Falacias del Camino

 

Un lector del blog me ha hecho llegar lo siguiente.

 

En el Camino abundan las llamadas “frasecitas hechas”, que te dicen para mantenerte sumiso, obediente y mansito, presuntamente para que seas como Jesucristo, pero si se analiza bien verás que distan mucho de ser hechos propios de un buen cristiano.

Falacia 1: “El que obedece no se equivoca”

La obediencia ciega no garantiza infabilidad, ni en el plano terrenal ni en el espiritual. La frase incluso está mal formulada, la correcta es “El que obedece A DIOS no se equivoca” (tomada de los Padres del desierto), el katekista omite lo más importante: A QUIEN OBEDECER.

Los militares son obedientes y se equivocan a cada rato: matan gente inocente en guerras sin sentido.

Por tanto, es una premisa FALSA.

 

Falacia 2 “El cristiano no se defiende”

Esta falacia te la dice el katekista para seas doblegado por tu responsable obediente y servil a la kikomakinaria, y por todos aquellos que se dan golpes de pecho, que son los “perfectos obedientes”, usualmente provenientes de las familias numerosas del Camino o con familiares dentro del mismo.

En el Evangelio de San Juan, el propio Jesucristo habló en su juicio ante Poncio Pilato, lo mismo Esteban en los Hechos de los Apóstoles. En las actas de los mártires, como San Ignacio de Antioquía o San Policarpo de Esmirna, encontrarás que durante el juicio hablaron y no callaron, en pocas palabras: SE DEFENDIERON.

Santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia, ante el silencio cómplice dirá «¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!».

No te engañes hermanito neocatecumenal, los pecados por omisión, como callar ante las injusticias, también son pecados.

Y créeme, vi muchos pecados en las comunidades que se ocultaban para beneficiar a la cúpula de turno, desde adulterios hasta tráficos de influencias para negocios particulares, sin contar las manipulaciones psicológicas.

En una katekesis de esas de transmisiones tan tediosas y aburridas, un hermano de comunidad dijo que participaba en huelgas y el katekista de la nación le dijo tajantemente «el cristiano no participa en huelgas».

¿Sabías que tanto León XIII como Juan Pablo II, en varios documentos eclesiásticos, si la causa es justa y sin violencia, permiten protestar? Esto no lo escucharás en el Camino Neocatecumenal, solo escucharás supuestas alabanzas de Pontífices hacia Kiko y compañía.

Pero no me creas a mí, amigo catecúmeno, lee:

«Actuando en favor de los justos derechos de sus miembros, los sindicatos se sirven también del método de la “huelga”, es decir, del bloqueo del trabajo, como de una especie de ultimátum dirigido a los órganos competentes y sobre todo a los empresarios.

Este es un método reconocido por la doctrina social católica como legítimo en las debidas condiciones y en los justos límites. En relación con esto los trabajadores deberían tener asegurado el derecho a la huelga sin sufrir sanciones penales personales por participar en ella. Admitiendo que es un medio legítimo, se debe subrayar al mismo tiempo que la huelga sigue siendo, en cierto sentido, un medio extremo. No se puede abusar de él; no se puede abusar de él especialmente en función de los “juegos políticos”. Por lo demás, no se puede jamás olvidar que cuando se trata de servicios esenciales para la convivencia civil, éstos han de asegurarse en todo caso mediante medidas legales apropiadas, si es necesario. El abuso de la huelga puede conducir a la paralización de toda la vida socioeconómica, y esto es contrario a las exigencias del bien común de la sociedad, que corresponde también a la naturaleza bien entendida del trabajo mismo» (Encíclica Laborem exercens, n. 20. 14-09-1981. San Juan Pablo II).

Por tanto, otra vez más: FALSO, en circunstancias específicas el cristiano tiene TODO el derecho a defenderse y a defender lo que es justo.

 

Falacia 3: “Abiertos a la vida”.

Es quizás la más polémica de todas. La Iglesia permite ciertos métodos anticonceptivos naturales, el método Billings, por ejemplo, pero eso no lo escucharás en el Caminito.

El Papa Francisco, que mira al Camino con cierto recelo, dijo que no hay que tener hijos como conejos.

Leamos:

En enero de 2015, el papa Francisco protagonizó otra de sus salidas de protocolo al comentar, a bordo del avión papal, que la prohibición contra los métodos anticonceptivos artificiales, como el preservativo o la píldora,  no significaba «que para ser buenos católicos tenemos que reproducirnos como conejos». Francisco dijo que la Iglesia promueve la “paternidad responsable” y relató que reprendió a una filipina que había quedado embarazada tras pasar por ocho cesáreas, porque eso era “tentar a Dios”, lo que supone “una irresponsabilidad”.

Aunque solo han pasado siete años y medio desde esas declaraciones, la Iglesia católica -que sí apoya métodos anticonceptivos naturales, como la abstinencia durante el período fértil de la mujer- parece haberse dado cuenta de que el mundo y el Vaticano corren por carriles diferentes, y en el texto “Ética y teología de la vida. Escritura, tradición, desafíos prácticos” se abre a la posibilidad de que el uso de anticonceptivos no naturales sea lícito en determinadas circunstancias que “harían irresponsable” traer niños al mundo.

