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viernes, 6 de enero de 2023

Nada es por casualidad

 

SIGNOS y SEÑALES

La misa funeral por el Papa Benedicto XVI comenzó envuelta en niebla. La gran cúpula no se pudo ver ayer y la fachada de San Pedro era apenas visible.

"La nube sagrada, el Shekinah, es la señal de la presencia de Dios mismo. La nube sobre la Tienda de la Reunión indicó que Dios estaba presente" (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret Vol 1, pág. 316)
 

Si el día de la dimisión de Benedicto XVI, el 11 de febrero de 2013, se había descargado un rayo sobre la cruz de la cúpula de Miguel Ángel, otra imagen -muy poderosa, casi simbólica- marcó la despedida de Ratzinger: la niebla.

Noche del 11 de febrero de 2013


 

Mañana del 5 de enero de 2022

 

En varios momentos, sin embargo, la plaza estalló en aplausos, especialmente cuando el papa Francisco, de pie, inclinaba la cabeza para rendir homenaje al anciano teólogo bávaro, llevándose una mano al corazón, con la mirada abatida y triste.


lunes, 2 de enero de 2023

"Afecto especial" del Camino a Benedicto XVI

 

Estos días, no por casualidad, los kikos acaban de descubrir su presunto "especial agradecimiento y afecto" por el Papa Beneddicto XVI. Y se han apresurado a cacarearlo por todas partes...

Que hablen los hechos concretos.

En el año 2004, siendo prefecto el cardenal Arinze, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publica la instrucción REDEMPTIONIS SACRAMENTUM que detalla «algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía». 

En los salones de usos múltiples neotacecumenales, la reacción no se hizo esperar.

CARMEN (16 de marzo de 2005): «En la lucha que tenemos ahora con el Culto, es importantísimo, para poder celebrar este banquete -que ya era una fiesta grande en el hebraísmo, con ese mantel que se extiende a todas las naciones-, digo que es importantísimo que hagáis bien el pan. Porque cuando el pan está mal hecho y los Cardenales vienen a nuestra Eucaristía y se encuentran con pedruscos, o con masa cruda, es un peligro enorme para que nos quiten la forma de distribución y pasemos a la ostia (sic), con la ostia (sic) pasamos a la intinción, y la distribución maravillosa que ahora hacemos acabe en hacer cola para ir a comulgar, ¡quitando todo el sentido de seder pascual!, de banquete escatológico. 

El pan tiene que ser fino y bien hecho; y no se trata de comer un trozo grande de pan. Ahora están vendiendo pan ácimo los hebreos en muchos sitios, he cogido algunos que hacen ellos (no las galletas) y se pueden comer estupendamente. Al principio lo hacíamos mejor, ahora hay comunidades que lo hacen fatal. Tampoco se trata de beber un litro de vino, basta con un poco de vino».

Eran conscientes de que la Santa Sede les reclamaba que corrigiesen la forma de comulgar, pero ellos desvían la atención hacia lo superficial y se centran en que la culpa es de los demás, que no saben cocinar el pan, en lugar de ir al fondo del asunto: la verdadera y única Liturgia Católica.

Kiko (22 de noviembre de 2005): «A todo esto la Congregación del Culto nos llama y hemos tenido una reunión el día 11 (os acordáis que (sic) habéis hecho en todo el mundo una vigilia rezando toda la noche, con la adoración al Santísimo). ¿Y qué pasó? Estaba el Cardenal Arinze, que es negro, de Nigeria, conoce muy poco el Camino porque hay muy pocas comunidades en Nigeria y en la diócesis donde él estaba no había comunidades; estaba Mons. Sorrentino, que han nombrado Arzobispo de Asís, en Italia, y estaban los expertos, un tribunal; nos leyeron en dos páginas lo que dice la Congregación sobre los temas a tratar: sobre el eco de la Palabra, etc. Y, maravillosamente, al final, decía: La liturgia de la Iglesia Católica tiene unas normas y toda la Iglesia tiene que atenerse a estas normas; si por cualquier circunstancia un grupo o una Conferencia Episcopal pide una exención, la Congregación tiene la misión de estudiarlo y tiene autoridad para decir si se permite o no. En el caso de que la Congregación viera que hay razones de peso, entonces se somete al Santo Padre que es quien al final tiene que decidir sobre las normas de la Iglesia. Entonces, al final este escrito decía que la Congregación había decidido someterlo al Papa».

