Mamotretos varios

miércoles, 30 de agosto de 2023

Sin derecho a réplica (y II)

 


«MI CONVIVENCIA INICIAL
El viernes comienza todo tras la cena, el lugar, una casa de retiro donde Dios perdió el mechero de lejos que estaba, y más bien cutre. Llegué a la hora de cenar, me asignaron habitación junto a dos chicas más sin yo preguntar ni elegir (debo decir que las dos eran muy majas, pero me fastidiaba no poder decidir estar sola o acompañada, había que acatar y punto). Era una habitación con dos camas y una litera, me tocó la parte de abajo de la litera, que tenía una tabla y un colchón de espuma finísimo, dormí fatal. Me pregunté si Kiko y Carmen en sus viajes también van a casas de retiro de los años 70 y duermen con los riñones en una tabla, y si duermen solitos en cada habitación o les obligan a dormir con desconocidos.

Tras la cena, nos meten en un mini-salón, junto con unas veinte personas más que no conocíamos de otros puntos de la provincia, con los signos del camino, ambón con el paño de" María eres la zarza ardiente de Moisés...", la cruz dorada y flores, sube a hablarnos Pepita y nos dice que vivimos en una oscuridad, y que la única luz que nos alumbra es Cristo, así que se iban a apagar las luces y en silencio permaneceríamos de pié. Apagaron las luces, con las risitas de los más jóvenes, yo me senté, ya que no me veía nadie, estaba reventada tras la semana de trabajo y a esa hora me apetecía descansar, no estar de pie a las doce de la noche.

Estuvimos unos diez minutos de reloj a oscuras, cuando de repente se oye una voz cantando "Cristo es la luz" . Y repiten todos lo mismo, y entra un cura ultra- kiko (fanático al 100% del camino) portando el cirio pascual y cantando, lo mismo que se hace en la Pascua, tras lo cual, Pepita toma la guitarra y a cantar “Resucitooooo”, vale por ambas cosas de no ser por que ¡¡¡¡¡ESTABAMOS EN PLENA CUARESMA!!!!!!!! Pero les da igual, cantaban aleluya, resucitó, hicieron lucernario, daba igual que fuera Cuaresma, será que el camino tiene sus propios tiempos litúrgicos.
Tras una catequesis de la que no me acuerdo de nada porque estaba virtualmente dormida, nos fuimos en silencio a la cama, no os cuento cómo dormí de mal a pesar de lo cansada que estaba.

(No es que yo haga insistencia en la comodidad, conocí una superiora de un convento de clausura que decía que en un convento, o en una convivencia era imprescindible “dormir bien y comer bien” para tener el alma descansada para Dios , cómo me acordé de aquella hermana).

A la mañana siguiente, tras el desayuno, Cristina nos hablaba de obedecer y no razonar, esa era la idea principal de una catequesis de dos horas, tras una pausa otra catequesis que no me acuerdo de qué iba, y a comer, os podéis imaginar el espectáculo, antes de comer, porque no era el único grupo de retiro ni de convivencia en ese sitio, y los demás no eran kikos, cuando empiezan a cantar:"Tú das el pan a los pobres..." todo el mundo mirándonos como si estuviésemos locos. Como detalle comentar, que en las mesas de los catecúmenos, nada más que había botellas de agua de Lanjarón rellenas del grifo, una bandeja con los pedazos de pan estrictos para cada uno, y una bandeja de comida para cada cuatro, sin embargo, en la mesa de los catequistas había vino, ensalada, pan en cantidad agua, y fruta. Los demás que nos partiera un rayo, me pareció un mal ejemplo, además, ellos por un lado, aparte, y los demás juntos por otro, a otro nivel inferior a ellos.

Por la tarde, Carlos habló de la pascua judía, dando todo tipo de detalles, de no ser por una pequeña cuestión: en la facultad tuve una asignatura en la que estudié el cristianismo primitivo, las religiones paganas, las tribus semitas... es decir, que os aseguro que todo lo que dijo el pobre hombre estaba un poco trastocado, pero, porque me caía bien, y no quise llamar mas la atención, no dije ni pío, reconozco que si hubiese sido Pepe, me hubiese tirado a la yugular.

Tras esa catequesis, Francisco nos habló de cómo el camino celebraba la eucaristía y por qué, la frase que más me impactó, fue la siguiente: "nosotros amasamos nuestro propio pan, porque el papelito ese que te da el cura en la misa no es pan (en referencia a la Sagrada forma) " son palabras textuales que se me quedaron grabadas y me dejaron de piedra, nos fuimos a cenar, porque luego sería la eucaristía, y en la cena estaba el cura que estuvo en las catequesis, le comenté la frase del "papelito" y se puso hecho una fiera, "Otra vez! les tengo prohibido que digan lo del papelito!! Se van a enterar!". Es decir, que no era la primera vez que lo decían, y me llevó a pensar cuántas personas habrán escuchado decir lo del papelito a lo largo del mundo y despreciarán como ellos al mismo Cristo en la Sagrada Forma. Qué triste.

