miércoles, 8 de octubre de 2025

Padre Nuestro - parte 2 (I)

 


Ya comenté que me han pasado algunos mamotretos de esos pasos arcanísimos que no se encuentran por ninguna parte ni han sido aprobados por nadie en la Iglesia, si bien en 2010 el que entonces era pontificio consejo para los laicos, aprobó por decreto la publicación de un dizque “directorio catequético” cuya existencia niega el vigente estatuto (de 2008), al que los neocatecumenales han de ceñirse escrupulosamente.

Como es obvio, el Camino jamás ha obedecido el decreto de publicación, puesto que lo que no existe no puede ser publicado.

En cambio, el estatuto menciona unas orientaciones para equipos de kikotistas, sin darle carácter normativo, sino solo de estilo expositivo propio de las reuniones del CNC. Aclaro que esas orientaciones, muy plúmbeas, no tienen derechos de autor, por lo que no hay delito en exponerlas.

Y a ello voy.

Antes quiero aclarar otro punto sorprendente.

Dos de los documentos recibidos han sido “modernizados”. No es que se les haya pasado un corrector ortográfico (o no lo parece), sino que se han añadido las referencias pertinentes cada vez que Kiko cita -casi siempre imaginativamente- las Escrituras; y también se han añadido notas explicativas a pie de página referentes a infinidad de conceptos.

Por ejemplo, Kiko emplea la palabra redención y una nota a pie de página expone algún aspecto de la redención según el Catecismo de la Iglesia Católica. Todas las notas que he visto hasta ahora son del Catecismo, aunque todas llevan la referencia CEE, que quiere decir Conferencia Episcopal Española, o Comunidad Económica Europea, vaya usted a saber.

Y otro aspecto a destacar es que con frecuencia el contenido de las notas contradice expresamente lo que sustenta Kiko en su discurso. Lo repito: las notas ponen de manifiesto que el discurso kikil no suele respetar la doctrina de la Iglesia.

Por ejemplo, Kiko está argumentando que Dios se revela a sí mismo a quienes no faltan a la comunidad y hacen el trípode sin desmayo y aparece una nota al pie que aclara que Dios se ha manifestado de múltiples modos y maneras a lo largo de la historia, muchas veces por medio de profetas y finalmente por medio de su Hijo, que es la Palabra. Y añade que «No habrá otra revelación» (CIC 66 "La economía cristiana, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo").

Es decir, es un fraude pretender que es imprescindible el CNC para acceder a la revelación, que está al alcance de todos los que la buscan y es la misma para todos.

Y así una y otra vez.

Dicho lo cual, aquí va un fragmento del mamotreto de la segunda parte del paso del Padre Nuestro. El contexto es el siguiente: el paso arranca el viernes por la tarde / noche con un lucernario. El maestro de ceremonias hace que se presenten las comunidades convocadas en algún lugar remoto, al que han acudido tras dejar a las familias al cuidado de quién sabe quién, y luego les larga un discurso que recibe el apodo de “monición ambiental”. Lo siguiente es el principio de tal monición.

«Sed todos bienvenidos a esta convivencia. Esperamos que sea una ayuda de Dios para vosotros en la etapa del itinerario neocatecumenal que estáis viviendo. Esta convivencia es una gran gracia que el Señor os ofrece en función del designio maravilloso que tiene para cada uno de vosotros».

Aquí la nota de la CEE, o más bien del CIC, llevaba a darse cuenta de que toda la revelación ya ha sido dada en Jesucristo y que no puede haber otra, pero en el mamotreto se incide solo en que la revelación es gradual -sí, así fue a lo largo de siglos y milenios-, para intentar inducir en los oyentes la necesidad de unos pasos neocatecumenales que, en realidad, son prescindibles.

  «Ya habéis escuchado lo que vamos a hablar en esta convivencia, pero la palabra de Dios no se repite nunca, siempre es viva y actual».

No me han pasado la primera parte del paso del Padre Nuestro, pero Kiko aclara que la segunda parte es lo mismo que ya se les dijo en ocasiones anteriores.

