Segundo escrutinio (LXXVIII)

Sigue el escrutinio cuya primera parte se encuentra aquí.

«Kiko (pregunta a su esposa): ¿Crees que tu esposo ha hecho el camino? ¿Ha cambiado en algo?

M: Lo encuentro muy cambiado. Un cambio radical.»

Como la premisa de partida es que todo lo anterior al CNC era malísimo de la muerte porque sí, cualquier cambio ha ser buen síntoma.

«Kiko: Gracias, puedes sentarte. A ver: la comunidad; un momento, el responsable. ¿Ha hecho el camino?

R: Sí. Además, debo decir sobre él que es un hombre que todos conocemos; que quizás es el mejor componente de la comunidad por su temperamento.

Kiko: Un momento. No hay necesidad de panegíricos aquí. Lo que debes decir es un hecho concreto en el que has visto un signo cristiano.

R: Sí.

Kiko: Dime uno.

R: Creo que se enoja menos que antes.

Kiko: puedes sentarte. (Pregunta al presbítero) ¿Viste en él un comienzo de conversión?

P: Creo que sí. Hay una evolución en él y algunos signos claros.

Kiko: puedes sentarte. Brevemente, los que quieran decir algo.

F: Quería decir que siempre he admirado el hecho de que él ha sentido que no era aceptado por la comunidad y que siempre ha sido asiduo a las celebraciones.

Kiko: ¿Crees que fue su impresión o era cierto que la comunidad no lo aceptaba?

F: No creo que la comunidad no lo aceptara.

Kiko: Veamos un poco: os diré algo, a todos, importante. Si conocéis, cuando pregunto en el escrutinio, alguna situación de escándalo del hermano, tenéis la obligación de decirlo. Incluso ahora en la ordenación de presbíteros y diáconos, el obispo delante de todas las personas dice si era digno.»

Lo que no dice ni hace ningún obispo (¿o habrá obispos que sean kikos antes que obispos?) es animar a los presentes a largar públicamente chismes sobre los que van a ser ordenados.

«Pasar a ser catecúmenos es algo muy serio, es pasar a ser testigos de Jesucristo. Es muy grave que una persona se llame cristiana (el catecúmeno ya es un cristiano) y esté haciendo algo que escandalice y rompa todo el sentido del cuerpo de Cristo. Por ejemplo, si esclaviza a sus trabajadores y lleva una vida sexual completamente inmoral. Aquí en el catecumenado quien tiene una amiga debe dejarla, de lo contrario no puede pasar. Las relaciones prematrimoniales, que hasta ahora no hemos dicho nada, a partir de este momento hay que dejarlas, si queréis pasar, de lo contrario no podéis pasar.»

Obsérvese que el fin no es seguir a Cristo, sino “pasar”. Como si fuera un juego.

«Hay una serie de cosas que solo en este momento se empiezan a decir. Por ello estáis obligados a manifestarlo para poder ayudarlo. Normalmente no hay necesidad porque en toda comunidad todo sale a la luz tranquilamente.»

Para eso se calienta metacrilato durante cuatro o más años antes del segundo “escruticidio”: para que todo salga a la luz “tranquilamente”. Y todos lo sepan y todos chismorreen sobre lo que saben de los demás.

«Esta catequesis moral, que decían algunos sacerdotes que no dábamos, aparece en su momento, en su lugar, en el momento apropiado y consecuente. Bueno, veamos. Te diré algo, hermano: ¿Te interesa entrar al catecumenado?

Z: Sí.

Kiko: ¿Te has probado verdaderamente con el dinero?

Z: No lo sé.

Kiko: Si no lo sabes, es que no te has probado.

Z: No lo sé. Si he dado algo, estaba en plan de prueba o...

Kiko: Lo que dice el Señor es que te pruebes a ti mismo con los bienes para que calcules tus gastos, porque, sabiendo un poco más sobre ti, puedes saber...

Z: Algo sí he dado, pero es difícil decir si es suficiente...

Kiko: ¿Qué sucede, que el Espíritu te pide más y no quieres? ¿Te interesa este camino?

