Soy una mujer de 33 años, de un país latinoamericano. Mis padres ingresaron al CNC cuando yo tenía 10 años. Al ser la menor, fui quien más acompañó a mis padres desde el inicio. Al cumplir los 12 ingresé a mi propia comunidad (luego de hacer las respectivas catequesis). De los jóvenes que entraron conmigo (que eran alrededor de unos 15), solo quedamos unos 5 en nuestro primer año.
Llegué hasta el paso de la Tratition (si es que así
se escribe, ya no lo recuerdo) Para ese entonces yo tenía 20 años. En la
convivencia de este paso, nos unieron a otra comunidad anterior a la nuestra
para realizarlo. En dicha convivencia, sucedió lo que me daría en el futuro la
decisión de apartarme del cnc.
La noche del sábado, luego de la eucaristía, 4
amigos decidimos hacer un brindis por uno de ellos, que se iba la siguiente
semana al seminario (hoy ya es un cura RM). Estábamos en ese momento los
siguientes: A (Próximo seminarista), E (el hermano de A), O (el hermano de mi
mejor amiga de la comunidad) y yo. Estos chicos eran de mi misma edad, y habían
estado en el CNC desde los 10 años igual que yo, a excepción de A quien tenía 1
años más que el resto.
Para el brindis, compraron una botella de ron y E
sirvió a cada uno unos 3 milímetros de un vasito de shot (era brindis, no fiesta). Tomé dicha
cantidad. Perdí el conocimiento en menos de un minuto.
Hablar de esto, me causa un dolor diferente al que
me causaba hace 2 años. Gracias a Dios, a mi padre Dios, la herida emocional y psicológica
esta curada. Sin embargo, queda dentro de mí un dolor espiritual que se reaviva
cuando pienso en cuántas personas sufren o han sufrido lo que yo en el CNC.
Esa noche me drogaron.
Quien puso la droga (más adelante diré cómo lo sé)
fue E y fue él quien intentó abusar primero, el asunto es que calculó mal el
tiempo del efecto y cuando intentó abusarme yo desperté en un corto estado
semiconsciente y lo empujé e insulté con todas las fuerzas que sentía. Noté que
a 1 metro de nosotros estaba O y entones me arrastré a pedirle que me cuide (no
podía levantarme porque mis piernas no respondían) y balbuceando le dije que me
cuide como a su hermana. Él me dijo que eso haría.
Mi siguiente despertada fue mi vuelta a la
consciencia.
A las 6 de la mañana, desnuda y violada. Recuerdo
entender prontamente lo que me había sucedido, y recuerdo que no entendía como
no lo recordaba. Además tampoco recordaba en ese momento lo sucedido con E,
solo recordaba el bocado de ron. Pensé entonces en la posibilidad de haberme
emborrachado y que si lo que había hecho era fornicación. Me vestí y empecé a
caminar hacia el hotel (en efecto, me habían sacado del hotel de la convivencia).
Llegué a mi habitación (compartida con otra hermana de comunidad) y me di un
baño. Empecé a dudar de que yo lo haya hecho porque no recordaba la decisión de
hacerlo, no recordaba ningún momento previo de afecto o romance, y además yo no
tenía experiencia en ese sentido. Si nunca lo hice con mi enamorado de 3 años
(también del CNC y con quien ya no estaba en ese momento), como lo haría con
alguien así, en esos términos, sin ser mi pareja, en una convivencia, siendo un
amigo de toda la vida. Por Dios, nos conocimos cuando todos teníamos 10 años!!
Al salir del cuarto estaba O parado en el portal, esperándome.
Le pregunte qué había sucedido, si habíamos tenido relaciones y me dijo que sí
y añadió: Discúlpame, porque yo estaba
consciente y tú no.
Esta frase, en ese momento, no la entendí bien. Viéndolo
en retrospectiva, yo a los 20 años, con nula experiencia sexual y con la mente
tan inocente y cerrada al mundo, solo pensé 'si
me hizo esto... será porque quiere algo conmigo?'. Jamás vi su maldad, jamás.
Para mí él era alguien tan confiable como un hermano.
Diez años después, cuando recibí terapia psicológica
por este hecho ya que presenté un cuadro severo de depresión post traumática,
descubrí cómo esa frase había sido la declaración del abuso.
En ese momento mi violador me estaba diciendo: te
violé.
