Para nosotros,
la familia cristiana es una revelación, algo que salvará a la sociedad.
Desbarra
nada más empezar. La familia cristiana no se la ha inventado Kiko, existe, al
menos, desde hace 20 siglos, 2000 años, eso si se asume que el Cristianismo da
algo especial que no tienen las demás religiones, es decir, si se deja fuera a
las familias judías, por ejemplo, que tanto gustan en el CNC. Y la verdad, con
tantos siglos que hace que existen las familias cristianas, es que no están llamadas
a salvar nada, porque solo Dios salva.
Sin embargo, en
esta sociedad se intenta destruir este tipo de familias y pasar a una sociedad
libre en la que todo depende del Estado, un poco como ocurre en Escandinavia
donde se han destruido los lazos familiares. Sabéis que hoy en Escandinavia no
existe ese tipo de familia; cuando dejas a una mujer y decides irte a vivir con
otra, solo tienes que avisar por teléfono.
Y el coste de
la llamada te lo cubrirá el todo providente Estado, supongo. No, espera, que
son kuentos kikos irreales.
Y en Francia,
por ejemplo, hay toda una generación que ha sufrido las consecuencias del
divorcio. Los muchachos no quieren casarse ni por la iglesia ni por lo civil,
porque han sufrido un gran trauma en casa al ver a sus padres separados, al ver
su sufrimiento.
En
otras palabras, según Kiko, si vives con alguien sin casarte, no vas a sufrir
ni a traumatizar a nadie cuando la relación haga aguas y se rompa, pero si se
te ocurre firmar algo, el drama está asegurado. Porque el problema es el
contrato matrimonial, no la ruptura, y por eso la solución es eludir el
contrato.
Cuando
se dicen tonterías, se llega a tales absurdos.
Ya sabes que en
la familia el hombre representa el yo moral, representa el deber, el temor al
padre es necesario para que se cree en el hijo el yo moral, el sentido del
deber. La madre crea en el niño el sentimiento de afecto, el amor, la ternura. Estos
dos conceptos, el amor y el deber, deben estar unidos en el niño.
Una
concepción del siglo pasado según la cual los niños no lloran y las niñas no
pueden ser militares. ¿No se dan cuenta de lo caduco que está el gran gurú?
El niño ama
enormemente a su madre, y a través de su madre teme a su padre, aprende a amar
a su padre porque ve cómo la madre lo respeta. La primera reacción del niño
sería quedarse con su madre y rechazar a su padre -digamos así- naturalmente. Pero
la madre le enseña a amar a su padre (como la Virgen María enseña a amar a
Dios, como la Iglesia os enseña lo mismo a vosotros) en esta competencia
inconsciente que el niño tiene frente a su padre, etc. (Me refiero al inicio de
la adolescencia, cuando el chico quiere ser el gallo de la casa).
Una
deformada idea de “familia” en la que todas las obligaciones son de la madre
mientras que el padre no mueve ni un dedito ni tiene ninguna función respecto a
los hijos.
Bien, entonces
imagina lo que significa que el niño vea problemas en casa, el odio, el padre
que cierra la puerta y no sabe si ha golpeado a su madre, ve a la madre irse
con otro. ¡Es un drama! No sé si lo habéis vivido en vuestra casa: es algo muy
grave. Quienes lo han vivido han sufrido tanto que están traumatizados y no
pueden soportar la idea de que puedan causar este mismo sufrimiento en sus
hijos. Recuerdo que un amigo mío tuvo un matrimonio bastante difícil, con una
mujer que no se encontraba bien y así. Y a pesar de que algunos momentos de su
vida fueron un terrible infierno, logró resistir hasta el final y no se separó
de su esposa porque tenía en su carne un sufrimiento tal de pequeño que dijo
que nunca les haría a sus hijos una cosa semejante.
Claro,
es mucho más educativo convivir entre gritos y peleas y gustar el odio. ¡Cómo
no se habrán dado cuenta los psicólogos infantiles!
Esto está
sucediendo hoy y las consecuencias son graves, muy graves. ¿Qué sucede? Bueno,
lo primero es que a los quince años los chicos se van a vivir con una chica,
para experimentar lo que es el matrimonio; y en su inconsciencia creen que
nunca harán lo que hicieron sus padres.
En
Kikónides debe ser normal obtener la emancipación legal a los quince, en plena efervescencia
puberal, sin oficio, estudios ni trabajo. Y habrá quien se lo crea.
