Quién comulga antes que los sacerdotes

 

La pandemia ha traído consigo una proliferación de copitas en las ceremonias neocatecumenales. Ya hubo una entrada en la que se mostró una de tales ceremonias asamblearias en la que sobre la mesa multiusos, que no altar, descansaban bandejas rebosantes de copichuelas, más propias de un coctel social que de una celebración cristiana (ver aquí).

Pues esta entrada trae pruebas de más abusos litúrgicos también a cargo de los últimos y los peores del universo.

Sucedió con ocasión de la conmemoración del trigésimo aniversario de un seminario R.M. y sucedió en presencia del señor obispo que acudió a la misa, es decir, a la euka celebrativa del aniversario que tuvo lugar en 2021. Por si alguien tiene interés, el vídeo completo es este.

 

Puede observarse en las imágenes que había varias patenas y también varios pequeños cálices -veintiuno: el ornamentado para el presidente y otros veinte detrás del candelabro fuera de lugar-, claramente insuficientes para todos los presentes. De hecho, llegado el momento de la comunión, todos comulgan con pan -gordo, por supuesto, como gusta en el CNC-, pero solo los elegidos lo hacen además con vino consagrado.

Un detalle que merece la pena resaltar es que mientras se reparte el Cuerpo de Cristo el obispo presidente permanece en pie. Todos los demás se levantan para recibir el pan consagrado y en cuanto lo tienen en las manos se repantigan en el banco o en la silla de metacrilato, según les toque; no así el obispo, que permanece en pie, signo de adoración, tanto durante el reparto como mientras comulga y solo se sienta después. 

El obispo, el único que permanece en pie con el Cuerpo de Cristo en las manos

La comunión también la hace en pie

Y solo después se sienta

Improcedente que todos los demás se sienten cuando el obispo está de pie y no ha dado permiso para que la asamblea se siente. Pero la escena más impresentable viene a continuación.

El presidente vuelve a levantarse para comulgar con la Sangre de Cristo; de hecho se levanta desde el momento en que ve de lejos al acólito, sin esperar a tenerlo justo delante. 

Y tras la comunión del obispo se produce una marea de sacerdotes elegidos que se encaminan hacia los otros veinte cálices preparados sobre la mesa -o quizá altar, aunque en el CNC jamás le hacen ascos a una mesa-. Es entonces cuando dos de los acólitos -que no beben de ninguno de los cálices, como puede comprobarse en el vídeo- se encaminan con tres copitas hacia unos laicos sentados en primera fila, porque hay últimos y peores a quienes les va lo de sentase en primera fila. Los demás sacerdotes elegidos todavía están haciendo cola para comulgar de alguno de los cálices, pero por delante de ellos, por delante de la comunión de los sacerdotes elegidos para la ocasión, los acólitos dan la comunión a cuatro seglares, digo a cuatro kikotistas responsables de la región donde está ubicado el R.M.

 

Es que hay categorías y categorías superiores. Y ya se sabe que en el CNC los kikotistas están por encima de los presbis.