En menos de una semana, E me llamó a decir que
estaba enojado conmigo y que debía pedirle perdón, que yo le había causado
sufrimiento. No entendí de qué me hablaba y me dijo que yo le había insultado
esa noche. Yo seguía sin entender. Me dijo entonces que tenía unas fotos de mí
que yo no querría que nadie vea y me convenía que él me las entregue, le dije
entones que me las de, pero me puso la condición de que le pida perdón. Queriendo
yo saber que había sucedido esa noche, ya que nadie me daba detalles y no entendía
nada, nos encontramos antes de la eucaristía en un centro comercial
y me dio las fotos (no sin antes yo pedirle perdón).
Al ver las fotos tuve que contener mi deseo de
agredirlo. En ese momento recordé lo que él me había intentado hacer. Las fotos
me mostraban tirada en el suelo, boca abajo, inconsciente, con la blusa semi
alzada, luego arrastrándome hasta los pies de O.
No le dije nada a E, sentí mucho terror y vergüenza,
no me sentí a salvo y simplemente me fui. En la eucaristía a la que fui con mis
padres, como siempre, el me trató muy normal y hasta bromeó conmigo, como era
lo habitual.
Luego de estos sucesos pase 3 meses seriamente
confundida, solamente 1 hermana de comunidad legó a saber al inicio como
sucedieron las cosas porque le conté lo que recordaba... recuerdo que ella me
dijo que ellos habían abusado de mí y que debía aclararlo porque se habían
encargado de contarles a todos que yo había sido ocasión de pecado, que había
sido causa de fornicación y que ahora estaba como si nada. Esta hermana realmente,
fue la única que quiso ayudarme, protegerme, y que jamás dudo de mí. El resto
se olvidó de que me conocían desde niña, de que sabían quien era yo, todos
creyeron las patrañas principalmente contadas por E y simplemente pasaron el
chisme.
En algún punto de todo esto, mis catequistas se
enteraron. Tuve la mala suerte de que mi cabeza de catequista es el hombre más
machista e incuso violento que he conocido de cerca, y que la soltera del grupo
de catequistas era una mujer muy parca y machista también. Cuando hablaron conmigo
del tema yo se los conté como lo recordaba, nunca dije 'me violó' nunca dije
'me drogaron' ya que no recordaba nada ni sabía lo de la droga, pero basándose
en mi recuero, que es como le los cuento a ustedes (y como se lo conté a la hermana
que me quiso proteger)... no creen que era obvio que no estuve ahí? que nadie
me preguntó, que allí no estuvo ni mi mente ni mi corazón ni mi alma para
decidir?
Sin embargo, me mandaron a pedir perdón a O (si,
pedir perdón a mi violador) por ser ocasión de pecado para él... y créanlo, no
chisté.
Ese fue nuestro primer encuentro desde el abuso. Le
pedí perdón y él nunca pidió perdón. (Y aun años después ni a mí, ni a mis
padres, ni a la comunidad por dejar que se crean la mentira de E o por hacer él
que crean sus mentiras).
Debo señalar algo importante, en mi confusión, sufrí
el síndrome de Estocolmo (diagnosticado años después): El síndrome
de Estocolmo es una reacción psicológica en
la que la víctima de un secuestro, violación o retención en contra de su voluntad,
desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo,1 con
quien la ha secuestrado. Principalmente se debe a que malinterpretan la
ausencia de violencia contra su persona como un acto de humanidad por parte del
secuestrador.. De acuerdo con el psicólogo Nils Bejerot, el
Síndrome de Estocolmo es más común en personas que han sido víctimas de algún
tipo de abuso, tal es el caso de: rehenes, miembros de secta, abuso psicológico
en niños, prisioneros de guerra, prostitutas, prisioneros campos de
concentración, víctimas de incesto, y violencia doméstica.
Como yo no tuve recuerdo de violencia con O, más
bien el recuerdo de pedirme disculpas, fue muy sencillo el desarrollo de este síndrome
en mi mente. Se este modo, creí (o inconscientemente, elegí creer) que mi
violador O estaba enamorado de mí y yo de él, porque además ¿De qué otro modo
yo me hubiera acostado con él? Ese era mi razonamiento o más bien mi mecanismo
de defensa. No sabía para ese entones que me habían drogado, eso me enteré al
año después.
