«El Señor está luchando. ¿Qué significa Jacob? Qué has sido elegido. Tú
eres Jacob, hoy. "Amé a Jacob y rechacé a Esaú". ¿Por qué motivo?
Porque amé a Jacob y rechacé a Esaú. ¿Pero por qué a Esaú? Esta pregunta nunca
será respondida, no puede ser respondida. Porque Esaú tiene todas las
credenciales para ser aceptado y Jacob para ser rechazado. No puedes entender a
Dios. Piensa en la gratuidad, en la misericordia de Dios, en los designios de
Dios. Según San Pablo, Dios te ha amado cuando eras mucho peor que los demás,
pero él te ha amado para manifestarte que Él era un Dios de misericordia.»
“Era un Dios de
misericordia”. ¿Será que ya no lo es? Más bien será otra teolocura kika.
Da la impresión de que
Pako suelta lo primero que se le ocurre o bien piensa que un día Dios decidió
seleccionar a unos cuantos y darles un trato de favor. La realidad es que Dios
ama a todos y perdona a quienes acuden a Él. El perdón divino se otorga a quien
lo busca, no es lluvia que cae sin ser buscada.
«¿Por qué te ha elegido? ¿Por qué te ha dado la oportunidad de escuchar
esta Palabra? San Pablo dice que el alfarero hace, con arcilla, un vaso destinado
a orinal y otro destinado a usos más nobles, y ¿quién eres tú para preguntar el
porqué a Dios? Dios puede ponerte en este camino y puede hacer que mañana te
envenenes: puede hacer de ti un proverbio para que otros te vean.»
Esto es lo que pasa
cuando no se conoce el libre albedrío: se cae en la herejía protestante del
determinismo (y del ser humano como instrumento para los “más nobles”). Lo
incongruente es que precisamente los “pedores de todos” se crean también las
vasijas nobles.
«En estos momentos el Señor te está llamando: tú eres Jacob y el Señor te
está llamando. Él te está eligiendo para que de Jacob pases a ser Israel.
Israel quiere decir que tú tienes experiencia. Dios tiene mucha paciencia: si
necesitas cinco años serán cinco años, si hay necesidad de diez serán diez,
veinte, treinta, cincuenta si hay necesidad.»
Van por cincuenta. Lo
que no demuestra necesidad, sino la inutilidad del instrumento empleado.
«Dios tiene una paciencia inmensa con nosotros y el silencio de Dios
continúa: hay momentos en los que no interviene porque tiene paciencia con
nosotros. Pero tú te resistes. Aquí entra en juego la libertad del hombre.
Sabemos que eres libre, pero sabemos que Dios obra, que Dios te elige,
respetándote. Dios
construye la fe en tu libertad. Pero
al mismo tiempo, nunca te permite pensar que puedes acaparar a Dios, que puedes
ponerlo en tu bolsillo. Dios
está luchando contigo, te está haciendo llegar a conocerte profundamente, para que
veas que estás cojo, que no sirves; ver que Él es el que vale.»
Este es uno de los
kikodogmas: no te molestes en intentar ser bueno, hermano, porque
tú no vales ni valdrás nunca. Así que no hagas nada, repantígate y espera a que
Dios se manifieste. Y así, repantigados y a la espera, llegan a cotas flipantes
de vileza moral.
«Qué maravilla que, a través de tantos acontecimientos, a través de una
cruz, descubras que Dios existe verdaderamente, que Él es el fuerte, que Él te
ama y que tú no sirves. Entonces, si llegas a esto, todavía hay una Palabra de Dios para nosotros hoy. Es
hoy que Dios te está hablando, no te habló ayer y no te hablará mañana.»
Faltaría más que
diosito no se ponga al servicio de su sensibilidad y le haga los recados cuando
él diga.
«Es hoy que el Señor te dice: "Cuando descubrirás que Yo estoy dentro
de tu vida, que en definitiva soy Yo mismo quien te estoy destruyendo, Yo trato
de matarte para que realmente descubras esto: que no son ni los
acontecimientos, ni la política, ni la sociedad, que soy Yo quien intenta
romperte la cabeza, dura porque eres un testarudo, que tienes el
cuello de hierro y nunca lo doblas, que nunca cedes porque las cosas siempre
deben ser como tú las quieres, que soy Yo quien trato de hacerte dócil y
obediente porque Yo soy la salvación. Pero en cambio, tú estás apoyado en un
ídolo que te condenará, que te llevará al infierno. Es por eso que trato de
sacarte de donde estás. Quiero salvarte de esa realidad, pero si continúas así,
duro, y date cuenta de que el tiempo se acaba, Yo no puedo hacer nada".»
