Tostón publicitario. Adviento 2019 (V)

Retomo el hilo de la narración con un detalle que me había saltado, porque a veces a Kiko se le escapa alguna verdad, y al hablar de san José de Cupertino mencionó que la neurosis de que estaba endemoniado se les pasó a todos cuando Dios lo hizo brillar (literalmente, desprendía luz), porque el demonio no puede dar luz, solo Dios es Luz. Es interesante, porque Kiko siempre va de negro y es un personaje oscuro, agrio, que no aporta ninguna luz… El que quiera entender, que entienda.

Son tan humildes que se tienen a sí mismos por un don

El caso es que Kiko utiliza la historia -retorcida a su manera- de este santo para declarar que cuando Dios quiere elige a quien quiere y lo adorna de sus virtudes y de su amor para que haga cosas grandiosas. Y como es tan extra-ultra-humilde y como además habla en nombre de todos, no puede por menos que asegurar que si Dios nos quiere dar gracias místicas y dones espirituales en servicio de la Iglesia, pues ahí estamos todos dispuestos. Pero ojo, porque para él el don más grande es que diosito te haya dado una comunidad; el don más grande es que te haya dado un kikotista como él -ya digo que es una pasada de mega-plus-humildad-, una kikotista como Carmen, un cura -¡ha dicho cura!- como Mario, como Ascensión -¿es que Ascen también es cura?-. Y que te haya puesto en un camino de fe -esta es buena, como no sea fe en que jamás te vas a convertir...-.

Y lo remata asegurando que en el cielo verás la importancia de este camino con el que no llegarás a ninguna parte. Lo que implícitamente significa que en la tierra no verás nada, puesto que nada bueno se ven en los kikotizados.

De hecho, para remachar más que del Camino no debes esperar sino kk, solo se le ocurre subrayar cuanto de negativo pueda pasarte en la vida achacándolo al hecho de caminar. Lo dice así: lo que te suceda durante el Camino es muy importante: las enfermedades que tendrás son santas, no se te ocurra rechazarlas; los sufrimientos tienen una dimensión escatológica, celeste. Debes autoconvencerte de que sin el diosito del camino tu vida sería un infierno con tantas catastróficas desdichas, pero bien atiborrado de kikotina tu vida es maravillosa, porque lo dice Kiko.

Luego a Kiko se le ocurre decir que este Adviento todos tenéis que pedir fuerzas a la Virgen María para rezar el rosario -¿Comor? ¿No decían que todos se habían vuelto devotísimos del rosario desde hace algún tiempo? Pues va a ser que no-. Y para que el rosario os lleve a amar a Cristo, a amar a los hermanos, a considerarte el último de la comunidad y el peor de todos -es decir, que siguen sin amar a nadie-.

Atentos ahora, que lo siguiente es kikismo en estado puro.

Tras declarar que necesitas desesperadamente la oración porque sigues sin amar a Cristo ni a los hermanos, sin querer ser el último y sin aceptar que eres el peor de todos, Kiko recuerda la oración de la mañanas, esa que se empecina en llamar “los” Laudes en comunidad… Pero nada en el cristianismo es una obligación, sino que estamos llenos de su gracia y de su amor -no es que tú tengas amor, eso ya te lo ha dejado claro, sino que Dios te ama-. El Señor se complace de que estemos contentos con Él, contentos de la fe que nos da, del amor que nos tiene, dice. Y aquí es donde introduce la palanca del miedo: Si alguno no está contento será que se ha corrompido, será que está putrefacto, y será entonces que el señor -minúscula intencionada por mi parte- tendrá que darle algún acontecimiento fuerte para salvarlo del infierno -como hacer que le corten una pierna-, porque se ha desviado, porque no tiene ningún amor a Dios, porque su alma está fría.

En otras palabras, ¿levantarte a las 5:30 para ir a canturrear salmos con tu comunidad? No es una obligación, pero tú verás a qué te arriesgas si osas quejarte o si no lo haces, porque diosito no se anda con chiquitas y si no le sirves como se te ordena, te la devolverá.

Por eso, ánimo, hermanos. Porque si os pensabais que con levantaros pronto era suficiente, os habéis vuelto a equivocar. Ahora es cuando os invitan a romper la noche durante la primera semana de Adviento, porque alguien ha consultado la bola mágica y ha visto que eso es lo que necesita el mundo, España, los gobernantes y, sobre todo, vuestros hijos y nietos. Durante la primera semana podéis levantaros uno, dos, tres días… Pero puesto que NADA es obligatorio en el cristianismo, en el kikismo se recalca que UNO es obligatorio, que es vuestra obligación romper el sueño al menos una noche, os levantáis y hacéis el famoso Oficio de Lecturas de las 3 de la madrugada y veinte minutos de oración silenciosa. De rodillas. Como los religiosos naturales. Porque no hay otra forma de complacer a diosito.

Este año, además, resulta que Kiko ha decretado que “se celebran” 60 años que la Virgen María “bajó con su Hijo desde el cielo y se apareció” en su habitación y nos dijo -a él y a su inmenso ego, porque quiero pensar que en esa época no lo acompañaba una legión inseparable-: «Hay que hacer comunidades cristianas como la Familia de Nazaret, que vivan en humildad, sencillez y alabanza; el otro es Cristo».

Y dice Kiko que hoy existen más de veinte mil comunidades. Lo que no dice es que ninguna de ellas sea cristiana, ni que una sola de ellas viva en humildad, sencillez y alabanza.

El caso es que aquel día, un 8 de diciembre de hace 60 años, después de comer, sobre las tres de la tarde, Kiko dice que sintió que tenía que ir a su cuarto a rezar. Pero en lugar de eso debió de echarse un piti, o varios, y una siesta morrocotuda.

Acto seguido retoma uno de mantras favoritos: la sociedad se desmorona, la gente está sola porque todos se divorcian, los matrimonios se rompen, se rejuntan con otro/a, se vuelven a separar… Se inventa el concepto de familia judeo-cristiana como germen de la sociedad que era pero ya no es, ya no existe a lo largo de toda Europa. En toda Europa la gente está sola y es terrorífico porque a los 95 años ya no puedes vivir solo porque no te vales por ti mismo y todos los días los asistentes sociales se encuentran ancianos que han muerto solos. Y por otra parte, la gente que vive sola no consume potitos ni sonajeros, lo que tiene son botellas de güisqui porque todos son alcohólicos y entonces las fábricas tienen que cerrar, en parte porque ya nadie compra juguetes para los niños que ya no hay y en parte porque los trabajadores se suicidan, así que la responsabilidad de la crisis económica que se avecina es de la apostasía de Europa.

Pero en medio de esa catastrófica sociedad en ruinas, la comunidad es una gracia celeste, dice. Porque nosotros no nos quitamos la vida, y los hermanos con noventa años, dice, están en la comunidad y nos ayudamos y nos queremos. Por eso tenemos que estar agradecidos al Señor. Y ya se sabe que en Kikónides la forma de ser agradecidos es que obedezcáis a vuestros kikotistas.

Entonces, este año, vais a obedecer y a celebrar la Vigilia de la Inmaculada Concepción con una misa -¡ha dicho misa, como los religiosos de misa de 12!- y con una cena por comunidad, no un ágape, que a estas alturas no es lo bastante digno. Hay que hacer una cenorra de acción de gracias por el camino interminable que no lleva a ninguna parte, por los tres del trípode, por la de Tudela y por tu comunidad.

Y que no se te olvide nunca que en el cristianismo NADA es por obligación.