Comentario anónimo ¿con fines malvados?

 

Dado lo que les sale de dentro a los neocatecumenales, la publicación del audio transcrito en las últimas entradas provocó la virulenta reacción de un comentador anónimo, porque son contadísimos los neocatecumenales que dan la cara cuando sueltan memeces.

¿Qué fines tendría este comentario?

 

 

Arranca el fulano anónimo con la pretensión de que «Esto es una blasfemia tremenda». Sucede que blasfemia es una palabra o expresión injuriosa contra algo sagrado. Por tanto, el mengano anónimo debe de considerar sagrado al CNC, pues de otro modo no habría blasfemia. Así que ya desde el principio, de forma consciente o inconsciente, declara que su diosito es el Camino.

Prosigue el idólatra anónimo su diatriba con la cantinela de «que aun existan personas que quieren hacer quedar a la iglesia Católica como malvada», pues es tergiversación muy usual en el Camino la de pretender que la Iglesia es el CNC. Y se acabó, porque todo lo que está fuera del CNC es una iglesia edulcorada de religiosos naturales de misa de 12. Este es el respeto que tienen por la verdadera Iglesia Católica.

Ya embalado, tras repetir el mantra bien aprendido de que «El camino Neocatecumenal es una carisma de la iglesia» (obsérvese dónde aplica la mayúscula inicial y dónde no), se apresta a negar que el mar moja: «El camino no usa mecanismos de abuso». Pero sucede que el mar sí moja y los kikotistas sí aplican mecanismos de abuso, porque pretender que cuanto ellos dicen es verdadero y bueno y ha de ser obedecido como si de revelación divina se tratase es un abuso.

A este respecto, el doctor Miguel Perlado, psicólogo clínico experto en sectas y miembro fundador de la Asociación Iberoamericana para la Investigación del Abuso Psicológico (AIIAP) en una entrevista con motivo del VIII encuentro sobre abuso psicológico y sectas esbozó algunas de los rasgos que conducen a la víctima a consentir el abuso.

Uno es que «no es tan habitual el proselitismo callejero. Hoy es el que tienes cerca, que te aconseja, el que te recomienda una actividad, un encuentro, unos talleres... con lo cual la percepción del riesgo disminuye mucho más».

Otro es la presunta finalidad: «La mecánica de las sectas es similar al maltrato hacia la mujer, la violencia de género. La secta tiene un dominio sobre la persona similar al ejercido por un maltratador que suele decir: “Te pego, pero lo hago por tu bien y no te creas que me gusta, lo hago por ti”. La víctima comienza tolerando el maltrato emocional, antesala del maltrato físico. Esta mecánica se concibe como una experimentación en vivo que rebasa los límites de la ética. Y se define como un paso necesario para alcanzar la iluminación o la sanación completa».

Y un tercero se refiere a la selección de posibles víctimas: «Hay personas o periodos de la vida especialmente vulnerables, como es la adolescencia, cuando la persona está desarrollando su personalidad y busca distanciarse de su grupo familiar. Y, en la edad adulta, todos pasamos momentos de vulnerabilidad: una ruptura afectiva, un duelo, o la pérdida del trabajo. Las sectas se aprovechan de la vulnerabilidad y ofrecen consuelo, pertenencia a un grupo y afecto, mediante estrategias emocionales basadas en vínculos humanos, hasta lograr la entrega de la víctima. No hay mayor misterio ni fórmula secreta».

No por casualidad buscan oyentes muy jóvenes, son más influenciables

 

 Retomando el barboteo del anónimo, prosigue con una declaración sorprendente: «a medida que avanzas eres consiente (sic) de que las cosas que haces tienen una repercusión, tus pecados fuertes»…  Digo que es sorprendente porque yo aseguraría que aún no hay un kikotista que sea consciente de que todos sus abusos y falsedades tendrán una repercusión.

Y acto seguido, el anónimo se lanza a describir el mundo apocalíptico, terrible e inhumano en donde todos ellos estaban antes. Y lo curioso es que cuando vivían en ese mundo atroz no eran conscientes de ello, no comprendieron la atrocidad que vivían hasta que “el camino” se lo hizo ver: «el camino … te hace ver tu realidad: alguien que se había alejado que tocó fondo en su vida y que no sabia (sic) que hacer con ella, y por gracia de Dios encontraste al camino, te hace recordar, de donde te trajo el señor, cómo te trajo el señor». ¡Cuándo tienen que agradecer a ese señor tan sensible!

Tan agradecido está el menganito anónimo que, si las cosas no van sobre ruedas, siempre achaca el problema al neocatecúmeno que no acepta la medicina amarga (el consabido si te pego es por tu bien y tú deberías agradecérmelo): «el camino es un combate fuerte, porque te tienes que enfrentar a muchas situaciones , hay gente que no aguanta porque no le gusta la corrección». Es que hay gente muy tikismikis a quien le dicen que diosito quiere que dé la vida por el marido violento y no le gusta; o le dicen que esa novia tan de misa de 12 no es para él y se rebela. Desagradecidos que son.

Y ya hacia el final, no podía fallar el juicio de intención, que es lo que mejor les sale de dentro a todos ellos: «es una pena que hagas esto con fines malvados». Será que ha mirado en su bola de cristal y se ha percatado perfectamente de las intenciones más secretas de todo el mundo.

Todos los neocatecúmenos parecen cortados por el mismo patrón, porque el árbol malo no puede dar frutos buenos.