«La sal tiene también otra capacidad muy importante, por la cual se empleaba como signo de acogida: cuando el Papa Pablo VI fue a Tierra Santa, lo primero que recibió fue un saquito con sal en señal de bienvenida. ¿Por qué? Porque los peregrinos eran recibidos con sal. Por ejemplo, en África, en un lugar donde hace mucho calor, o en Palestina, si tienes que pasar mucho tiempo al sol o al aire libre, corres el riesgo de deshidratare. El agua que hay en tu cuerpo se evapora. Sabes que casi el 90% de nuestro organismo está compuesto de agua.»
Hay gente tan sensible que no tiene reparo en hablar de lo que no sabe. El porcentaje de agua del organismo humano es aproximadamente del 70%. Insisto, del organismo humano, en otro tipos de organismos ignoro si llega al 90%
«Si el agua se evapora, puedes morir deshidratado. Para que el agua no se evapore rápidamente, se necesita sal para que retenga los líquidos del cuerpo. Entonces, de hecho, para eliminar la sed, tienes que comer un poco de sal. Un agua sin sal no sacia la sed. Si bebes mucha agua de nieve, no te quita la sed. Debe contener algo de sal. Por eso en África, si caminas, lo primero que hacen cuando llegas es darte un puñado de sal, para que no te deshidrates. La sal retiene los líquidos y no tienes que beber agua constantemente. El hombre no puede vivir sin sal. Muere. Por eso la sal, en algunos lugares, vale más que el oro. Donde escasea, la sal vale más que el dinero, más que el oro, más que nada. Sobre todo, la sal da sentido y sabor a las cosas.»
¿Quién de vosotros, lectores, no habéis entendido el sentido de las cosas con la sal? Desde luego yo, a mí la sal no me da el sentido de nada.
«Podríamos encontrar muchas más acepciones
para el término sal y podríamos ver muchos otros sentidos. Entonces podríamos
pensar que este rito es un rito de acogida, de entrada al Catecumenado, que se te
da la sal porque entras, etc. Y muchas otras cosas. Es cierto que esta sal
tiene todos estos significados. Pero hay un significado fundamental que aún no
sabes.
Es lo que dice el Apocalipsis:
"...que nadie conoce, excepto el que lo recibe". Y tal como se
recibe, se comunica, como un misterio, por así decir. Un misterio quiere decir algo
que está oculto para todos pero no para vosotros.»
Esto huele a masonería. En la Iglesia no hay misterios
ocultos, por más que Kiko se los quiera inventar; antes bien, lo que aplica a
la Iglesia es lo de “No hay nada oculto que no haya de ser conocido…”.
«Los misterios en la Iglesia se
definieron de la siguiente manera: "Lo que está oculto a todos, que ni
siquiera los ángeles saben, y que ha sido revelado, en Jesucristo, a los
cristianos".»
A saber la procedencia de la cita, lo único seguro es
que no es de la Biblia.
«En la Iglesia primitiva, como el
Catecumenado no terminaba con el Bautismo sino que continuaba después, muchas
catequesis se impartían después del bautismo.»
Pues exactamente igual que en la Iglesia actual o
¿acaso ve alguien algo extraordinario en las catequesis post-bautismales?
«Una de las cosas que se hacían
después del Bautismo del agua eran las catequesis mistagógicas que se daban
sobre todo después del Bautismo, que tenía lugar durante la Vigilia de Pascua,
hasta Pentecostés, o incluso durante todo un año. Los neófitos tenían que venir
todos los días para recibir las catequesis sobre los misterios, sobre los Sacramentos
que habían recibido. Porque la Iglesia muchas veces hacía lo contrario de lo
que yo hago ahora, que os doy la catequesis antes de recibir el signo; primero
daba el signo y luego la catequesis. Por esto el catecumenado se puede hacer
incluso después del Bautismo. Recibiste el bautismo de niño y ahora te damos las
catequesis. Es lo que dice el Papa: "vosotros lo hacéis después".
"La instrucción que no se haya podido hacer antes -dice San Agustín- la
haremos después del Bautismo". Y eso es lo que estamos haciendo ahora, a vuestra
edad. A alguno le tocó cuando era muy joven, a otros de adultos. Por esto las
catequesis mistagógicas versaban sobre la Eucaristía, sobre lo que significaba
el pan y toda una serie de cosas. Nosotros lo hacemos antes y después.»
Si fuese una instrucción cristiana para los que no la han recibido antes, los ordenados no la necesitarían, y en consecuencia no deberían hacer el camino. Pero como lo que se intenta vender no es la doctrina de la Iglesia, nadie está exento. Nadie ha recibido antes esta deformación, por lo menos, no en la Iglesia.
