Inicio de curso 2024-25 (I)

 

Me cuesta lo de los rollos de temporada de Kiko, y cada vez más.

Lo he ido retrasando por puro hastío, pero algo se comentará en esta y en próximas entradas. A ver qué sale.

¡Que llega, que llega!

Como de costumbre la cosa empieza con que a los jefazos supremos se les antoja hacer ir a la gente el jueves, pero como es sabido la audiencia con los sumos líderes no empieza hasta el día siguiente.

En la versión italiana también el viernes se hicieron esperar, lo que en realidad es una constante del CNC: la impuntualidad es marca de la casa. Solo que a veces se pasan tanto de retraso que tuvieron que improvisar que uno de los presbis bien adiestraditos entretuviese a la audiencia asamblea mientras llegaba el triunvirato.

Ezequiel no es precisamente un portento de gracejo y para colmo la inspiración no le acompañó, su discurso fue un rollo de loas al gueto, aunque de vez en cuando se le escapaba el reconocimiento de los problemas internos que padecen.

Empezó con lo usual: cuantas reuniones han hecho en los últimos meses (debe ser que él va a todas). El matiz es que este año no solo han dedicado septiembre a reuniones específicas para los seminaristas y los presbis, sino que también les han dedicado la Pascua. En otro tiempo, la Pascua era el momento de pagar a los obispos cargados de demonios un viajecito a la domus Galilea. Puede ser que ya no queden obispos endemoniados, que los obispos ya no hagan caso a las llamadas kikiles o que las arcas no den para más y se conformen con reunir a audiencias menos delicadas en cuanto al alojamiento, las viandas y los rollos a los que son sometidas.

Solo de pasada menciona Ezequiel que hay muchos problemas con muchos presbis, pero se sobreentiende. Unos están desmotivados, otros han descubierto que esa no es su vocación, otros lo supieron siempre pero era la forma de escapar de su país natal, otros se han ennoviado, otros padecen dependencias varias…

Total, en lugar de afrontar los problemas los jefazos recurren a las kikadas de rigor: se les paga viajecito y alojamiento y se les junta en la domus Galilea o en Puerto San Jorge y se les arenga acerca de lo que diosito dispone para ellos, después de consultar la bola de cristal, claro. Y de paso reparten a los seminaristas como quien reparte cromos, sin resolver los problemas que hay en los R.M. a los que son enviados los chicos.

El único problema en el que Ezequiel se detiene un poco es el de la pésima preparación de los presbis R.M. Por supuesto no lo menciona así, pero se sobreentiende dado el nuevo invento, denominado con pomposidad y petulancia kikil “universidad itinerante”.

«Tuvimos otra convivencia con los profesores de la universidad itinerante. Sabéis que muchos seminarios no tienen la posibilidad de estudiar cerca del seminario. Por eso Kiko pensó desde el principio en la posibilidad de asistir y ayudar a estos seminarios ofreciéndoles una universidad itinerante, con el servicio de hermanos, presbíteros y laicos, que van a dar cursos de filosofía y de teología, preparándolos para el ministerio. Estos profesores, son casi trescientos, dispuestos a prestar este servicio, a menudo gratuitamente, pagándose los viajes, contentos, aunque a veces hay situaciones difíciles, con seminarios pequeños, donde no se da la gratificación de grandes asambleas o clases grandes. Están dispuestos a dar la propia vida.

Estuvieron presentes casi ciento cincuenta profesores itinerantes [Quizá los demás hayan cursado baja de facto. Es típico: hermanos que dejan la comunidad pero que siguen estando en la lista de miembros] y ésta también fue una bella experiencia. Kiko nos dio dos palabras espléndidas sobre la itinerancia y la universidad itinerante, sobre cómo también esta universidad itinerante puede convertirse hoy en un verdadero carisma del Camino».

A ver si se aclaran alguna vez. Un itinerario no tiene carismas, porque los carismas los tienen los miembros y un itinerario no tiene miembros, no es una asociación.

En cualquier caso, poner profesores de refuerzo porque de lo contrario no aprueba ni el gato no es un carisma.

Ezequiel también comenta que ellos mismos y solos han enviado por su cuenta a setenta “parejas” (no dice matrimonios y es lógico pues las chachas no suelen ir como matrimonio) al servicio del CNC. Quede claro que ni el Papa ni el Vaticano ni la Iglesia han tenido nada que ver con tal envío, mucho menos Dios, por más que Ezequiel use su nombre en vano:

«El Señor, como lo viene haciendo desde hace muchos años, también este año ha enviado en misión a unas setenta parejas, en diversas formas de misión, para acompañar la evangelización en varias partes del mundo».

Y como los jefazos seguían sin aparecer y había que ocupar el tiempo, agotado el tema de las reuniones de temporada y los pobre incautos enviados sin ninguna seguridad ni garantía, Ezequiel se puso a soltar ideas desmadejadas: sobre lo viejos que están todos, sobre que los que han hecho el matrimonio espiritual tienen que aprender a ser esposas, sobre los sesenta años del camino a ninguna parte, sobre lo fundamental que es la reunión actual para ver si alguno se convierte de una vez…

Lo más chusco es el final:

«Bueno, hermanos, llega Kiko. Lo recibimos con un aplauso».

Divo total.

Está claro que el pésimo y la bruta de Tudela son un cero a la izquierda. Dos, mejor dicho.