Convivencia de inicio de camino (V)

(Sigue la catequesis de carmen)

«Jesús dice: "Ha llegado mi hora". El Hijo del Hombre será glorificado, enaltecido y exaltado. Será puesto en camino. E incluso Jesucristo resucitado, que se aparece a los apóstoles, los pone en camino y les encuentra siempre en el camino. Jesús Resucitado nunca se detiene. En los Evangelios se reconoce siempre a Jesús en la fracción del pan, porque los Evangelios son, como ha dicho tantas veces Kiko, compilaciones de la experiencia de la Iglesia primitiva. Y la iglesia primitiva ¿qué ha experimentado que Jesucristo hizo por primera vez? ¿Escribir? ¡No! La primera cosa que hizo fue cantar, celebrar la Eucaristía, exultar, proclamar la grandeza que Dios ha hecho».

¿Qué Evangelio será el que cuenta tal primera actuación desconocida?

«Y ¿cuándo le vieron? ¿Resucitado como un fantasma? No. En sí mismos, que Él ha reunido, hombres dispersos por la cruz que ha demostrado a todos su pecado. Jesucristo muerto en la cruz ha hecho que San Pedro se reconozca pecador. La cruz de Jesucristo les ha dispersado a todos; y Jesucristo resucitado de entre los muertos y constituido Espíritu vivificante les ha reunido y formado la primera "Iglesia", como obra de Dios, como obra del Espíritu vivo de Cristo resucitado, que reúne a los Apóstoles y constituye la primera comunión entre los hombres, que es el Espíritu, unidos por un mismo Espíritu, que resucitó a Cristo de entre los muertos.

El regocijo de la Iglesia

Esta Iglesia, la primera cosa que hace es cantar, proclamar, regocijarse, celebrar la Eucaristía. Por esto veréis que mucho antes de que existan los Evangelios escritos, como le sucede a Israel, hay ya una vida; porque Dios ha intervenido y está en la historia. Dios no es alguien que aparece entre las nubes para dictar lecciones de teología (soy uno, trino, y no sé cuántas otras cosas). Dios ha intervenido, ha obrado una serie de acontecimientos y ha dejado viviente entre los hombres esta revelación de sí mismo, su presencia por toda la eternidad en la historia.

Esto ha provocado en el hombre una vida, un camino y una respuesta. Por esto la Iglesia primitiva, lo primero que hace es celebrar la Eucaristía. Y todas las apariciones de Jesucristo resucitado son contadas en un contexto eucarístico. Le reconocen siempre al partir el pan, porque la Iglesia primitiva se reúne para celebrar la Eucaristía, y es allí donde ha percibido mayormente la resurrección de Jesucristo. ¿Por qué? Porque están en comunión, es una iglesia que se ama. Están rotas las barreras del egoísmo de los hombres y se ha logrado algo tan impresionante como una Iglesia, como una comunidad de hombres.

Quiero decir que en el fondo hay una Palabra que atraviesa toda la escritura: la PASCUA. Veamos qué es lo que hace Jesucristo en esta cena. Poder llegar aquí es muy difícil, porque hemos hecho de la Eucaristía algo completamente estático, que podemos manipular: un niño Jesús que ponemos en el pecho cuando queremos... En cambio, la Eucaristía es todo lo contrario, porque en ella Dios pasa y arrastra con Él a toda la humanidad. Porque esta obra que Dios ha hecho en Jesús, resucitándole de la muerte, dando un nuevo espíritu a la humanidad, se percibe, no son ideas astrales, los apóstoles y los cristianos lo han experimentado y son testigos de esto.

Esta Iglesia no se detiene allí, sino que es arrastrada. Porque la presencia de Dios provoca siempre una tensión. De ahí que la Eucaristía no se acaba nunca. Siempre se dirá, ven, Señor Jesús. El Maranatha, siempre la tensión de la Eucaristía, porque está realizando esta Pascua: el Cristo resucitado que aparece forma la Iglesia y la lleva hacia su realización, la pone en Pascua, en camino.