Si fuese una instrucción cristiana para los que no la han recibido antes, los ordenados no la necesitarían, y en consecuencia no deberían hacer el camino. Pero como lo que se intenta vender no es la doctrina de la Iglesia, nadie está exento. Nadie ha recibido antes esta deformación, por lo menos, no en la Iglesia.
«Bien, veamos qué nos interesa. De
todo esto, ¿significa que la sal es lo que Jesucristo dio a sus apóstoles?
¿Jesucristo habló alguna veza de la sal? Sí, habló de la sal. De lo contrario,
la Iglesia no lo incluiría en la instrucción de los catecúmenos.»
Es que la Iglesia NO la incluye en la instrucción de los catecúmenos.
«¿Y qué dijo sobre la sal? Cuando hablaba a sus apóstoles, ¿qué les decía? Y los Apóstoles, que nos han transmitido las palabras de Jesús, ¿qué significado les dieron? Les dieron el mismo sentido que había dado Jesucristo mismo. Para saber qué significado dio Jesucristo y cómo lo ha interpretado la Iglesia (porque la Iglesia interpreta siempre las palabras de su Maestro que está vivo y presente en ella), es necesario, dicen los exegetas, ver el contexto de los Evangelios. Una regla para interpretar los textos de las Escrituras es: el contexto. ¿Dónde está insertada esta palabra? ¿Qué significado se le ha dado?
Es que la Iglesia NO la incluye en la instrucción de los catecúmenos.
«¿Y qué dijo sobre la sal? Cuando hablaba a sus apóstoles, ¿qué les decía? Y los Apóstoles, que nos han transmitido las palabras de Jesús, ¿qué significado les dieron? Les dieron el mismo sentido que había dado Jesucristo mismo. Para saber qué significado dio Jesucristo y cómo lo ha interpretado la Iglesia (porque la Iglesia interpreta siempre las palabras de su Maestro que está vivo y presente en ella), es necesario, dicen los exegetas, ver el contexto de los Evangelios. Una regla para interpretar los textos de las Escrituras es: el contexto. ¿Dónde está insertada esta palabra? ¿Qué significado se le ha dado?
Ahora os lo leo. Hay tres
evangelistas que hablan sobre la sal. De hecho, los cuatro Evangelios se complementan,
no son una repetición. Es muy bello y por esto buscamos los paralelismos. Vemos
un paralelismo, vemos otro y los paralelismos nos dicen diferentes aspectos. Pero
una cosa que demuestra la verdad es que nunca se salen del aspecto original y
fundamental. Por esto, si queréis, veamos lo que dicen.
Comenzamos con la Palabra de este
escrutinio donde habla de la sal: la puerta que expresa lo que es este
escrutinio de entrada al catecumenado. Es el Evangelio de Lucas, cap. 14.
Escuchemos lo que dice sobre la sal. Para entender lo que significa sal, leemos
el contexto: lo que viene primero. (Sabéis que es un "Logión",
palabra, la palabra de Jesús. Dicen que los Evangelios iban precedidos por
resúmenes de las palabras de Jesús. Los apóstoles debieron apuntarlas mientras iban
a predicar el Evangelio. Aunque al principio fuese una tradición completamente
oral, luego, a fuerza de repetirlo, se les podía olvidar algo, también la vejez
te hace olvidar... Entonces los apóstoles comenzaron a escribir, como hacemos
también nosotros, los catequistas, para tener un resumen de la catequesis).»
Seguro que en una época en la que la mayor parte de la población era analfabeta, Jesús fue a elegir como apóstoles sólo a pescadores ilustrados que sabían escribir.
Seguro que en una época en la que la mayor parte de la población era analfabeta, Jesús fue a elegir como apóstoles sólo a pescadores ilustrados que sabían escribir.
«Dice Jesús: "Buena es la sal, pero si la sal
pierde su sabor, ¿con qué se la sazonará? No es útil ni para la tierra ni para
el estercolero; la tiran afuera” (Lc.14,34- 35). Esta es una frase de Jesús. Bien,
¿qué significa esta frase? ¿Qué quiere decir Jesucristo? ¿dónde lo ha puesto
San Lucas? ¿En qué contexto está esta frase de la sal? Veamos dónde lo ha puesto
S. Lucas y sabremos lo que Jesucristo quiso decir con esta frase: si la sal
pierde su sabor, no sirve de nada. Uno podría decir: "esta frase vale como
está". No. Le puedes dar mil interpretaciones. Quiere decir que si uno
deja de ser un buen cristiano no sirve de nada. Sin embargo, este no es el contexto.
Entonces, veamos qué es. Veamos cómo S. Lucas lo ha encuadrado y con respecto a
qué.
Lectura: Lc. 14, 25-35»