Z: Sí.

Kiko: ¿Por encima de la comunidad?

Z: Sí.

Kiko: ¿No te importaría pasar a otra comunidad?

Z: No. Pero no quiero ser una carga.

Kiko: No dejes entrar al demonio y ten cuidado con la soberbia. Aquí, en el camino, no se puede decir: "Bien por mí que no me pasan y me quedo en otra comunidad". Porque en la Iglesia primitiva existía la catequesis de la higuera, que no me he inventado yo, que dice: "Vamos a dejarla un año más, echarle abono y si no da fruto después de un año, se corta". De lo contrario, uno podría pasar toda su vida en el catecumenado, con una religión a su gusto, escuchando la Palabra y nada más. Toda la vida allí, escuchando la Palabra de Dios. Esto no estaba permitido en la Iglesia primitiva.»

Eso que no estaba permitido es lo que se hace en el camino: su katekumenado no acaba nunca.

«Estamos descubriendo un camino catecumenal. Somos de los primeros movimientos de la Iglesia que hoy están en esta línea de descubrir lo que realmente es un catecumenado.»

Se sabe que según su sensibilidad ningún padre de la Iglesia supo nada del Cristianismo, ni de liturgia, ni de arte sacro y no se diga de catecumenado hasta que llegó él. ¡Qué atrevida es la incultura!

«Queremos ayudarte a ti y a toda la comunidad. Hay comunidades enteras que vemos poco iluminadas y no las dejamos pasar. Si la comunidad no está madura, la dejamos un tiempo más para ayudarla a pasar. Veo que hay en ti un ídolo muy grande que es el afecto. Tienes una actitud afectiva por la que necesitas ser amado en una dimensión muy grande, y esto demuestra que el hecho de que los demás te amen es muy importante para ti. Odiar a los demás hasta el extremo de que te importe el amor de Dios por encima de los demás, es decir, que te encuentres con Jesucristo, esto es algo que me gustaría: que te encuentres en una situación en la que Jesucristo esté realmente. ¿Aceptas este camino, que Jesús vaya delante de ti con amor? ¿Y estarías dispuesto a dar un signo fuerte de dinero que exprese tu renuncia a estos afectos del mundo que nunca te podrán dar la vida eterna? Porque te pueden amar todos ahora y hacerte un monumento aquí y ser el jefe de la casa, amar mucho a tus hijos, y entonces te vienen una enfermedad que estás para morirte y no puedes pasar a la vida eterna.»

Que te quede claro: eso es lo que se vaticina a todo aquel que no se someta a los designios de gurú.

«El Señor no nos llama a que todos estemos muy tranquilos y en paz y que todos nos amen...»

¿No decía que todos eran hermanos, que todos se querían muchísimo, que se daba entre ellos el amor y la perfecta unidad? Pues ya se desdijo.

«El Señor nos llama a algo mucho más importante y en función de este algo más importante debe trabajar en nosotros. Porque una cosa que me sorprende es que en el fondo todavía estás ciego (hablo de ti y de todos los demás). No entendemos nada. Decimos: ¿Por qué Dios me permite esto? Tu suegra, los disgustos con tu mujer, tus hijos, la comunidad... ¡Pregúntatelo! Me atacas por delante, me acosas por detrás y al mismo tiempo tienes puesta sobre mí tu mano...  Yo no lo entiendo... Es ciencia tan alta que no te entiendo. Esto está escrito mucho tiempo antes de Jesucristo: se interroga sobre la propia historia. Nosotros lo único que queremos es paz: "¡No, tener yo problemas, no!". El Señor tendrá que enviar la espada y la división si quiere convertirnos, para hacernos descubrir algo.»

Así es el diosito del CNC: un amo cruel y déspota.

«Entonces, ¿estarías dispuesto a dar una señal de dinero que exprese que estás dispuesto a aceptar el camino que el Señor te muestra? ¿Incluso si es de peleas en casa?»

Echar a Dios la culpa de las peleas domésticas parece más propio de los hijos del demonio que de los hijos de la luz.

«Z: Sí.

Kiko: Puedes sentarte.»