Todos somos Iglesia, pero ¿unos más que otros?

 

Tengo para mí, que el Papa Francisco opina que no hay cristianos de primera y de segunda, por eso pide a quienes envía como misioneros respeto para con las costumbres locales.

Pudiera parecer una petición innecesaria por obvia, pero resulta que en determinados lugares y/o con determinadas personas hay que aclararles incluso aquellas instrucciones que no dan lugar a tergiversación alguna, por lo que no es superfluo recordarles que están llamados a acoger y respetar las culturas locales, sin intentar imponer la propia. Lo que incluye no imponerles feo-murales falsamente bizantinos a unos chalacos a quienes les es totalmente ajena la cultura bizantina.

 

San Gabriel y sus murales. Preside el Obispo, hay Confirmaciones. El padre Richard a la izda en la foto

Pues el caso es que el padre Richard Córdova, siendo párroco de San Gabriel de la Dolorosa, debía gozar intensamente de los murales pictóricos que guarecen los flancos del Cristo que preside dicha parroquia.

 

Hay que reconocer que la parroquia no se ajusta a la neo-estética de moqueta azul eléctrico que retiene estupendamente las manchas de chicle, paredes rugosas a las que se adhiere el polvo y sillas de metacrilato para sudar un rato; por no ajustarse a la neo-estética de templos deslucidos y feos, los bancos conservan los reclinatorios, pero por lo menos en el presbiterio, el Cristo presidente está rodeado no de dos ladrones, sino de dos manchones, es decir, de dos murales falsamente bizantinos.

 

Estética de San Gabriel de la Dolorosa, repleto de religiosos de domingo. ¡Qué depresión si no fuera por los murales!

Y el padre Richard, hombre de buen corazón y de mejor conformar, se conformaba con eso.

 

Pero he aquí que el año pasado fue destinado a otra parroquia. Dejó San Gabriel de la Dolorosa para ir a prestar servicio a María Auxiliadora, también en El Callao. Y se encontró con un templo totalmente al gusto de la cultura local de la zona, con sus reclinatorios de toda la vida, con sus imágenes con medallitas y escapularios como toda la vida, sin un mal mural de colores chillones… Lejos de deprimirse ante tal espectáculo, lo que hizo el padre Richard fue prometer a los feligreses que se pondría en el altar mayor un icono de la patrona, es decir, de María Auxiliadora, a la que los lugareños, que son la Iglesia del lugar, veneran con sincera devoción.
 

Pero resultó que tras las obras de remodelación, lo que se encontraron los feligreses, que suelen ser quienes pagan las obras de sus parroquias, fue un kikono que no les ha gustado nada de nada. Lo que no me extraña.

 

Este era el presbiterio que se encontró el padre Richard en María Auxiliadora...

...y este el mural de "María Auxiliadora" que se encontraron los feligreses en el nuevo presbiterio de su parroquia

Algunos están habituados a que la técnica de los hechos consumados les salga bien. Pero en este caso la feligresía de María Auxiliadora no está dispuesta a que vengan unos de fuera a disponer y decidir cómo debe decorarse su parroquia, porque es suya, no de los recién llegados.

 

Y han protestado. Y han borrado el mural que les han pintado a traición. Y han hecho saber su descontento al obispo del Callao. Quien suele ser el último en enterarse de lo que pasa en su diócesis, tanto si se trata de sacerdotes que reciben amenazas de muerte, como si se trata de un presbítero “listillo” que pretende engañar a su feligresía.

 

Este es el nuevo presbiterio de María Auxiliadora; el kikono está bajo la pintura azul, los sillones son los mismos que hay en cualquier RM de cualquier parte del mundo...

También ha sucedido que al ver que estos feligreses no están dispuestos a tragarse los sapos que se les ofrecen, han surgido voces que aseguran que los protestones son “cuatro viejas sonsas” pero agresivas que han golpeado al padre y a su monaguillo. Pero resulta que ninguno de los vídeos que circulan por la web muestra tales agresiones… Será cosa de la censura, claro, porque no van a mentir sobre algo tan serio.

 

El obispo del Callao, como buen pastor amoroso, ha salido al paso para recomendar a las cuatro viejas sonsas pero sumamente fuertes, que sean conscientes de que se van a morir pronto, por lo que más les valdría dejarse de peleas por una pintura de más o de menos, darle gusto a su párroco y pedirle perdón… A ver, algo falla aquí, ¿no tendría que ser el supuesto agredido quien pidiera perdón a las pécoras agresoras?

 

El Obispo del Callao con cara de circunstancias dando la Comunión a una feligresita -en su Confirmación- que se arrodilla para recibir el Cuerpo de Cristo ¡Estos religiosos de Misa de 12!

El caso es que eso me ha hecho razonar que tampoco el obispo del Callao es un jovencito, por lo que podría darle por pensar que se va a morir antes o después y que sería conveniente que antes pusiera en práctica las indicaciones de la Santa Iglesia Jerárquica sobre el respeto a las costumbres locales, más que nada porque es una instrucción sumamente fácil de entender y que no se presta a tergiversación alguna. 

Para más información, consultar aquí y aquí.