«Ahora tengo que deciros otra cosa sobre el hecho de que, después del
segundo escrutinio, la comunidad comienza a vivir en la comunión. Los bienes se
comienzan a vivir en comunión. Este es un hecho que debemos aclarar un poco. Vosotros
sois llamados, el Señor os está llamando, eligiendo para ser un sacramento. Como sacramento es
necesario que entre vosotros no haya ni pobres ni ricos. Sería algo monstruoso
que yo te dijese que te amo mucho si tú no tienes para cenar y yo tengo lo
superfluo en casa.»
Sin duda es monstruoso
que cierto ser sensible se zampe mariscada tras mariscada mientras tantos
hermanos suyos (¿primos, quizás?) no llegan a fin de mes.
«Pero, ¿cómo puede lograrse esto? Es difícil hacerlo. No haremos un fondo
común. En los inicios de la Iglesia, en los primeros siglos, en los primeros
momentos, parecía que era así, pero de inmediato se dieron cuenta de que no se
podía vivir así; al mismo tiempo, sin embargo, vivieron la comunión del amor en
la comunión de los bienes. San Pablo decía: "Así como intercambiáis los
bienes espirituales, intercambiad también los bienes materiales".»
Cita inexistente,
claro. Pero la siguiente sí es auténtica: Si en vosotros hemos sembrado bienes espirituales, ¡qué
mucho que recojamos de vosotros bienes materiales! Si otros tienen estos
derechos sobre vosotros, ¿no los tenemos más nosotros? Sin embargo, nunca hemos hecho uso de estos derechos.
Al contrario, todo lo soportamos para no crear obstáculo alguno al Evangelio de
Cristo. (1Cor 9, 11-12).
«Nosotros lo hacemos de esta manera. En el camino, el responsable está
llamada a desempeñar la función del servicio diaconal, de diácono: diácono es
el servidor, el que sirve a los demás y lo hace de tres maneras. Sirve en la
caridad, en las necesidades de los hermanos, sirve en la liturgia y sirve en la
palabra.»
En el original,
caridad y liturgia en minúsculas, en cambio, palabra está escrito en
mayúsculas. Será que alguno piensa que el palabreo es más importante.
«Entonces, ¿cómo se hace esto? Hemos descubierto, no digo que esto no se
perfeccione en el futuro, pero hemos visto cómo poco a poco se puede hacer
esto: el responsable es el medio a través del cual se realiza esta comunión.
¿Cómo? Si hay algún hermano que tiene alguna necesidad, se lo dice al responsable
y el responsable hace una colecta en la comunidad para esa necesidad.»
Esto es lo que pone en
el kikotreto que he heredado, pero no es la praxis del CNC que yo conozco. Lo
que se hace en todas las comunidades que conozco es que sí o sí el falso
diácono pasa la bolsa todos los meses porque los kikotistas han dicho que así
debe hacerse y que una vez que se pasa la bolsas las necesidades de los
hermanos surgirán solas porque diosito así lo dispondrá.
«Esto del dinero es algo difícil porque siempre podemos pensar que alguien
se aprovecha y vive a costa de los demás. Siempre hay personas que pueden dar y
pueden pensar en dar para que el dinero se use bien, pero no para que se gaste
en "tonterías". Pienso que es por esto que necesitamos hacer este
rito de renunciar un poco al poder que el dinero ejerce sobre nosotros.»
¡Qué pena que una vez
más Kiko no predique con el ejemplo! ¡Qué pena que no sea el primero en
buscarse un trabajito para poder participar en la comunidad de bienes.
«En todas las comunidades que caminan delante de vosotros no hay muchos
problemas en este sentido. Puede suceder, en algunas, que el responsable lo
haga mal o que la mujer del responsable es una ansiosa, una mujer obsesionada
por el dinero, y luego le mira mal… Entonces tenéis que quitarle de responsable;
a veces, en cambio, el responsable es alguien que aún no ha resuelto este
negocio de dinero y deja dinero a la esposa o cosas por el estilo… Depende
mucho del responsable.»
Qué miedo le tiene
Kiko a la mujer, cuanto complejo y que poca hombría evidencia.
«Conozco mejor, por ejemplo, las comunidades de Italia: las que llevamos más
adelantadas resuelven esto muy bien. Cada mes dan, si se trata de una comunidad
de clase media burguesa, alrededor de setecientas mil liras para las
necesidades de los hermanos. Había un hermano que vivía muy lejos y en una casa
muy mala: le compraron un apartamento nuevo, más cerca y más hermoso que el que
tenía.»