Es así como pase esos 3 meses queriendo enderezar
el árbol torcido, comunicándome con O e imaginándome que él me amaba y simplemente
no supo cómo decirlo. Todo paró cuando por un asunto de universidad solicité su
ayuda y él me dijo que no, que me deje de cosas, que no me amaba ni nada y que
parara todo. Y así fue.
Mi necesidad en ese momento ocurrió por un accidente
de tránsito que tuve, y gracias al shock del accidente (y a lo que O me dijo cuando
le pedí ayuda) salí del trance emocional en el que estaba. Recuerdo
llorar en los brazos de compañeros de universidad, ellos creyendo que por el
accidente, yo llorando por descubrir que mi vida había cambiado, que me habían destrozado
la identidad, que ya no era la misma persona, que me habían hecho cosas que no
pude impedir, controlar, ni saber, que en fin ahora solo me tocaba recoger
dignamente los pedazos que quedaran de mí y reiniciar.
Y supe que el CNC no era más para mí, que allí no podía
estar. Y le dije a Dios: Dios, si sigo ahí, te mato, te saco de mi vida, te
odiare hasta que muera y te olvidaré. Así que salí del CNC. El accidente fue un
sábado y esa fue la última eucaristía a la que asistí.
No volví a hablar con O. Sin embargo, 4 años
después supe que E (quien se había casado para ese entonces) estaba de novio de
una ex compañera de colegio (sí, casado y con novia). Al saber esto le conté
quien era él y ella lo dejó. Al poco
tiempo recibí amenazas vía una red social de parte de E, diciéndome que
yo estaba loca.
No volví a tener contacto con ninguno de los 2. De hecho,
el solo imaginar verlos me producía pánico, pero Dios es bueno y no lo permitió
hasta que yo no esté lista.
Mis padres siguen hasta hoy en día en CNC, el dolor que les causó todo esto fue muy
fuerte pero decidieron perdonar. Cuando supieron la verdad completa de mi boca,
es cuando me enteré de que me drogaron. Y fue así:
Un hermano de su comunidad (la de mis padres) necesitó los servicios informáticos de E (ya
que él daba estos servicios). E fue a la casa de dicho hermano, el cual se había
servido un vaso de Agua, tomó un bocado con E ya estando en su casa y al poco
tiempo no recordó más. Cuando despertó, había desaparecido un dinero que él tenía
guardado y E ya se había ido de casa. Este hermano despertó en su cama, al
parecer le dijeron que había hecho una siesta. Pero él curiosamente no
recordaba haber tenido sueño y haberse dirigido al cuarto, lo último que recordaba
era tomar un bocado de agua.
Para mis padres saber esto fue de alguna manera la
respuesta a qué paso conmigo ese día, porque no recordaba nada. Y así darnos
cuenta que E no solo era abusador, mentiroso y extorsionador, sino además
ladrón… y que seguía siendo querido por los hermanos, mientras que yo había
sido repudiada. Nadie, ninguno de la comunidad (a excepción de la hermana que
mencioné y de mi responsable mujer) me vieron con amor y trataron de ayudarme.
Nadie.
Pasaron los años y hoy en día E está separado de su
mujer, tiene 1 hijo y sigue en el CNC, mientras que O está casado y tiene 2
hijos, sigue en el CNC con su mujer.
Hace un año supimos que O un día salió de fiesta
con un amigo del CNC también casado, a un prostíbulo. Al amigo lo drogaron (por
lo que se supo, igual droga que a mí, pero mayor dosis) le robaron y estuvo en
coma durante semanas a punto de morir. O fue más asusto, no solo porque no tomo
tal vez el mismo trago sino porque al ir a retirar dinero del vehículo para
pagar (no sé si alcohol u otros servicios) quedo dormido en el auto, y al
despertar fue a casa de sus padres para bañarse y cambiarse de ropa y así
llegar a su casa como si nada. Su mujer estaba embarazada de la niña, el 2do hijo.
Hasta aquí mi historia de abuso en el CNC, lo que
puedo contarles de mí posterior a eso, son solo cosas buenas, regalos de Dios
que he tenido y tengo hasta hoy.
Al año siguiente de vivir todo esto, me enamoré de
un chico mundano (irónicamente, decía ser ateo en ese entonces) y desde el inicio
yo le conté todo. Dios sabe que si volví a ver el amor de Dios en mi vida, fue
gracias a la llegada de esta persona.