Esa reflexión surgió en un seminario convocado a fines de 2021 por la Pontificia Academia para la Vida, donde teólogos, filósofos y expertos de diversas disciplinas reflexionaron sobre distintos aspectos de la religión y la vida cotidiana. Recordemos que la postura eclesiástica sobre la anticoncepción data de 1968, cuando Pablo VI promulgó la encíclica Humanae Vitae, donde expresó sin dobles lecturas la eterna oposición de la Iglesia a los métodos contraceptivos.

Fuente: El Vaticano se abre a los anticonceptivos artificiales – DW – 19/07/2022

Por esas declaraciones, este Papa es algunas veces mal visto y hasta insultado en esferas kikomaníacas, incluso entre los autoproclamados “santos” (aquellas comunidades que han terminado este errado itinerario dizque de formación cristiana).

En resumen FALSO, no tienes que tener hijos como conejo para ser buen cristiano. La paternidad es una decisión personal y privada de cada matrimonio de cara al Señor y punto.

 

Falacia 4: “Si te sales del Camino el demonio te volverá una piltrafa humana”.

No hay nada, ningún texto bíblico, documento eclesiástico, frase de santo o alguna otra base para justificar que la salida de un grupo eclesiástico te aleje de Jesucristo, a menos que tu vida tome un giro hacia el pecado. Es más, Jesucristo mismo reprende a sus apóstoles cuando le dicen que han actuado contra una persona que expulsaba demonios en Su Nombre sin ser de su círculo cercano. (Mc 9,8ss)

Puedes salirte del Caminito y empezar a ser un buen católico si participas de los sacramentos y los ejercicios de piedad, muchos de ellos despreciados por el Camino de Kiko Argüello, como el rosario (que después es incorporado en uno de los tantos pasos, pero es ridiculizado como “religiosidad natural” por muchos katekistas en etapas previas), el Vía Crucis o la Adoración Eucarística (también ridiculizada por Kiko Arguello en una de sus aburridas katekesis, aunque se recomienda a los hermanitos avanzados por aquello de que no los critiquen).

No necesitas laudes largas para orar debidamente, hay otras maneras, no todos somos monjes de claustro. Sí, es cierto, el Concilio Vaticano II invitó a los laicos a la Liturgia de las Horas, pero en el Camino se abusa imponiendo algo que no se concibió para la clase trabajadora que tenemos que madrugar para ganar nuestro sustento honradamente, y encima le meten más cosas (oración contemplativa de 15 minutos, evangelio etc.)

El Camino se proclama como “un grupo dentro de la Iglesia Católica”, pero a la vez dice que es el mejor o más serio. Ya hemos comprobado que no es así.

Sus falacias dañan lo poco bueno que hay en dicho grupo, amparado porque aporta curas sin que les cueste un peso a la Iglesia, pero sí a los bolsillos de los kikos, gracias al inexplicable diezmo.

Pero esa es otra historia.

 

Falacia 5: “La Reina del Hogar”

Esta falacia es la manera de disimular su misoginia. Les molesta que la mujer trabaje. Lo enmascaran con esa frasecita de “reina del hogar”. ¿En qué año estamos Francisco Arguello? ¿1950?

Si la mujer no está casada lo permiten, pues así contribuye al diezmo, pero la casada debe atender su casa y sus hijos como toda esposa obediente, por ello muchas mujeres catecúmenas no estudian y buscan un marido pudiente, eso sí, que sea catecúmeno para estar en la misma sintonía. Incluso muchas dejan a medias la carrera universitaria apenas consiguen al codiciado galán.

Así no es raro que las familias precisen pedir dinero en la comunidad. Incluso supe de uno que ponía a sus hijos a mendigar en semáforos y en Iglesias lejos de su parroquia, para que nadie supiera.

Conozco el caso de uno de esos catecúmenos acérrimos, que pedía dinero a hermanos del Camino y después no quería devolverlo porque sus hijos necesitaban comer.

Incluso un katekista dijo “Si Dios te quiere en la precariedad, acéptalo”. Salvajada y media.

Planear y presupuestar no es pecado, es más hay un texto en el Evangelio que avala lo de proyectarse:

«Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? De otra manera, si pone los cimientos y después no puede terminarla, todos los que lo vean comenzarán a burlarse de él,  diciendo: “Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar» (Lucas 14, 28ss).

Otra falacia de la kikomakinaria que no está ajustada a los encarecidos tiempos modernos y encima esta “secta dentro de la Iglesia” impone cargas y más cargas innecesarias a gente que entra para complacer a sus padres y se queda para no decepcionarlos. Me tocó escucharlos.

Resumiendo, es otra falacia loca que nada tiene que ver con ser un buen cristiano. La mujer puede trabajar y aportar económicamente a su matrimonio y nadie ajeno debe meterse a imponerles nada.

 

Triste ver cómo engañan a incautos, gracias al Señor tuve la fuerza de dejar ese “camino en círculo” donde son, como dice la Escritura, “ciegos guiando a otros ciegos”. (Mt 15,14ss).

 

Eliseo Marcucci

Ex responsable del Camino Neocatecumenal