un Domingo es que te puedes encontrar cada sacerdote... Yo me he llevado muchas sorpresas. Gracias a Dios, también muchas alegrías".
Cada sacerdote DIOCESANO.... que defienda las leyes y doctrina de la iglesia, que se preocupe y cuide a sus ovejas respetando su dignidad de hijas de Dios, que diga sus homilías según el magisterio de la iglesia. Normal que te lleves sorpresas.
¡Gracias a Dios!.
Meripe
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EliminarEsto lo escribiría Escriva, pero el Opus y los kikos se llevan muy bien, se protegen se ayudan etc. Y me parece que en el sectarismo son hermanos gemelos.
ResponderEliminar¿Por qué le dan cancha a este "aristócrata" relamido? Es una de las ramas más sectaria de la Iglesia Católica. ¿Conocen sus escándalos económicos? ¿Quién apoyo a Juan Pablo II con muchísimo dinero para el sindicato Solidaridad en Polonia? ¿Por qué tienen tanto interés en hacerle santo? ¿Será la devolución de favores con el turbo santo? Dije.
ResponderEliminarEs verdad, exigió título de marqués y creó lo que se hace en el camino de control e interferencia de conciencias muchos años antes.
EliminarEs verdad, exigió título de marqués y creó lo que se hace en el camino de control e interferencia de conciencias muchos años antes.
EliminarCOMO DESCUBRIR A QUIEN COPYPASTEA SIN CRITERIO PROPIO NI COMPRENDER SUS PASTEOS
ResponderEliminar"Se escucha como un colosal non serviam! (Ierem. 11, 20) en la vida personal, en la vida familiar, en los ambientes de trabajo y en la vida pública. Las tres concupiscencias (cfr. 1 Ioann. 11, 16) son como tres fuerzas gigantescas..."
Es un error muy común y repetido en los textos copiados, pretender que es el capítulo once del profeta Jeremías y el capítulo once de la primera epístola de San Juan, cuando es el capítulo dos.
Tanto el autor, San Josemaría, como la fuente que revela la carta, numerario del Opus, usan el latín y así utilizan la antigua costumbre de escribir en números romanos el capítulo. El primero que lo copipasteó sin criterio ni comprobación, entendió Ierem II, 20 como Jeremías, 11,20. De ahí se ha extendido por toda la red la errata que nadie se molesta en corregir, porque en realidad nadie lee (ni interesa) al santo.
De nada.
La “dirección espiritual” es entonces tarea “burocrática” también: esto es, materia y tarea de la “organización institucional” del Opus Dei. Y esto se manifiesta descarnadamente cuando se enseña y se practica que los Directores –al relacionarse con sus superiores— están liberados de la sagrada obligación natural de confidencialidad sobre lo tratado en las “charlas fraternas” que reciben. Con esta violación de la intimidad, se desnaturaliza lo que debería ser una dirección espiritual “personal”. Quizás sea éste uno de los asuntos más graves y más fuertes, que mayores abusos están generando y que más gravemente atentan contra el elemental respeto debido a las conciencias, proclamado por las enseñanzas de la Iglesia y protegido por su praxis canónica.
ResponderEliminarUn texto del Vademécum del Gobierno Local de 2002 es por demás elocuente: Las materias conocidas por razón del cargo, sólo se comunican o comentan, como es lógico, con aquellas personas que —también por razón de su cargo— deban conocerlas. Si un médico o un abogado guardan un natural secreto profesional —silencio de oficio— sobre los asuntos que conocen con motivo de su trabajo, con mucha mayor razón han de vivir ese silencio quienes se ocupan de las tareas de dirección o de formación espiritual de las almas (p.14). Es decir, razonando a sensu contrario, se sostiene que pueden comentarse todos esos temas confidenciales “con quienes deben conocerlos por su cargo”. Y ¿quiénes son éstos? Los Directores superiores.
Efectivamente, así se explica en el libro de Experiencias sobre el modo de llevar charlas fraternas del año 2001, donde se lee: Por tanto, de acuerdo con la naturaleza de la charla fraterna, el silencio de oficio prohíbe tratar esos asuntos con cualquier persona fuera de aquéllas que puedan y deban intervenir en la dirección espiritual, en la línea que va desde los Directores locales hasta el Padre. Dentro de esa línea, y en sentido ascendente (de abajo hacia arriba), no se lesiona el silencio de oficio cuando la consulta es necesaria o conveniente (p.110). Los textos hablan por sí mismos y no necesitan comentarios.
Por si aún no estuviera claro, el fragmento que acaba de citarse posee una nota aclaratoria al pie de página que dice: Si se entiende bien que quien imparte la dirección espiritual es el Opus Dei, fácilmente se comprende que no tendría sentido, por ejemplo, que al hacer la charla fraterna alguien pusiera como condición, para tratar un tema determinado, que quien la recibe se comprometiera a “no contar a nadie” lo que va a decirle; o que éste último, pensando facilitar la sinceridad, equivocadamente dijera al que hace la charla: “Cuéntamelo todo y no te preocupes, porque no se lo voy a decir a nadie más” En estos casos hipotéticos, la persona que recibiera la charla dejaría de ser instrumento para hacer llegar la ayuda de la Obra: esa conversación no sería una charla fraterna de dirección espiritual. ¿No queda suficientemente claro? ¿Cabe mayor tergiversación de lo que siempre ha sido la dirección espiritual en la Iglesia?