El chico cree
que con sus propias fuerzas es capaz de soportar a la muchacha, y comienzan a
vivir juntos y alquilan un ático, convencidos de que vencerán. Nunca hará lo
que hicieron su padre y su madre. Si todo va bien, después de tres años deciden
tener un bebé. Esto está sucediendo en Francia, por ejemplo; si a los tres años
no se han matado o separado, deciden tener un bebé. Cuando han tenido un hijo y
las cosas van bastante bien, se casan por lo civil y dan el primer paso
creyendo que todo irá bien.
A
ver si lo entiendo. Para este tipo el primer paso no es convivir con otra persona
ni tener un hijo en común, sino firmar un papel. Me suena a mundo sin
sentimientos en el que lo único que cuenta es el dinero.
El muchacho que
no ha llegado a los tres años de convivencia, al que le ha ido mal, cambia de
muchacha; a la cuarta chica comienza a tener un complejo interno consigo mismo.
Situación: el nivel de suicidios de chicos menores de veinticinco años aumenta de
forma gravísima (esto lo ha experimentado Suecia desde hace quince años). Muchachos
que por desafecto, por no creerse capaces de establecer una relación afectiva con
una chica -o chicas con chicos- ven que el centro de su vida no tiene sentido y
dicen: "No soy capaz, soy tan desgraciado como mi padre, entonces prefiero
no vivir, prefiero suicidarme", y se matan. No saben lo que es el
matrimonio cristiano, ni siquiera saben para qué sirve, no han recibido
catequesis.
Claro,
pobres, lo que les pasa es que nadie les ha explicado que el otro es su enemigo
y que son incapaces de amar y de pasar al otro y, en consecuencia, en lugar de
sentirse realizados machacando y siendo machacados por el otro, lo pasan mal.
Estas son
algunas pinceladas que puedo daros sobre la situación actual de la sociedad. Muchos
aquí pueden tener hijos que no se han casado en la iglesia ni quieren casarse,
rechazan la idea del matrimonio. "¿Por qué tengo que casarme con una
chica? Estamos juntos, cuando nos cansemos nos separaremos", y así termina
todo. "¿Hijos? ¿Por qué habría de tenerlos?". Y muchos padres
católicos se han horrorizado al ver que sus hijos no están dispuestos a casarse
y viven juntos; muchachos que hasta hace poco iban a la iglesia y estudiaban el
catecismo en la parroquia, después les ocurren estas cosas.
Lo más
amenazado en nuestra sociedad es la familia, porque como decía Juan Pablo II en
la "Familiaris Consortio" el futuro de la humanidad pasa por la
familia.
No
es cierto. La célula fundamental de la sociedad sigue siendo la familia. Es la
estructura más extendida porque es natural y el hecho de que surjan otros tipos
de uniones interpersonales no amenaza ni ataca a la familia tradicional que es,
por goleada, la usual en todas partes.
En Europa, la
familia se está separando a toda velocidad, y en España la familia se separará
rápidamente. Porque, además, la generación de los hijos de los divorciados es
una generación muy traumatizada; el nivel de esquizofrénicos es altísimo, el
nivel de personas que toman drogas, personas que tienen traumas horribles.
¿Será
que lo sabe por experiencia personal? Porque por experiencia profesional fijo
que no.
Las familias
son mucho más pequeñas, solo hay uno o dos niños.
Otro
juicio y también desacertado porque hay montones de familias con más de uno o
dos hijos, de la misma forma que en otras épocas tenían muchos hijos que más de
la mitad se morían por enfermedades que ahora tienen cura o están erradicadas,
por lo que al final quedaban en una familia de uno o dos hijos.
Pero si la
familia representa el núcleo de la verdad revelada... porque ¡aquí está el
punto!
Doy un ejemplo.
Dios existe como Padre. Pero dime una cosa: ¿cómo podemos predicar en
Escandinavia que Dios es padre si nadie es padre, si la figura paterna no existe?
Este niño vive en casa con un señor que no es su padre, en primer lugar.
¡Vaya!
Justo como San José y el niño Jesús… ¿se traumatizaría Jesús por eso?
¿padecería esquizofrenia?
Además este
señor que está en casa va y viene, cambia. El niño ve a un hombre con bigote y
luego, cuando menos se lo espera, aparece otro señor que no tiene bigote. Luego
aparece otro señor que se mete en la habitación de su madre, y es distinto a
los que vinieron antes. El niño, desde muy pequeño, comienza a ver en su hogar
este hecho que hoy se manifiesta en toda la sociedad. La idea del padre no
existe (hay un estudio muy importante al respecto, realizado por sociólogos).
Es
evidente que el problema no son los amigos de la madre, sino el abandono
patente del padre biológico del niño, pero voy a darle a Kiko la solución:
puesto que Dios es Padre y Madre y puesto que es obvio el amor de esa madre por
su hijo, a quien no deja atrás en ningún momento, solo hay que predicar a Dios
como Madre.