Los orígenes del Santuario de Chapi (Arequipa, Perú) se remontan aproximadamente al siglo XVIII.
No hay certeza de quiénes trajeron la imagen de la Virgen Chapi desde España. Pudieron ser tanto misioneros franciscanos como jesuitas. En 1709 la imagen ya era venerada en varios poblados de Churajon, que según parece fueron evangelizados por los jesuitas de Moquegua, quienes construyeron una capilla a tal efecto.
En 1868 un terremoto destruyó la ermita, pero bajo sus escombros “la Mamita” se encontraba ilesa. En su lugar, se levantó una modesta capilla con los muros hechos de piedra y adobe, y el techo de paja. En 1872 se inició la construcción de una capilla más digna que se concluyó en el año de 1887.
La historia de esta capilla es una historia de terremotos y reconstrucciones. Por lo menos tres. La penúltima reconstrucción concluyó en 1967 y sufrió daños considerables en el terremoto del 23 de junio de 2001. En septiembre de 2003 se creó la comisión encargada de la reconstrucción del nuevo templo…
Se trataba de levantar un templo, como las veces anteriores que un terremoto lo había tumbado, pero algo se les fue de las manos y surgió un proyecto farakikónico mucho más caro (incluso si no hubiese habido sobrecostes, que los hubo) que los noticieros describen como turístico antes que religioso. Es lógico, puesto que además de levantar de nuevo el santuario, se incluyó en el proyecto demoler parte de un cerro, hacer una gran explanada para turistas peregrinos, un museo, una hospedería, una zona comercial y de restauración y… la guinda del pastel, una pseudo mezquita con su minarete y todo.
Maqueta del proyecto, con un copón que se aprecia poco y un minarete |
El nuevo proyecto -no te proyectes, hermano-, que requería una inversión en torno a los US$.3.5 millones, estaba amparado por un amigo del CNC:
«En el nuevo santuario de la Virgen de Chapi, oraremos y agradeceremos a la Mamita por todos los milagros y la protección divina», meditó el Arzobispo de Arequipa, monseñor Javier del Río Alba, tras presentar el nuevo diseño del santuario que, incluida la explanada, tendrá capacidad para cerca de 18 mil almas.
Almas… Habrá que explicarles que, a diferencia de los cuerpos, las almas no ocupan espacio, por tanto, la explanada es para cuerpos.
Este amigo era consciente de que el Gobierno Regional de Arequipa “solo” se había comprometido a aportar un millón de dólares, muy lejos de los 3,5 presupuestados (que luego fue más por los sobrecostes). Pero en estos casos algunos lo fían todo a hacer rifas y a las bolsas negras, porque ya se sabe que si no te desprendes de tu dinero no puedes ser cristiano, que lo dice uno muy sensible.
«Monseñor enfatizó que unidos todos los devotos de la Virgen de Chapi, conseguirán reunir los fondos que faltan para que en menos de un año y medio quede concluida la casa de la Mamita».
El diseño fue elaborado por los arequipeños Juan Luis Pechiarovich, Mario Torres y Erick Díaz, asesorados por el arquitecto de la Arquidiócesis de Madrid, Antonio Abalos Culebras -el que ideó la domus y el catecumenium de La Paloma que plugo a Dios que explotase-. No es un dato baladí, indica que a los arquitectos locales los aleccionaron sobre lo que quería el sumo sensible a cambio de aportar el contenido de unas cuantas bolsas teneBrosas. -la B no es un error-.
Algo pasó, quizá los arequipeños mostrasen una resistencia inesperada, quizá la disposición del monseñor a ajustarse a los deseos del sensible no fuese tanta o quizá actuó la Virgen de Chapi, que tiene fama de muy milagrera.
