lunes, 31 de julio de 2023

Mensaje de Pablo a su familia

 

Terminada su charla sobre el carácter sectario del Camino, Pablo añade lo siguiente en su audio:

«Ahora me vais a permitir dejar un mensaje extra a mi familia, si está escuchando. Esto no está preparado ni nada, así que veremos qué pasa. 

La cuestión es que me llega muchísima información, muchas veces, mucho tiempo, muchas personas… Hay una narrativa montada como a mi alrededor, en el que por todas estas características que hemos hablado y tal como que yo, en cierta manera, lo puedo llegar a entender, pues son personas que están absorbidas por un movimiento sectario y tienen la cabeza comida y es como su mecanismo de defensa. Pero a la vez me jode, porque hay esta narrativa súper instaurada en los miembros de mi familia que están dentro del Camino, en el que yo soy un demonio, toda la gente que está fuera es un demonio, pero yo soy un demonio peor, que soy una persona súper cruel, soy una persona que no he tenido nunca ningún tipo de interés de arreglar las cosas o llegar a un entendimiento, sino que solo he querido hacer muchísimo daño y tal. 

Síndrome de la maledicencia, una lacra del CNC

De hecho, hay ciertos miembros de mi familia, los que llevan más tiempo en el Camino, que tienen como vetado incluso pronunciar mi nombre como si fuera un poco Voldemort. Es un poco fuerte, pero bueno, al final a mí pues hay mucha gente del entorno que me acaba contando las cosas y que además se quedan un poco sorprendidos de que la historia no es tal como ellos la cuentan.

Entonces, yo quiero dejar aquí un mensaje; quiero contar para empezar una cosa que pasó la última vez que hubo un intento sincero de hacer una especie de arreglo de la situación para que yo pudiera sentirme suficientemente cómodo de mantener una relación relativamente normal con mis padres, concretamente, y es que sería, creo que fue 2017 o 2016, ya han pasado bastantes años. Fui a comer con una tía mía, que no está dentro del Camino, pero que sí que mantiene buena relación con sus hermanas que sí que están dentro. Y esta persona, que es una persona a la que le tengo muchísimo aprecio, muchísimo cariño, aunque no hablemos prácticamente nunca, porque en estos momentos que yo lo pasé tan mal, cuando salí del armario y todo todo el mundo estaba machacándome, continuamente y diciéndome lo horrible que era, o sea, imaginad tener 15 años, 16 años, estar en una casa en la que te han prohibido todo tipo de contacto social y en el que… (me emociono porque fue súper súper duro) lo único que tú recibías era lo horrible que eras, la persona tan asquerosamente dañina que era y que iba a ir al infierno, que preferirían que hubiera matado a alguien a que fuera quien era.

De pronto todo tu mundo, todo se va a la mierda, no puedes hacer nada y solo tienes un machaque psicológico continuo. Y al final no te queda hacer otra cosa que lo que yo hice, que fue coger la puerta y, bueno, supervivencia.

Resumen, que el malo soy yo.

Entonces, cuando tuve esta comida con mi tía,  me decía que se quejan de que “tú no intentas y además alguna vez que te han mandado Whatsapp no respondes los Whatsapp”… Yo le decía, “a ver, yo no tengo ningún problema”, porque me decía mi tía que “deberíais de hablar las cosas tranquilamente en un lugar neutral”, etcétera. Y yo le decía, a ver, yo siempre he querido hacer eso y no tengo ningún problema en hacer eso. Son ellos los que no quieren.

Pero es que desde el otro lado la narrativa que se da y que se dice todo el tiempo es que yo soy la persona horrible, yo soy la persona que no quiere saber nada de ellos. Yo soy lo peor, pero es que, por ejemplo, por poner otro ejemplo, cuando murió mi abuela está Semana Santa, un sábado Santo a las 22:00 H de la noche, la enterraron a las 12:00 H de la mañana, que me resultaba imposible llegar de Madrid. No habían pasado ni 24 H desde el fallecimiento.

Nunca han hecho nada, nunca me han dado la posibilidad de hablar, de intentar arreglar las cosas porque ellos no son capaces de tener siquiera una conversación, ni siquiera con su propio hijo, con alguien que no piense exactamente igual que ellos, no son capaces de aceptarlo ni de asumirlo.