Tras esa reunión, con los responsables del Culto hubo una audiencia con el Papa el 19 de noviembre, en la que, según contó más tarde Carmen, Kiko trató de desviar la atención hacia sus ególatras pinturitas, coronas histéricas, salas de neo estética depresiva y demás, hasta que el Papa impuso orden.

Kiko (22 de noviembre de 2005): «El Papa dice: ahora hablamos de la liturgia. Nos sentamos de nuevo, y nos dijo que había llamado al Cardenal Arinze el día anterior y habían acordado lo siguiente (ahora hay que esperar a que el Cardenal Arinze nos lo diga oficialmente): 

·        Las moniciones a las lecturas de la Misa las podemos hacer, pero breves.

·        El eco de la Palabra antes de la homilía, lo podemos hacer, tres o cuatri hermanos, no muchos, como una preparación a la homilía.

·        El abrazo de la Paz ha sido aprobado donde lo estamos haciendo  

·        La forma en que celebramos la comunión: de momento podemos comulgar como lo estamos haciendo. Esto se estudiará más adelante, de momento se puede continuar así. 

·        Nos ha dicho que quiere que incorporemos el Credo y el Gloria, aún las comunidades que empiecen. 

·        Y con respecto a las comunidades que han terminado el Camino, para que tengamos una presencia más importante en la parroquia, que una vez al mes tengamos una Eucaristía con la parroquia, el Domingo, en las solemnidades; como hay más de doce solemnidades al año, ya prácticamente lo hacemos.

Carmen, dinos una palabra...

Carmen:  Esto es mejor no proclamarlo porque tendrá que venir dicho por la Congregación del Culto. El mismo Papa dijo dos o tres veces: la Congregación del Culto me representa, o sea como diciendo: esperad a la Congregación del Culto»

Para que se entienda: Kiko retuerce a su antojo lo que el día 11 le ordenaron los cardenales y el día 19 escuchó de labios del mismo Papa. Cuando Benedicto XVI insiste dos o tres veces en que la Congregación del Culto habla en su nombre significa que no tienen que volver a estudiar ni seguir estudiando las deformadas celebraciones eucarísticas del CNC porque ya han decidido qué es lo que debe ser modificado. Pero como no hay peor sordo que quien no quiere oír, el 1 de diciembre se hace oficial lo que tanto los cardenales como el propio Papa han dicho:

Carta de Benedicto XVI (1 de diciembre de 2005): «5. Sobre el modo de recibir la Santa Comunión, se da al Camino Neocatecumenal un tiempo de transición (no más de dos años) para pasar del modo actual de recibir la Santa Comunión en sus comunidades (sentados, alrededor de una mesa preparada en el centro de la Iglesia en lugar del altar dedicado en el presbiterio) al modo normal para toda la Iglesia de recibir la Santa Comunión. Esto significa que el Camino Neocatecumenal debe caminar hacia el modo previsto en los libros litúrgicos para la distribución del Cuerpo y de la Sangre de Cristo».

Y para que incluso Kiko lo entienda, el Cardenal Arinze concede una entrevista el 26 de febrero de 2006 en la que explica las normas litúrgicas emitidas para el Camino Neocatecumenal.

