Mamotretos varios

jueves, 19 de noviembre de 2015

Convivencia de inicio de camino (XIV)



«Pero el misterio está dentro. Sabemos que la Misa encierra dentro de sí una cosa sagrada muy grande. Por lo que el sacerdote para poder decir misa, debe mantener la dignidad sacerdotal, que unge las manos. Sabiendo que la Misa tiene mucho valor, se comienza a hacer pagar por decirla; y si la Misa tiene un valor infinito se empieza a decir misas por todo. Adquiere interés el número de misas.
Las Misas se hacen cada vez más frecuentes y se multiplica el número. Se hace de la Misa algo mágico que vale para cualquier cosa, comienzan a aparecer altares laterales en los que cada sacerdote dice su Misa. Encontramos la Misa privada de los monjes...
No existe ya el valor de la asamblea, de la comunidad que exulta en la Eucaristía y en la fiesta; la Eucaristía es ahora más bien algo que tiene poder y que, por tanto, es necesario realizar.

Ni exulta ni se mueve de la silla
Como se ha perdido de vista la fuente de la Eucaristía, nacen las teologías racionalistas que tratan de interpretar lo que no se sabe que es. Imaginaos el lío de teologías que intentan interpretar racionalmente la Eucaristía sin conocer la fuente. En esta época racionalista en la que la razón es Dios, en este modo occidental, los signos y los sacramentos pierden valor en favor de las explicaciones racionales. Ahora ya no se entiende el valor del signo de los sacramentos.
Hoy tenemos el privilegio de vivir en una época en la que, a través de la psicología y la antropología, redescubrimos el valor de los signos, que hablan mucho más al hombre que a la razón. Las cosas que no se pueden abrazar racionalmente, se expresan con signos y símbolos».
¡A ver si resulta que en la teoría carmencista la razón no es propia del ser humano!


«En esa época no importaba, ni el domingo, ni la fiesta, ni la asamblea, ni otras cosas. Lo que interesa eran muchas Misas. Tanto es así que en Rusia se escandalizaban por el hecho de que en Occidente se pudieran decir muchas misas al día. Para ellos era un sacrilegio enorme. Había sacerdotes llamados "altareros" en España porque se dedicaban sólo a decir misas, el mayor número posible. Estos siglos son los más decadentes en lo relativo a la liturgia. Se llega a una superstición completa. Se decían Misas incluso para que muriese cierto obispo, por cualquier superchería. Los que atacan a la Iglesia, si supieran los sacramentarios de estos siglos lo podrían hacer con más fuerza, por el grado de superstición al que llegaron.
Se comprende, por lo tanto, perfectamente por qué surgió Lutero. Lutero estaba equivocado en muchísimas cosas en lo que respecta a la misa, porque no conocía las fuentes. Lo único que tenía era la Biblia. Y ¿cuándo lee en la Biblia sobre una cena alrededor de una mesa? Le dio mucha importancia a las palabras de la consagración que se encuentran en el Evangelio, abandonando todo lo que le parecía invención de los siglos anteriores, pero así hizo de la Eucaristía algo aún más mágico. Lutero se limita a hacer lo que dice Jesucristo, dejando a un lado todo el contexto en que se dijo, simplemente porque no lo conocía. Por lo menos la Iglesia en el canon, aunque en gran parte recubierto de oropel, mantiene el núcleo esencial de la Eucaristía. Pero Lutero, pensando que el canon mismo era una invención eclesiástica, no estando en las Escrituras, saca fuera la misa. La Iglesia, en cambio, conserva en el canon y en el prefacio lo esencial, aunque se habían introducido muchas adiciones secundarias.
ZZZZ  Misa larguísima por las adiciones introducidas  ZZZZ
Con el Papa Pío V, hubo un intento de reforma en el Concilio de Letrán con el fin de reajustar las cosas y eliminar muchos abusos, porque las misas eran larguísimas a causa de todas las oraciones privadas que se habían ido introduciendo.
Fue también durante estos siglos cuando se propaga por todo Occidente el canon romano. Roma dice que o se renuevan los cánones propios o  se adopta el romano. Como la primera solución costaba mucho, se elige la segunda. Y así, los cistercienses lo divulgan por toda Europa. Imagínate lo que significa imponer a un pueblo que ya tiene sus liturgias, sus ritos importantes.
Con el Concilio de Trento, en el siglo XVI, se fija todo rígidamente, imponiendo de modo radical el rito romano. Con esta imposición ahora ya no se puede agregar o quitar nada de la misa. Así la misa ha llegado hasta nosotros. Este fijismo ha durado tanto tiempo que cuando por primera vez se ha cambiado la liturgia, nos hemos escandalizado porque parecía inmutable. Esto es un error: la liturgia está en constante renovación.
Recordad la diversidad de Eucaristías de la Iglesia primitiva, y no obstante su perfecta unidad».
El lenguaje es importante. Para denigrar, habla de misas; para alabar, de Eucaristías.

