Tostón en tiempo de Pascua 2021 (IV)

 

Aquí viene la proclamación de un Evangelio, Mt 8,16-27, que solo es una excusa, un barniz católico, porque el tostón no tiene nada que ver con lo proclamado.

KIKO: Bien, hermanos. Este año 2021, tenemos que prepararnos para el tiempo pascual, tiempo en que Jesucristo ha prometido pasar en medio de nosotros.

Esto debe ser alguna otra primicia mundial o algo así. Al resto, Cristo les prometió literalmente: «sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Pero los kikotizados están siempre tan ocupados con las cosas de su kikolatría que quizá sea que a ellos les ha dicho que solo en tiempo pascual y solo por unas horas.

Pero para pasar es necesario prepararnos a acogerlo, y por eso estamos aquí reunidos para prepararnos porque en la vigilia santa, en la noche santa, Dios quisiera que la Iglesia exultara de gozo por el amor, porque Dios existe, nos ama y es maravilloso. Dios ha querido salvar a la humanidad, ha querido salvar Él mismo a la humanidad.

Me parece que más bien fue que como para la humanidad era imposible, Él asumió la tarea, no que pudiendo hacerlo otro, decidiera hacerlo Él.

Hemos venido a veros, a consolarnos, a hablar de la vigilia pascual que se avecina, a prepararte para la Pascua de este año 2021. ¿Nos permitirán celebrar la Vigilia Pascual? Al final, el P. Mario nos dirá cómo podemos celebrar la Pascua, lo hemos preparado juntos. Ascensión me dice: “Kiko, di una palabra, di que Cristo ha resucitado porque aquí bajo la pandemia, muchos están aterrorizados”.

Traducción del kikoñés: muchos se toman en serio lo de cumplir las normas y no saltarse la ley y no van a las reuniones de la comunidad, aunque los amenacen con pekar gravemente.

Hermanos, os doy una buena noticia: ¡Cristo ha resucitado! Realmente ha resucitado! Aleluya ¡Qué alegría hermanos! Los que no lo crean podéis iros y sólo los que creen que Cristo ha resucitado de entre los muertos, está vivo y nos da a participar de su victoria sobre la muerte, se quedan aquí, ¡una cosa fantástica! ¡Somos victoriosos sobre la muerte! Nos preparamos para celebrar la vigilia pascual: el momento culminante de nuestra fe. El Señor quiere pasar en esta noche, pasará en la vigilia pascual 2021 y quiere hundir, ahogar, destruir al maligno, nuestro maligno, y nos quiere volver a dar la victoria sobre la muerte, la resurrección de su Hijo, que vive en nosotros. ¡Cristo resucitado, morando en nosotros! No hay mayor alegría que ésta, Cristo resucitado quiere estar en nosotros, vivir en nosotros. San Pablo dice: “¡No soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí!”. Todos podemos decir esto: "No soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí".

Decir cada cual puede decir lo que quiera. Otra cosa es que sea cierto. Te doy una pista: si eres libre para obrar como quieras, no por miedo ni porque lo diga el kikotista, entonces estás más cerca de que sea cierto.

¡Qué noticia! ¡Qué belleza: es fantástica! Es Cristo quien vive en nosotros. La esposa le dice a su esposo: “¿Está Cristo en ti? ¡Lo dudo! Lo dudo mucho porque eres violento, ¡siempre enojado! No creo que Cristo esté en ti porque Cristo es muy bueno, muy dulce, muy dulce, es misericordioso, todo lo perdona”.

Ves. Ya te dije que aunque lo digas, eso no lo hace verdad. Hasta Kiko, haciéndose pasa por una esposa, te lo dice. Has perdido 50 años y no te han servido para nada.

Aquí, esperamos que Cristo produzca en vosotros estos frutos, frutos de vida eterna, frutos de amor, paciencia, bondad, maravilla nueva, porque nosotros, hermanos, somos bendecidos por el Señor. Nos eligió para vivir en nosotros su Hijo resucitado de entre los muertos, para vivir en nosotros. Para ello hay que señalar que la presencia de Cristo en nosotros debe hacerse visible. ¿Cómo es evidente que Cristo vive en nosotros? Por el hecho de que somos misericordiosos, somos pacientes con las faltas de los demás. Si Cristo habita en nosotros es algo fantástico. Por eso nos alegra que formes con tu comunidad un cuerpo que es el cuerpo de Cristo, por eso nos amamos, nos perdonamos, somos los hombres más felices de la tierra, porque Dios quería que su Hijo resucitado de entre los muertos viviera en nosotros, vivo en nosotros. "No soy yo quien vive -dice San Pablo- es Cristo quien vive en mí", y todos deberíamos decir esto: "Señor, no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí".

Y entonces tu esposa, quien mejor te conoce, te baja los humos y te dice que en los gruñones no vive Cristo.

Y Él es el que me lleva a estar con vosotros, nos lleva a hacer cosas preciosas, pero lo más hermoso es amarnos. Cristo nos lleva a amarnos: “Vengo hoy aquí feliz de verte, de abrazarte, de amarte”. "Amaos los unos a los otros", dice Cristo, "Amaos los unos a los otros". ¡Qué palabra tan fantástica! ¡Amaos unos a otros! ¿En qué lugar del mundo se dice esta palabra hoy? En ningún lugar.

Falso. En cada rincón donde hay un cristiano.

Amaos unos a otros y haced el bien a los que los odian. "Ah, pero esto es excesivo". Y sin embargo somos gente pobre, confiamos en que es Él quien nos da la fuerza para amar a nuestros enemigos, que es ser cristiano: "Ama a tus enemigos, haz el bien a los que te odian". ¿Hay gente que nos odia? Sí. Tienes que tener mucho cuidado con amar a quienes te odian de alguna manera. 

Ya sacó la lupa de ver odios y calamidades.

Chicos, somos privilegiados porque el Señor nos ha elegido, nos ha elegido, nos ha enviado a las parroquias, quiere hacer de su Iglesia Católica algo vivo, auténtico, hermoso.

Ojo, que ya está en modo Armagedón total. En primer lugar deja claro que ellos no están para ser parroquia. Dice que los han enviado a las parroquias, luego no eran parte de ellas. Y así siguen 50 años después, sin juntarse con los parroquianos, no sea que se les pegue algo. Y para rematar, una herejía o una prueba de que no ama a la Iglesia, puesto que declara que no es ni viva ni auténtica.