«Alguno todavía piensa que quiere venir a la
comunidad para ser feliz y le fastidia terriblemente que en la comunidad no es
amado, que es un pecador, que el otro es insoportable; quisiera un grupo de
amigos, un club de gente bien, que nos
ayude a hacer nuestra vida aún más burguesa, más repelente. No, hermanos, esto
no es posible. Vosotros estáis en este camino porque Dios os está llamando verdaderamente
a hacer una misión muy importante en la tierra, porque el mundo sufre, porque
realmente existe la tiniebla en el mundo, la muerte y la gente que sufre.
Los de las comunidades más viejas que han ido durante
seis meses a predicar el evangelio por las casas pueden decir el sufrimiento
que han encontrado y ahora que estamos escuchando la redditio vemos cuantísima
gente estaba en el sufrimiento más tremendo.»
No puede
faltar el componente apocalíptico en cualquier rollo kikil, en este caso además
de generalizaciones infames lo adereza con la falsedad de llamar “predicar el
evangelio” a lo que no es sino un intento burdo de captación casa por casa.
«El Señor os está llamando aquí, hermanos, para
ayudarlos a salvar a la humanidad de la muerte, del sufrimiento, del pecado y
poner a los hombres en un camino, en una búsqueda de la dimensión que Dios ha
querido predisponer para la humanidad.
Por esto, en el mismo contexto se puede leer esta
última parábola de la higuera. Muchos pueden pensar: "Pero que me importa,
si se cierra la puerta, voy a la comunidad siguiente, siempre puedo escuchar la
Palabra de Dios": Si uno pregunta a la gente de bien que siempre ha estado
en la Iglesia, que ninguno reconoce no tener fe, la ha tenido siempre, qué le
parece este camino, dice: "Vengo a la comunidad para que me expliquen la
Palabra de Dios porque nunca me la han explicado".»
Empiezan
los cuentos del abuelo Cebolleta. No conozco a nadie “de Iglesia” que no haya
recibido catequesis y, por tanto, que no conozca las escrituras bastante mejor
que Kiko.
«No entiendo cómo se puede ser cristiano sin Palabra
de Dios. Si uno piensa que se puede estar aquí escuchando la Palabra de Dios tranquilamente,
le digo que esto no es posible.»
Desde luego
que no, porque lo único que se escuchan son kikadas, en las que Dios ni está ni se le
espera.
«Esta parábola no podía entenderse plenamente fuera
de un contexto catecumenal. El catecumenado en la Iglesia primitiva duraba 4
años. Aquí se dice que el señor lleva tres años yendo a buscar frutos de esta
higuera y durante estos tres años no los ha encontrado. Entonces le dice al
jardinero: "¡Cortarla!" El jardinero, leed el catequista (eso, el catequista, pero jamás leáis el
kikotista, que no tiene nada que ver), dice: "No, señor, espera un
poco más, déjalo un año más, déjala, yo araré la tierra, es decir, haré
catequesis, le haré escuchar la Palabra de Dios, le urgiré, le sacudiré, iré a
comer con él (es decir, a su costa),
le haré un escrutinio, le diré que es una mierda, que se va a condenar. Si
después de un año no encuentras fruto, lo cortas".
Es decir, hay un tiempo, no se puede estar aquí para
siempre; aquellos de vosotros que no paséis este escrutinio pasaréis un año en
otra comunidad para ayudaos de nuevo, pero si ese año no dais fruto, frutos de
vida eterna que demuestren que habéis puesto en práctica esta Palabra de Dios,
no podréis continuar.»
Unos
ineptos sin formación erigiéndose en jueces para disponer y decretar lo que son
frutos de vida eterna. Así va el cnc.
«Alguno podrá pensar que aunque no pasemos al
catecumenado, se estará bien en otra comunidad escuchando la Palabra de Dios
dos veces por semana. Esto no es verdad hermanos. Esto no es lo que digo yo; si
mi interpretación no os parece correcta, dad vosotros una más justa.
"¿Por qué tienes que explotar el suelo?