«La liturgia es vida, una realidad que es el Espíritu viviente entre los hombres. Pero no se puede embotellar, porque sobrepasa todos los modelos. Tiene manifestaciones siempre nuevas. Lo interesante es la unidad del contenido. Y por esto la renovación verdadera no termina nunca, porque está siempre en busca de una manifestación concreta de lo que es vida.
Filósofo 'ukarístico' sabe cual vale 20 y cual 100
En esta época nacen todas las filosofías sobre la Eucaristía. Cuando no se entiende lo que es el Sacramento, debido a la enorme devaluación de los signos como sacramentos, y cuando no se entiende que es el memorial, se empieza a racionalizar, a querer dar explicaciones del misterio que hay dentro. Precisamente porque el misterio trasciende su única explicación, es el Sacramento. El sacramento habla más de razonamiento. Pero en aquel tiempo, dado que no se entiende lo que es el sacramento, se trata de dar explicaciones filosóficas del misterio. Y así comienza el debate sobre: ​​"¿Cómo está presente?". Lutero nunca negó la presencia real, negó únicamente la palabrita "transubstanciación", que es una palabra filosófica que quiere
explicar el misterio.
La Iglesia primitiva nunca tuvo problemas acerca de la presencia real.
Para los cristianos no había ninguna duda de que Jesucristo estaba presente en la Eucaristía. Pero lo importante no es la presencia de Jesucristo. Él dice: "Para esto he venido: para pasar de este mundo al Padre", Es decir, la presencia física en el mundo tiene un propósito que es el resucitar de la muerte. Esto es lo importante. La presencia es un medio para el fin, que es su obra: el misterio de la Pascua. La presencia es en función de la Eucaristía, de la Pascua. La Iglesia primitiva nunca tuvo problemas acerca de la presencia real. Pero si en la Pascua Dios está presente... Dios está presente completamente, de manera eficaz, como decimos nosotros, es una presencia sacramental, real, auténtica, conmemorativa. ¿Cómo se realiza la Pascua si no está el fuerte brazo de Yahvé que salva de Egipto?
Con Jesucristo es lo mismo. El memorial que Él deja es su Espíritu resucitado de la muerte, presente con todo su misterio de muerte y resurrección, hecho vida para llevar al Padre a todos los que celebramos la Pascua, todos aquellos que celebramos la cena con Él. La iglesia primitiva no tenía problemas a propósito de esta presencia.
Sí, sí, pero card. Dolan tiene capa de Superman
Es cuando deja de entenderse esta presencia de la Pascua en este Sacramento, que se quiere explicar filosóficamente, que comienzan a debatir sobre cómo está presente, con los ojos o sin los ojos, físicamente, etc. Todas estas explicaciones parten de un punto falso, consistente en querer explicar racionalmente algo distinto. Es por ello que ahora los holandeses se inventan cosas como la transfinalización, o lo contrario, el resultado es el mismo: todas son filosofías que no conducen a ninguna parte.
No se trata de explicar con la razón los sacramentos, porque el sacramento es dado por Dios como memorial precisamente porque el misterio es superior y trasciende a la razón. De lo contrario, Dios nos habría dado una filosofía para explicar qué es él.
Lutero no explica la presencia real, pero tiene un problema: ha visto que se  han perdido los signos y quiere recuperarlos. Así que el Concilio de Trento dice: "Si alguno dijere que los Sacramentos son sólo signos de la fe, sea anatema."
Ya, pero card. Pell tiene más puntillitas
Un sacramento se compone de dos elementos: uno es el signo, explicación del misterio, y otro es la eficacia del signo, que realiza lo que el signo significa. Los protestantes quisieron dar tanta importancia al primer elemento que el Concilio tuvo que resaltar el segundo: los sacramentos dan la gracia que significan. El Concilio dice la verdad, pero los que vinieron después, para distanciarse de Lutero, se quedan en la eficacia de los sacramentos, haciendo caso omiso del signo. Y entonces da lo mismo comulgar con pan, o con una hostia que parece de papel; Es lo mismo que beba uno de la copa o que beban todos. El canon, dice: "Tomó el cáliz, hizo la acción de gracias, y se la dio a sus discípulos diciendo: Tomad y bebed todos”... En realidad quien bebe es únicamente el sacerdote y los demás no hacen nada. En cuanto a la eficacia, el sacramento se realiza, pero no se da ninguna importancia al signo.
Es importante hacer hincapié en esto. De los dos elementos del Sacramento, nosotros hemos mantenido la eficacia, que es lo importante para una mente racional; la esencia de las cosas. Lo hemos hecho sin conocer el valor precioso del signo.
Farnés hace una comparación: si llueve y quieres recoger el agua, no es lo mismo si utilizas un cesto que con un cubo, sin duda, en ambos casos, la lluvia es eficaz, cae, pero con un cesto no recoges nada de esa eficacia, con un cubo sí».
La comparación es falaz, porque la eficacia no está en la caída de la lluvia, sino en la recogida del agua. Luego el cesto NO es eficaz, pero como signo es tan válido como el cubo.

