La siguiente entrada es un recorte de una
entrevista más larga que puede consultarse aquí.
DON CARLOS ESPARZA GÓMEZ, SACERDOTE MISIONERO
ITINERANTE.
Conversación con un torrebajense,
evangelizador del Camino Neocatecumenal en
América.
Agradezco al autor de la entrevista que lo deje claro
desde el principio, don Carlos predica lo que el Camino Neocatecumenal le dice
que predique y sólo eso.
“Si sigues la voluntad de Dios, Dios acaba haciendo la tuya; y las dos
voluntades se hacen una...”
Carlos Esparza Gómez
Cuantas veces he pensado que eso es lo que buscan tantos en el CNC, que
Dios se ponga a su servicio, sometido a su voluntad… Se me hace más chungo que
sea un sacerdote quien se exprese así, pero es lo que se aprende en el CNC.
¿Qué puedes decirme de tu proceso de conversión?
Para comprender mejor mi
proceso de conversión –como tú le llamas- tengo que decir que en el año 1989 yo
ya había participado con el grupo neocatecumenal de Torrebaja -estando de
párroco don Antonio Godino Córcoles- en el encuentro de jóvenes que hubo
en Santiago de Compostela con el Papa Juan Pablo II: fue en el Monte do Gozo...
Claro, allí había un ambiente religioso y de compromiso muy fuerte. Y al día
siguiente de esto, los del camino neocatecumenal tuvimos otro encuentro en la
plaza del Pilar en
Zaragoza: aquí es donde por primera vez comencé a sentir lo que podríamos decir
"mi llamada": mira, esto no es fácil de explicar con palabras,
porque implica sentimientos y sensaciones muy profundos. Pero fue esta
predicación en Zaragoza, además de las palabras del Papa en Compostela, la que
orientó mi corazón a la vida religiosa: el caso es que yo comprendí que se
podía vivir de otra manera, además de estar contento y ser feliz... No, yo no
me encontraba en ningún momento especial –quiero decir que no estaba lo que se
dice "en crisis"-: estaba bien, aunque tampoco sabía con certeza lo
que quería hacer con mi vida: Si tengo novia, pues tengo novia; si me tengo
que casar, pues me casaré... –eso entendía yo-. Pero para nada había
pensado en una vocación religiosa, ni mucho menos en ser sacerdote. Sí, en el
encuentro de Zaragoza había un ambiente especial de compromiso y recogimiento,
pero también festivo y de alegría... Después comprendí que a lo largo de la
vida Dios te va hablando y basta que tú le digas que sí para que Él te vaya
guiando en el camino...
Quede claro: lo importante para Carlos fue la charanga de Zaragoza. Lo
importante era su implicación y compromiso con el CNC.
Después de tu
ofrecimiento al Señor en la plaza del Pilar en Zaragoza, ¿cómo transcurrió tu
vida?
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parroquia de Santa marina en Torrebaja |
Lo de Zaragoza sucedió en el
año 1989. A los tres meses de aquello me llamaron para iniciar una experiencia
de evangelización itinerante por Burgos y Santander: solicité unos días de
permiso en el trabajo y allí me fui, con un matrimonio y un sacerdote... Y al
año de aquello me marché a un retiro a Porto san Giorgio en Italia, donde se
celebran las convivencias internacionales del Camino Neocatecumenal... Aquel
retiro fue para mí trascendental, incluía charlas, oración, celebración de los
Sacramentos, etc. Después del retiro, a modo de prácticas, nos mandaron a
evangelizar por distintos lugares de Italia y España: solamente llevábamos lo
puesto y una Biblia, además del billete de ida y de vuelta, nada más... A mí me
tocó ir con otro compañero, porque siempre íbamos en pareja, a la provincia de
Segovia: y durante los diez días que duró la práctica misionera dormimos en
cualquier parte: estaciones de trenes, parques, en la calle... Sí, aquello fue
en la primavera-verano del año 90... Cuando llegamos a Segovia capital
llevábamos varios días sin dormir en una cama, y allí nos acogieron los frailes jerónimos en su convento.
Claro, nuestra predicación consistía en anunciar el kerigma –palabra griega que
propiamente significa "anuncio y proclamación"-, esto es, la buena
noticia de Jesucristo a
los párrocos –lo de ir por las casas fue después, entonces sólo íbamos a los párrocos-:
unos nos acogían y otros no, de todo hubo... ¿Qué significa acogernos?, pues
quiere decir que nos abrían las puertas de su casa y de su corazón, nos
ofrecían lo que tenían, nos permitían hablarles a ellos y a sus feligreses -en
un momento de la Misa o en alguna reunión de jóvenes-, nos invitaban a comer,
cenar o dormir...
Es decir, nada de buscar alejados, sólo tratar de pescar en la Iglesia.
¿Cómo
valorarías tu experiencia predicadora de entonces?
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El autor del feo pantocrator, lo firme quien lo firme |
Pues muy bien, todo fue
estupendamente y en ningún momento nos faltó de nada, como las aves del cielo
del evangelio, que: Ni siembran ni cosechan, ni recogen en graneros, porque
el Padre celestial las alimenta (Mt 6, 27). El día que comíamos, comíamos; y si no comíamos, pues no
comíamos: tampoco sentíamos hambre...
Cuando leo estas
cosas, no puedo evitar pensar qué se chuta la gente que no pasa hambre cuando
no come. Llevo muchos años desayunando a las 7 y comiendo a las 15:30, es
decir, no es que no coma, pero aseguro que siento hambre, invariablemente,
porque no picoteo entre comidas.
Terminada la predicación por Segovia, ¿regresaste a Italia o te quedaste en
España?
Cuando terminó este periodo
de predicación en Segovia volvimos al retiro en Italia, a Porto san Giorgio:
de allí parte toda la evangelización
internacional del Camino Neocatecumenal. Habíamos unas setecientas
cincuenta u ochocientas personas: desde allí me enviaron a un seminario en
Perú, para comenzar mi preparación como sacerdote, porque yo ya había tomado
esta determinación. Claro, por entonces ya habían surgido nuestros seminarios, que
llaman Redemptoris Mater: había uno en Roma y otro en Perú. Hubo un
sorteo y a mí me tocó el de Perú, adonde me fui con dos compañeros españoles,
de Murcia. Esto fue en el año 1991, cuando ya tenía sobre 30 años...
¿Se entiende?
Cuando tomaste la
determinación de hacerte sacerdote del Camino Neocatecumenal tú ya eras una persona adulta, física y emocionalmente madura, pero ¿cómo
reaccionaron tus padres ante esta decisión?
Yo tenía muy buena relación
con mi padre y en las conversaciones que tuvimos decía: Tú eres el más
listo, porque has elegido la mejor parte... No, él nunca se opuso. Mi madre
era la que más se resistía: ¡Cómo te vas a ir tan lejos, no te veremos
más...! –y todo eso que suelen decir las madres-. Pero poco a poco lo fue
aceptando...
El resto de la
entrevista puede verse en la referencia al principio de esta entrada. Lo que
quería resaltar es lo de hacerse sacerdote del CNC. Y el interfecto lo acepta
con naturalidad, no explica que él es sacerdote de Cristo antes que del CNC,
porque puede que no sea el caso.
Me apena. Pero es lo
que he visto en el CNC.