Tostón de inicio de curso 2023-24 (IX)

 

Lo siguiente que toca es la “invitación” a escrutar la Escritura, en concreto, a escrutar el versículo que Kiko diga, no sea que alguien se piense que se trata de hablar con Dios de forma espontánea.  Y para animar a escrutar a Kiko se le ocurre soltar unas cuantas trolas... o quizá sean errores fruto de su desconocimiento.

Empieza con:

«esta forma de oración con la Escritura es algo muy importante y absolutamente necesario para un cristiano».

Para tu información, Kiko. En la Iglesia primitiva casi todos los cristianos eran analfabetos y no estaba a su alcance escrutar la Escritura. E incluso alguno que supiera leer y escribir no podría hacerlo porque los libros, rollos más bien, eran escasos y no había cienes y cienes de copias para que cada uno tuviese la suya en su casa.

Quizá para Kiko los primeros cristianos eran menos cristianos por no practicar “esta forma de oración con la Escritura”, pero sucede que la civilización occidental surgió de la sangre de muchos de ellos. Sin haber escrutado en su vida.

Por si la “absoluta necesidad” no es razón suficiente para que los congregados escruten durante un par de horitas de nada, Kiko recurre al comodín del misterio escondido:

«Dios nos está confiando una misión que el Señor va revelando poco a poco».

¡Y tan poco a poco! Más de cincuenta años y todavía no tienen ni idea de qué misión es esa. Peor todavía, el que no obedezca y no escrute cuando dice Kiko, como dice Kiko y lo que dice Kiko se va a quedar otros cincuenta años sin saber qué misión es.

Siguiente mentira:

«Orar con las Escrituras es algo estupendo ya que las Escrituras estuvieron cerradas casi hasta el Concilio Vaticano Segundo».

Para tu información, Kiko, ¿qué te crees que leían y estudiaban los monjes y monjas a lo largo de los siglos? ¿De qué fuente nacen los escritos de los Padres de la Iglesia?

Las Escrituras nunca han estado cerradas ni escondidas ni prohibidas, otra cosa es que en otras época no hubiese tanta posibilidad de adquirir libros como hoy.

A continuación viene un ninguneo al Nuevo Testamento, lo que implica el ninguneo a la Nueva Alianza que sustituyó a la antigua, ya caducada:

«No hay trabajo más excelente que escrutar las Escrituras. Dios se complace con el amor a la ley, con el amor a la Torá. En lugar de pasar nuestro tiempo libre con distracciones que no nos aportan nada, podemos dedicarlo a escrutar en las Escrituras y encontrar verdadero alimento, reposo en lo más profundo de nuestro corazón».

O en lugar de pasar el rato con escrutes que no aportan nada podrían ponerse al servicio del párroco y de la parroquia, que seguro que les aprovechaba más.

Y a continuación, como si la audiencia fuese de jovencitos ignorantes, Kiko les explica cómo quiere él que escruten, no sea que las oraciones se queden pegadas a las paredes:

«Sabemos que debemos acercarnos a las Escrituras en un ambiente de oración, necesitamos un ambiente de humildad y oración. Por esto durante el tiempo en el que escrutemos la Escritura debes rezar cada veinte minutos. Se comienza rezando, en pie, erguidos, pidiéndole al Señor que te ayude interiormente y que te permita acercarte con un corazón puro porque Dios hablará contigo a través de las Escrituras. Luego, mientras escrutas la Palabra, de nuevo interrumpes -cada quince o veinte minutos- para que sea un flujo constante de palabra y diálogo con el Señor, al que respondes con una oración. Es así un ambiente religioso, muy sagrado, donde la nube de la Shekina de Dios desciende sobre este pueblo que está inmerso del todo en la Sagrada Escritura, en su Palabra».

Es que si no mete algún ritual magikiko podría parecer que hacen lo mismo que los curas clericalistas o los obispos llenos de demonios, y eso sí que no.

Yo recuerdo cuando iba a esas reuniones, una sala muy grande en la que nos desperdigábamos para escrutar y cada cierto tiempo alguno de los presentes se levantaba, cerraba los ojos, alzaba las manos y… Y nada, ni le cambiaba el rictus del rostro ni le iluminaba una luz desde arriba ni flotaba en el aire el aroma de la santidad. Es lo que pasa con los kiko-ritos, que no funcionan.

Pero con Kiko se cumple lo de “antes muerto que sencillo”, de modo que si no funciona, se le echa la culpa al neocatecúmeno:

«Si la Escritura no te dice nada te pones en pie y dices: “Señor, ¿por qué tienes que hablar conmigo si yo no pienso en ti para nada? Tienes razón, ¿por qué tienes que hablar conmigo que no siento nada, que no quiero estar aquí ni leer la Escritura ni nada?”. ¡Detente y humíllate! Como siempre os he dicho, este Libro tiene siete sellos y sólo un Cordero degollado puede abrirlos».

Ya solo falta usurpar el lugar de Cristo… pues a ello:

«Nosotros los cristianos somos corderos degollados, debemos ofrecer el cuello para ser degollados».

Es que los neocatecúmenos pueden ser degollados cienes y cienes de veces, no como Cristo, que se entregó una sola vez y para siempre.

Pero la cosa no acaba ahí y lo siguiente adquiere un tinte perverso:

«Sólo el Cordero degollado vence a la Bestia que tiene garras de oso y boca de león, el Cordero degollado. ¿Tienes que aprender a poner el cuello para que tu marido te lo corte con su violencia, con su palabra? Sí, si quieres ser cristiano. ¿O consideras que el Cristianismo es un absurdo? A vosotros la verdad os ha sido revelada en Cristo crucificado: has renegado de ella, la has expulsado de ti. ¿No la queremos? Atención, tendremos que dar cuenta a Dios de las cosas que nos ha dado y nos ha dicho».

Quien se deja avasallar por la violencia del marido no vence a bestia alguna, ni es más cristiano por ello. De la misma forma que han caído del guindo y han aceptado que un adicto al sexo no se cura con la comunidad ni con el trípode y tiene que ponerse en manos de expertos, también un marido violento necesita tratamiento, no que los demás se le sometan.

El sometimiento no cura nada ni salva a nadie. Lo que obtiene el sometimiento es la destrucción de los hijos y también de los esposos… A veces me pregunto si es eso lo que Kiko quiere.

A continuación, no contento con la bestialidad anterior, Kiko hace ver que la humanidad no ha sido salvada por Cristo. Por si no lo sabíais, ese trabajito ha sido subcontratado al CNC:

«Conviene que hoy tú dejes entrar a Cristo en tu casa. “Déjame entrar en ti, porque yo y tú juntos podemos salvar a la humanidad”. Un Padre decía: “Convertíos hoy y el mundo será redimido”, convertíos vosotros hoy y el mundo entero será redimido. De ti, de tu conversión, depende la redención del mundo».

¡Apañado estaría el mundo si no fuese mentira!