«No sabían que la familia de Jesús son aquellos que han recibido su misma
naturaleza. Los cristianos que escuchan la palabra de Dios y la custodian son
los hermanos de Jesús. Hermanos porque tienen la misma naturaleza de Jesús,
porque han recibido el mismo Espíritu.
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Así son las historietas que cuentan algunos |
Nueva falsedad. Primero, la
persecución a los cristianos nada tuvo que ver con sus lazos familiares o
fraternales, sino con la negativa de los mismos a adorar al César como si fuese
un dios. Lo que no tiene nada que ver con la película kikótica.
Segundo, eso de que por
romper lazos familiares se está obedeciendo íntegramente el Evangelio sólo se
le ocurre a quien no ha entendido nada.
«Recordad, por ejemplo, los hechos del martirio de Perpetua y Felicidad,
que son dos mártires de la Iglesia relatados en las actas más serias que
existen, son auténticas. Eran una joven patricia romana y su esclava,
cristianas las dos. La joven patricia era hija de un senador romano; hay una
persecución contra los cristianos y imagínate la desgracia de esta familia
noble cuya hija desposada se ha hecho cristiana y el marido no. Dicen los
hechos que durante el proceso, los senadores que la han condenado la conocen
todos desde que era niña, han estado en su casa, era una chiquilla maravillosa,
educada, ninguno la quiere condenar, conocen a su padre, también senador, que
llora y le muestra a su hijo de seis meses: “¿Cómo puedes odiar a tu hijo?
¿Cómo eres capaz de dejarle sin su madre? No tienes que hacer más que decir que
no eres cristiana. En cuanto lo digas se acaba todo, nadie te quiere condenar”.
Odia a su padre, odia a su madre, odia a su hijo. ¡Hasta qué punto le odia!
Entendéis la frase, ¿verdad? ¡Qué disgusto está dando a su padre, qué disgusto
está dando a su marido, a su hijo!
Felicidad se confesó cristiana y fue condenada junto con su esclava, fueron
condenadas a los toros salvajes del circo. En el circo las dos fueron
corneadas, pero no murieron, después fueron sacrificadas».
Aquí hay otra metida de pata:
la joven patricia no era Felicidad, sino Perpetua.
«¡Qué ignominia! ¡Qué mostruosidad estas sectas heréticas que sugen! ¡Los
cristianos! ¡Qué horror! Cuantos jóvenes, cuantas chicas jóvenes entran en
un momento en el cristianismo odiando a la propia familia, porque su padre no
soporta el camino».
Más coherente es el oso que uno que reduce el Cristianismo a algo tan misérrimo como el camino.
«En la comunidad de Calabria se presentó el padre de una chica de 17 años porque no soportaba que su hija estuviese en la comunidad. Pensaba que así no iba a casarse, prefería que fuese a bailar a una discoteca. “¡Si te veo en la comunidad te mato! Con tanto odio haces enfermar a tu madre. !Cuanto dolor nos causas!”»
Será tradición calabresa el casar a la hija apenas superada la adolescencia, y ponerse de los nervios si la hijita no tiene prisa por contraer matrimonio con el primero que pase; como la tradición noruega de suicidar a sus rubias en alta mar...
Más coherente es el oso que uno que reduce el Cristianismo a algo tan misérrimo como el camino.
«En la comunidad de Calabria se presentó el padre de una chica de 17 años porque no soportaba que su hija estuviese en la comunidad. Pensaba que así no iba a casarse, prefería que fuese a bailar a una discoteca. “¡Si te veo en la comunidad te mato! Con tanto odio haces enfermar a tu madre. !Cuanto dolor nos causas!”»
Será tradición calabresa el casar a la hija apenas superada la adolescencia, y ponerse de los nervios si la hijita no tiene prisa por contraer matrimonio con el primero que pase; como la tradición noruega de suicidar a sus rubias en alta mar...
«Pero esto sólo es un aspecto. El hecho es que el hombre no puede vivir
rectamente el matrimonio. Dios ha creado el matrimonio, la familia, ha creado
la naturaleza maravillosa. Pero el pecado, sabéis, ha destruido esta realidad y
en Jesucristo esta realidad ha sido restaurada mucho más profundamente. ¡En
Jessucristo ha sido restaurada en plenitud! Por eso el anuncio del Evangelio
está salvando a tantas familias.
Yo he visto como Jesucristo me ha liberado de mis males. Yo quiero mucho a
mi familia, pero la quiero libremente, con un amor que viene de Jesucristo. No
estoy cegado por un amor neurótico hacia mi padre, para no ver que él es un
egoista. Y que mi madre no es una santa, mi madre es como todas las madres, que
hay mujeres mejores y mujeres peores, atadas al dinero, con sus sacrificios.
Espero que, por medio del Evangelio, seais verdaderamente liberados del cordón
umbilical, para haceros adultos, para poder venir a la comunidad aunque te
cueste, para poder decir la verdad, para ser liberado de la afectividad, para
poder verdaderamente educar a tu hijo libremente sin neurotizarlo (porque si tu
hijo no te ama como tu quieres, te destruye, y entonces no eres libre ante tu
hijo para educarlo libremente, con el amor de Jesucristo, porque solamente el
Espíritu Santo, el amor de Jesucristo, es lo que salva a tus hijos).
Lo que os hemos dicho es que este hombre, si no ha nacido de Jesucristo,
destruye a su mujer, porque “quien no está conmigo, está contra mí”.
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Esto debe ser amor bien aplicado |
Y como lo tienes que odiar por disposición kikil, te van a condicionar para que dejes de ser quien eras y te conviertas en una fotocopia de otro.
«El primer mito que el Cristianismo destruye es el falso concepto de
familia, cuando la familia es un mito tremendo, ¡cuando la familia es cómo una
religión!
¡Cuanta gente es capaz de robar por la familia, cuanta gente es capaz de
odiar a los demás por los hijos o porque pone toda su seguridad en el clan, en
la familia! Por un falso amor a los hijos, no ama a los demás».