Tostón de inicio de curso 2023-24 (X)

 

 

Cuando vuelven a juntarse, pasadas las dos horas decretadas para escrutar conforme a las instrucciones de Kiko, este considera que es el momento adecuado para kikirikantar un kikirikanto nuevo.

A continuación, en lo que según el mamotreto es la penitencial, lo que acontece es que Mario se pone a contar batallitas.

Primero cuenta que por la mañana ha tenido la mala pata de caerse dos veces en la ducha y que se ha roto algo por dentro… Para mí era el momento oportuno para plantearse qué habría querido decirle el Señor con ese acontecimiento, pero Mario lo único que se plantea que es tiene un rollo preparado desde el año pasado y que no está dispuesto a perder la ocasión de leerlo, pero no en ese instante, ahora solo está advirtiendo a la audiencia de que al día siguiente, si Dios no lo impide, soltará el rollo que, dice, trata de «la nueva época que el Papa Francisco anunció a los cardenales hace años: "Hemos entrado no en una época nueva, sino en una nueva época que va a cambiarlo todo"».

Por supuesto la credibilidad de la “cita” es cuestionable y dudosa. Y, en todo caso, si el Papa habló a los cardenales de una época nueva dudo que fuese para pintarla con los rasgos tremebundos, tétricos y pésimos que menciona Mario:

«Una nueva época en la que han aparecido muchos engaños del demonio, es decir, el demonio está como desatado para engañar a los hombres. Hablaremos de esta lucha, de esta batalla, a la luz del libro del Apocalipsis porque precisamente el libro del Apocalipsis fue escrito para apoyar a las comunidades cristianas en un mundo de persecución, que puede ser sangrienta, puede ser de muchos tipos».

En fin, estaba bajo el efecto de analgésicos fuertes, quizá por eso lo siguiente es un ejercicio de idolatría impropio de un auténtico sacerdote católico. Sucede así, para hacer pasar sus batallitas por una homilía hace una mención al Evangelio que se ha proclamado justo antes de cederle la palabra, Evangelio (Jn 1, 47-51) en el que Felipe lleva a Natanael ante Jesús, quien alaba su honestidad, y cuando Natanael se maravilla de que Jesús lo conozca y reconozca con una simple mirada, Jesús profetiza lo siguiente: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»  Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Pues bien, Mario asegura:

«Esto también es para nosotros, porque el Señor dice de todos, especialmente de los grandes profetas, pero también de todos: "Antes de que nacieras te vi, te conocí".

Entonces Jesús dice: “¿Os sorprende que os haya dicho que os conocía? Veréis cosas mucho mayores, veréis a los ángeles del cielo descender y ascender”. Nosotros que hemos sido llamados al Camino ya hemos visto cosas aún mayores».

Que antes de que nacieras te conocí se refiera a todos, todos y todos es mucho pretender; también hay versículos en la Biblia donde se dice “Os lo aseguro, no os conozco”… ¿También el desconocimiento aplicaría a todos, todos y todos? Pues eso.

Pero con ser malo que un presbikiko no conozca la interpretación correcta de la Palabra, es peor cuando asegura que lo que lo que los discípulos de Jesús viesen estando con Él es poco comparado con lo que los discípulos kikiles han visto en la comunidad.

¿Qué Jesús asegura a sus amigos que verán el cielo abierto? Pues Mario no va a consentir que el CNC sea menos:

«Ver los cielos abiertos: lo que hizo el Señor al llamarnos al Camino, nos abrió los cielos».

Y le trae sin cuidado que sea peor que falso, idolátrico.

Lo siguiente es una arenga para persuadir a los peores y los últimos de que su misión es combatir lo que Mario les diga, siempre con el argumento de que así combaten al demonio:

«Nuestro verdadero enemigo es el demonio que luego se encarna en personas, en ideas, en cultura, en filosofía, en política, en economía, y nos mantiene a todos esclavos bajo su poder. Como decía muchas veces Carmen, nuestra vida está inmersa en un misterio que nos sobrepasa. Aquí vivimos más o menos tranquilos, pero estamos llamados a vivir una vida que nos lleve a la vida eterna, en la eternidad que ya comienza ahora. Y si nos hemos convertido en templo del Espíritu Santo, es claro que el demonio nos combate y nos persigue».

Que no sean templo del Espíritu Santo da igual, van a ser impelidos a combatir personas, ideas, cultura, filosofía, política o economía según el mundano parecer de los jefazos.

Y para que entiendan la urgencia, una dosis de ceguera voluntaria:

«Cualquier cosa puede suceder [en el año entrante]. En estos años no sé si os habéis dado cuenta de cuántos terremotos, cuántos volcanes, cuántas inundaciones ha habido, y gente que se queda sin nada, sin casa: “Lo he perdido todo”. Sobre la tormenta de granizo en Milán los periódicos escribieron: "El apocalipsis, ha llegado el apocalipsis" y podría llegar en cualquier momento».

Es que en el CNC está prohibido mencionar el cambio climático, aunque sus efectos sean evidentes. Para tu información, Mario, esos desastres ecológicos son consecuencia del cambio climático que os empeñáis en negar.

Para terminar, Mario agrega otra dosis de kikología para recordar a la audiencia que todos los males vienen de Dios (eso dice el kikismo) y que el sometimiento a los kikotistas no acaba nunca, por más que según las disposiciones del Papa todos ellos estén caducadísimos:

«Todos tenemos que pasar ya sea por la vejez o por la enfermedad o por los problemas con el marido, con los hijos, con la esposa. Pero es importante que no los interpretemos como dice el acusador, el demonio, que nos hace murmurar, nos hace rebelarnos, sino que las veamos con los ojos de Dios, de la fe, es decir, que son gracias, ¡gracias!

El Señor nos dará martillazos, pero no tengamos miedo, porque esto es parte de la iniciación cristiana, incluso cuando el camino ha terminado, incluso después del matrimonio espiritual. Dice el Papa Benedicto XVI en el Año de la Fe: "La fe es un camino que termina con la muerte"».