Tras la Eucaristía, un ratillo de solaz, y a la cama ( si se le puede llamar cama).

Al día siguiente, tras una catequesis interminable, nos leyeron el sermón de la montaña (previa introducción de media hora), y nos dejaron un tiempo (diez minutos nada más) para reflexionar solos, tras esto almorzamos y después nos reunieron, nos explicaron brevemente, y de por encima, los pasos del camino (obviamente, no dijeron más que el nombre y poco más de cada paso ) y nos preguntaron uno a uno si entrábamos a formar parte de la nueva comunidad o no.

Yo respondí que no sabía que iba a hacer, la verdad es que dudé, porque el grupo de personas que íbamos era un grupo majo, y me atraía formar un grupo cristiano, por otro lado, el camino no me atraía nada, algo oscuro me daba miedo.... no sabía que iba a hacer. Finalmente decidí no entrar y doy Gracias a Dios por que me ha mantenido alejada de este grupo. Por supuesto, soy persona "non grata" en esa parroquia, me miran con auténtico desprecio y no me dicen ni hola.

Ya veis mi gran pecado: cuestionar la autoridad del catequista principal, ponerlo en entredicho delante de los demás, y sobre todo, pensar por mi misma y no obedecer.
El párroco le contó a un familiar mío que había disfrutado mucho con mi “enfrentamiento” con Pepe, literalmente le dijo que era la primera persona en todos esos años que se atrevía a cuestionar el camino, y que hacía falta más gente así.

Sigo siendo católica, que esta gente crea que estoy condenada me trae sin cuidado, si cuento todo esto es para que se sepa lo que pasa en el Camino neocatecumenal, porque amo a la Iglesia y quiero que reaccione ante el camino de Kiko. No lo cuento con rencor ni con odio, sino con pena y tristeza que esto se de en la Iglesia de Cristo.

Espero que mi testimonio colabore a abrir los ojos a quien aún tenga barro neocatecumenal en ellos, que no os confundan: LO QUE VIENE DE DIOS DA PAZ, Y EL CAMINO NO HA TRAÍDO PAZ A LA IGLESIA CATÓLICA, SINO A SEMBRAR CONFUSIÓN Y DIVIDIRLA COMO LA CIZAÑA».

 

lunes, 28 de agosto de 2023

Sin derecho a réplica (I)

 

Un vívido testimonio.

 


«Casi nadie va a las catequesis por que sí, siempre hay unos padres, un novio, una amiga que "invitan" a que vayas. En mi caso fue mi novio, al que ya los catequistas y sus hermanos de comunidad le habían preguntado insistentemente si yo no iba a hacer las catequesis. Al cabo de unos años saliendo, las hice. Son unas quince más o menos, dos por semana en días separados, lunes y miércoles o lunes y jueves, no recuerdo bien. Mi novio me acompañó a ellas.

Allí estábamos:
- Ocho chavalitos y chavalitas de entre once y quince años, todos ellos hijos de catequistas o con sus padres en el camino.
- Dos hermanas de veintipocos años, con padres kilos.
- Una mujer de unos cuarenta años, con una hermana y una hija en el camino.
- Un matrimonio que no tenían a nadie allí e iban buscando un grupo, de hecho, ella había estado medio metida en el Opus Dei.
- Yo, de veintimuchos años, con un novio kilo

Presento a los catequistas, que son los mismos de mi convivencia inicial (todos los nombres son ficticios):

-Carlos, el que tocaba la guitarra y cantaba, simpático, buena persona la verdad

-Ana, su mujer.
-Antonio, un buen hombre que no sé qué hace en el camino

-Mª Carmen, su mujer.
-Francisco, padre de diez hijos y con moniciones de más de media hora

-Cristina, su mujer y recién parida del último de su prole.

-Pepe, el mandamás de todos ellos, supremo entre los supremos de la parroquia

-Pepita, su mujer, la mandamás consorte.

El párroco, un orondo sacerdote simpático y de fe, al estilo de Juan XXIII pero en cura de pueblo. No comparte las ideas del Camino, pero en su parroquia son muchos, y los consiente.

Nos presentamos, comenzó un canto de entrada (todos los cantos compuestos por Kilo Argüello) y empezaron a hablar acerca de qué era el Camino, pero en líneas generales, cuando Kiko se fue a las chabolas y todo eso.