Caminos en el agua

Del mismo modo en que fueron abiertos los caminos en el agua, en este contexto, Jesús es EL CAMINO QUE DIOS HA ABIERTO EN LA MUERTE. Como Israel experimentó en el Mar Rojo que se abrieron las aguas y que los desiertos pueden conducir a algún lugar, que pueden abrirse caminos en ellos.

Entiendo que os resulte muy difícil. Por las respuestas que dio este hermano veo que debe ser dificilísimo para él situarse en esta nueva dimensión. Si tenéis dudas las veremos a continuación. En veinte años, la Iglesia ha cambiado enormemente sus perspectivas. Esta noche lo veremos mucho mejor. Yo también he pensado como este hermano, y lo entiendo muy bien. Básicamente creo que eso es lo que pensamos todos, con un lenguaje más o menos "resucitado". Él con una buena formación teológica a la antigua, lo expresa mejor: así pensaba la Iglesia hace 20 años.

Os invito a todos a un viaje de descubrimiento, como dice Bouyer. Lo que voy a decir ahora no creáis que son cosas que se sacan fuera así, de la manga. Aquí está la vida entera de personas que han dado su vida al estudio y la investigación, para volver a las fuentes. Trabajo que el Concilio no ha hecho otra cosa sino recogerlo. En este libro que tengo aquí de Bouyer, él dice que son más de treinta años desde que comenzó este viaje a las fuentes, hacia la Eucaristía primitiva y dice que todavía queda deslumbrado por el resplandor del tesoro encontrado. Dice: "descubrimos la Eucaristía como un Ser rebosante de vida, nos maravillamos de la gloriosa unidad que irradia de muchas facetas, una vida rebosante dotada de interioridad, de una profundidad y una unidad incomparables, aunque esta vida no podría traducirse sino en expresiones múltiples, como en una armonía, o más bien en una sinfonía de temas concordantes. La Eucaristía se nos presenta como un árbol florecido de vida, que se ramifica en diferentes formas".

Veremos si somos capaces de regresar a las fuentes. Nos sentaremos a la mesa con Jesucristo en la Última Cena.

¿Caras de haber descubierto un tesoro?

La última cena de Jesucristo donde se celebra la primera Eucaristía cristiana. Veremos lo que hace Jesucristo. Si podemos saberlo estaremos ya bien situados para empezar a averiguar cómo son las cosas, y cuando descubramos que es lo que está en el centro, todas las otras cosas que giran alrededor perderán importancia a favor del Tesoro central oculto. Dice Bouyer que la Eucaristía es un tesoro que en la Iglesia primitiva brillaba en todo su esplendor. Con el paso del tiempo, progresivamente le hemos dado una serie de revestimientos, filosóficos e históricos, que hoy lo recubren y nos impiden ver el tesoro. No es que la Iglesia lo haya perdido. No. Está allí, recubierto por completo».
Qué torpeza la de los recubridores... y no miro a nadie.

«Lo que ahora voy a resumir es el trabajo que otros han acometido. Para ir a las fuentes necesitamos muchas cosas. Para descubrir la anáfora primitiva hay que conocer el siríaco y otras lenguas antiguas, así como las costumbres para poderse orientar en el barullo de los siglos. Se han precisado hombres que han dado su vida entera a esta búsqueda.

Cuando Odo Casel dice que la Eucaristía tiene relación con la Pascua, fue apresado por hereje. Pío XII lo miraba con un poco de recelo como diciendo: ¿este a dónde va? Y hoy, cuando el Concilio dice que la Eucaristía es una Pascua (ha llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, dice Jesús), la gente se sorprende. Por esto lo mejor es sentarse a la mesa con Jesucristo en la Última Cena.