En vista de lo cual, Kiko contraataca con lo que él dice que dicen, o que le dicen que dicen, otros cardenales amiguitos suyos:

KIKO (reunión sobre cómo no hacer ni caso aplicar las normas impuestas al CNC): «Imaginaos si Rouco va a permitir que vengamos aquí a destruir lo que está haciendo el Señor con nosotros, él nos defiende y nos ha ayudado siempre y ha dicho: “y de la comunión más adelante os ponéis de pie para recibir al Señor y os sentáis”. Ha dicho eso y ya está. Ese ha sido Rouco, ¡el cardenal Rouco!»

Y si eso no es bastante, asegurará que hay que obedecer al señor de su vida (la minúscula no es un error) antes que a los hombres, o que a la Iglesia, cuerpo de Cristo.

Aquí llegaron los malos deseos sobre la salud de Benedicto XVI, que más tarde el propio Kiko haría públicos, como también las burlas a cuenta de los zapatitos rojos y las puntillitas. Por su parte, el Papa durante todo su pontificado no dejó de insistir en que más importante que cualquier carisma particular es la unidad:

«La unidad de los discípulos del Señor pertenece a la esencia de la Iglesia y es condición indispensable para que su acción evangelizadora resulte fecunda y creíble. (…) Os exhorto a intensificar vuestra adhesión a todas las directivas del cardenal vicario, mi colaborador directo en el gobierno pastoral de la diócesis. La integración orgánica del Camino en la pastoral diocesana y su unidad con las demás realidades eclesiales beneficiarán a todo el pueblo cristiano y harán más fecundo el esfuerzo de la diócesis a favor de un anuncio renovado del Evangelio» (11 de enero de 2009, discurso de Benedicto XVI al Camino Neocatecumenal).


«Al mismo tiempo, la maduración progresiva de la persona y de la pequeña comunidad en la fe debe favorecer su inserción en la vida de la gran comunidad eclesial, que tiene su forma ordinaria en la celebración litúrgica de la parroquia, en la cual y por la cual se actúa el Neocatecumenado (cf.Estatutos, art. 6). Pero también durante el camino es importante no separarse de la comunidad parroquial, precisamente en la celebración de la Eucaristía, que es el verdadero lugar de la unidad de todos, donde el Señor nos abraza en los diversos estados de nuestra madurez espiritual y nos une en el único pan, que nos hace un único cuerpo (cf. 1 Co 10, 16 s)» (20 de Enero de 2012, discurso de Benedicto XVI al Camino Neocatecumenal).

 

Y antes de su renuncia, Benedicto XVI deja la doctrina de la verdadera Iglesia bien plantada :

«Dios obra por medio de Cristo y nosotros no podemos obrar sino por medio de él y en él. Cada día debe crecer en nosotros la convicción de que la liturgia no es un «hacer» nuestro o mío, sino que es acción de Dios en nosotros y con nosotros. Por lo tanto, no es la persona sola —sacerdote o fiel— o el grupo quien celebra la liturgia, sino que la liturgia es primariamente acción de Dios a través de la Iglesia, que tiene su historia, su rica tradición y su creatividad.

Esta universalidad y apertura fundamental, que es propia de toda la liturgia, es una de las razones por la cual no puede ser ideada o modificada por la comunidad o por los expertos, sino que deber ser fiel a las formas de la Iglesia universal. Incluso en la liturgia de la más pequeña comunidad está siempre presente toda la Iglesia. Por ello, no existen «extranjeros» en la comunidad litúrgica. En cada celebración litúrgica participa junta toda la Iglesia, cielo y tierra, Dios y los hombres. La liturgia cristiana, incluso si se celebra en un lugar y un espacio concreto, y expresa el «sí» de una determinada comunidad, es católica por naturaleza, procede del todo y conduce al todo, en unidad con el Papa, con los obispos, con los creyentes de todas las épocas y de todos los lugares. Cuanto más una celebración está animada por esta conciencia, tanto más fructuosamente se realiza en ella el sentido auténtico de la liturgia».

BENEDICTO XVI

AUDIENCIA GENERAL

Miércoles 3 de octubre de 2012