Había que recordarle a
su sensibilidad que esta trola es contraria a las normas del diezmo, puesto que
las normas del diezmo dicen que no se guarda dinero de un mes para otro, sino
que si algo sobra es porque diosito a provisto que se dé a los pobres. Y
francamente, con la tercera parte de lo que se recauda en un mes no se le
compra un apartamento a nadie… Claro que también es cierto que lo de no guardar
nada de un mes a otro no se respeta.
«A otro hermano de la comunidad del Carmelo también lo han ayudado con el apartamento…
Poco a poco, sin violencia, se descubren las necesidades de los hermanos. ¿Un
hermano necesita una operación? Se le ayuda. ¿Otro no tiene trabajo? Se le encuentra
trabajo. Se va creando algo natural, sin ser algo forzado.
Tenemos, respecto al dinero, una deformación total porque hemos vivído en
una Iglesia protegida. Una cosa absurda que quizás, en el futuro, no habrá más.
Creo que no será así, incluso si han aumentado el salario de los sacerdotes.
Leí un artículo en el periódico que decía que la gente protestaba y decía que por
qué hay que pagar a los sacerdotes en los que no creen, con los que no están de
acuerdo, etc. Un problema tratado por varias revistas. Es una cosa absurda. Por
este hecho, la Iglesia, muchas veces, no es libre de ejercer su misión
profética con respecto al Estado, porque es pagada por el Estado aunque sea a
través del pueblo. Vamos hacia una autonomía en este sentido porque pensamos que
la Iglesia, en el futuro, podrá ser autónoma. ¿Por qué? Porque siempre lo
ha sido. En el Antiguo Testamento está escrito que le daban los diezmos y las primicias.
En la religión que Dios ha revelado dice que los primeros frutos de tu aceite,
de tu grano, de tus ovejas, de tus corderos, los darás a los sacerdotes; y
también le dará una parte de tus bienes.»
Falso. Las primicias
son únicamente de lo que produce la tierra y de los animales, no de los bienes.
Y por cierto que ser dependiente de las primicias es incongruente con la
autonomía.
«Por eso que Jesús les dice a los fariseos: "Vosotros que tasáis el
diezmo del comino", es decir, si una persona tiene una semilla, incluso le
pides que pagues el diezmo de la semilla, la décima parte de todo lo que hay en
casa y "faltáis a cosas más grandes". Esto lo dice Jesucristo que se
preocupaba mucho…»
En realidad, lo que
dice Mt 23, 23 es: “Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis
el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de
la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar,
aunque sin descuidar aquello”. Y Lc 11, 42 va en el mismo sentido.
«Esto del diezmo pasa luego a la Iglesia: es un mandato de la Santa Madre
Iglesia. "Pagad diezmos y primicias a la Iglesia de Dios"; es un
mandato de la Iglesia que se estudia en el catecismo.»
Por favor, que alguien
me diga que “catecismo” es ese en el que a saber qué iglesia manda pagar
diezmos y primicias, porque el Catecismo de la Iglesia Católica no es.
«Incluso si después nadie paga diezmo, ni primicia de ningún tipo. En la
didaché, que es la primera catequesis, está escrito que las primicias y la
décima parte de tus bienes se las darás a los profetas. Si no tienes profetas
en tu comunidad, se lo darás, dice la didaché, a los pobres que son Cristo.»
Más mentiras. La
didaché destina las primicias únicamente a los profetas residentes. Y lo que sí dice es lo
siguiente: “Todos los que hablan por el espíritu; no son profetas, solo lo son,
los que siguen el ejemplo del Señor. Por su conducta, podéis distinguir al
verdadero y al falso profeta. El profeta, que hablando por el espíritu,
ordenare la mesa y comiere de ella, es un falso profeta. El profeta que
enseñare la verdad, pero no hiciere lo que enseña, es un falso profeta. Si
alguien, hablando por el espíritu, os pidiere dinero u otra cosa, no le hagáis
caso; pero si aconseja se dé a los pobres, no le juzguéis.”
Además, por algún motivo, en el original la palabra Catecismo está en minúscula, como cosa poco importante, mientras que la didaché está obstinadamente en mayúsculas.
Además, por algún motivo, en el original la palabra Catecismo está en minúscula, como cosa poco importante, mientras que la didaché está obstinadamente en mayúsculas.