Cómo se expande la afección kika

 

Lo siguiente es el contenido de un correo recibido el viernes, 5 de febrero a las 20:59.  Agradezco mucho a su autora que me autorizase a publicar su testimonio.

 

«UNA EXPERIENCIA MUY KIKA   ¡Hola! Me topé con este blog de casualidad pero después de leer un poco me he quedado con las ganas de contar mi experiencia kikística hace unos años. He de decir que yo no he estado en el Kamino, pero sí en el grupo de jóvenes de una parroquia "invadida".  Me explico: durante mis años de adolescencia, hace una década más o menos, yo formaba parte del grupo de jóvenes de la parroquia a la que he ido siempre, ya que me iba a confirmar y a raíz de las catequesis se formó un grupo de chavales bastante majo. Era un grupo de parroquia normalísimo, de reunirse a charlar y tratar temas de todo tipo, guiados por un sacerdote también joven que nos entendía muy bien, así que estábamos realmente cómodos. Como apunte: en la parroquia había dos sacerdotes, el chaval jovencito recién ordenado y el párroco. Este último no destacaba especialmente por su simpatía. La cosa es que un año de improviso "llegó" (impulsado por el párroco) el Kamino a la parroquia y de repente TODO giraba alrededor de la nueva komunidad. Incluso "redecoraron" una capilla interior de la iglesia grande del pueblo para sus cosas de kikos, todo con un estilo muy ortodoxo (o eso pensé yo en su momento). Los que no nos habíamos metido a las katequesis y seguíamos en el grupo de confirmación no dábamos crédito a la situación. Yo me hacía un poco la loca porque me daba bastante mal rollo así que no me dieron mucho la tabarra, pero a mi madre le intentaron vender la moto en unos ejercicios espirituales (organizados por la parroquia, que se convirtieron básicamente en un escaparate de propaganda kika) y al final no picó. Pero la cosa no queda ahí. Como grupo de jóvenes que éramos participábamos mucho en las actividades de la delegación de juventud de la Diócesis. Había de todo, misas, peregrinaciones, romerías, etc. Yo no conocía el Kamino hasta ese momento así que no sabía nada de sus kanciones y ritos, pero cuando caí en la cuenta... todos los momentos de juerga de estas actividades de la Diócesis (que se suponían no organizadas por el kamino, sino generales para todas las parroquias y a las que asistían grupos de muchísimos tipos) eran de parafernalia kika: Bailes en círculo estilo kiko, canciones kikas, etc. Me sigo sabiendo el dichoso "Resucitóóóóóóóó" de memoria y eso que no pisé una sola misa kika en toda mi vida. El 90 % de la gente que había allí no era kika y sin embargo ahí estábamos todos, haciendo sus ritos como uno más. Los ritos de cara a la galería claro, porque de las "cosas secretas" ni mú, no vaya a ser que aquello parezca una sec- una Iglesia dentro de la propia Iglesia. Cuando me hice más mayor caí en el nivel de invasión que había no solo en mi parroquia, sino en toda la Diócesis en general. En fin, un espectákulo con K de Kiko. Y hasta aquí mi historia, la verdad es que nunca me llegué a llevar con los jóvenes de las familias kikas de la parroquia porque no eran de nuestro grupo y por lo visto ellos antes de abrir la comunidad en nuestra parroquia iban a otra, así que cero relación. Nos miraban fatal, así que nosotros también estábamos bastante reacios a juntarnos con ellos. Muy estilo kiko todo, de nuevo. Un saludo y gracias».