Órdenes del obispo Byrnes al Camino Neocatecumenal en Guam

Michael Jude Byrnes, obispo, sin ir de negro

15 de marzo de 2017

Estimados hermanos y hermanas en Cristo,

"Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz, y reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad." (Ef 2, 14-16).

En la conversación con el Papa Francisco el pasado octubre, me hizo un llamamiento especial a hacer cuanto pudiera para curar a las divisiones existentes en la Arquidiócesis de Agaña. Cierto que apenas llevo en la isla dos meses, pero casi no hay día que pase sin recibir ese mismo requerimiento de vosotros hacia mí. Habiendo escuchado a muchos de vosotros me doy cuenta de que una serie de factores han contribuido a las divisiones. No puedo abordarlos todos de una vez, por lo tanto lo que describo a continuación representa un principio.

Se ha hecho evidente para mí que un número significativo de fieles está preocupado por la forma en que celebran la Eucaristía los miembros del Camino Neocatecumenal. Aunque el neocatecumenado ha estado presente en nuestra isla desde hace muchos años y ha sido una bendición para muchas personas, en los últimos años hay un creciente sentimiento de angustia por la multiplicación de comunidades en algunas parroquias y por las diferencias en la forma en que se celebra la Misa en las comunidades del Camino Neocatecumenal. En el contexto del cargo pastoral que me ha sido confiado por el Santo Padre, dispongo se lleven a cabo las siguientes actuaciones.

En primer lugar, he pedido a los catequistas responsables en Guam hacer una "pausa" en la formación de nuevas comunidades durante un período de un año. Durante este tiempo, tengo la intención de nombrar a un sacerdote delegado para ayudarme a discernir los efectos de nuestros esfuerzos, para revisar el Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal, y para asegurar que los catequistas están convenientemente formados y certificados para desempeñar su importante papel. Por esto es mi deseo crear una especie de espacio moral y espiritual en el que pueda comenzar la curación.

En segundo lugar, ejerzo mi autoridad para establecer normas relativas a la reglamentación de la liturgia, como una forma de fomentar la claridad respecto a la celebración de la Eucaristía. Como muchos de vosotros sabéis, hay algunas licencias para la celebración de la Eucaristía particular para el Camino Neocatecumenal.

El rito de la paz se transfiere justo después de la oración de los fieles. Se pueden hacer breves advertencias antes de las lecturas. Y, "en cuanto a la distribución de la Sagrada Comunión bajo las dos especies, los neocatecúmenos la reciben de pie, permaneciendo en su lugar" (Estatuto, art. 13.3).

En este esfuerzo hacia la claridad y la restauración de la unidad, me he movido principalmente por algunos comentarios del Papa Benedicto XVI a las comunidadesdel Camino Neocatecumenal en 2012. Él dijo: "Precisamente para favorecer un nuevo acercamiento a la riqueza de la vida sacramental por parte de personas que se han alejado de la Iglesia, o no han recibido una formación adecuada, los neocatecumenales pueden celebrar la Eucaristía dominical en pequeñas comunidades, después de las primeras Vísperas del domingo, según las disposiciones del obispo diocesano (cf. Estatutos, art. 13 § 2). (Estatuto, art funcional. 13). Pero toda celebración eucarística es una acción del único Cristo juntamente con su única Iglesia, y por eso mismo está abierta esencialmente a todos los que pertenecen a su Iglesia."

Llevando cuidadosamente las palabras del Papa Benedicto en mi corazón, y en ejercicio de mi responsabilidad y autoridad para dirigir la celebración de la Liturgia Eucarística aquí en la Arquidiócesis de Agaña, establezco las normas siguientes.

1. Como signo de la unidad de la Eucaristía dentro de la comunidad parroquial y la esencial apertura a todos, la Eucaristía del domingo después de las primeras vísperas y todas las celebraciones de las comunidades deben realizarse sobre un altar consagrado, ya sea en el santuario principal o en una capilla apropiada. Si no somos capaces de encontrar la unidad entre nosotros mismos ante el Altar del Sacrificio, ¿dónde la vamos a encontrar?

• Si la Misa es una de las Misas regulares programadas de la parroquia, debe indicarse en el boletín su carácter especial.

• Si la Misa es adicional a las Misas regulares planificadas del sábado por la noche, una parte de la colecta debe ir a la parroquia para cubrir los costos. Lo mismo aplica a las Misas realizas en una capilla.

• El párroco tiene la autoridad para disponer cuántas de esas Misas adicionales acepta.

• Si hay más de una comunidad en la parroquia, el párroco puede organizar a las comunidades para que celebren juntas.

2. También ha llegado a mi conocimiento que hay cierta confusión respecto de las rúbricas litúrgicas sobre la recepción de la comunión "de pie, permaneciendo en su lugar." Afortunadamente, la Instrucción General del Misal Romano nos da una dirección muy clara. Comparto las rúbricas siguientes como una ayuda para comprenderlo:

• En cuanto al sacerdote: "Después de esto (es decir, después de la respuesta que termina con '...bastará para sanarme'), el sacerdote dice en voz baja: "Que el Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna” y consume reverentemente el Cuerpo de Cristo. Luego toma el cáliz [...] y reverentemente bebe la sangre de Cristo." (IGMR, párr. 157, 158)

• En cuanto al comulgante: "Si se da la Comunión sólo bajo la especie de pan, el sacerdote levanta ligeramente la forma y la muestra a cada uno, diciendo "El Cuerpo de Cristo' El comulgante responde "Amén" y recibe el Sacramento ya sea en la lengua o, si se permite esta, en la mano. La elección es del comulgante. Tan pronto como el comulgante recibe la forma, él o ella la consume en su totalidad". (IGMR, párr. 161)

• Estas normas relativas a la comunión de las sagradas especies deben seguirse en cada celebración de la Eucaristía. El cura consume el Cuerpo y la Sangre de Cristo en cuanto dice las oraciones respectivas, y debe hacerlo antes de distribuir las Sagradas Especies a los comulgantes. Los comulgantes consumen el cuerpo y la sangre de Cristo, tan pronto como la forma o el cáliz se pone en sus manos. No ha de haber ningún retraso.

Entiendo que puede llevar algún tiempo reorganizar los horarios con el fin de celebrar la Misa en un altar consagrado. A la luz de esta realidad, otorgo un período de dos semanas para adaptarse a esta norma. Es decir espero que todas las Misas tengan lugar en un altar consagrado o en una capilla aprobada para el domingo 5º de Cuaresma.

Con respecto a las normas relativas a la recepción de la Eucaristía, tienen efecto inmediato, es decir, desde el domingo 4º de Cuaresma.

¡Que el Señor Jesús, nuestro Salvador y Rey, haga que su paz reine sobre nosotros! ¡Que Santa Marian Kamalen interceda por nosotros. Y que el Espíritu Santo inunde nuestros corazones con la gracia de la conversión!

En Cristo,

Monseñor Miguel J. Byrnes

Arzobispo de Agaña