domingo, 30 de mayo de 2021

Kiko, el último y el peor para ir a la comunidad

 

Hay años tan providenciales para ti, tu familia, tu comunidad, etc. que se salen.

Según Kiko, este es el caso del presente año 2021 en el que se ha quemado un catecumenium feo, se van muriendo -contentos, es de suponer- los itinerantes y los tres del trípode están de capa caída.

No hay más que ver la fotografía que rula sobre su “celebración” de Pentecostés para darse cuenta de ello.

No se tomaron la molestia de juntarse con alguna comunidad -no será tan importante, cuando ellos no dan ejemplo y no tienen comunidad-, no salieron del pisito -cuya decoración deja bastante que desear- y, a juzgar por la imagen, ni siquiera invitaron a mucha gente, es más, no lo hicieron en familia, como dicen a los demás que lo hagan cuando no pueden ir a la comunidad.

El presbi con el alzacuellos desabrochado es Nicanor, el ínclito itinerante del Levante español; Ascen y Mario, tan repeinados ellos, ponen caras de circunstancias, y Kiko parece que se haya tomado una tortilla de píldoras y que esté medio grogui.

¿Qué fue de aquello de ir a todas partes? ¡Menuda fiesta fúnebre!

 

 

viernes, 28 de mayo de 2021

Traditio symboli (LXXXV)

 

Para nosotros, la familia cristiana es una revelación, algo que salvará a la sociedad.

Desbarra nada más empezar. La familia cristiana no se la ha inventado Kiko, existe, al menos, desde hace 20 siglos, 2000 años, eso si se asume que el Cristianismo da algo especial que no tienen las demás religiones, es decir, si se deja fuera a las familias judías, por ejemplo, que tanto gustan en el CNC. Y la verdad, con tantos siglos que hace que existen las familias cristianas, es que no están llamadas a salvar nada, porque solo Dios salva.

Sin embargo, en esta sociedad se intenta destruir este tipo de familias y pasar a una sociedad libre en la que todo depende del Estado, un poco como ocurre en Escandinavia donde se han destruido los lazos familiares. Sabéis que hoy en Escandinavia no existe ese tipo de familia; cuando dejas a una mujer y decides irte a vivir con otra, solo tienes que avisar por teléfono.

Y el coste de la llamada te lo cubrirá el todo providente Estado, supongo. No, espera, que son kuentos kikos irreales.

Y en Francia, por ejemplo, hay toda una generación que ha sufrido las consecuencias del divorcio. Los muchachos no quieren casarse ni por la iglesia ni por lo civil, porque han sufrido un gran trauma en casa al ver a sus padres separados, al ver su sufrimiento.

En otras palabras, según Kiko, si vives con alguien sin casarte, no vas a sufrir ni a traumatizar a nadie cuando la relación haga aguas y se rompa, pero si se te ocurre firmar algo, el drama está asegurado. Porque el problema es el contrato matrimonial, no la ruptura, y por eso la solución es eludir el contrato.

Cuando se dicen tonterías, se llega a tales absurdos.

Ya sabes que en la familia el hombre representa el yo moral, representa el deber, el temor al padre es necesario para que se cree en el hijo el yo moral, el sentido del deber. La madre crea en el niño el sentimiento de afecto, el amor, la ternura. Estos dos conceptos, el amor y el deber, deben estar unidos en el niño.

Una concepción del siglo pasado según la cual los niños no lloran y las niñas no pueden ser militares. ¿No se dan cuenta de lo caduco que está el gran gurú?

El niño ama enormemente a su madre, y a través de su madre teme a su padre, aprende a amar a su padre porque ve cómo la madre lo respeta. La primera reacción del niño sería quedarse con su madre y rechazar a su padre -digamos así- naturalmente. Pero la madre le enseña a amar a su padre (como la Virgen María enseña a amar a Dios, como la Iglesia os enseña lo mismo a vosotros) en esta competencia inconsciente que el niño tiene frente a su padre, etc. (Me refiero al inicio de la adolescencia, cuando el chico quiere ser el gallo de la casa).

Una deformada idea de “familia” en la que todas las obligaciones son de la madre mientras que el padre no mueve ni un dedito ni tiene ninguna función respecto a los hijos.

Bien, entonces imagina lo que significa que el niño vea problemas en casa, el odio, el padre que cierra la puerta y no sabe si ha golpeado a su madre, ve a la madre irse con otro. ¡Es un drama! No sé si lo habéis vivido en vuestra casa: es algo muy grave. Quienes lo han vivido han sufrido tanto que están traumatizados y no pueden soportar la idea de que puedan causar este mismo sufrimiento en sus hijos. Recuerdo que un amigo mío tuvo un matrimonio bastante difícil, con una mujer que no se encontraba bien y así. Y a pesar de que algunos momentos de su vida fueron un terrible infierno, logró resistir hasta el final y no se separó de su esposa porque tenía en su carne un sufrimiento tal de pequeño que dijo que nunca les haría a sus hijos una cosa semejante.

Claro, es mucho más educativo convivir entre gritos y peleas y gustar el odio. ¡Cómo no se habrán dado cuenta los psicólogos infantiles!