Entonces yo le dije en este caso a mi tía, “a mí me parece estupendo”. Porque ella dijo “entonces me das permiso para que yo organice tal”. Mi tía, que vive en Sevilla, mis padres siguen en San Fernando,” pues nos vemos en Sevilla, un sitio neutral, habláis” y yo le dije “vale, si quieres organízalo, pero no van a querer, no lo van a aceptar”. Eso fue en 2016 o 2017 es 2023. ¿He podido hablar con ellos? No. Pero te dicen ellos ¿quién no quiere hablar, quién es la persona terrible, que es la persona malísima? Yo.

Luego me mandan un Whatsapp y se molestan porque no responda. Pero yo me niego a tener que asumir su punto de vista de la vida para poder tener una relación con ellos, si ellos quieren tener una relación conmigo, lo mínimo que pueden hacer es aceptar que soy quien soy, que tengo una pareja, estoy casado con un chico, que tengo mi vida y ser capaz de hablar de todas las cosas que pasaron y todas las cosas que ellos hicieron, no este tirar hacia adelante mientras a la vez están haciendo esta narrativa que me deja tan tan mal. Y soy consciente que me debería dar igual y generalmente me da igual, no es algo en lo que suelo pensar, pero ahora que llevo una hora hablando del Camino me acuerdo.

Y por la charlita también me han escrito personas de allí y creo que es bastante probable que este episodio lo escuchen, porque sé también que me tienen hecho un seguimiento en redes increíble, en Twitter, en Instagram y tal que intento que no me afecte y no me quiero poner un candado por evitar que mis padres lean sobre mí, pero a la vez me da un poco de coraje que de pronto a lo mejor pongo hoy “estoy malo” y a lo mejor me escriben algo y me preguntan porque lo han leído.

Entonces no voy a estar en plan tener mucho cuidado con lo que digo, porque lo van a saber y además como que todo lo terminan retorciendo y comentando y dejándome en muy mal lugar, que creo que es algo que no es justo, sobre todo cuando ni siquiera han tenido la decencia de aceptar una comunicación.

Entonces, cómo estoy bastante seguro de que este programa es probable que lo escuchen parte de esta gente que tiene esa visión tan horrible sobre mí para seguir teniéndola, pues me quería dar el gusto de comentar esto y que a ver quiénes son los malos y quiénes son los buenos, que entiendo perfectamente que aquí hay una situación de abuso psicológico, pero igualmente sois personas actuando de manera terrible con vuestro propio hijo.

Con vuestro otro hijo también, porque no quiero entrar ahí, pero tampoco os habéis portado nada bien con vuestro otro hijo porque le estáis haciendo caso a unas personas y…

Bueno, no sé si igual debería haber dejado la primera parte, como dice en mi congreso, porque no quería hacerlo personal y prefería hablar de los datos con objetividad. Pero también pienso que tiene cierto sentido ver que al final estas cosas y salir de allí te afecta y pasan los años y yo más o menos estoy bien. Intento mantenerme lo máximo que puedo al margen, pero estoy ahí recibiendo estos mensajes de esta gente y ayudando, que han pasado por cosas parecidas a mí, que a lo mejor no tienen la fortaleza de aguantar este machaque, esos mensajes que llegan, esos correos electrónicos, eso es de que te acusen de ser alguien horrible todo el tiempo, pero es lo que hay.

Os doy muchísimas gracias a las personas que me habéis escuchado porque como comentaba, para mí hablar es importante, en cierta manera también terapéutico. Creo que voy a subir el episodio así en bruto, sin música, sin nada y listo y también decir que así creo que se entienden mejor las cosas.

Un beso a todos y nos seguimos oyendo».

 

sábado, 29 de julio de 2023

Aniversario "di cazzo"

 

En el Camino se inculca a los neocatecumenales que no han sido llamados para ser beatos. No se estiman las novenas, las memorias de los santos, los rezos populares, las romerías ni demás muestras de religiosidad popular, así que no tiene nada de raro que al acercarse la fecha del aniversario de la muerte de la iniciadora de categoría superior Carmen Hernández sea necesario hacer cadenas para animar a todo el mundo a saltarse la norma y, por una vez, hacer una conmemoración a una finada.