«Habéis empezado el Camino hace muchos años. Es una gran gracia que Dios os haya dado perseverancia hasta hoy. Si después de tantos años todavía estáis aquí, es sin duda gracias a la misericordia de Dios. Si Dios retirase su mano de ti, aunque sólo fuera por un instante, inmediatamente entrarías en crisis, en depresión, y lo echarías todo a rodar. Es también una gracia que Dios haya dispuesto para vosotros catequistas, como Carmen, el P. Mario y yo, para ayudaros en la maduración de vuestra fe.

Tanta gente vive engañada y no logra salir del pecado, de la esclavitud del sexo, de la droga, etc., porque quizá nunca ha escuchado una palabra de gratuidad, sino sólo moralismos, exigencias. Tantas familias se encuentran en una situación de destrucción, con hijos que se drogan, que tienen el SIDA, etc. En cambio vosotros, por misericordia de Dios, estáis aquí. No os quejéis, por tanto, sino dadle gracias al Señor por estar presentes en esta convivencia».

Viernes por la noche, audiencia cansada después de un día de trabajo, de dejar preparativos y provisiones para los hijos que se dejan en casa y de un viaje a un lugar remoto, donde una voz de sirena cuenta el cuento de que la comunidad es fundamental para salir de la esclavitud del sexo, de la droga, de la depresión, para que los hijos no tengan SIDA, etc.

Para los despistados: Esto de que estás aquí porque Dios te cuida, y si te vas se hundirá toda tu vida, es abuso espiritual.

«Esta convivencia, como todas, es un paso de Dios. El Señor Jesucristo viene aquí, se hace presente en medio de nosotros, a través de su palabra y sobre todo a través de los sacramentos, para curarnos, para sanarnos, para restablecernos, para expulsar los demonios. Quizá habéis venido aquí con muchos demonios inmundos: demonios de juicio, de pereza, de ganas de mandarlo todo a paseo, de descomunión».

Por poner las cosas en su sitio: todo Sacramento es un paso de Dios.

Y no se necesita ir a un paso del CNC para vivir un paso de Dios que cure, sane, restablezca y expulse los demonios. Si alguien necesita la farándula de una reunión kika para sentir a Dios en su vida, significa que no conoce a Dios y se queda con un sucedáneo malo. Y el gran problema es la descomunión con Dios, no con una comunidad.

 

(Continuará)

 

lunes, 6 de octubre de 2025

«Auméntanos la fe»

 


Voy a intentar transmitir parte de la homilía que recibí ayer.

La aplicación de hechos concretos que se dan en el CNC es de mi cosecha, pero el meollo de lo que sigue, lo interesante, no es mío, es doctrina y sabiduría de la Iglesia expuesta por un sacerdote en la primera misa del domingo 5 de octubre de 2005.

Se dice en el Evangelio que en aquel tiempo, que es como decir entonces, los discípulos pidieron a Jesús que les aumentase la fe (Lc 17,5). 

Lo que había sucedido justo antes para que entonces, en aquel instante, los discípulos sintiesen que su fe era insuficiente, fue que su maestro les dio la siguiente norma de conducta:

«Si tu hermano peca contra ti siete veces al día, y siete veces se vuelve a ti diciendo: "Me arrepiento", le perdonarás».

 El orden es claro. Primero hay un pecado contra el prójimo, un hecho concreto que daña al otro; a continuación aparece el arrepentimiento del causante del daño, y la respuesta a este arrepentimiento es el perdón por parte del perjudicado. Perdón sin condiciones. 

No es un perdón "ad experimentum", por  decirlo de algún modo, no está condicionado a que venda sus bienes, dé el diezmo sin sisar, no falte nunca a garantes ni a las convivencias, o cosa parecida. Tampoco se trata de dar barra libre para que el malvado continúe en su pecado. Se le reprende (Lc 17,3), no es el dañado quien pide perdón, al contrario, reprende al que le ha hecho mal, pero si éste se arrepiente, le perdona. 

Es decir, Jesús no reclama a nadie que se someta al malvado, que se quede en una posición en la que el daño se puede multiplicar y repetir indefinidamente. Hay una reprensión, hay consecuencias al daño recibido, pero si el malvado se arrepiente, se terminaron las cautelas. Se le perdona tantas veces como se arrepienta, sin límite. 

Los discípulos se dan cuenta de que el asunto es muy serio.  ¿Quién será capaz de actuar así, de disculpar la flaqueza ajena una y otra vez, de dar mucho más valor al arrepentimiento del otro que al daño recibido? 