"La libertad de conciencia en el Opus Dei"
http://www.opuslibros.org/libros/oraculo/libertas.htm
Como complemento de todo lo expuesto, a los fieles de la Prelatura se les exige la antigua “manifestación de conciencia”, ya reprobada en términos durísimos por la autoridad de la Iglesia. Es decir, se presenta como “obligación” —por causa de la vocación— el realizar una periódica y completa comunicación de la propia intimidad a los Directores, quienes a su vez se “autoconsideran” consejeros exclusivos de esas conciencias o conducto único por donde les puede llegar a esas almas la voluntad y la gracia de Dios. Suele afirmarse esto con una rotundidad que asusta, poniendo a Dios de por medio; en realidad tales afirmaciones —nunca sometidas a discusión teológica— lo que buscan es un férreo control de las personas a través de la “dirección espiritual personal”.
ResponderEliminarAlgunas citas de las Experiencias sobre el modo de llevar charlas fraternas ilustran este proceder, en el que apenas parece existir margen para la espontaneidad personal, y donde todo está previsto, aun en el modo de obrar. Por ejemplo, ahí se lee: Ha de cuidarse mucho la puntualidad en el día fijado y a la hora establecida (…) Otra característica importante es la brevedad. Aunque la duración concreta dependerá de muchos factores, de ordinario, si se prepara bien, bastarán diez o quince minutos para comentar con sinceridad y hondura todos los puntos necesarios. Sólo en casos excepcionales será precisa una mayor dedicación (p.23). Y más adelante se añade: Se dice que los fieles de la Obra “pueden” abrir su alma en la Confidencia, porque es un derecho que tienen. Y, a la vez, que “han de cuidar” fidelísimamente esta Costumbre, porque es uno de los medios para identificarnos con el espíritu de la Obra, que nos hemos comprometido a poner en práctica al incorporarnos a la Prelatura (p.16).
Pero ¿qué es lo importante en estas consideraciones: la persona singular o las directrices de la institución a la que uno se vincula por causa de la vocación? ¿Dónde está “aprobado” por la Iglesia que la incorporación a la Prelatura del Opus Dei conlleva la aceptación del uso de las “manifestaciones de conciencia” a sus Directores como algo obligado?
Idéntica mentalidad reflejaba lo previsto en el Vademécum del Gobierno Local de 2002 para cuando alguien daba muestras de autonomía o manifestaba dudas sobre continuar vinculado a la Prelatura, instigando a aumentar el control sobre su persona por medio de la dirección espiritual: En concreto, convendrá enterarse con prudencia de qué clase de amistades cultiva; si tiene intimidad con alguna persona, si busca consejo espiritual fuera de la Obra, en lugar de dirigirse a sus hermanos; qué correspondencia envía y recibe, pues quizá escriba a parientes, a amigos o a otras personas que no le orientan bien; qué libros lee (p.63). Son indicaciones ahora suprimidas en las Experiencias de los Consejos Locales de 2005 (pp.55-57), al igual que otros párrafos significativos de la redacción de 2002. La comparativa de los cambios muestra a las claras la “operación de maquillaje” de la Prelatura, si hubieran de ser examinados sus textos, pues en ella nada ha cambiado —ni hacia dentro ni hacia fuera— induciendo a nuevos pautas de obrar, con advertencia de rectificación de errores.
EL PODER DEL OPUS DEI
Eliminarhttp://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20151
"El Opus Dei tiene muchos "comedores de tropa" y "códigos rojos" por destaparse aún. Los Estatutos de 1941 rescatados por esta web son un buen ejemplo. Uno de estos "códigos rojos" del Opus Dei es la inoculación a sus miembros del afán de contralar a los demás. Es un sistema piramidal complejo en el que todos están sometidos. Los medios de formación interna, lejos de transmitir enseñanzas evangélicas y magisteriales, son instrumentos de motivación para enseñar argucias de manejo del poder con el fin de someter a las personas y "dirigirlas". En todo este contexto, la "dirección espiritual" que ofrece la obra no es más que una viciosa manipulación mental, paticularmente la "dirección espiritual llevada por laicos" (un producto novedoso del que tiene la exclusiva el Opus Dei, y con fines, medios y resultados desastrosos, como publicó Oráculo).
Los "modos apostólicos propios del Opus Dei", según ellos los denominan, son herramientas para el control, manejo y manipulación de las personas. Tienen un know how específico, por eso son "modos apostólicos propios" del Opus Dei, pero no de la Iglesia católica. Así, en lenguaje interno, se dice que el "apostolado es dirigido". De un estudio riguroso del uso del término "dirección" en documentos internos secretos del Opus Dei se concluye la perversión del sistema que inventó Escribá.