Recuerdo una noche llorar de felicidad y decirle a Dios ‘si hoy muero, gracias
por haberme mostrado la felicidad y el amor’, esa noche mi madre me abrazaba
tan fuerte y lloramos tanto juntas. Este chico no hizo nada espectacular, nada visiblemente
mágico ni místico, simplemente fue siempre honesto, recto, de buenas
intenciones, fue simplemente la persona buena que Dios puso en mi camino para
que yo vuelva a ser feliz y a sentirme viva.
Él era el, como Dios lo había hecho, por eso Dios
da a cada uno lo que necesita y no lo mismo a todos, no lo que cree el CNC que
debe ser, ni lo que los catequistas dicen, sino lo que él ve bien para ti.
Y así fue que después nos casamos. Tenemos ya 7
años de matrimonio y sigo agradeciendo a
Dios por él. (Por cierto, ya no es ateo, hoy reza conmigo todas las noches).
Con este relato he querido contar públicamente mi
experiencia para que QUIENES VIVAN O HAYAN VIVIDO ALGO SIMILAR, SALGAN…. Que
sepan que LA FELICIDAD EXISTE y viene de DIOS. Como me dijo un sacerdote (no
del CNC) alguna vez: DIOS NOS QUIERE ALEGRES.
Que esas ‘pruebas’ que Dios nos pone no son las
impuestas por los catequistas, que NO PIERDAN EL LIBRE ALBEDRIO, que NO MATEN
SU RAZON. Yo, por matarla, me cause más daño que la violación misma, ya que lo más
duro de superar, dentro de mi terapia sociológica (SÍ, DIOS USA A LOS SICOLOGOS
PARA AYUDARNOS, AL IGUAL QUE A UN MEDICO O UN SIQUIATRA O UN MASAJISTA, no satanicen
las profesiones) fue el dolor de la traición, la complicidad y la humillación.
Pero comprendí que O nunca me tuvo finalmente, que
mi alma, mientras todo eso ocurría, estaba en los brazos de Dios. Que Dios vio
la injusticia y Él mismo me preservó, porque luego de todo eso no permitió que
yo dañe mi vida ni la de nadie, al contrario me dio un compañero de vida bueno
y ha puesto siempre en mi camino, amigos y personas que me han ayudado.
Así que SAQUENSE DE LA CABEZA eso de que AFUERA NO
HAY NADA.
Saben lo que pueden encontrar fuera del CNC?
Honestidad, amor, respeto, igualdad, certezas,
fuerza, amistad, compasión e incluso más fe en Dios.
Y para que se asombren aún más: mi terapeuta fue
por quien yo recobré la comunicación más íntima con la Iglesia… gracias a
ella yo volví a buscar los sacramentos,
no solo por la terapia en sí, sino porque Dios, REPITO, Dios me puso en el
camino a ella, una mujer que me atendió sin cobrar y que en mi libertad y solo
cuando yo se lo pedí, me dio un consejo espiritual… y este fue: si quieres anda
a la iglesia y pregúntale a Dios qué quiere para ti.
Me encanta la simplicidad de ese consejo, me
encanta porque no anula jamás la consciencia ni la libre e íntima relación que
debe cuidarse entre seres humanos y Dios. Me encanta porque me mostró una
puerta real, nada místico, nada pomposo ni difícil, no me la abrió ni me empujo
a pasar por ella, solo me dijo que había una, que vaya si yo quería…
Ella sabía que del resto ya se ocuparía Dios.
Esos son los que realmente anuncian a Dios.
Hace 1 año, a 1 semana de que me den el alta en mi
terapia (SÍ, DIOS HACE LAS COSAS A SU TIEMPO), a los pocos minutos de decirle a
Dios (literal): Gracias por todo Dios,
estoy lista para lo que se venga, me topé frente a frente con O, en una
convención laboral.
Vi su incomodidad en su mirada, que no pudo sostener. Yo lo
vi y no sentí absolutamente nada, era como ver al amigo del primo del cuñado
del vecino del desconocido.
Salí de esa convención y agradecí a Dios por su
respuesta: SÍ, YO ESTABA LISTA, ESTABA CURADA.
Si este
testimonio salva a uno que se identifique con mi historia, es bastante.
Gracias por
leerme,
ME