Mamotretos varios

jueves, 29 de junio de 2023

"Si no haces el Camino, te dejo"

Más testimonios de personas vinculadas de alguna manera con eso conocido como CN.



Hace poco salí de una relación con un neocatecumenal radical (por supuesto, él no se presentaba como tal).

Se acabaron para mí las historias alucinantes sobre castidad, obediencia a los catequistas, misiones espirituales o familias cristianas; se acabaron las amenazas: "si no haces el camino te dejo", "quiero una chica del camino", "te quiero pero necesito que hagas el camino", se terminó el "tú no lo entiendes porque está fuera", el "por lo menos prueba a hacer la catequesis, entonces verás que te gusta y no lo dejas" o la peor manipulación de todas: "no puedes decir que tienes Fe -con mayúscula- si no haces el camino".

Se acabaron los fines de semana en los que esperaba ansiosa que mi novio regresara de los retiros los encuentros en Porto San Giorgio. Nunca volvía el mismo que se fue, una parte de él se quedaba allí y el resto que volvía estaba fuera de sí, con los ojos desorbitados y atiborrado de creencias absurdas y de "tú no lo puedes entender, siempre ves algo podrido y, en cambio, es algo estupendo; no quiero hablar de eso". Los hechos y anécdotas son tantos y tan variados que al pensar en ello lo único que me viene a la cabeza es “pero cómo lo toleré”.

Doy gracias a este blog que encontré en un momento oscuro en el que no me sentía comprendida. Un tiempo en el que se me hizo sentir estúpida, diferente, incapaz de entender, negativa, equivocada, impura, mala, ignorante, insuficiente, presionada, desquiciada. Como solo un neocatecumenal puede hacerte sentir, si no eres uno de ellos.

Gracias por no hacerme saber que no estoy sola.

 

Yo también tuve una mala experiencia de tres o cuatro meses con alguien a quien conocía desde hacía años, pero a quien había perdido de vista. Al refrescar mi memoria, me di cuenta de que en esta persona todo estaba impregnado de una supuesta 'religiosidad'. A un grado obsesivo.

«¿Cómo os habéis conocido?». La respuesta invariable: «en un grupo de la Iglesia». Después me empezó a hablar de "convivencia" y de "comunidad".

Actuaba con arrogancia y prepotencia, siempre dispuesto a hacerme sentir 'equivocada', a hacer comentarios negativos sobre mi pasión por mi trabajo (¡típico de los capuchinos!). Me presentó a una familia neocatecumenal, y percibí que me tenían como 'en observación', lista para ser diseccionada.

En los tres meses en los que salí con esta persona -para conocernos mejor. De hecho, el conocimiento no condujo a un noviazgo dado el desastre- pude experimentar una agresividad mal disimulada, tanto en las palabras como en las críticas agudas, una personalidad prepotente -y se jactaba de ello- y, sobre todo, una tendencia grandísima a la manipulación.

En esos tres meses me percaté de que esta persona estaba desligada de la realidad, y cada acontecimiento y aspecto de la vida lo refería de forma obsesiva a extrañas referencias religiosas. Al final le hice la pregunta fatídica: «¿a qué movimiento católico perteneces?».

Yo solo sabía de los focolares por tener amigos que los frecuentaban... Para mi intranquilidad, no quiso decírmelo, como si fuera un secreteo, sino que habló mucho sin decir nada y planteó acertijos y solo al cabo de un par de días confesó: neocatecúmeno.

Nunca lo había escuchado, para mí era chino. Me puse a investigar en busca de la raíz de esa organización enferma. Dos semanas después, tras averiguar cuanto pude, bloqueé su número de teléfono. La religión me enseñó a ser LIBRE. Gracias a los frailes capuchinos que me dieron a conocer la fe verdadera.

 

Fuente: https://neocatecumenali.blogspot.com/2023/05/storie-amore-fallite-neocat.html

 


3 comentarios:

  1. Que profunda tristeza me ha traído leer el testimonio de esta entrada... por qué??, pues porque yo caí esa trampa hace ya 30 años. Al principio pensé que libraría y pensé que todo se supera, pensando en las palabras de Juan o de San Pablo del poder del amor, pero hoy, 30 años después la sensación de vacío y de haberme equivocado es enorme y cada día que pasa es la misma sensación puesto que la presión la manipulación y el chantaje emocional sigue siendo el mismo cambiado de edad ha cambiado de situación o cambiado de motivos....

    Aun así una parte de la Iglesia hace oídos sordos, mira para otro lado, esconde la cabeza en tierra a modo avestruz...todo para no ver la realidad, para no perder clientela, sin darse cuenta del error que va más allá del número de feligreses; que es realmente parte de un cisma, parte de una gran herida dentro de la Iglesia católica.

    Lázaro.

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    1. Es así Lázaro! Yo no lo viví tanto tiempo, pero igual me afecto, alguna vez te han querido mandar al seminario cuando querías enamorar con una catecumena, a la que querías mucho, y cómo tú creías en las palabras de San Pablo de que el amor todo lo puede.
      “El que obedece no se equivoca” que duras palabras me puso de frente a lo que en mi conciencia sabía que estaba mal, pero bueno aún así Dios sigue siendo el buen Dios, y le agradezco que me haya apartado de esta catecumena que solo se alimento de lo que le decían sus padres catequistas.

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    2. Yo también caí, tan joven como era, y ya habiéndome prometido a mí misma que, después de una infancia marcada por un entorno kikotero y tres años ds la adolescencia en una comunidad llena de complejos, no volvía más.
      Pero conocí a un kiko que me juró no obligarme a volver a entrar a aquel antro de manipulación. Le advertí que, si la relación significaba volver a una comunidad, que se olvidase de mí. Y me salió con la masticada frase de: "si esto es de Dios, funcionará". Pero obviamente no fue así, y empezó la cantaleta de que "esto no puede funcionar si no vivimos la misma fe (la de kiko, claro). Y pasé por el aro. La relación no funcionó de todas maneras, pero la manipulación ya había surtido efecto y el daño fue enorme.

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Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.