El abuso con menores (aspirantes) es otra forma del actuar fraudulento del Opus Dei, siguiendo el particular esquema del poder que se respira en la institución. Con los más jóvenes el criterio de actuación no escrito que se sigue es que antes de convencer sus intelectos (los jóvenes de 14 años, poco pueden pensar a esa edad) es preciso predisponer sus corazones, y para ello se diseñan todo un conjunto de estratagemas orientadas al manejo de la voluntad ("las actividades auxiliares"). A los jóvenes se les capta emocionalmente (haciendo que se sientan vinculados a un club juvenil con actividades deportivas, culturales, de dimensión social, etc..., por ejemplo), para que en un segundo momento "descubran" por la capacidad de persuasión del poderoso que "Dios los llama a un proyecto único" al que no pueden negarse, pues la Voluntad de Dios no se puede rechazar, bajo pena de condenación eterna. "
"Sé de hombres y mujeres que ingresaron en órdenes religiosas a corta edad y causaron mucho sufrimiento a sus padres y rechazo de lo que habían hecho. Pero esos religiosos nunca mintieron acerca de su decisión de emprender el noviciado. Que el Opus Dei no sea legalmente hablando, una orden religiosa, es irrelevante porque el compromiso de un numerario es parecido al de un religioso. El Opus Dei le pide al numerario un compromiso que en ciertos aspectos excede inclusive al de un religioso, y además, sin la protección de la ley canónica que le protege. Esta falta de reglamentación en la ley canónica acerca de la vida de los numerarios abre la puerta al abuso que supone reclutar a niños de 14 años o hasta más pequeños -como ha sido bien constatado y documentado-. Y estos niños aceptan de por vida un compromiso como numerarios.
ResponderEliminarPor un período de más de dos años viví una muy intensa vida de oración. Mi mortificación era bastante severa y ayunaba frecuentemente. El sacerdote que me dirigía espiritualmente no me hizo ninguna recomendación de moderación. Yo experimentaba un gran consuelo espiritual, especialmente al ver a la Virgen y sentir su presencia.
Luego enfermé de hepatitis. Mi madre vio la oportunidad de sacarme del Opus Dei. Compró unos billetes para otro país donde el Opus Dei no estaba establecido –ella trabajaba allí como diplomática - y me obligó a guardar cama. Estuve aislado de mi director espiritual, experimenté tentaciones terribles, y sentí la presencia del diablo. Pero también experimenté la intensidad de la oración mística y en un momento dado sentí la presencia hermosa de la Virgen, más intensamente que en el pasado.
Para aquel entonces mi madre había llegado a sentir repugnancia hacia el Opus Dei. Sus palabras eran “¡Odio al Opus Dei!” La razón principal para odiar el Opus Dei era porque lo creía “furtivo.” Mis padres estaban resentidos por el hecho de que nunca les consulté sobre la decisión de hacerme del Opus Dei. Pero como ya mencioné, el director del centro me mandó mentir a mis padres.
Experiencia
EL ESPÍRITU DEL OPUS DEI HACE DAÑO A LAS PERSONAS
Por un ex numerario, Asia
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Versión original en inglés: http://www.odan.org/true_asia.htm
La traducción al castellano ha sido realizada con la autorización de ODAN
Mientras sufría duras pruebas interiores, me adhería estrictamente a la regla equivocada de Escrivá de no buscar el consejo de otros sacerdotes que no fuesen del Opus Dei. Yo insistía en que debía regresar a mi país para poder charlar con un sacerdote de la Obra. Esta insistencia aumentó la indignación que mi madre ya sentía por el Opus Dei. Parte de la indignación estaba dirigida, naturalmente, hacia mí.
ResponderEliminarEventualmente, me permitió regresar a nuestro país. Mi director espiritual no me dijo nada acerca de mis experiencias. Mis padres dijeron que yo había estado en cama después del ataque de hepatitis porque estaba enfermo de la cabeza, dando a entender que mi enfermedad me hacía delirar. ¡La verdad era que mi madre no me permitía levantarme de la cama!
El resultado inicial de esta experiencia fue sentir angustia y confusión. Había pasado por tanto sufrimiento que estaba lleno de temor. Mi director espiritual no me hablaba de lo que estaba ocurriendo en mi interior. Esto fue un gran error. Pero pienso que simplemente él era un incompetente, que no estaba preparado, ya fuera por falta de una educación teológica adecuada o por una preparación pastoral deficiente.
Hago este juicio porque yo conozco la formación de los numerarios. Lo único que se le enseña a un director espiritual en el Opus Dei es a empaparse de una manera concreta de pensar para luego transmitírsela a otros, sin entender nada sobre orientación, -que en muchos casos se entrelaza con la dirección espiritual-. En las clases de teología hay poco estudio de teología y ausencia casi absoluta de pensamiento crítico. No se permiten preguntas. La educación religiosa en el Opus Dei es adoctrinamiento.
Luego se me asignó un director espiritual nuevo. Cuando le hablaba de lo que me preocupaba profundamente, no recibía ningún consejo útil. Crease o no, solía soltar una carcajada como respuesta. La carcajada significaba algo como “¿Por qué te inventas problemas?” En gran medida era su manera de escapar de mí; su proceder era poco inteligente y de ninguna ayuda en absoluto. Debido a la dirección espiritual deficiente, muchos asuntos internos relativos a mis experiencias espirituales permanecieron sin resolución, complicándose todavía más.
Perdí la fe in mi director espiritual. Tres años más tarde me marché.