En resumen, diosito
por boca de su amo reclama que renuncies a tu libertad o de lo contrario te
condenará. Pero sin presión, eh, sin presión. Ya sabes que todo es en tu
libertad de condenarte, que es lo único que puedes hacer tú sin diosito.
«Entonces Dios te dice: "Cuando descubras esto, cuando Yo te haya
derribado al suelo, cuando hayas visto que estás cojo, que no puedes hacerlo,
que tú no eres y que Dios es, que es Dios quien está presente realmente en tu
vida, entonces aférrate a Dios".
¿Qué es la oración? Si Dios está allí, aférrate a Él, sujétalo: "No te
dejaré ir". ¿Qué significa: "No te dejo?". Mirad: esta noche me
aferro a Dios en oración (que es la manera de aferrarse a Dios) y le digo:
"Hazme justicia contra mis enemigos". No dejes dormir a Dios, Dios se
quiere ir a otros asuntos. ¡Ni hablar! Te estás aquí y lo llamas y sigues hasta
que sientas náuseas. Bueno, ¿no te escuchó por una noche? Tengo tiempo. Empezamos
la segunda noche: no te dejaré. "Déjame que termina la noche y llega la
aurora". No te dejaré hasta que me bendigas, hasta que pronuncies sobre mí
la palabra que dice: "Ya no te llamarás Jacob. De ahora en adelante serás
Israel", y como la Palabra es potente y eficaz, seré Israel para siempre,
nunca me apoyaré en mí, sino que me apoyaré en Ti y venceré a todos mis
enemigos.»
Así con el esfuerzo y
el moralismo kiko, creen que obligan a Dios a someterse a su voluntad. Es lo
que les enseñan.
Esto significa la palabra Jacob. Significa que esto debe hacerse, debemos
experimentarlo. Dios debe pronunciar sobre vosotros esta palabra: "Ya no
te llamarás Jacob, serás Israel quien se apoya en Dios" y como se apoya en
Dios, vence a todos sus enemigos.
Haremos una alianza con el Señor, en la cual el Señor, antes de entregar la
tierra al pueblo de Israel, después de haberlo tenido un tiempo en el desierto,
cuando está a punto de hacer la alianza, dice: "Yo te prometo, bajo
juramento, darte una tierra que destila leche y miel; pero debes tenerme como el único Dios.
Prométeme que seré el único Dios en tu vida. Únete a mí, apóyate en Mí, Yo, tu
Roca; no me pongas celoso con
otros dioses. Si Yo, por ejemplo, tengo una idea en contra tuya que tal vez no
entenderías y te dejo en la oscuridad durante 5 días, ¿me prometes que no
dudarás de mí? ¿No pensarás que estoy muerto y no intentarás entenderme con
tu razón, por tu cuenta, pecando y buscando otros dioses? ¿Te apoyarás en otras
cosas para buscar la felicidad? ¿Me olvidarás? ¿Prometes que harás lo que le
digo? ¿Confiarás? ¿Esperarás en mí? ¿No dudarás que Yo te he jurado darte la
Tierra? ¿Prometido? ¿No dudarás de Mí? O cuando veas el camino por el que te
llevo y descubras que es un poco difícil y un poco triste, me abandonarás
porque debería ser exactamente como tú quieres, para que Dios seas tú y Yo deba
de servirte?".»
Toda la película entre
comillas, pero no es una cita, salvo que sea una auto-cita de Kiko el magnánimo
que juega a ser diosito de tu vida.
«Este es el diálogo que el Señor está haciendo en estos escrutinios, porque
esto exactamente es lo que nos sucede. Lo único que te interesa es ser feliz y apenas
Dios permite esto o aquello que no te deja ser feliz, al poco dejas de apoyarte
en Él. El Señor ha dicho que con la violencia no se resuelven las cosas. Cuando
te apoyas en el dios Molk, el dios de la violencia, en el dios Marte de la
guerra, entonces con dos hermosos porrazos termina todo desorden, agarras un
palo y todo resuelto. Parece algo bueno, pero fíjate en lo que sucede porque el
camino de la violencia no es cristiano. Has intentado resolver el asunto por tu
cuenta. Lo digo en este sentido y también en todos los demás, todo es lo mismo.»