Entienden que no es una cuestión de esfuerzo personal, sino de Gracia. Quizá a alguno de ellos le viniese a la mente la profecía de Habacuc contra los opresores y los violentos (Hb 2,4): «El malvado sucumbirá sin remedio; el justo, en cambio, vivirá por su fe».

Su respuesta es pedir a Jesús que les aumente la fe. 

 La reacción del Maestro, después de estimar el tamaño de la fe de sus amigos, es un alegato para que ninguno de ellos tenga la tentación de creerse mejor que nadie.

¿Piensas que eres mejor que otros porque tienes una comunidad? ¿Porque preparas y tripodeas y das el diezmo y trasnochas mucho por las cosas de la comunidad? ¿Piensas que vales más que otros porque calientas una silla de metacrilato en largas sesiones? ¿Piensas que es un logro someterte y obedecer a unos kikotistas en lugar de servir a Dios? ¿Piensas que abandonar a los hijos o a los padres ancianos para dedicarte a las cosas del CNC es meritorio?

Entiende esto: la fe es relación personal con Dios. 

 La fe no es aprenderse cantos ni mamotretos de memoria; la fe no llevar muchos años en una comunidad en la que se murmura del otro a sus espaldas y se chismorrea de ausentes y presentes; la fe no es considerar la asamblea tanto o más importante que los Sacramentos; la fe no es descuidar las obligaciones familiares en nombre de una presunta vocación superior.

La fe viva, la que produce obras, es la que nace de la relación personal con Dios.

Y se reconoce en el hecho concretísimo de que quien la tiene no necesita el andamio de la comunidad ni de los ecos de nadie, ni de largas preparaciones, ni de soporíferas arengas porque lo que le alimenta es la Palabra y el Sacramento, la presencia de Dios, que está en las misas de 12 y de cualquier hora, por más humildes y carentes de cantos que sean.

¿Se me entiende bien?

Tengo la impresión de que nunca consigo transmitir bien esto, que es fundamental.

Quien busca a Dios ha de buscarlo y encontrarlo en los Sacramentos y en la Palabra, no en los ecos, no en el jolgorio, no en el grupo social, que son distracciones. Quien ama a Dios busca el silencio y la soledad para estar con Él en una relación personal en la que nada más cuenta.

Por eso es un error inmenso, además de una mentira, la tontería de que faltar a la comunidad es pecado grave. 

 

sábado, 4 de octubre de 2025

Clarificación gratuita y sin ánimo de lucro

 




Gracias a un comentarista del blog me he enterado de que el alboroto causado por el ataque contra el padre Eugenio ha impulsado al CNC (no al amanuense Jesús Villada, sino a la cabeza que dirige a esa mano ejecutora) a emitir un comunicado “clarificador”.

Lo primero que se desprende de tanta clarificación es que la decisión de forzar el cierre del canal de Eugenio la tomó la cúpula del CNC, no el mandado. Para cualquiera que sepa como funciona el Camino era obvio, pero algunos se negaban a aceptar que la mordaza viniese de su gran ídolo.

El segundo aspecto a destacar es que quienes dieron la orden de amordazar se mantienen en sus trece. Les trae sin cuidado que Eugenio sea un devoto neocatecumenal, da igual su altura de camino a ninguna parte o la adultez de su fe, no les importa que sus seguidores sean también neocatecumenales; aquí se hace lo que ellos ordenan y ya. Y se creerán que se le pueden poner puertas al campo para forzar quién sube a internet cantos del Resucitó y quién no, o quién graba unas homilías con tufo a mamotreto kikil y quién no.

Empieza la “clarificación” con la declaración de que el CNC da “servicios gratuitos”, como si Eugenio cobrase por la publicidad de los kikirikantos y de las monsergas kikas. No sé de ningún canal que hayan intentado -o logrado- cerrar que cobrase nada, más bien parece un bulo malintencionado y calumnioso, un hablar mal sin mirar de quién, lo cual es típico de los últimos y peores de Kiko,  por desgracia.

El segundo párrafo insiste en sostener que el ánimo de lucro no ha sido motor para Carmen ni para Kiko, que da sus creaciones gratuitamente tanto a hermanos como a parroquias… Para no faltar a la verdad y a la realidad, lo que Kiko da es orden y mandato de que toda comunidad que se forme adquiera -no precisamente de modo gratuito- los elementos que a él y no a otro le petan, que casualmente son los que dice haber diseñado, pintado, compuesto y creado él solito.