El caso es que inexplicablemente en el sitio de siempre ahora se levanta un santuario que responde al canon estético original, con su estructura cruciforme, y además, a 50 m de distancia, tras comerse un cerro, se ha edificado un mazacote para los turistas del que los publicitas dicen que «se caracteriza por el simbolismo espiritual de los espacios y uso de formas y materiales propios de la zona, tiene nuevas formas de expresión arquitectónica y litúrgica de los ministerios de fe».
Lo de los ministerios de fe no está a la altura de otros edificios, ni de todas las entendederas, obviamente.
Una noticia fechada el 29 de abril de 2007 asegura que el santuario va a ser trasladado esos 50 m señalados antes porque la firmeza del suelo es mejor en la nueva ubicación y señala también que el traslado va a permitir que la nueva construcción se oriente al oriente, valga la redundancia. Y añade: «característica fundamental en la arquitectura de los templos desde los inicios del Cristianismo. Con ello, la Iglesia quiere simbolizar la espera de Cristo, el lucero del alba que sale por el oriente».
A mí me contaron que esa tradición no data de los inicios del Cristianismo porque los cristianos no tuvieron templos hasta la conversión de Constantino, y en este entonces la primera medida fue transformar en iglesias las basílicas de otras deidades declaradas caducas, sin importar la orientación espacial que tuvieran.
Y también me contaron que más tarde se volvió tradición, que no requisito, que la iglesia se orientase hacia Jerusalén, donde Dios puso su morada entre los hombres. Desde Arequipa Jerusalén queda al este, pero desde Japón queda al oeste.
El reportaje comenta también que sobre la capilla del Santísimo se va a colocar un copón por “complementar la simbología de las dos especies sacramentales” y del previsto minarete dice: «la torre del campanario, de 60 m de alto que, como símbolo de la luz de Cristo, guiará a los peregrinos. En la parte superior emitirá un haz de luz hacía el infinito y, en su interior, contará con un ascensor de vista panorámica».
Por su parte, el Arzobispo de Arequipa declaró que «cuando el Santuario esté construido se iniciará una renovada Pastoral de Santuarios en esta Arquidiócesis, a través de la cual se espera atraer a más de cien mil peregrinos al año, además de miles de turistas de modo permanente».
No tengo ni idea de qué es una pastoral de santuarios, con o sin mayúsculas, pero las previsiones de terminar en menos de dos años no estuvieron nada atinadas.
Trece años después, ¡TRECE!, las obras iban a terminar por fin. Con algunos cambios significativos.
El copón previsto brilla por su ausencia, el minarete quizá sea subterráneo o invisible y, lo mejor de todo, el Santuario de la Virgen de Chapi sigue en su sitio -se levantó de nuevo ANTES de arrancar el megaproyecto turístico-, de modo que hay un intento de hacer pasar por basílica a la nueva mole… Lo que sucede es que solo el Papa tiene potestad de declarar basílica a un edificio religioso y además este ha de cumplir algunos requisitos. Por ejemplo, cada basílica tiene una “puerta santa”, que se abre solo durante el tiempo de peregrinación especial declarado por el Santo Padre. Por ejemplo, el año 2000 fue declarado “Año Santo”, y se abrió la puerta santa de todas las basílicas.
Aquí se ve que el santuario estaba mucho antes que el espacio de usos múltiples |
Sucede también que el Papa no ha otorgado rango de basílica a la mole del vallecito de Chapi.
Mala suerte.
La noticia del 25 de octubre del 2017 se deja de engañabobos y reconoce que la obra ha sido un proyecto de «mejoramiento de los servicios turísticos del complejo Santuario de la Virgen de Chapi, ejecutado para que se convierta en el principal destino turístico religioso del país».
Para esta fecha se dice sin tapujos que el presunto “nuevo templo” en realidad es un espacio de usos múltiples que «contará con un mezzanine, biblioteca audiovisual, sala de prensa y otros, con capacidad para más de 3 mil personas. La inversión alcanza los 31 millones 921 mil soles».
Por fuera:
Por dentro... parece que el presupuesto no dio para asientos: