"Que el justo me hiera por amor, y me corrija" (Salmo 141) De Salmos "travestidos"

                "A veces escribo cartas, para no sentirme atado, para no aferrarme a remilgos que yo quisiera abolidos, de mi vida, de mi vida" (El último de la fila)

Cuando recuerdo mi paso por el meandro abandonado del río de la vida, ese lugar en donde la chispa es apagada porque el fulgor en el alma estorba a las tinieblas, por esa nada dichosa costumbre de silenciar la conciencia, anestesiando el corazón. Me hiere ese recuerdo por mi causa, me duele porque sé que aún continúa dejando al albur del olvido y la desolación a tantos que quisiera llamar, a salir, a volver al camino de la vida, el río de la Verdad, navegable con barquitos de papel, delicada justicia que no se deja abordar por piratas con bandera mentirosa, y disfrazada.

Fabricando excusas que amparen el desatino pasaron sus días los tres de un trípode que mas que andar, cojea, deriva, escora al mal. Con apariencia de bien, y querencia manifiesta al lado malvado. Talaron el leño verde para hacerse un bajel pirata que solamente navega ese meandro sin salida. Y para desarmar el motín cuando despunta, se hacen látigos con las astillas sobrantes, "convenientes".

Una: "Que el justo me corrija por amor" 

Los segundos de a bordo bajan de cuando en cuando a las bodegas, a galeras, látigo en mano,  y parecen gritar:"¡Bogad, bogad!" Al chasquido de los hechos concretos, saltan los fusibles al contacto con el agua estancada, que entra en la bodega por las grietas previstas de antemano, todo trampas.

A todos los esclavos nos dejaron cantar las melodías que apaciguan sin apacentar, igual que en los campos de algodón, justo igual.

Aunque la letra la cambian a placer, por mor de la consecución del objetivo, bajar los humos que anuncien fuegos de liberación. Así, casi inapreciable, el cambio se realiza en la oscuridad, por ello es qué, en el original se lee :

"pero el ungüento del impío jamás lustre mi cabeza, pues me conprometería aún más en sus maldades."

( del salmo 141)

Y la fabricada con la astilla:

"Para que el ungüento del malvado no perfume mi cabeza, porque yo me enviciaría en su maldad"

(Del libro de kantos K)

Los retoques no son baladíes, una "simple" palabra cambia todo el sentido, establece la deriva que resulta "conveniente".

Veamos (del verbo Ver)

El original marca dos pautas:

1) Saber escuchar lo justo, aceptar la corrección cuando ésta es sabia, acertada, justa.

2) Saber despreciar lo injusto, y no participar de la maldad.

La astilla fabricada para la ocasión oportuna de los oportunistas, lo que hace es una continuidad en la primera noción, como si derivase de forma directa escuchar la voz de los kikotistas (los "justos" que golpean, corrigiendo por "amor"), al son de los hechos concretos relatados claro está, por quien ha de dejarse guiar, crucificando si hiciera falta, su razón. Derivase, refiero, en que escuchar kikotistas, evitaría ser alcanzado por el ungüento del malvado. 

De modo que la consecuencia de escuchar a estos "justos" neo fabricados por la reforma del pensamiento aparenta ser lo que no es. Y parafraseando a aquél torero: -Lo que no es, no es. Y además es imposible- En el sentido de un término que les viene cual camisa de once varas:

La Justicia.

Sigamos Viendo:

¿Qué podemos esperar de estos pobres "justos", cuando han creído a pies juntillas en?:

"Toda pretensión de justicia viene del demonio"

(su inconmensurable, y nunca bien "pagá", "humirdá", alias Kiko Dixit... and Pixit)

De punto qué, llegados a la bajura del neo salón, en la altura aquella en que falta tanto oxigeno que una simple morcilla se pudiera confundir con la Iliada. Un eskruticio cualquiera, pasado a eskruticinido concreto.

Si la conciencia (que nunca debió ser asaltada, y menos con un látigo hecho de astillas de leño verde) manifiesta que le parece injusta una conducta (que jamás debiera haber hecho pública en tales aberraciones, como la asamblea neo) determinada. Oponiendo a lo que considera injusto, su objeción. Recibe el alarde de la "gracia de estado" otorgada por su "humirde humirdá", en forma de incorrecta corrección:

"Eres un justiciero"
 

¿Qué decir ante tal manifestación? Han caído sobre esa alma las siete condenas del abismo.  

