Pérdida de tiempo neocatecumenal (VII)

 

Bien, hermanos, pues antes de pasar a anunciar el kerigma -espero no ser demasiado largo y si soy largo os aguantáis- quisiera ofrecer este kerigma, pedir ayuda a la Virgen María. Vamos a hacer un canto a la Virgen. Poneos de pie. Tenemos ahí una imagen de la Virgen dolorosa, tenemos también allí la anunciación y allí arriba en la cruz y allí vestida de blanco, que descendió del cielo para interceder por nosotros. Tenéis aquí una corona mistérica con los grandes misterios de la salvación. 

Fijaros que Dios os ha dado un don grande y es que tengáis imágenes. Hoy en la iglesia católica no hay imágenes que alimenten nuestra fe, pero Dios a mí me ha hecho artista para vosotros, y tengo que aceptar ser un artista y ser, quizá, un gran artista para beneficio de la Iglesia y para beneficio vuestro.

Es mentira que en la Iglesia de hoy no haya imágenes, lo que pasa es que como Kiko no conoce la Iglesia, habla de lo que no sabe y yerra. Además, si no fuese tan soberbio ya se habría enterado de que sus pictochurros son DE-PLO-RA-BLES. Dicho por quienes entienden de pintura.

Fijaros que Dios me ha hecho hacer una sinfonía. Eso ya… me he quedado sorprendido. Si no he estudiado nunca música. Y ¿es una sinfonía? Sí, una sinfonía, y la hemos hecho en el Lincoln Certer de Nueva York y la hemos hecho en el Metropolitan de Chicago y la hemos hecho en Jerusalén en el auditorio y la hemos hecho en Auschwitz, dieciséis mil personas, ochenta obispos, todos los rabinos, pero yo lo soporto esto, todo, con humildad, digamos así. Humilde no soy, pero quiero decir que tengo que aceptarlo.

La humildad es la verdad. La verdad es que vosotros necesitáis EL AR-TE, el arte, la belleza, sin belleza no hay nada, la catequesis es un arte.

Así que como necesitáis belleza lo que hace el humilde es asegurarse de que os rodeen churros horrorosos y la decoración más hortera posible.

Mirad, es impresionante que yo haya hecho una sinfonía diciendo a los violonchelos lo que tienen que sonar, yo he dicho a los violonchelos lo que tienen que sonar, también se lo he dicho a los violines y a los flautas, a todos los instrumentos; me venía así el… A ver, ¿los oboes que tenemos que hacer? Tuu-tuuu-ti-tó. Repítelo. Tuu-tuuuu-ti-tó. Y mientras los oboes hacen esto, los violines ¿qué hacen? Etc. Así hemos construido una sinfonía. Y sonaba de maravilla. No sé si la habéis oído alguna vez. Bueno, no importa. 

En efecto. No importa, porque solo es vanidad vacua, vacía e inútil.

Ahora vamos a cantar… Y me ha hecho el señor hacer trescientos cincuenta himnos, CANTOS, como a San Efrén, la cítara de Dios, fíjate, porque necesitáis can...

La minúscula en señor no es un error, es que como los cantos se los hacía otro, es de suponer que se refiera a ese subalterno que trabajaba de gratis para que Kiko se apropie del mérito ajeno.

Yo, en las barracas viendo que los gitanos necesitaban canto, le dije “Señor inspírame algún canto” y me inspiró Resucitó, con los gitanos. Así me ha inspirado todos los cantos. Ahora mismo, fuimos a Cracovia y me dicen los jóvenes: “Oye Kiko, por favor, haznos un canto nuevo. En todas las reuniones de jóvenes has hecho un canto”. Y les he hecho el canto de… Os acordáis… Muy bonito. Me dicen los jóvenes: el más bonito de todos. ¿Sabéis el canto que dice “como la oveja que ve llevar al corderito al matadero”, pues ese me lo inspiró Dios para los jóvenes de Cracovia. Así María le seguía consumida de dolor. ¿Os acordáis de este canto? Pues si queréis lo hacemos. Mira.