Pero pese al esfuerzo realizado (tampoco tanto), la respuesta ha sido verdaderamente pobre. En la diócesis de Córdoba (España) sí se acordaron de ella…Y ya. Ni en la Domus Galilaeae ni e Puerto San Jorge ni allá donde el trío caducado esté de vacaciones han tenido ganas primero de conmemorar nada y luego de inmortalizarlo en alguna imagen, solo alguna que otra pequeña comunidad ha atendido, con la presteza y obediencia que de ellas se espera, al requisito recibido de quienes cargan sobre los demás los fardos que ellos no llevan.

En tales circunstancias la mejor imagen que he encontrado sobre el evento es la siguiente:

 


Ahí es nada, o el autor no domina la gramática española (lo que me hace pensar mal de los títulos en Teología que reparten algunas universidades) o ha escrito justo lo que le ha salido de dentro: que solo Carmen puede darle no sé qué.

Pues todo para ellos, que yo no quiero de lo que dé Carmen.


Quizá la burrada precedente sea debido a que la herejía es contagiosa. Lo digo porque alguien que sabe del asunto, un sacerdote italiano, no dudó en catalogar a Carmen de “pequeña hereje”:

«Y digo "pequeña" porque la herejía es cosa muy seria. A lo largo de la historia de la Iglesia, los grandes herejes fueron personalidades dotadas de un finísimo intelecto y de raros dones filosóficos, teológicos y especulativos. Carmen Hernández, en cambio, era una ignorante pobre y pomposa que mezclaba la emotividad pseudo-poética con una teología desastrosa de hazlo tú mismo, que en medio siglo ha causado un daño inmenso a un ejército de sujetos igualmente emotivos y frágiles que les han seguido a ella y a su coleguita Kiko Argüello el sensible. Por lo tanto, en llamarla hereje, como teólogo dogmático e historiador del dogma, tengo la obligación, por deber y honestidad intelectual, pedir perdón ante todo a mentes especulativas excelsas, como las de los grandes herejes del calibre de Arrio y Pelagio».

Y añade un poco más adelante:

«Al decir que un obispo no está obligado a abrir un proceso de beatificación, ya que no es en absoluto un acto debido, todo está dicho sobre algún alfil ordenado.

Muchos nos preguntamos -y nos preguntamos "en serio" por así decir -, cuáles podrán ser las "virtudes heroicas" de una mujer que ha hecho estragos en la doctrina católica, en la sagrada liturgia y en la historia de la Iglesia, que junto a Kiko Argüello dieron origen a un movimiento que en mi ensayo defino como pseudocatólico sin que hasta ahora nunca haya sido desmentido por ninguna de las Autoridades Eclesiásticas competentes».

Para concluir que:

«No es irreverente señalar para futura referencia a Carmen Hernández come la santa de mierda, porque no hay nada vulgar en esta expresión, al contrario todo es verdad, todo histórico y documentado. Numerosos testigos todavía están vivitos y coleando hoy, clérigos y laicos de diversas nacionalidades, que en numerosos ámbitos públicos la escucharon intercalar: “…Y mierda… y mierda” (cazzo en italiano, intercalado una y otra vez)».

 

jueves, 27 de julio de 2023

Testimonio en un simposio sobre sectas (y V)

 

«Pero normalmente los katekistas son los líderes y, por ejemplo, si usted se quiere casar, quieres cambiar de trabajo, quieres hacer cualquier movimiento en tu vida, siempre tienes que depender de lo que digan ellos. Tú estás como completamente anulado, como individuo. Mi madre, que lo tenía súper asumido, siempre decía “el que obedece no se equivoca” y esa es un poco la máxima que hay dentro. Haz caso al katekista, que tiene el Espíritu Santo, y Dios estará contento contigo, aunque tu no entiendas lo que te pide.

Kikotista: actúa como si tuviese al Espíritu Santo en su poder

 Esto es peligrosísimo, porque más allá de la parte de transmisión ideológica del movimiento, los katekistas son personas y puede haber personas terribles que se aprovechan de su posición y poder. Yo he recibido testimonios durísimo, que no voy a entrar en detalles porque no son personales míos y no son abiertos al público, pero hay gente que ha vivido realmente pesadillas durísimas porque les ha tocado katekistas que son básicamente abusadores. Y tú no puedes decir nada, porque todo el mundo piensa que ellos están en la verdad, sirva de ejemplo lo que contaba antes, da igual lo obvio que sea. 

  Y no solo no puedes decir nada, sino que todo tu entorno, porque todo gira en que todo tu entorno sea ellos, el Camino, tienen a estas personas como sus líderes absolutos y pueden desacreditarte en un segundo».