Como ya mencioné en la entrada anterior, que la letra de los kikirikantos no sea suya, es más, que la melodía de numerosos kikirikantos tampoco lo sea jamás le ha impedido apropiarse de la autoría de ellos. Debe ser un tic nervioso.

En toco caso, la “clarificación” asegura que Kiko da sus creaciones gratuitamente a hermanos y parroquias, donde no ha de entenderse “hermanos” en sentido universal, sino restringido a los neocatecumenales. Incluso con esa restricción, sucede que Eugenio cumple ambas condiciones: es neocatecúmeno y es presbikiko, por lo que las homilías con tufo kikiano que graba y sube a internet las dará desde alguna parroquia.

Es decir, con la “clarificación” del CNC en la mano, es una injusticia que a Eugenio le cierren el canal. O bien la “clarificación” es un intento de engañar al personal, lo que tampoco sería sorprendente viniendo de los últimos y los peores de Kiko.

Sigue la “clarificación” con la sorprendente noticia de que la difusión por parte de otros de las obras de Kiko impide “su libre y adecuado uso gratuito”. Huele a que hay cierta obsesión por el dinero entre los últimos y los peores.

Un poco de seriedad, que parece que toman a todos por memos. Jamás la difusión de material de ninguna manera limita, restringe o impide el uso de este, al contrario la difusión saca a la luz lo que algunos quisieran que permaneciese oculto. La difusión, en suma, asegura el libre uso que el CNC trata de evitar. Máxime cuando poner en duda la gratuidad con que algunos nos dedicamos a destripar arcanos es una calumnia.

A continuación, dice la “clarificación” que para salvaguardar el libre y adecuado uso gratuito de las cositas que Kiko pretende que son suyas y de nadie más, han tenido que crear una fundación DIOCESANA… ¿Diocequé? Algo es diocesano si quien ha promovido su creación es una diócesis. Y de ser así, su ámbito de actuación y alcance suele ser la diócesis que la sostiene y no más allá.

La fundación de la obra kika no es diocesana, es kika. Y es sorprendente que quienes tanto cacarean que no tienen bienes y que todo su afán es darlo todo de modo gratuito hayan apoquinado un capital de 30.000 euros para darla de alta.

Sucede además que al registrar una fundación hay que declarar su propósito, sus objetivos. Pues bien, allá por 2018, cuando se dio de alta la fundación -nada diocesana- de la obra dizque artística de Kiko, se declaró lo siguiente:

El primero de sus fines es promover a difusión de la obra dizque artística de Kiko. Eugenio está haciendo gratis lo que tendría que hacer esta fundación que, en contra de sus fines declarados, intenta ocultar esas obras. Una de dos, o mintieron al declarar los fines de la fundación o hay que despedir a quienes la dirigen y poner a otros que cumplan con su cometido.

Luego dice la “clarificación que los cantos litúrgicos de Kiko -y los apropiados de otros, supongo- están registrados en Italia. Vaya, se acabó la gratuidad de uso. ¡Qué poco les ha durado la generosidad!

Me llama la atención eso de cantos litúrgicos. Una convivencia no es un acto litúrgico, tampoco un paso, ni una reunión de esas que tienen tras un encuentro con el Papa… Tal y como está redactado es improcedente y fuera de lugar cantar kikirikantos en las reuniones kikiles que nada tienen que ver con la liturgia. Es decir, que el mismo Kiko es el primero que usa los kikirikantos en situaciones inapropiadas.

Y termina la “clarificación” dando a conocer el deseo de los iniciadores del CNC de que las kikotesis siempre se escuchen de forma presencial… Sucede una vez más que Kiko es el primero que incumple lo que quiere imponer a otros, pues cada vez que ha ido a una entrevista o conferencia grabada ha recurrido a los discursos que se sabe de memorieta. Y no solo no era momento ni lugar de kikotesis, sino que además sabía que iba a ser grabado y publicado.

En resumen, la “clarificación” es una sarta de memeces con muchas menciones a la gratuidad que hacen pensar que lo que les preocupa es no tener el monopolio absoluto de la mercancía. Es que el CNC no da nada gratis.