San Juan Eudes dijo en una ocasión que el mayor castigo de Dios sobre los
malos pueblos es dar malos pastores. Y muchos coinciden en que estos años se
han visto empañados con graves errores de buena parte de los mismos, más
interesados en la revolución social que en la salud del alma de sus feligreses,
y negadores incluso de verdades eternas como son el Infierno, la Virginidad de
Nuestra Señora, la Presencia Real , El Sacrificio Eucaristico y los dogmas
todos de la Santa Iglesia. Es a esta crisis a la que se refiere Su Santidad
Pablo VI en la Alocución 'Resistite fortes in fide', del 29 de junio de 1972,
que cito aquí :
"Refiriéndose a la situación de la Iglesia de hoy, el Santo Padre
afirma tener la sensación de que 'por alguna fisura haya entrado el humo de
Satanás en el templo de Dios'. Hay la duda, la incertidumbre, lo complejo de
los problemas, la inquietud, la insatisfacción, la confrontación. No se confía
más en la Iglesia; se confía en el primer profeta profano [extraño a la
Iglesia] que nos venga a hablar, por medio de algún diario o movimiento social,
a fin de correr atrás de él y preguntarle si tiene la fórmula de la verdadera
vida. Y no nos damos cuenta de que ya la poseemos y somos maestros de ella.
Entró la duda en nuestras conciencias, y entró por ventanas que debían estar
abiertas a la luz (...).
También en la Iglesia reina este estado de incertidumbre. Se creía que,
después del Concilio, vendría un día asoleado para la Historia de la Iglesia.
Vino, por el contrario, un día lleno de nubes, de tempestad, de obscuridad, de
indagación, de incertidumbre. Predicamos el ecumenismo, y nos apartamos siempre
más los unos de los otros. Procuramos cavar abismos en vez de llenarlos.
¿Cómo sucedió esto? El Papa confía a los presentes un pensamiento suyo: el
de que haya habido la intervención de un poder adverso. Su nombre es el diablo,
este misterioso ser al que también alude San Pedro en su Epístola.
Y así como han surgido hasta repletar las ciudades gran cantidad de sectas,
falsos mesías e ideologías espiritualistas, faltaba al mencionado demonio
constituir dentro del perfil de su gran Enemiga, una ridiculización que a ojos
vista deforma la fe de quienes se dejan obnubilar por el brillo de sus falsas
joyas y degrada con su burla lo que sí es verdad de la Iglesia y que surge de
sus manchadas bocas para mayor confusión de los creyentes.
Por eso, terminamos esta exposición con las palabras de Su Santidad Pío XII
- en proceso de canonización - respecto a este enemigo de la Iglesia:
"El se encuentra en todo lugar y en medio de todos: sabe ser violento
y astuto. En estos últimos siglos intentó realizar la disgregación intelectual,
moral, social y de la unidad en el organismo misterioso de Cristo".
El baile o danza dentro de la Liturgia no está permitido, excepto en
algunos casos de tierras de misión en Africa o Asia, y no cualquier
clase de baile o danza.
En el documento sobre "Danza En La Litúrgia" (Sagrada Congregación
para los Sacramentos y la Alabanza Divina, Notitiae, 1975, 11, pgs. 202-205),
la Sagrada Congregación Para El Culto Divino Y Disciplina De Los Sacramentos
específicamente establece que la danza litúrgica no es apropiada en paises
occidentales. En "Instrucción Sobre La Litúrgia Romana E Inculturación" (1994), documento que obliga universalmente a la Iglesia, la Sagrada
Congregación Para El Culto Divino Y Disciplina De Los Sacramentos no contradijo
lo establecido por ella previamente en 1975.
"Concretamente, hay culturas en las cuales esto puede ser posible
siempre y cuando la danza sea todavía un reflejo de los valores religiosos y se
convierta en una clara manifestación de estos valores. Tal es el caso entre los
Etíopes. En sus culturas, aún hoy en día, se encuentra la danza religiosa
ritualizada, claramente distinta de la danza marcial o de la danza
amorosa." Lo mismo se encuentra entre los Cristianos en las tradiciones
Sirias o Bizantinas. Sin embargo, el mismo juicio y criterio no puede ser
aplicado a la cultura occidental. Aquí la danza está entrelazada con el
romance, la diversión, la profanidad. Por esa razón no puede ser introducida
dentro de ninguna celebración litúrgica, sea ésta de cualquier
índole."
Pueden ver este video de Septiembre de 2007 (en inglés) en donde al
entonces Prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino Y Disciplina
de los Sacramentos, Card. Francis Arinze, se le pregunta directamente sobre el
asunto de la bailar en la Misa, la pregunta fue:
¿Existe un tiempo en el cual el baile está permitido durante la Misa, y
tambien, qué hay acerca de la musica secular...?
El Card. Arinze claramente inicia diciendo:
... El baile no es conocido en el Rito Latino de la Misa... (No existe el
Rito Neocatecumenal. El rito Neocatecumenal esta inscrito en el Rito Latino y se
les ha permitido algunas peculiaridades pero ninguna de estos permisos incluye
el bailar alrededor del altar).
Danzas del Camino Neocatecumenal
¿Danzar fuera de la liturgia? Esto es permisible, pero sólo bajo algunas
condiciones. Así que "si la propuesta para una danza religiosa en el
Occidente es aceptable, se deberán de tomar los cuidados necesarios para que
esto ocurra fuera de la liturgia, en áreas de asambleas que no sean
estrictamente usadas para fines litúrgicos. Más aún, los sacerdotes deberán
estar siempre excluidos de la danza" (Sagrada Congregación para los
Sacramentos y la Alabanza Divina, Notitiae, 1975, 11, pgs. 202-205). Ejemplo:
Cuando un grupo de Samoa llegó a Roma a un festival misionero en 1971,
asistieron a Misa en San Pedro y después llevaron a cabo su danza en la Plaza
de San Pedro, fuera de la iglesia.