El sistema del Opus Dei está lleno de contradicciones. La gota que colmó el vaso fue cuando el director dijo que todas mis cosas pertenecían al Opus Dei. Esta afirmación no era consistente con lo que me habían dicho seis años antes: que éramos personas laicas, dueñas de nuestra propiedad privada, que no había nada como propiedad común porque los miembros del Opus Dei no eran religiosos.
Por aquel entonces, no podía pensar claro debido al lavado de cerebro que me habían hecho. Lo que había aprendido en el Opus Dei era ilógico e inconsistente respecto a mi conocimiento de la fe católica, y mi propio instinto espiritual. Me encontraba en un estado de disonancia cognoscitiva severo.
Mis planes para terminar la carrera de medicina y ser monje se hicieron añicos. Era extremadamente infeliz y lo fui por muchísimos años. Nunca llegué a ser médico ni monje.
Yo tenía que entender por qué había tenido una experiencia tan mala en el Opus Dei. Estoy convencido que el motivo fundamental es que el sistema es defectuoso. Creo que lo que hay que criticar es el sistema, y mis críticas van paralelas con lo que otros antiguos numerarios, especialmente John Roche, han escrito.
Por un ex numerario, Asia
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La traducción al castellano ha sido realizada con la autorización de ODAN
Esencialmente, muchos aspectos de la manera de pensar en el Opus Dei, su espíritu, son enfermizos. Hacen daño a las personas. Yo creo que si hubiese tenido un director espiritual experimentando y docto yo no hubiese tenido una experiencia tan mala.
ResponderEliminarEl adoctrinamiento en el espíritu del Opus Dei se saca de la manga ciertas ideas peregrinas sobre la teología y, sobre todo, convierte la espiritualidad en dogmas, simplemente porque Josemaría Escrivá lo quiso. Por ejemplo, Escrivá creía que la lucha por la santidad personal –o lo que el entendiese por ella- capacitaba para hacerse cargo de la dirección espiritual de otras personas. Permitía que numerarios muy jóvenes –menores de veinte años o con pocos años más- se convirtiesen en directores espirituales, urgiéndoles a “madurar pronto” –de nuevo, su concepto de madurez-. Creo, al contrario, que no se debería dejar a niños –y los numerarios a esta edad son niños en lo que se refiere a dirección espiritual- que aconsejaran a una persona que atraviesa experiencias místicas. Se necesita un director espiritual con experiencia, maduro de verdad en la vida interior.
A la edad de 21 años, se me impuso ser director espiritual. Estaba muy angustiado por la responsabilidad. Acepté el papel solamente por obediencia –en aquel momento había hecho un voto que tenía que cumplir-. Decidí que todo lo que haría era contarar al consejo local lo que me había dicho la persona a quien yo aconsejaba –la dirección espiritual era supervisada por un grupo que consistía del sacerdote, el director del centro, y algunas veces, de otro miembro del consejo local- y luego comunicar su consejo a mi dirigido. “Dile que ejercite la fortaleza,” decía el sacerdote. Y yo le decía a mi dirigido: “Tienes que ejercitar la fortaleza.” Pero la verdad es que yo no tenía ninguna idea de lo que pasaba.
Añadiría que los sacerdotes del Opus Dei son productos de la endogamia intelectual y a menudo les falta el conocimiento, la amplitud y la profundidad para ser buenos directores espirituales. De nuevo, me baso en mi propia experiencia. La preparación de los sacerdotes del Opus Dei es inadecuada porque es limitada. Y no hay razón que justifique la preparación tan limitada de los sacerdotes del Opus Dei porque el Opus Dei tiene los recursos para prepararlos muy bien.
Permítanme darles un ejemplo. En un momento dado, le pregunté al sacerdote del Opus Dei la razón por la cual yo había tenido una visión de Escrivá en la sala, muchos años después de que el hubiera muerto. El sacerdote me dijo, “Dios te envía la visión para fortalecerte.” Pero aquello no sonaba bien. No parecía cierto. Años más tarde, cuando había salido del Opus Dei, le pregunté a un sacerdote secular acerca de esta experiencia, y me contestó, “Las visiones pueden venir de Dios o del diablo.” Luego repitió el consejo de San Juan de la Cruz de tratar las experiencias místicas como “rescoldos luminosos,” diciendo, “Siente el calor pero no los tomes en tus manos.” ¡Ah!
El sacerdote del Opus Dei está entrenado para pensar linealmente y con parámetros premeditados y no está suficientemente familiarizado con las tradiciones de la espiritualidad católica -que están fuera del ámbito del espíritu del Opus Dei-.
Y así Escrivá permitía que niños o sacerdotes, con preparación inadecuada, dirigiesen almas que necesitaban verdadera ayuda por estar pasando por duras situaciones interiores.
Creo que mi experiencia espantosa con la dirección espiritual en el Opus Dei no habría ocurrido si se hubiesen seguido los siguientes sabios principios de dirección espiritual:
Por un ex numerario, Asia
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La traducción al castellano ha sido realizada con la autorización de ODAN
-Se debe motivar al dirigido a usar la razón.
ResponderEliminar-Se le debe motivar a seguir su conciencia. Se le debe motivar a usar el discernimiento.
-Se le debe dar la oportunidad de buscar la verdad por sí mismo, lo que significa no imponer censura y dar libertad para consultar a otros sacerdotes y guías espirituales, sin inculcarle el sentimiento de culpa.