Mis kikotistas se dedicaban a poner etiquetas a la gente para facilitar a los demás la tarea de saber a quienes ellos habían declarado engañados por el demonio y quienes eran amigos. Que decir mal del prójimo no sea cristiano les trae sin cuidado, claro.

«Y luego hay otros aspectos, como que están en contra del divorcio, como toda la iglesia. Entonces, si tu pareja te maltrata, no hay nunca que denunciar, hay que perdonar, hay que poner la otra mejilla… He visto casos que se justifica, tipo “tienes que maquillarte más para gustarle a tu marido y no dejarte. Y por eso es por lo que te ha maltratado, claro, es que tú no te estabas cuidando y entonces no eras atractiva para tu marido”.

Esto sí me gustaría dejarlo claro. Estos casos concretos son personas gestionándolo según unos valores que han recibido, pero que yo sepa no hay una directriz clara que diga “si hay un caso de maltrato, la respuesta es que se maquille”, pero en la práctica, es lo que pasa».

Si hay un caso de maltrato, la directriz es que la mujer se sacrifique para salvar a su marido, a su familia, al país y al mundo entero: «Esa hermana cristiana, que está en casa, y el marido que es un violento, un orgulloso, y la maltrata; pero ella sabe que Dios le ha dado ese marido, porque quiere con ella salvar a Chile, y no solamente Chile, salvar el África. Y acepta por amor a Cristo, que llegue el marido y le diga “tú eres una imbécil, ya está esto sucio, siempre lo mismo, siempre lo mismo en esta casa”» (Kiko el sensible en un mitin a las comunidades de Chile).

«Cuando os encontréis una persona que está en el Camino que está intentando salir del Camino, me parece importante que tengamos en cuenta estas dinámicas, porque muchas veces, por lo menos en mi experiencia de los testimonios que recibo, son personas que han vivido este tipo de experiencias, de abuso, y por eso se han dado cuenta de lo que pasa, sobre todo si lleva muchísimos años ya caminando. Al final todo el Camino está ideado para crear comunidades de fanáticos.

Vamos a ver un poco las características del fanático.

Están secuestrados por un sistema de ideas, el Camino es lo que da sentido a su vida y su vida es el Camino. Hay una rigidez defensiva, un convencimiento que hace invencible, aunque se contradiga, salvo estas pequeñas brechas que pueden surgir cuando hay pasos muy fuertes. Por supuesto, tienen una naturaleza idealista, con eslóganes cargados de sentimientos como lo de ser elegidos por Dios, ser el nuevo pueblo prometido, tienen tendencia al proselitismo, aspiran a convertirte y que todos pensemos igual, de ahí que vayan por las casas a partir de cierto paso a evankikolizar. Puedes tener amigos externos, pero solo para que los metas, si no quieren entrar, tus katekistas te van a decir que no son buenas influencias y que los dejes de lado, como mecanismo de defensa porque es la escisión.

El mundo se divide en buenos y malos. Si te vas pueden llevarte por el mal camino, así que lo mejor es hacer el vacío, pero tú no haces el vacío, es la otra persona que ha decidido libremente irse por el camino de Satán y poner en peligro el regalo que le ha dado Dios eligiéndole para para participar. Muy interesante, pero tienen completamente asumido que no existe el bien fuera del Camino, ni siquiera dentro de la Iglesia católica, aunque sea un movimiento católico. Solo existe una manera de salvarse del infierno y es dentro del Camino, porque Dios te ha elegido».

De hecho, las críticas más feroces no suelen ser para los que dejan el Camino, a esos se los trata con condescendencia y pesar, como a pobres infelices engañados por el demonio; las críticas acervas son para la Iglesia jerárquica, para los obispos “endemoniados” y los curas “clericalistas” y perseguidores que no se dejan vencer por sus cantos de sirenas.

«Por supuesto, hay narcisismo, condescendencia o peor, intolerancia. En su mundo, ellos son los elegidos, son los buenos, son las personas más especiales del mundo y todo el mundo lo debe aceptar, no hay opción a otros sistemas de creencias. Si interaccionas con ellos, especialmente a nivel familiar, o aceptas su manera de ver el mundo o no te van a dejar relacionarte. Cuando digo aceptar me refiero a asumir su manera de ver el mundo mientras estés con ellos, puedes tener tu vida siempre y cuando nada de lo que digas afecte su visión o ataque su visión. Pero mientras, por su tendencia al proselitismo, todo el tiempo que estés ahí van a intentar captarte y convencerte de que la única forma que merece la pena vivir la vida es dentro del Camino».