Que todos los gestos y movimientos de la liturgia sean regulados por la
autoridad eclesiástica competente, de tal modo de que como gesto caiga bajo su
disciplina.
Concretamente: hay culturas en las cuales esto es posible porque en ellas
la danza todavía refleja valores religiosos y esta se convierte en una
manifestación clara de ellos. Ese es el caso con los etíopes. En su cultura,
aun hoy día, mantiene una danza religiosa ritualizada, claramente distinta de
la danza marcial y de la danza amorosa. Esta danza ritual es bailada por
sacerdotes y levitas antes de comenzar una ceremonia y en el espacio abierto
frente a la iglesia. La danza acompaña el canto de los salmos durante la procesión.
Cuando la procesión entra a la iglesia, el canto de los salmos continúa con el
acompañamiento del movimiento corporal.
Lo mismo se encuentra en la liturgia siríaca por medio del canto de los
salmos.
En la liturgia bizantina se encuentra una danza extremadamente simplificada
en la ocasión de una boda cuando los esposos hacen una revolución circular
alrededor del púlpito junto con el celebrante.
Lo mismo con los judíos: en la sinagoga su oración siempre es acompañada
por un movimiento continuo que recuerda el precepto de la tradición:
"Cuando ores, hazlo con todo tu corazón, y con todos tus huesos." Y
lo mismo se observa en los pueblos primitivos.
Sin embargo, el mismo criterio y juicio no puede ser aplicado a la cultura
occidental.
Aquí la danza está atada al amor, a la diversión y a lo profano, al
descontrol de los sentidos: esa danza, generalmente, no es pura.
Por esta razón no puede ser
introducida en celebraciones litúrgicas de ningún tipo: esto sería inyectarle a
la liturgia uno de los elementos más desacralizados y desacralizantes; y así
sería equivalente a crear una atmósfera profana que llevaría con facilidad a
los presentes a recordar en la celebración [litúrgica] lugares y situaciones
mundanas.
Tampoco se puede aceptar la propuesta introducción del llamado ballet
artístico a la liturgia porque sería también la presentación de un espectáculo
al cual uno asiste, mientras que una de las normas de la liturgia que no se
pueden prescindir es la de la participación.
Por lo tanto, hay una gran diferencia entre culturas: lo que se recibe bien
en una no puede ser admitida en otra.
La reserva tradicional del culto religioso, en particular del rito latino,
no se puede olvidar.
Si se ha de dar la bienvenida a la danza religiosa en el Occidente, se
tiene que tomar cuidado de que tome lugar fuera de la liturgia, en áreas de
asamblea que no sean estrictamente litúrgicas. Más aun, los sacerdotes siempre
tienen que estar excluidos de la danza.
En la Misa se muestran los matices de sacrificio (inmolación, muerte,
ofrecimiento) y Resurrección (fiesta, alegría). Son matices; a veces se resalta
más un aspecto, a veces otro, a veces hay un equilibrio. Pero de todos modos,
hay que tener en cuenta que se trata de una fiesta sagrada, y por tanto no es
como una fiesta de cumpleaños o un aniversario, sino que es una fiesta en la
que el festejado es Dios, por la Creación y porque envió a su Hijo Único para
salvarnos (re-creación), y el modo de entrar en unión con Él es a través de los
misterios, es un modo sacramental. Por lo tanto, habrá fiesta y alegría, pero
mesurada, contenida, o, mejor, sublimada en el espíritu; no habrá una fiesta en
la que se produzca un éxtasis o exacerbación de los sentidos, al modo
dionisíaco, o en el que hay una alienación del hombre (que busca evadirse en su
desesperación por no poder dar respuesta a la realidad de la muerte), sino que
el modo de festejar es «en espíritu y en verdad», lo que no quita que
festejemos también con nuestra sensibilidad, más aún, el corazón y todos
nuestros afectos, y todo nuestro cuerpo, se espiritualiza y se eleva a Dios,
como se dice en la Misa: «sursum corda», «levantemos el corazón».
Papa Benedicto XVI. En su libro, El Espíritu de la Liturgia el cual
escribió siendo cardenal, dijo lo siguiente:
Bailar no es una forma de expresión de la liturgia cristiana. Allá por el
siglo III ciertos círculos gnóstico-docéticos trataron de introducirlo en la
liturgia. ...Los bailes cúlticos de las distintas religiones tienen propósitos
diferentes - encantamientos, la magia imitativa, éxtasis místico - ninguno de
los cuales son compatibles con el propósito esencial de la liturgia.
Es totalmente absurdo tratar de hacer la liturgia "atractiva"
introduciéndole pantomimas danzarinas los cuales terminan con frecuencia en
aplauso. Todas las veces que el aplauso ocurre en la liturgia debido a algún
logro humano, es signo seguro de que la esencia de la liturgia ha desaparecido,
habiendo sido reemplazado por un tipo de entretenimiento religioso...
Ninguno de los ritos cristianos incluye el baile. Lo que la gente llama
"baile" en rito etíope o en la forma zaireana de la liturgia romana
es simplemente una procesión con orden rítmico, algo que se ajusta muy bien a
la dignidad de la ocasión.