-Se le debe motivar a tomar decisiones consciente e independientemente, aceptando toda la responsabilidad de sus decisiones. La obediencia ciega produce ciegos.
-Se le debe motivar a desarrollarse y crecer como un ser humano normal y no vivir en el ambiente artificial del Opus Dei que ha sido llamado “invernadero.”
El tema de la censura de información y libertad de elección en la dirección espiritual es muy importante. Al Opus Dei le encanta afirmar que cada uno de sus miembros es libre, libre de venir, ir, salir, etcétera. ¿Por qué esa repetición machacona? Porque la carencia de libertad individual sobresale en el testimonio de antiguos miembros.
¿Cómo puede existir libertad cuando Escrivá denigraba el uso de la razón y de la conciencia al practicar la obediencia que, por cierto, en el Opus realmente se deriva, no de alguna influencia de la espiritualidad laica sino más bien, de la tradición centenaria de la espiritualidad de los religiosos? La misma observación ha sido hecha por James Martin, S. J., Michael Walsh, y otros.
¿Cómo puede un socio ejercer verdaderamente la libertad si sus opciones son limitadas? El Opus Dei limita las opciones de los miembros identificando el libre acceso a la información como un pecado mortal; la consulta con el clero que no pertenece al Opus Dei como una influencia directa del diablo, y el alejarse del Opus Dei como un viaje al infierno. Nadie que que confíe en los sacerdotes del Opus Dei, querría cometer un pecado mortal, jugar con el diablo, o lanzarse al infierno. Consecuentemente, las opciones que presenta el Opus Dei a sus miembros, apropiándose indebidamente del nombre de Dios, no son ninguna opción
Por un ex numerario, Asia
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La traducción al castellano ha sido realizada con la autorización de ODAN
"Nunca podré olvidar el daño que me hicieron. Me engañaron, me confundieron, prefirieron hacerme creer que estaba loca y que todo era producto de mi imaginación. Conmigo lo hubieran tenido fácil, yo era una buena persona y confiada. No tenía familia ni a dónde ir. Un “lo siento”, los sacerdotes se equivocaron no se lo tengas en cuenta, uno era mayor, el otro impulsivo… es verdad que lo que has visto y vivido estaba mal, pensamos que esa persona cambiaría, pero se lo vamos a decir y cambiarán las cosas, no sufras, todo irá bien, estamos contigo. Pero no, dieron la vuelta a todo. Todo menos reconocer que se habían equivocado, era mejor maltratar a una persona que pedir perdón y yo, mientras, preocupada por no vivir el minuto heroico y por las demás normas, sin hacer correcciones fraternas, porque todo el mundo me parecía buenísimo.(...)
ResponderEliminarEspero que todas esas acciones que hicieron y que veo siguen haciendo, se les vuelvan contra ellas y exploten de vergüenza. Espero que la vida les haga justicia y no lo digo como una maldición, sino que se tendrán que arrastrar ante Dios para conseguir sus migajas de perdón. Y si no lo hay, ya he visto que la vida te da lo que siembras y me ha tocado vivir, en otros, finales de vida muy duros, solo hay que esperar…
Tampoco entiendo la actitud de la Iglesia con este tema. Después de todo lo que se ha enviado, escrito, de lo que han oído. Pero ¿a qué esperan? ¿De qué tienen miedo? ¿De haber canonizado a alguien que no era canonizable, con un proceso falso? ¿Qué pasa? ¿Tampoco sabe rectificar? Si, ya, también son humanos. Pero con pruebas tan abrumadoras como las que tienen, leen o reciben…Les debe convenir seguir como tapaderas.
No sé, no creo que sea prudencia, más bien tibieza y… “a los tibios los vomitaré de mi boca”. Nos escandalizan más con este comportamiento. Creo que no harán nada, es muy difícil hacer las cosas bien y hay que ser muy humilde. Ha de pasar mucho tiempo, con eso juegan, con el tiempo, a ver si se nos olvida dejar de darles la paliza
Ya, me da igual. Todo es lo mismo. La vida sigue igual. Nos repetimos, yo ya no entiendo nada, pero sigo como todos, haciendo lo que puedo. Se que llegará el final y “quizás” me entere de algo, aunque entonces me seguirá dando igual.
En mi primer escrito, os decía que he perdonado todo a todos. A mi padre sí, porque me pidió perdón llorando, arrepentido de cómo me había tratado… Después de escribir todo esto, me estoy cuestionando el perdón a la gente de la obra, y a la Iglesia, pero no veo arrepentimiento por su parte. Y sin arrepentimiento no hay perdón."
OPUS DEI YO TAMBIEN SUFRI (y 5)
Ferita, 5 de diciembre de 2011
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=print&sid=19047
IUDAD DEL VATICANO, 30 JUN 2010 (VIS).-El Santo Padre:
ResponderEliminar-Nombró al cardenal Marc Ouellet, P.S.S., hasta ahora arzobispo de Québec (Canadá), prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Sucede en estos dos cargos al cardenal Giovanni Battista Re, cuya renuncia fue aceptada por límite edad.
**********************
Comentario:
Por fin se va de la presidencia de la Congregación para los Obispos –órgano de la Iglesia de quien depende la prelatura del Opus Dei–, el cardenal Giovanni Battista Re. Será sustituido por cardenal Marc Ouellet, hasta ahora, arzobispo de Quebec.
