Esta entrada el blog amigo italiano me ha gustado tanto que la he traducido.
Durante más de 50 años, Kiko ha enseñado a sus seguidores, con muchos ejemplos, lo necesario que es el pecado para descubrir el amor de Dios que "te ama como eres, te ama pecador y no quiere que cambies".
Sobre la base de la malvada doctrina kikiana del pecado, lo siguiente podría ser su plasmación en una sesión doméstica de “transmisión de la fe a los hijos”, entendiendo por fe las falsedades dogmáticas neocatecumenales.
Después de leerlo, me pregunto si alguien que no tenga la razón crucificada podría hablar así a sus hijos.
Las guitarras son casi imprescindibles para transmitir la fe en el Camino |
Los padres dirían a los hijos (comillas en la jerga kikianas):
"Hijo mío, tú eres diferente a todos los demás niños porque naciste en una familia cristiana [se refiere a una familia kikiana]", por eso es bueno y justo que "renuncies a jugar al fútbol con tus amigos el domingo por la mañana" porque en nuestra familia es el tiempo de “hacer los laudes”.
Recuerda que "fuera de aquí está el demonio", que "siempre te engaña", por eso es bueno que frecuentes única y exclusivamente amigos con padres neocatecumenales, o que como mucho te acerques a otros de fuera para "convencerlos de que vengan a las catequesis", por su salvación.
Cuando seas mayor, es muy bueno que te puedas casar con una "hija del Camino", porque solo con una de ellas podrás entenderte, hablar el mismo lenguaje, tener amigos comunes y, sobre todo, creer en las mismas cosas. Recuerda, somos un pueblo diferente a todas las naciones.
No te preocupes si ahora todo esto te parece un poco limitante, “ya entenderás más adelante que es una gracia, un privilegio tener una comunidad" en la que compartir el camino de fe con los hermanos, y lo agradecerás.
De hecho, es "una gracia vivir en una familia cristiana [kikiana neocatecumenal] y tener catequistas [kikotistas] que te guían en todo" y a los que siempre puedes acudir cuando tengas problemas. Para todo, incluso en la elección de colegio, por ejemplo, porque “están iluminados por el espíritu [los mantras que repiten como loros]” y siempre saben qué es lo correcto para ti y para todos.
Y si cometen un error -porque cometer errores es humano-, no tienes que preocuparte, porque "el Señor saca el bien del mal" y todo saldrá bien. Incluso si te prohibieran casarte con la chica que ames, porque ella no sea de los nuestros, y te dijeran que la dejes si no hace las catequesis [kikotesis: tostones enlatados de mantras que se repiten una y otra vez], no te preocupes, “el Señor te dará en matrimonio a la mujer que ha elegido para ti", una buena chica neocatecumenal, una de las nuestras.
Porque, ya sabes, "fuera está el demonio, que ronda como león rugiente". Pero si "haces bien el Camino", participarás en todos los encuentros en los que el "Señor siempre pasa", tendrás "fe adulta" y "podrás caminar sobre las aguas de la muerte".
Porque, hijo mío, el hombre está rodeado por un "círculo de muerte que le impide pasar al otro" y solo cuando hayas caminado los "siete pasos del descenso para sumergirte en las aguas de la muerte", podrás resurgir como un hombre nuevo [alienado por la kikotina].
Este camino es importante para todos, es importante para ti, porque "no podemos dejar de pecar", somos "hijos del diablo", el "diablo es nuestro padre" y nos engaña constantemente "obligándonos a pecar".
"El pecado es necesario para que puedas experimentar la misericordia", por eso, cuando se te presente la tentación y caigas en ella, recuerda que "el único que venció las tentaciones fue Jesucristo, los demás no podemos".
Pero no tienes que preocuparte por nada de esto, “porque el Señor te ama tal como eres, un pecador, y no quiere que cambies”.
De hecho, el Señor realmente ama al pecador, murió por los pecadores y si lo miras cuando caes en el pecado, como la serpiente levantada en el bastón de Moisés en el desierto, serás salvo.
Entonces, si quieres, puedes confesar, pero recuerda bien que "la salvación viene de creer en Jesucristo, en su amor, en su cruz. Esto es suficiente".
Recuerda: "no juzgues", porque "no eres mejor que nadie", "debes considerarte el último, el más pecador de todos". "Si aún no has cometido algunos pecados, es porque el Señor ha mantenido una mano sobre tu cabeza", pero si el Señor te quita esa mano, "eres capaz de las peores abominaciones", tal vez en una pelea con tu esposa "agarras el cuchillo y fluye la sangre...".
"Cuando hayas descubierto tu ser profundo, la naturaleza pecaminosa que te convierte en monstruo y te aprisiona en el círculo de muerte", no te preocupes, sabe que el Señor te ama tal como eres y "no debes hacer ningún esfuerzo por cambiar, porque esforzarte sería un moralismo y el Cristianismo no es un moralismo". "Todo se te dará gratis cuando llegue el espíritu y te transforme en un hombre nuevo". Porque no hay necesidad de ser "moralistas, perfeccionistas, legalistas y voluntariosos", nada de esfuerzo: "el cristiano es el que realiza la virtud sin esfuerzo". “Si tienes que esforzarte es señal de que no eres cristiano, de que confías en tus fuerzas”.
De ser así, yo te digo, "ve y peca, conoce el pecado, conoce de lo que eres capaz, conoce tu naturaleza profundamente corrupta y solo entonces podrás experimentar la misericordia, el ser amado". Y solo cuando te sientas amado podrás devolver lo que gratis has recibido. Pero debes "aceptar que eres un pecador, no seas exigente contigo mismo, porque el Señor te ama como eres, no quiere cambiarte, no hay que esforzarte ni hacer nada: la salvación es gratis".
La fe no viene de las obras, sino de creer en Jesucristo.
Por tanto, si crees en Jesucristo como su salvador, esto es suficiente. “La salvación es gratis, no tienes que hacer nada”. Solo tienes que "hacer bien el Camino", porque "el Señor pasa" y debes estar presente y atento cuando pase por ti.
Así descubrirás que Dios quiere darte "la vida eterna aquí, en esta tierra", porque "el hombre está hecho para la felicidad". No escuches a quienes te dicen que la felicidad total y eterna no es posible en esta tierra, porque el hombre está sujeto al sufrimiento. Si eres "un cristiano adulto", ya no sufrirás, bajo ningún concepto, porque "Jesucristo, en la cruz, ya ha sufrido por ti, para que tú ya no sufras y tengas felicidad".
Alienación: mecanismo para no sufrir |
Hijo mío, atesora estas enseñanzas que la iglesia, "a través de nuestros catequistas" nos ha impartido.
Si tienes algún problema, no vayas al sacerdote, sino siempre a los catequistas [kikotistas], porque están "iluminados por el Señor y hablan por el Espíritu Santo", confía en ellos y te iluminarán y te guiarán.
“Obedéceles en todo”, sobre todo cuando lo que te dicen “no tiene sentido para ti”, “crucifica tu razón” porque no es obediencia si solo haces las cosas que te parecen razonables: la obediencia consiste en hacer lo que "no entendemos, pero que ya entenderemos a su debido tiempo". Si haces todo esto y "haces el Camino, obtendrás la fe y la vida eterna aquí, en este mundo".