Estos días, no por casualidad, los kikos acaban de descubrir su presunto "especial agradecimiento y afecto" por el Papa Beneddicto XVI. Y se han apresurado a cacarearlo por todas partes...
Que hablen los hechos concretos.
En el año 2004, siendo prefecto el cardenal
Arinze, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
publica la instrucción REDEMPTIONIS SACRAMENTUM que detalla «algunas cosas que se
deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía».
En los salones de usos múltiples
neotacecumenales, la reacción no se hizo esperar.
CARMEN (16 de
marzo de 2005): «En la
lucha que tenemos ahora con el Culto, es importantísimo, para poder
celebrar este banquete -que ya era una fiesta grande en el hebraísmo, con ese mantel
que se extiende a todas las naciones-, digo que es importantísimo que hagáis
bien el pan. Porque cuando el pan está mal hecho y los Cardenales vienen a nuestra Eucaristía y se
encuentran con pedruscos, o con masa cruda, es un peligro enorme para que nos
quiten la forma de distribución y pasemos a la ostia (sic), con la ostia
(sic) pasamos a la intinción, y la distribución maravillosa que ahora hacemos acabe en hacer cola para
ir a comulgar, ¡quitando todo el sentido de seder pascual!,
de banquete escatológico.
El pan tiene
que ser fino y bien hecho; y no se trata de comer un trozo grande de pan. Ahora
están vendiendo pan ácimo los hebreos en muchos sitios, he cogido algunos que
hacen ellos (no las galletas) y se pueden comer estupendamente. Al principio lo
hacíamos mejor, ahora hay comunidades que lo hacen fatal. Tampoco se trata de
beber un litro de vino, basta con un poco de vino».
Eran
conscientes de que la Santa Sede les reclamaba que corrigiesen la forma de
comulgar, pero ellos desvían la atención hacia lo superficial y se centran en
que la culpa es de los demás, que no saben cocinar el pan, en lugar de ir al
fondo del asunto: la verdadera y única Liturgia Católica.
Kiko (22 de
noviembre de 2005): «A todo esto la Congregación del Culto nos llama y hemos
tenido una reunión el día 11 (os acordáis que (sic) habéis hecho en todo el
mundo una vigilia rezando toda la noche, con la adoración al Santísimo). ¿Y qué
pasó? Estaba
el Cardenal Arinze, que es negro, de Nigeria, conoce muy poco el Camino porque
hay muy pocas comunidades en Nigeria y en la diócesis donde él estaba no había
comunidades; estaba Mons. Sorrentino, que han nombrado Arzobispo de Asís, en
Italia, y estaban los expertos, un tribunal; nos leyeron en dos páginas lo que
dice la Congregación sobre los temas a tratar: sobre el eco de la Palabra, etc.
Y, maravillosamente, al final, decía: La liturgia de la Iglesia Católica tiene
unas normas y toda la Iglesia tiene que atenerse a estas normas; si por cualquier
circunstancia un grupo o una Conferencia Episcopal pide una exención, la Congregación
tiene la misión de estudiarlo y tiene autoridad para decir si se permite o no. En
el caso de que la Congregación viera que hay razones de peso, entonces se
somete al Santo Padre que es quien al final tiene que decidir sobre las normas
de la Iglesia. Entonces, al final este escrito decía que la Congregación había
decidido someterlo al Papa».

Tras esa reunión,
con los responsables del Culto hubo una audiencia con el Papa el 19 de
noviembre, en la que, según contó más tarde Carmen, Kiko trató de desviar la
atención hacia sus ególatras pinturitas, coronas histéricas, salas de neo
estética depresiva y demás, hasta que el Papa impuso orden.
Kiko (22 de
noviembre de 2005): «El Papa dice: ahora hablamos de la liturgia. Nos sentamos
de nuevo, y nos dijo que había llamado al Cardenal Arinze el día anterior y
habían acordado lo siguiente (ahora hay que esperar a que el Cardenal Arinze
nos lo diga oficialmente):
·
Las moniciones
a las lecturas de la Misa las podemos hacer, pero breves.
·
El eco de la
Palabra antes de la homilía, lo podemos hacer, tres o cuatri hermanos, no muchos, como
una preparación a la homilía.
·
El abrazo de la Paz ha sido aprobado donde lo estamos haciendo
·
La forma en que
celebramos la comunión: de momento podemos comulgar como lo estamos haciendo. Esto se estudiará más adelante, de
momento se puede continuar así.
·
Nos ha dicho
que quiere que incorporemos el Credo y el Gloria, aún las comunidades que
empiecen.
·
Y con
respecto a las comunidades que han terminado el Camino, para que tengamos una
presencia más importante en la parroquia, que una vez al mes tengamos una
Eucaristía con la parroquia, el Domingo, en las solemnidades; como hay más
de doce solemnidades al año, ya prácticamente lo hacemos.
Carmen, dinos
una palabra...
Carmen: Esto es mejor no proclamarlo porque
tendrá que venir dicho por la Congregación del Culto. El mismo Papa
dijo dos o tres veces: la
Congregación del Culto me representa, o sea como diciendo: esperad a
la Congregación del Culto».