[Chicharra]

Muy bien, ya hemos hecho un canto a la Virgen, pobrecita, fijaos qué bonito es. Esto está inspirado en un gran poeta de siglo IV, mártir, que se llama Romano el Meloda. Ved qué bonito lo que dice la Virgen: Ay, quién me hiciera comprender; ay, quisiera comprender, ¡ay de mí! ¡Cómo es posible que la luz se apague! Eso es poesía. La poesía. Tenéis que ser… no tenéis que ser borricos, burros; no solamente existe la pintura, no solamente existe la música, no, existe la poesía, qué tenéis que aprender a leer poesía, todos. No sois unos burros. Fíjate qué frase poética: ¡Ay!, dice la Virgen. La poesía logra en poquísimas palabras expresar el mayor índice de contenidos.

Por ejemplo: Quisiera comprender, ay de mí, quisiera comprender, ay de mí. ¿Cómo es posible que la luz se apague? Todo lo que van a hacer con Jesucristo, María lo resume diciendo “¿cómo es posible que la luz se apague?”. Eso es poético. Poesía. ¿Cómo es posible que te claven en una cruz?

¿Alguna vez habéis leído alguna poesía? Pero, hombre, si sois unos burros, Je, je, je. No, no sois unos burros, sois unos borriquitos. No. Yo quisiera, yo quisiera… el arte. El arte nos forma y nos transforma ¡Cuántos hay aquí que no han ido nunca a un museo!, ¿verdad? ¿Os gusta… entendéis algo de pintura? ¿¡Pintura!?, ¿la pintura moderna, la pintura abstracta?, ¡por favor! ¿Conocéis a algún poeta moderno? ¡qué dices!, ¿poeta moderno? ¿español? ¿Sabéis algo…? Etcétera.

Bueno, bien. Quisiera despertar en vosotros el amor al AR-TE en todas sus manifestaciones.

Si fuera verdad, dejaría de aporrear la guitarra y de croar gallos, porque lo que hace es que espantar, igual que con sus dibujos tétricos y feos.

El teatro, por ejemplo. ¿Os interesa el teatro? ¿qué teatro, Don Juan Tenorio o qué? Bueno, el teatro, la danza, los conciertos… ¿Conocéis la música de Mozart? ¿Alguno de vosotros han escuchado la novena sinfonía de Beethoven, por ejemplo? La música.

Normalmente hago una palabra que os la leo también a vosotros que ya la habéis oído, pero no importa, porque la palabra siempre es nueva y siempre es potente. Esta palabra a mí me toca profundamente, porque en ella San Pablo dice lo que es el kerigma en sí, dice: es ahora el momento favorable, es ahora el momento de vuestra salvación. Esta palabra: “ahora” es muy muy importante, por eso, en el sermón de la montaña, dice Jesucristo: Ay de los que ahora ríen. Ahora. ¿Ahora qué significa? Pues ahora, aquí, en esta parroquia, ahora, en este sitio, ahora. Entonces, dice San Pablo en la segunda epístola a los corintios, esto que os he dicho antes… No sé si veo algo, a ver si tengo gafas… Ánimo, chicos. Ya está. Bueno, vamos a ver. 

De la segunda epístola a los corintios.

«Hermanos, el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron. Y murió por todos para que ya no vivan para sí los que viven, sino que vivan para aquel que murió y resucitó por ellos. Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así, porque el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo todo es nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta los pecados las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios mismo os exhortara por medio nuestro, así que en nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios! A quien no conoció el pecado, Dios le hizo pecado por nosotros para que fuéramos justicia de Dios en él.

Y como cooperadores suyos que somos, os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Pues dice él: en el tiempo favorable te escuche y en el día de salvación te ayude. Mirad es ahora el momento favorable; mirad es ahora el día de nuestra salvación».

Palabra de Dios.