Otro día, Pepita nos habló de los miles de millones de personas que hay en todo el mundo, de la cantidad de católicos, y de éstos, de los VERDADEROS CONOCEDORES DE DIOS que han de ser la sal para los demás, es decir, van metiendo la idea de quienes son los elegidos. En todas las sesiones, empezábamos con un canto, de Kiko, por supuesto, invocando al Espíritu Santo.

Un día Ana nos contó, con pelos y señales, la historia de Abrahám, que no sé a qué venía, pero para ellos Abrahám es de extrema importancia, como para el pueblo judío, con el que tanto se identifican. En todas ellas, de derecho a réplica, de preguntas o sugerencias, de aclaraciones, nada de nada, a los catequistas no se les interrumpe. No hay opción salvo que ellos te pregunten.

Lo mejor ocurrió mediadas las catequesis, Pepe Pérez, el supremo, fue preguntando uno a uno si nos estaban gustando las catequesis, los chavalitos todos dijeron que sí, algunos de ellos tenían allí a sus padres delante (catequistas) ¿Qué podían responder? Las hermanas, una dijo que sí, otra que bueno, a ver cómo seguían.

Entonces me tocó a mí.
Pepe : "Hermana, ¿Te han gustado hasta ahora las catequesis?"
Yo: "Pues no, la verdad."
Pepe : (Con la cara de sorpresa) "¿Nos puedes decir por qué?"
Yo: "Porque yo he venido aquí a saber qué demonios es el camino neocatecumenal y no habéis dicho nada, quiero saber por qué tanto secretismo, por qué hacen las misas aparte y tan diferentes de los demás católicos, por qué desprecian a los que no están en el camino, por qué sólo se usan cantos y signos de Kiko Argüello, en definitiva , quiénes sois y por qué hacéis las cosas como las hacéis."

Pepe: (blanco, la cara lívida) "hermana, es que vosotros sois como un niño en la fe, y a un niño no le puedes dar un puchero, le tienes que ir dando papillas para que su estómago se acostumbre a las cosas, y todo no se puede dar de golpe, hay que ir poco a poco".
Yo: "¿cómo puedes saber que soy un niño en la fe? ¿Qué sabes tú de mi formación? He crecido en una familia católica que me ha formado, he asistido a catequesis toda mi vida, he estudiado en un colegio religioso que también me ha formado, y en la universidad me he formado en asignaturas sobre religión desde otro punto de vista, además durante diez años pertenecí a un grupo de jóvenes guiados por Jesuítas, yo no me considero un niño en la fe, a mí me tienes que hablar en otro nivel. Dime qué hace este movimiento..." (no me deja terminar, rojo, lo prometo, rojo de ira gritando y con las venas del cuello como un cantaor de flamenco).

Pepe: "¡¡¡NOSOTROS NO SOMOS UN MOVIMIENTO!!!!!!SOMOS UN CATECUMENADO!!!!!!"
Yo: ( asombrada por la reacción, porque no sé por qué les molesta tanto la palabra movimiento, si son un camino...) "Bueno, uso la palabra movimiento a falta de otra mejor con la que expresarme."
Pepe: (continúa rojo) "...nosotros lo que hacemos es un catecumenado post bautismal."

(El párroco, que contemplaba la escena entre sorprendido y divertido, medió para que este hombre no fuese a más y le diese un infarto o me estrangulara)

Párroco: "Lo que ellos hacen es un catecumenado, catequesis de adultos..."

Pepe: "Bueno, bueno, hermana, pues a ver si a partir de ahora te gustan, y ánimo, hermana."
Yo: "Pero sigues sin aclararme nada, y además, yo no estoy desanimada para que me des ánimos."

Pepe: "...bueno, bueno, ánimo, hermana."
Yo: " te repito que no estoy desanimada."
Y pasó al siguiente en cuestión, porque cuando algo no les interesa, lo ignoran. Pero ahí presenté mis credenciales: "no me creo lo que estáis diciendo y cuidado conmigo que no me voy a callar ante vosotros, para mí no eres alguien a quien obedecer, no te voy a obedecer porque sí." Y este mensaje entre líneas lo captó.