«Precisamente el signo prepara al hombre para ponerse en la disposición adecuada para que se realice el Sacramento. El pan y el vino en cuanto que signo ayudan y preparan para recibir la acción de Dios. La liturgia está lena de signos, porque no se puede prescindir de ellos para que la gracia se realice”.
Otra falsedad falaz, porque que se realice el Sacramento no depende de la disposición de quien lo recibe, sino que recibe un Sacramento precisamente porque YA se ha realizado.

«Pero después de Trento nos habíamos quedado con la esencia y la eficacia, sin tener en cuenta el valor del signo.
Después de todo lo que hemos dicho podemos entender un poco la renovación litúrgica del Concilio Vaticano II».

2 comentarios:

  1. Aaaaahhhhh!!!! Ya entiendo. La diferencia entre kk/karmen y Lutero es que Lutero no conoció las fuentes. O sea, que si Lutero hubiera nacido en esta época y conociera al kikosklan, segurito que no hubiéramos tenido cisma. Pobre Lutero, le hizo falta kk/karmen para indicarle por dónde soplaban los pedos.

    Por cierto, y hablando del tema. No leí completa esta kikotesis porque de por sí ya tengo bastante sueño. Básicamente leí lo resaltado en amarillo y los comentarios en cursiva. Alguien valiente que sí haya leído todo me puede indicar si en esta kilométrica y soporífera churro perorata se habla de los ekos de las ukas? O es mas adelante donde los jefazos indican que la gente tiene que decir pendejadas después de las lecturas?

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  2. http://blogs.periodistadigital.com/antoniopinero.php/2010/01/23/-ultimas-aclaraciones-sobre-el-tema-eucaristia

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