Battista Re ha ejercido de obstructor y de verdadero tapón cuando le han llovido denuncias de ex miembros del opusdei, llegando incluso a aconsejar a quienes se dirigían a él pidiendo amparo, que “acudieran al Prelado, que será el que mejor le podría entender”.
Battista Re ha hecho todo lo posible para que las denuncias no llegaran al Papa porque su afinidad con el opusdei es total. La prelatura se ha encargado de dorarle la píldora con toda clase de “atenciones”. Por eso era aconsejable que las denuncias –y las personas que las portaban-, se presentaran ante diversos dicasterios, cardenales, etc., de forma que, por uno u otro lado, llegaran al Papa, como así ha sido. Consecuencia de la información que tiene Benedicto XVI ha sido el requerimiento a Echevarría de una explicación por escrito de cómo se hacía la dirección espiritual en la obra. Y como el prelado no podía escribir la realidad porque sería como autoexpulsarse él y al opusdei de la Iglesia Católica, ha manifestado todo lo contrario, o sea, que ha mentido al Papa. Allá él. Este es el origen de las notas y charlas que se están dando en los centros y cursos anuales informando de “que no preguntamos sobre cuestiones de conciencia, que la charla se hace si se quiere (libremente) y con la persona elegida, no impuesta…” etc., etc.
Battista Re, a su pesar, no ha podido impedir que los testimonios y la documentación llegaran a su destino.
"Los kikos y el Opus Dei.- Krespillo
ResponderEliminarFecha Miércoles, 02 julio 2008
Tema 125. Iglesia y Opus Dei
"Perreando por internet encontré por casualidad un artículo del diario El País titulado "Kiko, la cólera de Dios" un extenso artículo de Jesús Rodríguez sobre Kiko Argüello líder y fundador del camino neocatecumenal. Si tenéis un rato os recomiendo su lectura ya que las coincidencias entre ambos movimientos sectarios (kikos y opus dei) son realmente sorprendentes. Copio a continuación sólo algunos párrafos que me han llamado la atención::(...)"
http://opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=print&sid=12617
AGUSTINA LÓPEZ DE LOS MOZOS ,EXNUMERARIA Y ADMINISTRADORA DE
ResponderEliminarOPUSLIBROS.ORG responde a qué es el Opus Dei y sus prácticas sectarias (a partir de min. 1:06)
http://www.youtube.com/watch?v=AkWj0PUFEzo
Hola everyone.
ResponderEliminarYa he señalado en reiteradas ocasiones mi total desafección, cuando no asco, con respecto al opus dei, una empresa de bastante dudoso espíritu evangélico, que se posiciona casi fuera del prisma eclesial, que está en contra del Concilio Vaticano II y que se ha dedicado siempre al secretismo, el elitismo y el proselitismo.
Sorprende en el artículo ver que Benedicto XVI ha estado en contra de la apostasía, no sé, pero me parece que la única reforma que se ha hecho del CIC, la hizo él, y fue precisamente permitir que los apóstatas reciban cristiana sepultura y puedan contraer matrimonio (no voy a molestarme en poner un enlace, sorry).
Me parece una secta lamentable, por los mismos (o casi los mismos) motivos que el camino, pero al mismo tiempo habría que sumarles la continua pompa, los falsos títulos y referencias y el desprecio a los pobres, que en el camino es mucho más reducido.
Creo y espero que el papa los pondrá en su sitio, no son eclesiales, no son cristianos, son fariseos nacional-católicos que con alma fascista pretenden vivir contra el mundo pero rodeados de lujo, leyendo el Evangelio pero viviendo como el rico Epulón, diciendo que aman a la Iglesia pero poniendo verde a todos los sacerdotes que no pecamos de su moralitis, diciéndole a la gente como vivir, pero no siendo capaces de mover un dedo...
Para mas info... www.opuslibros.org
Benedicto XIII. Hoy estoy enfadado.
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article42158
Eliminar"Miembro del Opus Dei anuncia su suicidio y denuncia publicamente a la institución"
(...)En mi caso, con apenas 16 años, siendo menor de edad, fui víctima de numerosos chantajes emocionales, violencia y abusos psicológicos, ultimátums, amenazas, coacciones, juicios de valor… Yo tuve que escuchar frases como "si lo dejas es como si tu padre dejase a tu madre y se fuese a vivir con otra" "si no perseveras eres un traidor y un desertor, estás traicionando a Dios y a tus hermanos" "eres como el joven rico, Dios te pide que le sigas y tu le das la espalda" "eres un egoísta, sólo piensas en ti y en tus dudas de vocación, has dejado de amar a Dios" "si dejas de ser numerario te va a resultar muy difícil conseguir la salvación eterna, serás un tibio" "nunca serás feliz ni tendrás paz" "si tú lo dejas tus hermanos pequeños dejarán de venir por el club, no sabes el daño que les podrías hacer con ese mal ejemplo". Esto me decían mis directores espirituales, hablando supuestamente en nombre de Dios, lo que no me parece sino tomar el nombre de Dios en vano, coaccionar psicológicamente a un menor de edad, amenazar, coaccionar la libertad de conciencia, no respetar la libertad interior de las personas. Se puede imaginar cómo terminé después de este periplo de más de seis meses de tormento, cuando al fin y al cabo yo era un muchacho bueno, sensible, que se tomaba la vida en serio y quería obrar el bien.