¿Cómo se defenderá? Quien ha sido enseñado por la pedagogía de un descomunal engaño a: "no te defiendas, que el cristiano no se defiende". ¿Cómo se defenderá?

No hay salida. Se cierra el callejón, el agua se pudre en el meandro abandonado a su mala suerte.

Se parte de un solemne engaño, se deja por sentado que los "justos" son los kikotistas. Y la tuya, tu versión, no es más que un JUICIO. Mientras la dura dureza que ha caído sobre tu cabeza como una piedra de mil kilos, es una forma de "amor". Sin solución; sin vergüenza. No hay salida.

Llevan siglos convenciéndote de que eres el "pedor", mientras, ellos que solamente son unos pobres desgraciados, "siervos inútiles" (nunca mejor dicho), enarbolan su bandera de venir enviados por, de parte de, y en nombre de. Como cantaban los "No me pises, que llevo chanclas": "¿Y tú, de quien eres?".... Pos eso, el pedor, de los pedores.

Y del canto de los Kantos: "para que el ungüento del malvado no perfume mi cabeza". A la triste realidad: No sólo la cabeza, sino hasta los pies, de cuerpo entero. Por eso se elimina el "pero", y establece el "para".

Se "invita" a reconocer la maldad del que busca la justicia, y no contentos con el atropello, aún se atreven a ir más allá, mucho más, infinitamente más, con "espléndidas" consignas, tal que así:

"Pues mira, vas a ir a pedir perdón a "...." porque ese juicio que le tienes, ha hecho que le mates en tu corazón. Así qué, de parte de la Iglesia (e inclusive, "de Jesucristo", también osan osar) vas a ir a pedir perdón a "..." (¡Qué gozada, mi brigada!)

Ya puestos en la impostura, al fondo (a la derecha, siempre está lo que está) van y la kagan, del todo. Ya puestos ¿Para qué dejar el trabajo a medias?..... Fulminati con tomati, ma tuti aprobati.

Para terminar con el tormento de la tormenta perfecta, veamos aún más, en la modificación interesada del leño que se sirven:

Yo te invoco, Yahveh, ven presto a mí, escucha mi voz cuando a ti clamo.

Valga ante ti mi oración como incienso, el alzar de mis manos como oblación de la tarde. 

(salmo 141)

"Te estoy llamando Señor, ven corriendo, escucha mi voz que yo a ti grito.

Valga ante ti mi oración como incienso, el alzar de mis manos como sacrificio de la tarde"

(del libro de kantos K)

En el libro de la selva, digo, de los kantos, No se clama al Señor, se le grita. Y "Él", ha de venir corriendo. ¿OKEY?

Viene a terminar el salmo así:

 "Caigan los impíos, cada uno en su red, mientras yo paso indemne."

(salmo 141)

Sin embargo, en el Kanto leemos: 

"Caigan ellos, cada uno en su red, que yo, unido a ti, paso indemne."

En toda la parte final, K se guarda muy mucho de nombrar "impíos" y "malhechores". Los sustituye por "enemigos".

En mi opinión, K no reproduce fielmente este versículo:

"Guárdame del lazo que me tienden, de la trampa de los malhechores."
 

No sea qué, los kaminates se den cuenta por fin, que los tienen justo enfrente, sentados en sillas separadas, aunque en realidad son un banco. El de los burlones.
 

Y claro, no hay mejor manera de que Dios te guarde, que empezando por hacerlo tú mismo. En este caso, salir corriendo. Que se eskruten entre ellos, si aún les quedan hechos concretos que contarse, que se juzguen entre ellos, que se sigan machacando sin piedad. Que para ello han sido aleccionados. 

O mejor aún, que salgan todos del meandro abandonado, pútrido. A la Libertad.
 

Guiadores y guiados, todos juntos a pie enjuto, saliendo de ese miserable "Egipto" corrompido. 

Estaría buena esa. A ver a quien le iban a pasar la bolsa, y desangrar el alma.
 

Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres. Más ¿Y si no hay cadáver?.... 

-sepul-