Para que se
entienda: Kiko retuerce a su antojo lo que el día 11 le ordenaron los
cardenales y el día 19 escuchó de labios del mismo Papa. Cuando Benedicto XVI
insiste dos o tres veces en que la Congregación del Culto habla en su nombre
significa que no tienen que volver a estudiar ni seguir estudiando las
deformadas celebraciones eucarísticas del CNC porque ya han decidido qué es lo
que debe ser modificado. Pero como no hay peor sordo que quien no quiere oír,
el 1 de diciembre se hace oficial lo que tanto los cardenales como el propio Papa
han dicho:
Carta de
Benedicto XVI (1 de diciembre de 2005): «5. Sobre el modo de
recibir la Santa Comunión, se da al Camino Neocatecumenal un tiempo de transición (no
más de dos años) para pasar del modo actual de recibir la Santa Comunión en sus
comunidades (sentados, alrededor de una mesa preparada en el centro de la
Iglesia en lugar del altar dedicado en el presbiterio) al modo normal para toda
la Iglesia de recibir la Santa Comunión. Esto significa que el
Camino Neocatecumenal debe caminar hacia el modo previsto en los libros
litúrgicos para la distribución del Cuerpo y de la Sangre de Cristo».
Y para que incluso
Kiko lo entienda, el Cardenal Arinze concede una entrevista el 26 de febrero de 2006 en la
que explica las normas litúrgicas emitidas para el Camino Neocatecumenal.
En vista de lo
cual, Kiko contraataca con lo que él dice que dicen, o que le dicen que dicen, otros
cardenales amiguitos suyos:
KIKO (reunión
sobre cómo no hacer ni caso aplicar las normas impuestas al CNC):
«Imaginaos si Rouco va a permitir que vengamos aquí a destruir lo que está
haciendo el Señor con nosotros, él nos defiende y nos ha ayudado siempre y ha
dicho: “y
de la comunión más adelante os ponéis de pie para recibir
al Señor y os sentáis”. Ha dicho eso y ya está. Ese ha sido
Rouco, ¡el cardenal Rouco!»
Y si eso no es
bastante, asegurará que hay que obedecer al señor de su vida (la minúscula no
es un error) antes que a los hombres, o que a la Iglesia, cuerpo de Cristo.
Aquí llegaron
los malos deseos sobre la salud de Benedicto XVI,
que más tarde el propio Kiko haría públicos, como también las burlas a cuenta de los zapatitos rojos y las puntillitas. Por su parte, el Papa durante todo su pontificado no dejó de insistir en que más importante que
cualquier carisma particular es la unidad:
«La unidad de los
discípulos del Señor pertenece a la esencia de la Iglesia y es condición indispensable
para que su acción evangelizadora resulte fecunda y creíble. (…) Os
exhorto a intensificar vuestra adhesión a todas las directivas del cardenal
vicario, mi colaborador directo en el gobierno pastoral de la diócesis. La integración
orgánica del Camino en la pastoral diocesana y su unidad con las demás
realidades eclesiales beneficiarán a todo el pueblo cristiano y harán
más fecundo el esfuerzo de la diócesis a favor de un anuncio renovado del
Evangelio» (11 de enero de 2009, discurso de Benedicto XVI al Camino
Neocatecumenal).
«Al mismo
tiempo, la maduración progresiva de la persona y de la pequeña comunidad en la
fe debe favorecer
su inserción en la vida de la gran comunidad eclesial, que tiene su
forma ordinaria en la celebración litúrgica de la parroquia, en la cual y por
la cual se actúa el Neocatecumenado (cf.Estatutos, art. 6). Pero también
durante el camino es importante no separarse de la comunidad parroquial, precisamente en la
celebración de la Eucaristía, que es el verdadero lugar de la unidad de
todos, donde el Señor nos abraza en los diversos estados de nuestra madurez
espiritual y nos une en el único pan, que nos hace un único cuerpo (cf. 1
Co 10, 16 s)» (20 de Enero de
2012, discurso de Benedicto XVI al Camino Neocatecumenal).
Y antes de su
renuncia, Benedicto XVI deja la doctrina de la verdadera Iglesia bien plantada :
«Dios obra por
medio de Cristo y nosotros no podemos obrar sino por medio de él y en él. Cada día debe
crecer en nosotros la convicción de que la liturgia no es un «hacer» nuestro o
mío, sino que es acción de Dios en nosotros y con nosotros. Por lo tanto, no es
la persona sola —sacerdote o fiel— o el grupo quien celebra la liturgia, sino
que la liturgia es primariamente acción de Dios a través de la Iglesia, que
tiene su historia, su rica tradición y su creatividad.
Esta universalidad y apertura
fundamental, que es propia de toda la liturgia, es una de las razones por la
cual no puede ser ideada o modificada por la comunidad o por los expertos, sino
que deber ser fiel a las formas de la Iglesia universal. Incluso en la liturgia de la más pequeña comunidad
está siempre presente toda la Iglesia. Por ello, no existen «extranjeros» en la
comunidad litúrgica. En cada celebración litúrgica participa junta toda la
Iglesia, cielo y tierra, Dios y los hombres. La liturgia cristiana, incluso si
se celebra en un lugar y un espacio concreto, y expresa el «sí» de una
determinada comunidad, es católica por naturaleza, procede del todo y conduce
al todo, en unidad con el Papa, con los obispos, con los creyentes de todas las
épocas y de todos los lugares. Cuanto más una celebración está
animada por esta conciencia, tanto más fructuosamente se realiza en ella el
sentido auténtico de la liturgia».
BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 3 de octubre de 2012