En otras palabras, el Camino no es una democracia y no se puede discrepar de la doctrina kikil, o con ellos o contra ellos, no hay más. Y no dudan en recurrir a todo tipo de tretas para imponerse sobre el otro, que es Cristo, pero al que tratan como a un apestado.

«Entonces, para acabar, ¿cómo salir del Camino?

Para mí la clave para salir del Camino es contar con un sistema de apoyo, saber que no vas a estar solo, por eso en el Camino se preocupan tanto de que vayas aislándote y no te relaciones con el exterior, porque en el exterior tienen al demonio. No hay prohibiciones expresas, pero en la práctica, por ejemplo, si tienes que pedirle permiso a tu katekista para casarte y si tu pareja no es del Camino, pues la metes dentro o intentarán que la dejes; con los familiares igual, al final tiendes a quedarte en esa zona de confort rodeado de gente que piense como tú.

Cuando hablo con gente que ha salido, lo que más echan de menos es tener a alguien que esté para ellos. En el Camino, si te operan, por ejemplo, tendrás un montón de gente rezando por ti. Siempre habrá alguien que te haga un favor, que te haga un enchufe para un trabajo, que te preste dinero si lo necesitas, incluyendo del fondo del diezmo. Así que bajo mi experiencia lo más importante es que las personas estén rodeados, los afectos. De hecho, así laman a uno de los grandes pecados del Camino. Depender de personas que te quieran y es que si tienes afectos externos (porque con los compañeros de comunidad no hay problema) es más fácil que abras los ojos y veas cuál es tu situación, te pueden abrir los ojos. Puedes ver cosas que no te cuadren y sobre todo, alguien que te acompañe en este proceso tan fuerte de descubrir que de pronto todo lo que dabas por hecho era falso. En mi caso, al menos, tener amigos que estaban fuera me ayudó mucho a no perder nunca la perspectiva desde pequeñito.

Y no sé muy bien cómo salir del Camino y es algo que perjudica mucho y que hace también que esté hoy aquí en el podcast y en su momento en el encuentro. En los 16 años que llevo fuera, he recibido infinidad de correos, de mensajes, etcétera tanto de gente que quiere salir como de gente que tiene a sus seres queridos y no sabe qué puede hacer.

En el segundo caso siempre digo que estén ahí de fondo para cuando abran los ojos, porque forzarles es contraproducente, pero en el primero es bastante duro. Siempre voy por delante que al final yo no soy sicólogo y no tengo las herramientas, pero puedo escuchar. Una cosa bonita de haber ido a este encuentro es que he conocido a psicólogos y tal y el otro día me escribía uno de ellos para felicitarme por la charla y contarme que tenían un servicio que era gratuito y que trabajaba muchas veces con miembros del Camino. Me estuvo contando el tema de los suicidios y todo este drama.

Cuando escribí esto, no sabía cómo hacerlo porque no sabía tampoco qué profesionales podían ayudarle, etcétera. Y lo que sí entendía, es que tanto estas personas como yo necesitamos ser escuchados. Que todo lo que hemos vivido como si fuera normal, no tiene sentido, no es normal y que se pueda decir y que alguien independiente lo pueda corroborar porque además, especialmente si hablas públicamente, como en mi caso, los ataques son continuos y de todo tipo, algunas amenazas hasta divertidas tipo “Jesucristo va a ir a por ti y te va a asesinar” y cosas así, pero es bastante difícil hablar cuando tienes a toda una estructura tratando de silenciarte. Una estructura que además era tu mundo hasta el día anterior».

En mi experiencia, lo que más cuesta es recuperar a Dios, al verdadero Dios, y aceptar que el diosito tirano del Camino es imagen de Kiko y ni es dios ni salva ni nada.

«La gente que sale intenta sobrellevar su trauma y tirar p’alante y no hacer como yo que es estar aquí hablando de lo que pasó, que es algo que entiendo completamente, así que agradezco a todos, a los que habéis llegado hasta aquí y lo habéis escuchado y también espero que os sirva para tener un poco más de contexto cuando os encontráis a un catecúmeno».