Puede imaginarse que a las pocas semanas empecé a tener ataques de ansiedad, y de pánico, que no dormía por las noches, que no comía, que no me concentraba, se me diagnosticó una fuerte depresión, pasé de sacar excelentes calificaciones a no asistir a clase ni poder leer una novela, empecé a tener fuertes ideas de muerte, a no tener ni fuerzas de salir de casa, ni de levantarme, digamos que dejé de ser Víctor y empecé con tratamientos, y con abundante medicación. Desde entonces, y ya han transcurrido casi 16 años, esa ha sido la tónica de mi vida.(...)
Odio con todo mi corazón el Opus y todo lo que tiene que ver con él, sobre todo desde que una amiga mía se suicidase tra lanzarse desde un cuarto piso tras las presiones y manipulaciones a las que se vio sometida en esa maldita secta.
ResponderEliminarY que la Iglesia canonice y ponga como modelo de entrega a Dios al padrecito Escrivá me llena de estupor e indignación!! Es como si hiciesen lo mismo con Kiko y el resto de tarados que aparecieron a mediados del siglo XX...
Este es uno de los resultados posibles cuando se "toca" el sagrario del hombre; su conciencia.
EliminarBastaría un solo caso para dejar de hacer estas aberraciones, sin embargo ni a los que las cometen ni a las autoridades eclesiásticas competentes parecen importarles estas cosas.
Es muy difícil no perder la fe, en medio de tanta asquerosidad. Un milagro, la verdad.
Si no fuera porque tengo presente que a quien más le duele es a Cristo, no sé que sería de mi..
Mientras tanto los vendedores y cambistas siguen convirtiendo la casa de mi Padre en una cueva de bandidos. Lo pagarán, sé que lo pagarán. Los que no son conscientes me dan pena, los que sí lo son, me dan un asco terrible.
Meripe y sepul
"Asimismo, Cipriani, quien fue arzobispo de Ayacucho durante los años 90, indicó que si bien Miranda tenía una "cercanía espiritual" al Opus Dei, no era un sacerdote incardinado en dicha congregación, por lo que consideró "de muy mal gusto" que se quiera maltratar a la institución con este lamentable caso de abuso de menores".
EliminarFuente: Religión Digital-
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMejor que nada :que alguien que se denomina antisectario utilice las palabras de este santo patrocinado para justificarse.
Eliminar+100000 anónimo 22 sep 07:20
El Opus como movimiento sectario, no es más que ir un paso por delante del CN .
ResponderEliminarSe practica el mismo aislamiento,coerciones parecidas, solo que en este casos e da la infraestructura necesaria para llevar al individuo dentro del "refugio":estas son las casas de la Obra donde numerarios,y sacerdotes de otros países sportan la disciplina de vivir dentro de la burbuja.
Dentro de dichas casas nutridas con las aportaciones de familias, de supernumerarios y de diocesis que llevan alos sacerdotes a obtener formacion se impone la disciplina ferrea del director de turno.
Preguntados por su conciencia e impelidos a aceptar normas que van desde no tener relación con el sexo contrario a usar cilicios diariamente, los direcyores escriben informes sobre todo aquel que resida dentro de sus centros.Estos informes circulan en virtud de la movilidad de los residentes, de tal forma que el flujo de información sobre pecados "faltas " en la obra y pensamientos íntimos están en poder de la jerarquía a la que se adscribe el sujeto.
Los directores de la casa tienen potestad, siendo laicos, de decir cuando un sacerdote puede o no salir de dicha vivienda, lo mismo con numerarios.
Si alguno duda de estar allá, incluso siendo supernumerario residente en domicilio propio, la obra se vale de coacciones, cuando no de psiquiatras propios,para medicar al sujeto o exhortarle a que no abandone de ninguna manera esta vocación.
Sus publicaciones propias proscriben programas de Tv, canciones, libros, intelectuales bajo la amenaza de "pecado" de tal manera que el individup que sigue fiel a las necesidades del opus se rodea de una burbuja en la que no cabe la duda ni crítica, incluso en facultades prestigiosas gobernadas por ellos.
Su visión de la iglesia comprende los libros de su fundador, interpretando libremente los evangelios y sus libros de "formación".En cuanto a santos, además de santo tomás, solo conocen a los relacionados con la Prelatura.
El Opus como movimiento sectario, no es más que ir un paso por delante del CN .
ResponderEliminarSe practica el mismo aislamiento,coerciones parecidas, solo que en este casos e da la infraestructura necesaria para llevar al individuo dentro del "refugio":estas son las casas de la Obra donde numerarios,y sacerdotes de otros países sportan la disciplina de vivir dentro de la burbuja.
Dentro de dichas casas nutridas con las aportaciones de familias, de supernumerarios y de diocesis que llevan alos sacerdotes a obtener formacion se impone la disciplina ferrea del director de turno.