Pero los Evangelios dicen: "Ha llegado mi hora. Entonces tomó el pan, dio gracias, y lo partió". Muchos exégetas y biblistas han querido saber desde hace mucho tiempo cómo ha dado gracias Jesús. Jesús también dice: Este será mi memorial. ¿Qué quiere decir con “este"?

Mucha imposición de manos, pero fíate de los curas jóvenes

Hoy en día mucha gente piensa, como pensaba Lutero, que Jesús no hizo nada extraordinario, sino que esa noche, porque Él sabía muy bien que iría a Getsemaní, estaba saturado de angustia y celebra una cena de amistad con sus discípulos, cargada de presagios y de solemnidad, una cena de confidencias para aquellos a quienes quería. Era tan triste irse al otro mundo y dejar ahí a aquellos pobres indefensos, que hace el gran milagro: esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros, esta es mi sangre: Aquí está, porque yo me voy. Creemos que esto es así: algo tan extraño y milagroso. Para nosotros, el milagro es algo que nos desconcierta. Hay muchos sacerdotes jóvenes (para ir a las fuentes se necesita más años de los que ellos tienen) que piensan que es así de simple y fácil. Y para ir contra el clericalismo y las  ceremonias dicen: hay que hacer las cosas mucho más simples, porque es una cena sencilla, normal en su siglo, carente de clericalismo. Se toma el pan, se distribuye, que es lo que hizo Jesucristo, se bebe del cáliz y todos contentos y amigos: todos hermanos y todo bueno y bonito. Y dicen que ésta es la Eucaristía que celebró Jesús».

Debe ser que Carmen opina que en los seminarios no enseñan nada a los futuros curas jóvenes.

«Bouyer dice: No sé que sería más peligroso, si dejar las cosas como están con nuestro canon romano bien recubierto o dejar que hagan sus propias innovaciones. En pocos años no conservaremos casi nada de lo que la tradición ha custodiado, si dejamos que estos improvisadores hagan las cosas. Porque creen que Jesús está haciendo una cena de amigos, esto es cierto, con una gran carga emocional; recordad aquellos Jueves Santos en los que se hacía la hora santa llenos con esta piedad sentimental sobre la última cena. No es cosa.

No creáis que yo soy hebrea por todo lo que os digo. Pero Jesús sí era judío. Algunos judíos me han ayudado muchísimo: entre ellos el autor de un libro que hacía ocho años que no leía y que releí ayer: "Los años oscuros de Jesús". Os lo recomiendo porque es un libro maravilloso de un judío, Aaron. Dice: "Ningún hebreo puede leer el Nuevo Testamento y mantener la calma, si realmente tiene una fe judía, si es verdaderamente judío, nacerá dentro de él una gran impresión". Por tanto, el cristiano, si quiere renovarse verdaderamente no puede prescindir de sus raíces: por tanto una verdadera renovación del cristianismo será un regreso a sus fuentes, a sus raíces».
Es típico de Carmen y del CNC pretender que B es consecuencia de A, cuando A y B son proposiciones sin ninguna relación. Así de la impresión que dice el judío Aaron que han de sentir todos los hebreros, para nada se deduce que la renovación del cristianismo tenga que consistir en abrazar las tradiciones judías.

«Yo siempre digo que la intervención de Dios no son libros o filosofías, sino acontecimientos, es Palabra de Dios que se realiza. Y ¿cómo sabemos que es Palabra de Dios? Porque se realiza. Abraham recibe una palabra que le pone en camino. Esta Palabra luego se realiza. Y esta Palabra permanece todavía en tensión para realizarse mayormente. Porque Abraham no sólo tiene a Isaac, sino que es padre de un pueblo. Y este pueblo que posee una tierra, espera la realización máxima que se le promete en su historia. Así la manifestación de Dios ocasiona una historia de acontecimientos entrelazados: una Palabra, que es una semilla que echa sus raíces y que fructifica en un árbol, la manifestación máxima la veremos en Jesucristo».