Otro día el mismo super-catequista se dedicó a hablar del sufrimiento y de la muerte, diciendo que la muerte se ocultaba en nuestra sociedad, y por eso existían los tanatorios, porque la gente no quería ya a los muertos en sus casas, y por eso los tanatorios los ponían con cafeterías y disimulados, para no recordarnos la muerte. (Olvidó quizás que el tamaño de los pisos no permite velatorios, que la familia se encuentra cansada y triste ante la pérdida y que los tanatorios ofrecen todos los servicios facilitando el trance a la familia. Lo curioso es que ya he vivido ir a dar el pésame por algún fallecimiento a algunos kikos al... tanatorio, y Pepe estaba allí también).
También habló del sufrimiento, que todos huíamos del sufrimiento, y que hay que aceptar los sufrimientos... etc. Como es lógico, sin derecho a réplica, pero yo cada vez que decía alguna sandez o algo con lo que no estaba de acuerdo, movía la cabeza negativamente, y me daba cuenta de que se descomponía conmigo, pero como a todos les hacía alguna preguntilla o comentario, no podía eludirme, comentó que la muerte es algo cotidiano, y me preguntó (porque yo trabajaba en la sanidad), que si yo no veía muertos todos los días en mi trabajo, como es lógico, la respuesta no le agradó, porque le dije: "hombre, todos los días no, afortunadamente son más los que se curan y están vivos que los que se mueren, para eso trabajamos"

Y esa no era la respuesta que quería, porque esperaba que le dijera que morían todos los días unos cuantos y que él llevaba razón, así que me puso mala cara y respondió, "bueno, pero se mueren personas". Pues claro que se mueren, si no, no cabríamos en el planeta.

Otro día hubo una celebración penitencial, a la que no asistí, eran las fiestas patronales de mi pueblo, y no pensaba perdérmelas, otro punto más en mi contra. (Años después, me diría un kiko que el patrón de mi pueblo era “un cacho de madera”, en referencia a la talla que se procesiona, ya veis el respeto que les tienen a los santos de la Iglesia, a la religiosidad popular y a todo lo que no es camino).

Y la mejor de todas las catequesis, la de Adán y Eva, ese día yo tuve un problema familiar, tuve que llevar a mi abuelo al hospital, por un susto, de allí al trabajo, y del trabajo a las catequesis y allí llega Pepita, hace dos monigotes en la pizarra (supuestamente Adán y Eva) con un espacio entre ellos, y empieza a gritar (literal, hablaba gritando, lo prometo) sobre el egoísmo de los hombres y de las mujeres, y de repente, pinta una cruz entre los monigotes, y dice triunfante, "¡¡Pero llega Cristo, en el árbol de la cruz, y entonces fluye la comunicación entre ellos y se rompe el egoísmo!!".

Yo estaba para darme algo, después del día que llevaba, aquella histérica pegando voces durante casi dos horas, yo le decía a mi novio que me iba, que no pensaba aguantar más gritos de nadie, y me levanté y me fui, a lo que me pusieron mala cara, desde luego, mi novio salió detrás y se enfadó por no esperar que acabara, pero lo siento, quien podía aguantar voces y riñas estando tan cansada y agobiada por el día que había pasado, yo había ido a escuchar hablar de Dios, que es lo que debe ser una catequesis, no a que me echen una bronca, además, ¿Qué tiene que ver el árbol de la cruz con el egoísmo de Adán y Eva? No soy tonta y creedme que no entendí a qué conclusión quería llegar esa mujer con esa catequesis.
¿Por qué en las comunidades no se predica la Palabra de Dios, sino que RIÑEN la Palabra de Dios?
Bueno, pues otro día hubo una celebración en la que me entregaron la famosa Biblia de Jerusalén, yo no quería, porque tengo una Biblia chiquitina de Nácar-Colunga, desde hace más de quince años que ha ido conmigo a cualquier celebración, y le tengo mucha estima, aparte de que en ella tengo anotaciones, estampas con pasajes importantes, y no quería más Biblias, pero claro, debía ser la de Jerusalén, si no, no es lo mismo, pues tragué al final, y mi novio me regaló la Biblia, y me la entregaron, ahí la tengo, muerta de risa en un estante, porque he seguido utilizando la mía pequeña. Pero ellos usan la de Jerusalén porque como dice Kilo en sus orientaciones “ la Biblia se interpreta a sí misma a través de paralelismos” Y la de Jerusalén les facilita mucho ese trabajo.

Y el último día, por supuesto, un ágape, en el que ni Pepe ni su mujer cruzaron palabra conmigo. Se nos "invitó" a una convivencia de un fin de semana, como colofón a las catequesis, yo no quería ir, de corazón no quería más, ya había visto suficiente, y no quería más con esa gente. Mi novio insistió en que fuera, y que él vendría conmigo, y accedí, pero, un día antes de la convivencia, Francisco, el catequista, hablo con él para decirle que mejor que me enfrentara sola a las catequesis y la convivencia, y me fui sola, bien sabe Dios que fui porque me lo pidió mi novio».