Ya comenté que me han pasado algunos mamotretos de esos pasos arcanísimos que no se encuentran por ninguna parte ni han sido aprobados por nadie en la Iglesia, si bien en 2010 el que entonces era pontificio consejo para los laicos, aprobó por decreto la publicación de un dizque “directorio catequético” cuya existencia niega el vigente estatuto (de 2008), al que los neocatecumenales han de ceñirse escrupulosamente.
Como es obvio, el Camino jamás ha obedecido el decreto de publicación, puesto que lo que no existe no puede ser publicado.
En cambio, el estatuto menciona unas orientaciones para equipos de kikotistas, sin darle carácter normativo, sino solo de estilo expositivo propio de las reuniones del CNC. Aclaro que esas orientaciones, muy plúmbeas, no tienen derechos de autor, por lo que no hay delito en exponerlas.
Y a ello voy.
Antes quiero aclarar otro punto sorprendente.
Dos de los documentos recibidos han sido “modernizados”. No es que se les haya pasado un corrector ortográfico (o no lo parece), sino que se han añadido las referencias pertinentes cada vez que Kiko cita -casi siempre imaginativamente- las Escrituras; y también se han añadido notas explicativas a pie de página referentes a infinidad de conceptos.
Por ejemplo, Kiko emplea la palabra redención y una nota a pie de página expone algún aspecto de la redención según el Catecismo de la Iglesia Católica. Todas las notas que he visto hasta ahora son del Catecismo, aunque todas llevan la referencia CEE, que quiere decir Conferencia Episcopal Española, o Comunidad Económica Europea, vaya usted a saber.
Y otro aspecto a destacar es que con frecuencia el contenido de las notas contradice expresamente lo que sustenta Kiko en su discurso. Lo repito: las notas ponen de manifiesto que el discurso kikil no suele respetar la doctrina de la Iglesia.
Por ejemplo, Kiko está argumentando que Dios se revela a sí mismo a quienes no faltan a la comunidad y hacen el trípode sin desmayo y aparece una nota al pie que aclara que Dios se ha manifestado de múltiples modos y maneras a lo largo de la historia, muchas veces por medio de profetas y finalmente por medio de su Hijo, que es la Palabra. Y añade que «No habrá otra revelación» (CIC 66 "La economía cristiana, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo").
Es decir, es un fraude pretender que es imprescindible el CNC para acceder a la revelación, que está al alcance de todos los que la buscan y es la misma para todos.
Y así una y otra vez.
Dicho lo cual, aquí va un fragmento del mamotreto de la segunda parte del paso del Padre Nuestro. El contexto es el siguiente: el paso arranca el viernes por la tarde / noche con un lucernario. El maestro de ceremonias hace que se presenten las comunidades convocadas en algún lugar remoto, al que han acudido tras dejar a las familias al cuidado de quién sabe quién, y luego les larga un discurso que recibe el apodo de “monición ambiental”. Lo siguiente es el principio de tal monición.
«Sed todos bienvenidos a esta convivencia. Esperamos que sea una ayuda de Dios para vosotros en la etapa del itinerario neocatecumenal que estáis viviendo. Esta convivencia es una gran gracia que el Señor os ofrece en función del designio maravilloso que tiene para cada uno de vosotros».
Aquí la nota de la CEE, o más bien del CIC, llevaba a darse cuenta de que toda la revelación ya ha sido dada en Jesucristo y que no puede haber otra, pero en el mamotreto se incide solo en que la revelación es gradual -sí, así fue a lo largo de siglos y milenios-, para intentar inducir en los oyentes la necesidad de unos pasos neocatecumenales que, en realidad, son prescindibles.
«Ya habéis escuchado lo que vamos a hablar en esta convivencia, pero la palabra de Dios no se repite nunca, siempre es viva y actual».
No me han pasado la primera parte del paso del Padre Nuestro, pero Kiko aclara que la segunda parte es lo mismo que ya se les dijo en ocasiones anteriores.
«Habéis empezado el Camino hace muchos años. Es una gran gracia que Dios os haya dado perseverancia hasta hoy. Si después de tantos años todavía estáis aquí, es sin duda gracias a la misericordia de Dios. Si Dios retirase su mano de ti, aunque sólo fuera por un instante, inmediatamente entrarías en crisis, en depresión, y lo echarías todo a rodar. Es también una gracia que Dios haya dispuesto para vosotros catequistas, como Carmen, el P. Mario y yo, para ayudaros en la maduración de vuestra fe.
Tanta gente vive engañada y no logra salir del pecado, de la esclavitud del sexo, de la droga, etc., porque quizá nunca ha escuchado una palabra de gratuidad, sino sólo moralismos, exigencias. Tantas familias se encuentran en una situación de destrucción, con hijos que se drogan, que tienen el SIDA, etc. En cambio vosotros, por misericordia de Dios, estáis aquí. No os quejéis, por tanto, sino dadle gracias al Señor por estar presentes en esta convivencia».
Viernes por la noche, audiencia cansada después de un día de trabajo, de dejar preparativos y provisiones para los hijos que se dejan en casa y de un viaje a un lugar remoto, donde una voz de sirena cuenta el cuento de que la comunidad es fundamental para salir de la esclavitud del sexo, de la droga, de la depresión, para que los hijos no tengan SIDA, etc.
Para los despistados: Esto de que estás aquí porque Dios te cuida, y si te vas se hundirá toda tu vida, es abuso espiritual.
«Esta convivencia, como todas, es un paso de Dios. El Señor Jesucristo viene aquí, se hace presente en medio de nosotros, a través de su palabra y sobre todo a través de los sacramentos, para curarnos, para sanarnos, para restablecernos, para expulsar los demonios. Quizá habéis venido aquí con muchos demonios inmundos: demonios de juicio, de pereza, de ganas de mandarlo todo a paseo, de descomunión».
Por poner las cosas en su sitio: todo Sacramento es un paso de Dios.
Y no se necesita ir a un paso del CNC para vivir un paso de Dios que cure, sane, restablezca y expulse los demonios. Si alguien necesita la farándula de una reunión kika para sentir a Dios en su vida, significa que no conoce a Dios y se queda con un sucedáneo malo. Y el gran problema es la descomunión con Dios, no con una comunidad.
(Continuará)