lunes, 30 de diciembre de 2024

Carmen en la muerte de su madre

 

En el inicio de curso de 1983,  Carmen cuenta cómo vivió la muerte de su madre, Clementa Barrera, casada con Antonio Hernández Villar, empresario millonario (no, ninguno de sus herederos renunció a su parte de la herencia).

Por supuesto no hace un panegírico de la difunta, sino que se centra en criticar a sus hermanos, pues no por estar de duelo iba a perder la ocasión de pretender estar en posesión de la interpretación correcta de las vidas, circunstancias y hechos de los demás, exponer sus errores ante todo el que quisiera escuchar y disponer lo que Dios quería de ellos.

Para empezar se queja de que nada más bajar del avión para acudir junto a su madre alguno de sus hermanos la hizo ¡rezar un rosario! Como si ella fuese una religiosa natural cualquiera:

«En un ambiente donde yo he intentado para rezar poder proclamar los salmos, y no rezar rosario tras rosario, que ya en el coche desde el aeropuerto recé un rosario con dos de mis hermanos».

Uno y no más, santo Tomás. ¿Qué historia es esa de rezar rosario tras rosario y hacer una corona mistérica? ¿Qué Benedicto XVI lo hacía? Otro religioso natural que menos mal que dimitió, porque de lo contrario tendría que haberse muerto.

Ya veis en qué ambiente se sumergió la pobre Carmen por salir de Roma para ir a despedirse de su madre moribunda, gente que no comprendía lo de embeberse en los salmos en lugar de rezar rosarios a la Madre de Dios.

De las letanías no comenta nada, pero hay que suponer que tampoco las apreciaba.

Aunque tan adversa experiencia le sirvió a Carmen para advertir lo siguiente:

«Los salmos no pueden entrar en las orejas de este mundo. No sabéis la maravilla que es que aquí se proclame este salmo y que podamos hablar con el Señor con este lenguaje, que es como si hablarais inglés con el pueblo. Los salmos y toda la Escritura es otra lengua, otra lengua que hay que aprender, que está dentro de la historia. Por eso, lo que estamos haciendo hoy en el mundo y en la Iglesia es una gran reconstrucción, que es poder empezar a escuchar a Dios. ¿Cómo va a existir si no habla? El primer contacto que uno tiene con otro es la relación de la palabra, y está el pueblo sin la palabra. Yo veía que era imposible proclamar los salmos, he hecho intentos grandiosos y nada. Gente culta e inculta, no se trata de cultura ni de no cultura, se trata de que es otra lengua».

Declaración de categoría superior donde las haya, entendiendo tal expresión como vanidad supina: hoy, en el mundo y en la Iglesia nadie escucha a Dios y, por tanto, nadie sabe que existe. Menos mal que llegaron Carmen y Kiko a hacer la reconstrucción a imagen y semejanza de su egolatría.

Y después de la sesión de auto alabanza, llega el momento de despotricar contra el otro, que es Cristo, y declarar endemoniados, que es praxis muy kika:

«Un hermano mío me dice por la noche, velando por la noche a mi madre allí muerta, que se quedó como una santa. He visto como Dios, deshaciendo nuestro cuerpo, hace con nosotros una pedagogía llevándonos a ser niños. Yo decía a mi madre el Credo y lo repetía como una niña de seis años, o sea, se llega a la inocencia. Y allí en medio de la noche llegué a proclamarles una palabra de la Resurrección, me dice este hermano mío: “Si la Resurrección es verdad es que cambiaría todo”. […] porque el problema en el mundo –les decía yo a mis hermanos-, el problema de la familia [de su familia] es el Mammona [el dios del dinero, siempre presente entre los neocatecumenales] que tenemos dentro: El haber servido al dinero, el haber servido a que nosotros somos el dios de la historia. […]  

Yo a un hermano mío que está con unos traumas psicológicos enormes le dije: “tú lo que tienes es un demonio así de grande con siete cabezas dentro, que te has creído que tú eres dios y como ves que se te escapan hasta los mismos negocios de la mano porque no los puedes dominar, pues estás retrocediendo y tal y cual. No tienes más que un demonio y lo que necesitas es un exorcismo de la Santa Madre Iglesia, más que de un gran psicólogo que no hace más que embutirte de píldoras, que hasta se marea de tantas píldoras que tiene en el cuerpo.

Os digo esto porque este es el problema que tienen, no solo las naciones sino nosotros aquí dentro. Con este poder satánico del dinero y del orgullo, que es el problema del hombre, esa voz que te dice: Tú eres dios, eres, eres, y nosotros no somos.

Yo le dije a mi hermano: Tú eres un pobre idiota que lo primero que tienes que hacer es arrodillarte ante el Señor y ver que no eres nada y reconocer tus pecados. Porque lo más difícil en el mundo es que reconozcan que tengan pecados, hasta su mujer dice: ¡Tu hermano es buenísimo!».

Hago un inciso porque en el CNC no se consiente que la esposa ose defender al marido o viceversa cuando un kikotista le está poniendo en la verdad. Eso de defender la unidad y la intimidad matrimonial es insoportable en el CNC y hay que extirparlo de raíz.

Así que a Carmen le falta tiempo para sacar a la luz los presuntos pecados de su hermano, es decir, para atentar contra su buen nombre… ¿Cómo era aquello de que quien llame idiota a un hermano es un asesino?

«¿Bueno de qué? Porque salude con afecto a los obreros y no sé qué y no sé cuánto. ¿Bueno? Tiene un orgullo como una catedral dentro. Porque aquí el pecado no es solo el sexo, precisamente uno de mis hermanos que ha tenido más follones con mujeres es el que entiende un poco de algo, porque los otros son en todos santísimos, se creen buenísimos. Todo el mundo es santísimo y está actuando para bien de la sociedad y no sé cuánto.

Y yo veo cómo … la religiosidad que tenía mi madre, no la tienen ya ni mis hermanos ni la nueva generación».

De modo que al final resulta que Carmen considera que cualquier tiempo pasado, cuando no existía el CNC, fue mejor.

En efecto, poco bueno hay que decir de un tiempo en el que quien se auto declara "catequista" se dedica a hablar mal en público de sus hermanos y contar sus pecados. ¿Qué clase de religiosidad puede haber en alguien así?

 

2 comentarios:

  1. Y este es ni más ni menos el modelo de relaciones familiares en el CNC. Muy sano.

    ResponderEliminar
  2. Me hubiera gustado ver a Carmen en un exorcismo. Ellos han sacado la moda de llevar al hermano hasta el abismo, y cuando el hermano no puede más, pues habla y dice verdades. Al decir verdades, ellos se sienten atacados, pero dicen que son perseguidos por Satanás que, anida en el hermano. Todo acaba con un hermano humillado y llamado poseído y loco. Ese es su recorrido: loco y poseído. Solo ellos están cuerdos y con Dios dentro. Es un escándalo que la Iglesia no les destruya los planes. Bergoglio no les salvó, sino Satanás, su padre, él si les protegió.

    ResponderEliminar

Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.