Preguntados por su conciencia e impelidos a aceptar normas que van desde no tener relación con el sexo contrario a usar cilicios diariamente, los direcyores escriben informes sobre todo aquel que resida dentro de sus centros.Estos informes circulan en virtud de la movilidad de los residentes, de tal forma que el flujo de información sobre pecados "faltas " en la obra y pensamientos íntimos están en poder de la jerarquía a la que se adscribe el sujeto.
Los directores de la casa tienen potestad, siendo laicos, de decir cuando un sacerdote puede o no salir de dicha vivienda, lo mismo con numerarios.
Si alguno duda de estar allá, incluso siendo supernumerario residente en domicilio propio, la obra se vale de coacciones, cuando no de psiquiatras propios,para medicar al sujeto o exhortarle a que no abandone de ninguna manera esta vocación.
Sus publicaciones propias proscriben programas de Tv, canciones, libros, intelectuales bajo la amenaza de "pecado" de tal manera que el individup que sigue fiel a las necesidades del opus se rodea de una burbuja en la que no cabe la duda ni crítica, incluso en facultades prestigiosas gobernadas por ellos.
Su visión de la iglesia comprende los libros de su fundador, interpretando libremente los evangelios y sus libros de "formación".En cuanto a santos, además de santo tomás, solo conocen a los relacionados con la Prelatura.
Muchas gracias Mandarina.
EliminarAunque viendo la peli sobre Escriva reconozco que me emocione, hubo un detalle que no me gusto nada: lo del cilicio. Y leyendo mas sobre el Opus Dei, su estructura, que si supernumerarios y demas, sinceramente me alegro de no haberlo conocido. Yo no se si antes del Opus Dei, en pleno siglo XX se practicaba lo del cilicio, pero es algo que me escandaliza. Algunos justificaran la violencia en las clases, del maestro al alumno antes, y ahora del alumno al maestro, ademas de la siempre violencia alumno alumno. Pero para mi no es justificable en absoluto. Y para mi el tema del cilicio es pura violencia contra uno mismo.
Los romanos del Imperio Romano ya pasaron. La Edad Media....que podria decir que alguna cosa buena tenia, no era precisamente este tipo de cosas. Mi conciencia dice que es un absurdo todo lo del cilicio. Que es un absurdo todo eso de las peliculas, TV, lo de prohibir asi como asi. Lo de la medicacion, es una manera de control...ellos que saben....
Y tengo miedo, porque tengo un amigo que si no ha estado en el Opus, ha sido muy cercano a ello. Y veo algunos sintomas....
Y no me gusta que tenga esos sintomas, me da pena.
Curiosamente, yo que ahora mismo me considero agnostico, le aconsejo a veces como creo que un catolico veria ciertas situaciones. Pero la verdad es que es una pasada lo del cilicio.
Al final todo eso son instrumentos de control, se trata de poder, de dinero, ¿A mi que me puede acercar a Dios darme unos golpes? ¿Que me puede hacer pensar en un Creador si me doy latigazos? . Porque incluso puedo pensar que hay crueldad del hombre que es propia del ser humano y que algunos lo hacen sin piedad y no puedes defenderte. ¿Pero darme a mi mismo asi? .
¡Cuanto daño se hace con la mente de la gente!
Yo he vivido dentro de la obra y lo que no llegaré nunca a entender es cómo ha salido esa asociación tan estirada, remilgada y obtusa de un hombre tan campechano, con su vivencia, su sufrimiento y la amabilidad que rebosa en sus vídeos.
EliminarSaludos, Jade.
Si se usurpa el único "poder" que le fue entregado a la iglesia, el resultado siempre es el mismo: "Inquisiciones variopintas".
EliminarCualquiera puede ser sacerdote, pero un sacerdote no debe ser un cualquiera.
-sepul-
yo creo que la "obra" tiene más seriedad que el "camino".
ResponderEliminarSé que tienen la recta intención de anunciar la verdad y denunciar la mentira. Pero encuentro en sus comentarios el odio y el desprecio. Deberían revisarse cada uno el corazón y ver si esta conforme al evangelio de Jesucristo: "amad a vuestros enemigos" y "bendecid a los que os maldigan". Si se encuentran lejos de esto sabremos ustedes y yo que no son cristianos. Eso es en caso de que el camino fuese lo que ustedes en esta pagina lo pintan. Yo por mi parte doy gracias a Dios por que me condujo al camino neocatecumenal y se que no es como dicen que es, porque comparo lo que dicen con lo que puedo ver y experimento, vivo y encuentro que no existen esas razones para esas acusaciones, es al contrario. También pido, y les invito a pedir, a nuestro Señor que nos libre de los engaños satánicos que crea divisiones y nos lleve a la luz y la comunión por el Espíritu Santo. Por ultimo la obra de Dios subsiste porque es obra de Dios y no de los hombres, como es precisamente la Santa Iglesia Católica, que por mas que en ella hayan insertos personas engañadas que conducen a los demás al error, ella subsiste y no deja de ser Santa, porque no radica en los hombres sino en Dios y su Mesías nuestro Señor Jesucristo, verdadero Juez, quien hará justicia el último Día.
ResponderEliminarSé que lo dices por estos neocatecúmenos hermanos tuyos que escriben en el blog comentarios cargados de 'bad milk', burlones, despreciativos, acusadores, condenatorios, difamadores... pero deberías tener más cuidado con la forma de expresarte, porque no lo dejas claro.
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