Esto está sucediendo hoy y las consecuencias son graves, muy graves. ¿Qué sucede? Bueno, lo primero es que a los quince años los chicos se van a vivir con una chica, para experimentar lo que es el matrimonio; y en su inconsciencia creen que nunca harán lo que hicieron sus padres.

En Kikónides debe ser normal obtener la emancipación legal a los quince, en plena efervescencia puberal, sin oficio, estudios ni trabajo. Y habrá quien se lo crea.

El chico cree que con sus propias fuerzas es capaz de soportar a la muchacha, y comienzan a vivir juntos y alquilan un ático, convencidos de que vencerán. Nunca hará lo que hicieron su padre y su madre. Si todo va bien, después de tres años deciden tener un bebé. Esto está sucediendo en Francia, por ejemplo; si a los tres años no se han matado o separado, deciden tener un bebé. Cuando han tenido un hijo y las cosas van bastante bien, se casan por lo civil y dan el primer paso creyendo que todo irá bien.

A ver si lo entiendo. Para este tipo el primer paso no es convivir con otra persona ni tener un hijo en común, sino firmar un papel. Me suena a mundo sin sentimientos en el que lo único que cuenta es el dinero.

El muchacho que no ha llegado a los tres años de convivencia, al que le ha ido mal, cambia de muchacha; a la cuarta chica comienza a tener un complejo interno consigo mismo. Situación: el nivel de suicidios de chicos menores de veinticinco años aumenta de forma gravísima (esto lo ha experimentado Suecia desde hace quince años). Muchachos que por desafecto, por no creerse capaces de establecer una relación afectiva con una chica -o chicas con chicos- ven que el centro de su vida no tiene sentido y dicen: "No soy capaz, soy tan desgraciado como mi padre, entonces prefiero no vivir, prefiero suicidarme", y se matan. No saben lo que es el matrimonio cristiano, ni siquiera saben para qué sirve, no han recibido catequesis.

Claro, pobres, lo que les pasa es que nadie les ha explicado que el otro es su enemigo y que son incapaces de amar y de pasar al otro y, en consecuencia, en lugar de sentirse realizados machacando y siendo machacados por el otro, lo pasan mal.

Estas son algunas pinceladas que puedo daros sobre la situación actual de la sociedad. Muchos aquí pueden tener hijos que no se han casado en la iglesia ni quieren casarse, rechazan la idea del matrimonio. "¿Por qué tengo que casarme con una chica? Estamos juntos, cuando nos cansemos nos separaremos", y así termina todo. "¿Hijos? ¿Por qué habría de tenerlos?". Y muchos padres católicos se han horrorizado al ver que sus hijos no están dispuestos a casarse y viven juntos; muchachos que hasta hace poco iban a la iglesia y estudiaban el catecismo en la parroquia, después les ocurren estas cosas.

Lo más amenazado en nuestra sociedad es la familia, porque como decía Juan Pablo II en la "Familiaris Consortio" el futuro de la humanidad pasa por la familia.

No es cierto. La célula fundamental de la sociedad sigue siendo la familia. Es la estructura más extendida porque es natural y el hecho de que surjan otros tipos de uniones interpersonales no amenaza ni ataca a la familia tradicional que es, por goleada, la usual en todas partes.

En Europa, la familia se está separando a toda velocidad, y en España la familia se separará rápidamente. Porque, además, la generación de los hijos de los divorciados es una generación muy traumatizada; el nivel de esquizofrénicos es altísimo, el nivel de personas que toman drogas, personas que tienen traumas horribles.

¿Será que lo sabe por experiencia personal? Porque por experiencia profesional fijo que no.

Las familias son mucho más pequeñas, solo hay uno o dos niños.

Otro juicio y también desacertado porque hay montones de familias con más de uno o dos hijos, de la misma forma que en otras épocas tenían muchos hijos que más de la mitad se morían por enfermedades que ahora tienen cura o están erradicadas, por lo que al final quedaban en una familia de uno o dos hijos.

Pero si la familia representa el núcleo de la verdad revelada... porque ¡aquí está el punto!

Doy un ejemplo. Dios existe como Padre. Pero dime una cosa: ¿cómo podemos predicar en Escandinavia que Dios es padre si nadie es padre, si la figura paterna no existe? Este niño vive en casa con un señor que no es su padre, en primer lugar.

¡Vaya! Justo como San José y el niño Jesús… ¿se traumatizaría Jesús por eso? ¿padecería esquizofrenia?

Además este señor que está en casa va y viene, cambia. El niño ve a un hombre con bigote y luego, cuando menos se lo espera, aparece otro señor que no tiene bigote. Luego aparece otro señor que se mete en la habitación de su madre, y es distinto a los que vinieron antes. El niño, desde muy pequeño, comienza a ver en su hogar este hecho que hoy se manifiesta en toda la sociedad. La idea del padre no existe (hay un estudio muy importante al respecto, realizado por sociólogos).

Es evidente que el problema no son los amigos de la madre, sino el abandono patente del padre biológico del niño, pero voy a darle a Kiko la solución: puesto que Dios es Padre y Madre y puesto que es obvio el amor de esa madre por su hijo, a quien no deja atrás en ningún momento, solo hay que predicar a Dios como Madre.