Talarla. Señor, déjalo por este año, darme tiempo para cavar..." Esta
parábola está en el contexto de la primera; que va inmediatamente después del relato
de la torre de Siloé, porque el Señor nos está llamando a conversión. El Señor
te ha dado un momento de conversión, por eso terminemos esta noche con esta
lectura que cierra esta celebración de la palabra que quería ser la voz del
amigo del Esposo que viene a despertarte y que es un poco fuerte, si quieres,
justo por esta razón: por qué viene el Esposo, se va a celebrar la boda y se cierra
la puerta, y tal vez algunos de vosotros no entrarán. No se bromea con
Jesucristo, no se bromea. ¿Cómo que no se bromea? No se bromea con Jesucristo.
Os lo puedo decir porque mi padre no es un cristiano
y sufre y su vida es una miseria. ¿Por qué esto? Cuidado, puede sucederte a ti,
que estás aquí bromeando, se cierra la puerta, o entras en crisis, te vas de
este camino y tu vida puede convertirse en una miseria, aferrado a 4 monedas y transformado
en un monstruo, intransigente con las enfermedades, con los niños, con el
marido, con el trabajo, con todo.»
Todo lo
cual sucede a quienes no se van del camino, más bien la cura empieza al dejar
el cnc.
«Mirad las estadísticas de los suicidios que se
producen cada día, de los drogadictos; ¿por qué nosotros no y ellos sí? Os
invito, hermanos, a tomar consciencia de la realidad que vivimos y a no venir
aquí sólo para escuchar hermosas palabras, a escuchar a un tipo que grita de
forma que vuestro corazón lata un poco más. Por tanto, hermanos, antes de esta
palabra, el Evangelio de Lucas dice: "Cuando veis una nube que sale del
poniente, enseguida decís: Lluvia viene; y así sucede. Y cuando sopla el viento
del sur, decís: Hará calor; y lo hace. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el
aspecto del cielo y de la tierra, ¿y cómo no distinguís este tiempo? ¿Y por qué
no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?", dice el Evangelio.
"Pues cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura arreglarte con
él por el camino, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al
alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí
hasta que hayas pagado la última moneda".
El Señor te quiere decir que la vida que te da es
como un tiempo en el que has sido atrapado en flagrante delito, te ha atrapado un
tipo al que estabas robando, te ha atrapado, lleno de odio, te ha encadenado y
te está llevando a la policía, te odia con todo su corazón porque le estabas
robando su dinero. Entonces, en este tiempo que pasa mientras llega la policía,
tírate por tierra, llora, haz lo que sea, para que te perdone por qué si llega
la policía te golpearán pero bien.»
Es decir, haz
teatro, miente, finge, engaña, simula, haz lo que sea para salirte con la tuya,
que es exactamente lo que tantos catecúmenos hacen para pasar la puerta que se
cierra.
«Estas son las palabras del Señor: "No saldrás
hasta que hayas pagado hasta el último céntimo". ¿Crees que la vida así? La
vida no es un juego que juegas tranquilamente. La vida es algo muy serio y
estoy hablando en nombre de este Dios duro, duro porque nos ama; porque tiene
amor es duro y también tremendamente misericordioso, tremendamente bueno, y una
prueba de su misericordia soy yo mismo que os estoy hablando.»
Que sea falso,
no le preocupa. Ya dejó antes claro que hay que hacer lo que sea para conseguir
lo que se quiere.
«¿Qué debo hacer? Humíllame, eso es lo que tengo
que hacer. Humillarte con tu adversario, pide perdón, cede, inclina tu cabeza
que es de hierro, delante de tu esposa, del esposo, de los hijos, en el trabajo,
delante de Dios mismo. Reconoce que Él tiene razón, tu vida no es ni fría ni
caliente, tu vida no vale nada, y pídele que te perdone. Verás como el Señor
lleno de misericordia por ti te da todo, porque quiere darte todo, pero no
puede darte nada si no le pides, y quien pide es el pobre, que reconoce que tiene
necesidad. Quien tiene el cuello de hierro no necesita nada; este es un pueblo de
dura cerviz, cuanto más les mando más blasfema, más se vuelve contra mí porque
no quiere convertirse. Vosotros no, porque el Señor os ha traído aquí porque
quiere convertiros, porque Él quiere hacerlo. Por esto yo soy el amigo del
novio que viene a gritaros: "¡Aquí viene el novio, convirtámonos!"
Nos ponemos en pie.
III Lectura: Lc. 12, 54 - 59; 13, 1-9 (leído por el
Presidente)»